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Conocimientos sobre sexualidad por parte de jóvenes universitarios  

Cristina S. Aguilar Vargas

Paulina Castro Osuna

Belia G. García González

   

Estudiantes de segundo  año de Psicología, 

Universidad de Occidente, Mazatlán

 

Investigación asesorada por  la Mtra. Consuelo Quiróz Sandoval

Profesora de la Universidad de Occidente y de la Universidad Autónoma de Sinaloa

 

 

Introducción  

 

En estos tiempos de cambio, la sexualidad se ha vuelto un tema que requiere ser del conocimiento de jóvenes y adultos para un buen uso de ella y la prevención de muchas enfermedades adquiridas debido a la ignorancia. Por ello, el objetivo buscado con esta investigación fue el indagar acerca de los conocimientos sobre sexualidad y la aplicación de éstos por parte de los jóvenes.

Años atrás, hablar de sexualidad estaba completamente prohibido; en la actualidad se cree que hay más libertad de expresión y que el tema de la sexualidad está completamente abierto para su discusión. Pero esto no es totalmente cierto porque, aunque sí existe libertad de expresión, aún sigue siendo un tema muy reprimido, de ahí que los jóvenes obtengan información por los medios menos adecuados, lo que los lleva  al desconocimiento o conocimiento erróneo de la sexualidad.  

Y como dice la Dra. Anabel Ochoa (1999): “el hombre es el único animal de la naturaleza dispuesto a hacer el amor 365 días al año y 24 horas al día (dije dispuesto)”. Por fortuna, hemos evolucionado a tal grado que ya no lo hacemos únicamente por satisfacer la necesidad primaria de la reproducción, sino como forma de comunicación, de crecimiento, de dar y recibir placer, de compartir. Para ello es vital la educación sexual, el autoconocimiento, tanto del cuerpo como de las emociones y sus propios límites.  

 

Método

 

Hipótesis: El conocimiento de la sexualidad influye en el comportamiento sexual de los jóvenes universitarios.  

De la hipótesis se tomó como variable independiente al conocimiento de la sexualidad, y como variable dependiente al comportamiento sexual.  

Ejemplo de los indicadores que se utilizaron son:

  • Para ti ¿qué es la sexualidad?  

  • ¿Consideras que hay alguna diferencia entre la sexualidad y sexo? ¿Cuál?

  • ¿De qué forma has obtenido tus conocimientos?

  • ¿Crees que son importantes los conocimientos sobre sexualidad para llevar una buena relación de pareja?

  • ¿Has utilizado algún método anticonceptivo?

  • ¿Llevas una vida sexual activa?

El estudio realizado fue de tipo cualitativo, porque se buscó comprender el problema desde el punto de vista del sujeto; la información obtenida es de tipo subjetiva y particular del contexto, por lo que los resultados no son generalizables.

La muestra constó de 56 estudiantes de la Universidad de Occidente campus Mazatlán, Sin. Méx., que cursaban en el momento de la investigación, ciclo escolar septiembre-diciembre de 2001, el cuarto trimestre en las carreras de sistemas computacionales, tronco común de psicología y tronco común de administración, del turno matutino.  

La herramienta utilizada fue el cuestionario, ya que lo consideramos como la manera más fácil y cómoda para nosotros y para los encuestados; nos ahorramos tiempo y por medio de éste conseguimos toda la información que necesitábamos.  

 

Acerca de la sexualidad  

 

¿Qué es la sexualidad?  

A través del tiempo a la sexualidad se le han asignado diferentes conceptos como: Instinto, conducta, comportamiento, libido, función, aparato, sistema, fenómenos intra y paraindividuales, estado biológico, vivencia, conducta de relación, y lenguaje de comunicación.

Según la definición de Flores Colombino:  

 

Sexualidad es un sistema de conductas o comportamientos, de fuente instintiva e intelectiva, con una finalidad reproductiva (función reproductiva) y placentera (función erótica), al servicio de la comunicación y la trascendencia, que se descarga en un objeto sexual a través del coito o sus sustitutos y condicionado en su expresión por las pautas culturales y morales de cada época y lugar (1980, p. 83).  

