Aristóteles es
el pensador más extraordinario que ha dado la humanidad. Nos asombra no sólo
la vastedad de sus conocimientos, sino muy especialmente la profundidad y
penetración de su pensamiento. De él dijo Augusto Comte que era "el
príncipe eterno de los verdaderos pensadores". Por su parte, el
filósofo español Rafael Cambra dice que Aristóteles es "el fruto
intelectual más granado de aquella civilización refinada, especialmente
idónea para la filosofía, verdadera edad dorada de la cultura humana" .
Aristóteles
ingresó a la Academia de Platón a los 17 años, y allí permaneció durante
veinte años . En esta Institución se nutrió en las fuentes más puras del
pensamiento de su época. Tiempos después fundó su propia escuela que se
conoció con el nombre de "Liceo". En su Liceo trabajó sin descanso
en la creación de la más vasta obra científico-filosófica de la
antigüedad.
Dada la
finalidad de este libro, sólo nos ocuparemos de estudiar su pensamiento
ético,el cual, dicho sea de paso, descansa sobre los supuestos fundamentales
de su metafísica, y se orienta a la consecución del sumo bien, el cual sólo
puede alcanzarse a través de la política.
Aristóteles
asignó gran importancia a los problemas éticos, a tal punto que hasta
nosotros han llegado tres libros de ética de su autoría. Ellos son: La Etica
Eudemia, la Etica Nicomaquea y la Gran Etica. Además, un opúsculo sobre las
Virtudes y los Vicios. Los calificativos de "eudemia"y
"nicomaquea", seguramente se derivan de sus editores, su amigo
Eudemo de Rodas, y su hijo Nicómaco. Por su parte, la Gran Etica, parece
tener su origen en una edición hecha en el siglo III a.C. con el fin de
reconciliar sus ideas con las de Platón.
2.- La Etica de
Bienes.
A la ética de
Aristóteles se le conoce con los calificativos de ética de bienes, de fines,
eudemonista, y ética material.
A continuación
examinaremos un grupo de textos tomados de la Etica Nicomaquea, con el fin de
comprender mejor su doctrina.
1.- "Todo
arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección,
parecen teneder a algún bien; y por ello definieron con toda pulcritud el
bien los que dijeron ser aquello a que todas las cosas aspiran" .
2.-"Siendo
como en gran en número las acciones y las artes y ciencias, muchos serán de
consiguiente los fines. Así, el de la medicina es la salud; el de la
construcción naval, el navío; el de la estrategia, la victoria, y el de la
ciencia económica, la riqueza."
3.-"Si
existe un fin de nuestros actos querido por sí mismo, y los demás por él; y
si es verdad también que no siempre elegimos una cosa en vista de otra-sería
tanto como remontar al infinito, y nuestro anhelo sería ruin y miserable-, es
claro que ese fin será entonces no sólo el bien sino el bien soberano. Con
respecto a nuestra vida, el conocimiento de ese bien es cosa de gran momento,
y teniéndolo presente, como los arqueros al blanco, acertaremos mejor donde
conviene. Y así, hemos de intentar comprender en general cuál pueda ser, y
la ciencia teórica o práctica de que depende"
4.- "En cuanto al hombre por lo menos, reina acuerdo casi unánime, pues tanto la mayoría como los espíritus más selectos llaman a ese bien la felicidad, y suponen que es lo mismo vivir bien y obrar bien que ser feliz. Pero la esencia de la felicidad es cuestión disputada, y no la explican del mismo modo el vulgo y los doctos"
De la lectura
de los anteriores textos podemos comprender que la ética de Aristóteles es
una ética de bienes porque él supone que cada vez que el hombre actúa lo
hace en búsqueda de un determinado bien. Como son muchos los bienes que el
hombre aspira alcanzar a lo largo de su existencia, puede darse perfecta
cuenta que éstos no son todos de la misma jerarquía, esto es, que unos son
más elevados que otros.
A los bienes
que ordenamos para alcanzar otros, los llamó bienes medios. Al bien más
elevado, al que no podemos convertir en medio para alcanzar otro bien, lo
denominó bien final o bien supremo.
Al bien supremo
lo identificó con la felicidad, por esta razón ubicamos su ética dentro de
la corriente que se ha denominado eudemonismo, de eudaimonía, felicidad..
El
Eudemonismo.-
Una vez que
Aristóteles dejó establecido que todos los hombres se proponen alcanzar la
felicidad, se dedicó a indagar en qué consiste ésta, para lo cual examinó
todas las opiniones emitidas por los pensadores que le precedieron..
Un examen
minucioso de esas opiniones acerca de la felicidad, le permitió descartar
esas mismas opiniones, y reforzar su propia tesis de que la felicidad
consistía en la posesión de la sabiduría.
Partió de la
tesis de que el bien y la felicidad son concebidos por los hombres a imagen
del género de vida a que cada cual le es propio. La multitud y los más
vulgares ponen el bien supremo en el placer, y por esto aman la vida
voluptuosa.
El placer causa
deleite corporal por medio de la percepción sensorial, y no es bien perfecto
del hombre si se le compara con los bienes del alma.
Otros hombres
apuntan al honor, la felicidad es para ellos "el premio a la
virtud". Y el honor parece ser sobre todo el premio a la virtud. Pero el
honor depende más de quien lo da que de quien lo recibe, mientras que el fin
de la vida debe ser alguna cosa que nos sea propia. El honor se otorga a
alguien por alguna excelencia suya, y por ello es un signo y testimonio de la
excelencia que tiene el honrado, por lo tanto el honor es una consecuencia de
la felicidad, pero ésta no puede consistir principalmente en el honor.
