El quiste
pericardiocelómico se origina en una alteración embriológica
de la cavidad celómica o pericardio.
Los quistes pericárdicos
son raros, habitualmente asintomáticos y su descubrimiento suele ser
casual.
Tiene una incidencia
de 1 por 100.000 casos de tumores. Es el tumor pericárdico benigno
mas frecuente, representa el 5% de los tumores del mediastino y el 20% de
los tumores de corazón y pericardio.
Suelen ser quistes
uniloculares, simples, con células mesoteliales de tejido conectivo
y con liquido claro citrino, en su interior.
Comúnmente
observados en la tercera o cuarta décadas de la vida,
sin diferencia entre sexos..
Su localización
mas frecuente es en el ángulo cardiofrenico derecho, aunque puede
presentarse en localizaciones menos comunes, como son el ángulo cardiofrenico
izquierdo, mediastino posterior, paratraqueal derecha, el hilio pulmonar
derecho (como en nuestro caso) o en el mediastino a nivel del cayado
aortico..
Suele ser un hallazgo
casual en una radiografía de tórax o una ecocardiografía
practicada por otro motivo. Cuando producen síntomas, estos generalmente
se deben a la ocupación de espacio (disnea, dolor torácico,
tos, arritmias) o por complicaciones del propio quiste como son infección,
hemorragia, ruptura del quiste con derrame pleural.
Se debe hacer
el diagnostico diferencial con la grasa pericardica, los lipomas, los angiomas,
los neurinomas, los sarcomas, los linfomas, el carcinoma broncogenico, las
metástasis, las lesiones granulomatosas y los abscesos, los aneurismas
del seno de Valsalva y ventriculares, las dilataciones de la aurícula
derecha o de la vena cava inferior, la hernia de Morgagni y con el aneurisma
de aorta.
La ecocardiografia
bidimensional, la TAC torácica y la resonancia nuclear magnética
(RNM). La RNM posee mayor precisión para la visualización del
pericardio y la naturaleza del liquido en su interior. La ecocardiografia
trans esofágica nos puede mostrar su localización exacta. Si
se localiza en un sitio poco común, puede requerir la utilización
de una angiografía para diferenciarlo del aneurisma. Si podemos obtener
pruebas de imagen previas del paciente, nos pueden servir para saber si el
quiste ha modificado sus características.
La aspiración
percutánea guiada por ecografía o TAC (recomendado para pacientes
de alto riesgo quirúrgico) con probabilidades de recidiva.
Lo mas recomendado
es la resección por una toracotomia lateral o por toracoscopia, extirpando
el quiste (aún cuando sea asintomático además permite
el diagnóstico anatomopatológico de certeza y la eliminación
definitiva de la tumefacción).
Si decide realizar una conducta expectante y control del quiste,
se debe tener presente que no hay una pautas establecidas sobre la frecuencia
de pruebas de imagen en su seguimiento.
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.- Referencias:
Enfermedades Pericárdico: Atlas de diagnóstico por imagen, Stuart J. Hutchison,
Elsevier España, 2010-288 páginas.
Pericarditis recurrente secundaria a un quiste pericárdico, www.actapediatrica.com,
ultima visita Abril 2012
Taponamiento cardíaco
por quiste pleuropericárdico con invasión por carcinoma pulmonar,
Patricia Mejia Lozano y clbs, Archivos de Bronconeumologia, www.elsevier.es:
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Pericardial cyst: an unusual cause of pneumonia. Wael F Elamin* and Kieran Hannan, Cases Journal:
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Giant Pericardial Cysts, Case Report., Christopher M. R. Satur et al, Ann Thorac Surg 1996;61:208-210.: Department of Cardiothoracic Surgery, Guy's Hospital, London, United Kingdom
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