 

Esta definición contiene los elementos necesarios en el estudio de la sexualidad (Flores Colombino, 1980): incorpora lo emergente y comprobable de la observación objetiva y subjetiva de la conducta o comportamiento, así como la aportación del psicoanálisis en la conformación psicosexual de la personalidad total (instinto) y  considera la fuente intelectiva, fuente propia del ser humano, que modifica ese comportamiento y lo somete a la voluntad, conciencia y al aparato psíquico en la totalidad.  

Además, considera tanto la función reproductiva como la erótica, y en ese sentido, el objeto sexual y su descarga pueden ser concebidos en términos heterosexuales, homosexuales, zoofílicos, de cosas o hacia sí mismo, es decir, su propio cuerpo: todos los objetos que adquieran un significado sexual para el particular erotismo de cada persona.  

Por último, también toma en cuenta el condicionamiento cultural, social, moral, religioso, ético, como evidente para el comportamiento sexual.  

En diversos estudios sobre el tema, es considerado sexualmente activo a todos aquellos que se hayan iniciado sexualmente, independientemente de la experiencia sexual posterior. Así, el que se hable de una vida sexual activa no necesariamente significa que se tengan experiencias sexuales frecuentes ya que, a menudo, éstas son realmente esporádicas.

De acuerdo a Ramírez Rivera, tomar la “decisión de iniciar o continuar su vida sexual activa implica enfrentarse a peligros latentes que constituyen una verdadera amenaza a su vida y su futuro personal” (1997, p. 137).  

Educación y conducta sexual

Hoy el tema de la sexualidad es cada vez más hablado por los jóvenes, pero esto rebela su apremiante necesidad de educación sexual. Y esta necesidad de educación, no sólo es en el plano físico, si no que, como ya vimos en la definición de sexualidad, ésta no sólo abarca aspectos biológicos o genitales, sino a todo un conjunto de elementos en donde también intervienen factores psicológicos, lúdicos y culturales, mismos que realmente muy pocos llegan a conocer en su totalidad.  

Las personas, los jóvenes en especial, se merecen la oportunidad de ser educados sexualmente. A decir de Ochoa (1999) se ha descubierto que adquirir una cultura sexual incide en relaciones sexuales tardías o menos tempranas. Debido a esto, agrega Ochoa (1999) , en la Cumbre Mundial de Población de 1999, ocurrida en la ciudad de Nueva York,  172 países –incluido México–firmaron, por primera vez en la historia, un acuerdo para difundir la cultura sexual.  

En México, la Secretaría de Salud ha insistido en la necesidad de saber para prevenir, mientras que la Secretaría de Educación Pública ya considera la educación sexual en la escuela como parte del currículo básico (Ochoa, 1999, p. 30).  

Sin embargo, una de las tantas razones por la que tal vez no se ha difundido tanto la educación sexual radica, posiblemente, en que quienes se encargan de proporcionarla no tienen la información suficiente o los medios  son inadecuados; ejemplo de éstos  son los padres de familia, maestros, etc.

Numerosas  fuentes indican que una educación de la sexualidad inadecuada es uno de los factores que favorecen la presentación de embarazos no deseados, abortos, matrimonios forzados, inicio sexual temprano y divorcios, además de Enfermedades Transmisión Sexual (ETS), tales como el SIDA (Ornelas Espinoza y Hernández Luna, 1997), y ni que hablar del Virus del Papiloma Humano, enfermedad sexual transmitida por el hombre a la mujer, causante del cáncer cérvico-uterino y la primera causa de muerte de las mujeres en México  (Ochoa, 1999).  

También Ibáñez Brambilia explica que según las investigaciones realizadas, la tendencia a presentar  conductas sexuales no deseadas se debe a que “no hay un conocimiento suficiente y adecuado acerca de la sexualidad en los jóvenes universitarios”  (1996, p.120).  

Se asegura en estas fuentes, que contar con información sobre sexualidad incrementa la posibilidad de que mejore la comunicación en la pareja.