La felicidad
podría consistir en la fama o la gloria, porque por ella los hombres alcanzan
en cierto modo la eternidad. Pero la fama o la gloria puede ser falsa. La fama
o la gloria depende de los admiradores, por lo cual no tiene consistencia
propia, luego la felicidad no puede consistir en la fama o la gloria.
La felicidad
podría consistir en la posesión de riquezas. Las riquezas ejercen un fuerte
domino sobre el afecto del hombre. Con el dinero se compran casi todas las
cosas. Además, mientras más riquezas se poseen, más se desean. Pero si se
examina más detenidamente, podemos distinguir que existen dos tipos de
riquezas. Las naturales, que sirven para satisfacer las necesidades vitales
como el alimento, la vivienda, los vestidos, los vehículos, etc. También
existen las riquezas artificiales, inventadas por el hombre para facilitar los
cambios, y hacer posible el comercio, estas son el dinero.
Resulta
evidente que la felicidad del hombre no puede consistir en las riquezas
naturales porque estas se buscan con una finalidad ulterior, y que en el orden
natural todas están hechas para el hombre y se ordenan al hombre. Por su
parte, las riquezas artificiales no se buscarían si con ellas no se compraran
las cosas necesarias para la vida, esto es, las riquezas naturales.
La felicidad
podría, entonces, consistir en la posesión del poder.
la cosa que
más rehuyen los hombres es la servidumbre, a la cual se contrapone el poder,
luego el poder de gobernar a los demás es un bien.. El poder no es un bien
perfecto porque es "incapaz de ahuyentar la angustia de las
preocupaciones ni evitar los aguijones del miedo". Además, el poder
sirve para el bien y para el mal, por consiguiente la felicidad podría
consistir en el buen uso del poder mediante la virtud, más que en el poder
mismo. Otra de las desventajas que tiene el poder para ser la felicidad
consiste en que al igual que las riquezas, puede ser arrebatado por otros
hombres.
Para algunos,
en efecto, la felicidad parece consistir en la virtud; para otros en la
prudencia; para otros aún en una forma de sabiduría, no faltando aquellos
para quienes la felicidad es todo eso o parte de eso, con placer o no sin
placer, a todo lo cual hay aún quienes añaden la prosperidad exterior como
factor concomitante" (l0).
4.- En qué
consiste la felicidad?.
La felicidad es
el bien más final que pueda existir; aquello que es apetecible siempre por
sí y jamás por otra cosa. La felicidad es algo autosuficiente porque el bien
final debe bastarse a sí mismo.
La felicidad es
la actividad de la parte mejor del hombre, la que posee la razón y que
piensa. Es la actividad y obrar del alma en consorcio con el principio
racional.
El acto de un
hombre de bien es hacer todo ello bien y bellamente, y como cada cosa se
ejecuta bien cuando se ejecuta según la perfección que le es propia. De lo
anterior se sigue que el bien humano resulta ser una actividad del alma según
su perfección; y si hay varias perfecciones, según la mejor y más perfecta.
La felicidad debe ser una actividad virtuosa, habitual, "pues así como una golondrina no hace verano, ni tampoco un día de sol, de la propia suerte ni un día ni un corto tiempo hacen a nadie bienaventurado y feliz".
"El hombre
feliz es el que vive bien y obra bien, porque virtualmente hemos definido la
felicidad como una especie de vida dichosa y de conducta recta"
"La felicidad debe ser algo firme y de manera alguna fácilmente mudable. Porque de los actos de virtud, los más valiosos son también los más duraderos"
"En suma
qué impide declarar feliz a quien obra conforme a la virtud perfecta, y que
está provisto además suficientemente de bienes exteriores, y todo esto no
durante un tiempo cualquiera, sino durante una vida completa? ".
El libro X de
la Etica Nicomaquea, concluye que: "Si la felicidad es pues, la actividad
conforme a la virtud, es razonable pensar que ha de serlo conforme a la virtud
más alta, la cual será la virtud de la parte mejor del hombre. Ya sea ésta
la inteligencia, ya alguna otra facultad a la que por naturaleza se adjudica
el mando y la guía y el cobrar noticias de las cosas bellas y divinas; y ya
sea eso mismo algo divino o lo que hay de más divino en nosotros, en todo
caso la actividad de esta parte, ajustada a la virtud que le es propia, será
la felicidad perfecta. Y ya hemos dicho antes que esa actividad es
contemplativa.
Si aceptamos
que el placer debe estar mezclado con la felicidad, el más deleitoso de los
actos conforme a la virtud es el ejercicio de la sabiduría. El sólo afán de
saber, la filosofía, encierra deleites maravillosos por su pureza y por su
firmeza, y por supuesto, el saber adquirido, produce un goce mayor que el de
su mera indagación. Además, la sabiduría la contiene como propio un placer
que aumenta con la actividad"
En conclusión, la felicidad consiste en la actividad de la inteligencia según la virtud que le es propia. Como Aristóteles es ante todo un hombre realista, presupone que para que un individuo pueda dedicarse a la actividad contemplativa debe disponer de bienes exteriores que le permitan satisfacer sus propias necesidades, porque por ejemplo, un hombre que viva en la miseria jamás podrá tenerse por feliz.