Así pues, ¿qué es la educación sexual?  Ésta se puede definir como: 

 

... el proceso asociado a la formación integral de niños y jóvenes que les aporta información científica y elementos de esclarecimiento y reflexión para incorporar la sexualidad de forma plena, enriquecedora y saludable en todas las etapas de la vida y acorde con el concepto económico, histórico, social y cultural en que se vive (Sexualidad, s.a.).  

 

Pero, ¿cuáles son los objetivos de la Educación Sexual? Siguiendo el  Programa Universitario de Salud y Educación para la Vida (PROUNISEV) de la Universidad Autónoma de Nuevo León, se pueden destacar los siguientes  (Sexualidad, s.a.):

 

  • Desarrollar un pensamiento crítico, con adopción de actitudes positivas hacia la sexualidad.  

  • Reconocerse, identificarse y aceptarse como ser sexual durante todo el transcurso de la vida sin temores, angustias ni sentimientos de culpa.

  • Desarrollar roles sexuales que proporcionen relaciones de respeto y equidad entre las personas superando toda discriminación de género.  

  • Revalorizar la importancia del componente afectivo en la vida de los seres humanos.

  • Favorecer un mayor conocimiento y vínculo con el propio cuerpo como un elemento de auto estima y del auto cuidado de la salud.  

  • Favorecer conductas sexuales conscientes, placenteras, libres y responsables hacia uno mismo y los demás.  

  • Proporcionar la comunicación en la pareja.  

  • Promover conductas de responsabilidad compartida en la pareja tanto en la proporción y el cuidado de la descendencia como en la decisión y el empleo de métodos anticonceptivos.  

  • Promover  conductas de responsabilidad recíproca en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual.

 

Resultados

 

El cuestionario aplicado a los estudiantes de la Universidad de Occidente, campus Mazatlán, arrojó los siguientes resultados:

La mayoría de los estudiantes de la muestra, el 80% de un total de 56 alumnos, tiene una idea limitada de la sexualidad, dado que de éstos, un 32% la definió como sinónimo de relaciones sexuales y un 48% como diferencias de género o dieron respuestas vinculadas a características fisiológicas.  

Sólo el 20%  del total de los encuestados, se refiere a ella como lo que aquí llamamos, concepto integral: la integración de características de acuerdo a la definición de sexualidad manejada en este trabajo, misma que la conceptualiza  tomando en cuenta tanto un comportamiento en relación al instinto, a la libido, a la función del aparato reproductor y estado biológico, a los fenómenos intra y paraindividuales, así como  a la vivencia, conducta de relación y lenguaje de comunicación. 

Al distribuir las respuestas por carrera acerca de lo que para los estudiantes es la sexualidad, observamos que son más los estudiantes de psicología quienes tienen un concepto integral de la sexualidad,  25%, seguidos muy de cerca por los de sistemas computacionales con 20% y por debajo de ellos, en tercer lugar con 13%, los alumnos de administración (Gráfica 1).  

Por otro lado, destaca en la Gráfica 1 el hecho de que tanto en los estudiantes de administración y de sistemas computacionales son más los que la definen como diferencias de género, mientras que los de psicología son un poco más los que la conciben como relaciones sexuales.  

 

 

                     Gráfica 1

Sin embargo, aunque la mayoría no tiene una idea clara de lo que es la sexualidad, reconocen que existe una diferencia, pues el 86% del total de la muestra cree que si hay alguna diferencia entre sexualidad y sexo. Como se observa en la gráfica número dos, en esta ocasión son más los estudiantes de sistemas computacionales, seguidos por los de psicología; por el contrario, casi la tercera parte de los alumnos de administración consideran que no existe diferencia alguna entre sexualidad y sexo. 

 

 

                     Gráfica 2

Llama la atención la percepción que los estudiantes tienen de su nivel de conocimiento acerca de la sexualidad, pues el 38% cree que sí tiene  conocimientos suficientes sobre sexualidad, y el 54% responde que más o menos. Sólo el 9% de los encuestados dice no tener conocimientos suficientes o no está seguro de tenerlos.  Así, podemos decir que aunque la mayoría refleja un conocimiento inexacto de la sexualidad, muchos de ellos perciben lo contrario. 

Como se aprecia en la gráfica número 3, son los estudiantes de psicología quienes más consideran tener conocimientos suficientes, dado que el 55% de los que formaron parte de la muestra contestó en este sentido;  mientras que la mayoría de los alumnos de sistemas computacionales y de administración considera que su información sobre sexualidad  no es totalmente suficiente, sino “más o menos”.  

 

 

                       Gráfica 3  

Por otro lado,  sumando la frecuencia de respuestas, obtuvimos que, un 32% del total  se informó a través de los medios masivos de comunicación, un 30% a través de instituciones educativas, mientras que un 18% y 19% corresponde a la familia y los amigos, respectivamente (Gráfica 4).

De esto se puede deducir que la mayoría de los alumnos obtiene sus conocimientos de la escuela y los medios de comunicación en general y un número menor de la familia y los amigos.  

 

 

                        Gráfica 4

Sólo el 21% del total de la muestra dijo llevar una vida sexual activa, lo que, en términos globales, corresponde al porcentaje de aquellos que tienen un concepto integral de la sexualidad (20%), aunque esto no implica que sean los mismos.  

Son los alumnos de sistemas quienes presentan un mayor porcentaje de respuestas afirmativas (Gráfica 5) frente a los de administración, quienes sólo el 6% indicó ser sexualmente activo.  Tal condición lleva a pensar que los alumnos de administración son los que están más bajos en conocimientos de sexualidad debido, posiblemente,  a que la mayoría de los encuestados es sexualmente inactivo.  

 

 

                         Gráfica 5  

De los 12 alumnos (el 21% del total) que llevan una vida sexual activa, un 67% dijo utilizar algún método anticonceptivo, lo que significa que una tercera parte no los utiliza, cantidad esta última, que nos resulta considerable.  

En términos absolutos (Cuadro 1), tres de los cuatro alumnos de psicología  que son activos sexualmente, utiliza algún método, y el único caso de administración también dice sí utilizarlos. El caso más preocupante se da entre los encuestados de sistemas computacionales, pues sólo cuatro  de los siete que son activos sexualmente señalan hacer uso de algún método y tres de ellos responden que no.

 

 

                 Cuadro 1

Estudiantes sexualmente activos según condición de uso de métodos anticonceptivos

Números absolutos  

Método anticonceptivo

Ps.

Ad.

S. C.

T

Sí utiliza

3

1

4

8

No utiliza

1

0

3

4

Total

4

1

7

12

 

La información que poseen los estudiantes de la muestra se centra más en enfermedades de transmisión sexual, concentrándose más en la prevención de consecuencias del acto sexual, y métodos anticonceptivos. Según se puede apreciar en la gráfica número 6, el 30% del total dijo conocer más de enfermedades, el 25% dijo tener mayor información acerca de métodos anticonceptivos, el 11% dijo poseer más conocimientos en relaciones de pareja, mientras que el 13% manifestó tener conocimientos de todos los temas sobre sexualidad; por último, el 21%  restante tiene más conocimientos sobre otros aspectos de la sexualidad.  

 

 

                Gráfica 6

Comparado por carrera, el 38% y 35% de los alumnos de administración y sistemas computacionales, respectivamente, señalan tener mayor conocimiento en enfermedades de transmisión sexual, mientras que los de psicología son más, el 35%,  los que dicen conocer sobre métodos anticonceptivos (Gráfica 7).  

 

 

               Gráfica 7

Por último, los alumnos encuestados consideran necesario poseer conocimientos sobre sexualidad para tener una buena comunicación con su pareja, pues del total de 56 alumnos, un 96% dijo que  sí era importante tener conocimientos sobre sexualidad para tener una buena comunicación en la relación de pareja.  Sólo el 4% manifestó lo contrario, lo que en términos absolutos significa la cantidad de dos alumnos: uno de la carrera de psicología y el otro de sistemas computacionales.  

 

Conclusiones

 

Tomando en cuenta los datos recabados a través de las encuestas realizadas y el análisis de los resultados de éstas, llegamos a la conclusión de que en general hay un bajo porcentaje de alumnos que conocen lo que encierra la palabra sexualidad. Un apreciable porcentaje de los jóvenes consideran a la sexualidad como la realización del acto sexual.  

Haciendo una separación de los encuestados por carrera, destaca que en una parte significativa de los estudiantes del Tronco Común de Psicología ven la sexualidad únicamente como la realización del acto sexual; mientras que más de la mitad de los estudiantes del Tronco Común de Ciencias Administrativas se refieren a la sexualidad como la diferencia de género.  

De las tres carreras, quienes se acercaron más a definir la sexualidad como una integración de características, fueron los de Tronco Común de Psicología, aventajando en este sentido a los alumnos de Sistemas Computacionales y a los de Administración; dándose en estos últimos, la puntuación más baja en torno a conocimientos sobre sexualidad.  

Por otro lado, más de la mitad de los estudiantes encuestados están conscientes de no tener el conocimiento suficiente de la sexualidad, sin embargo, a la hora de separar los resultados, más de la mitad de los estudiantes del Tronco Común de Psicología dijeron tener conocimientos suficientes, contradiciéndose con las respuestas dadas en el cuestionario. Un gran porcentaje de los alumnos de Administración al igual que los de Sistemas mostraron tener mayor conciencia de su desconocimiento.  

Con los resultados de la investigación se puede deducir que los alumnos obtuvieron en su mayoría sus conocimientos de la escuela y los medios de comunicación en general y un número menor de la familia y los amigos. Concluyendo así, que la escuela y los medios de comunicación no han cumplido satisfactoriamente con su labor de informar debidamente a los estudiantes, dada la percepción incompleta de la sexualidad por parte de la mayoría.  

De los resultados de las encuestas podemos decir que la información que  poseen los estudiantes se centra más en métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual, concentrándose más en la prevención de las consecuencias del acto sexual.  

A partir de todo lo escrito anteriormente, se puede llegar a la conclusión de que los jóvenes no han sido bien informados sobre sexualidad y que muy probablemente esto se deba a que no se ha prestado el suficiente interés para aclarar sus dudas.  

 

Recomendaciones  

 

Basándonos en las conclusiones obtenidas, nos atrevemos a recomendar a la Universidad de Occidente que es necesario implementar ciertos métodos que permitan a los estudiantes aclarar sus dudas y conocer aquello que les cause inquietud.

Tales métodos pueden ser, la impartición de talleres por personas preparadas en el tema, en los que los jóvenes de cualquier carrera y trimestre puedan ingresar fácilmente.  

Se propone la formación de un comité que esté disponible para aclarar las dudas en el momento en que los jóvenes lo requieran.

Otro método, es la elaboración de folletos informativos con diferentes temas y distribuirlos en lugares estratégicos de manera que los jóvenes puedan tomarlos sin sentirse comprometidos.

 

Fuentes de información

 

Flores Colombino, Andres (1980), “Sexualidad humana” en: Sexo, Sexualidad y Sexología,  Lumen-Humanitas, 2ª edición, Argentina, pp. 79-99.  

Gary Bishop, Helen (1990), Orgasmo, Editorial 4 vientos, México.

Ibáñez Brambila, Berenice (1996), Enseñanza e investigación en Psicología, CNEIP Nueva época, Vol. 1, Núm. 1, Enero-Junio, México.

Ibáñez Brambila Berenice y Odriozala Urbina (1997), Religiosidad y          Conducta Sexual Premarital en Estudiantes Universitarios en Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología, págs. 124-133.  

Ochoa, Anabel (1999, noviembre),  ETS. El virus del papiloma humano... No es un asunto de mujeres en  Desnudarse, número 1, p. 30.

Ornelas Espinoza, Roxana y J.R. Hernández Luna (1997), Necesidades de información sobre sexualidad en tres grupos de la ciudad de Chihuahua, Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología  Escuela Libre de  Psicología, A.C. (ELPAC), pp. 238-244.  

Sexualidad (s.a) en @dolescencia, PROUNISEV (Programa Universitario de Salud y Educación para la Vida) de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México,  http://www.puni.uanl.mx/@dolescencia/Sexualidad/index.htm.  

 

 

 

 
 
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