DOBLE PLAY
por Edgard Tijerino
Sammy Sosa tras Mantle
A los 34 años, Sammy Sosa escalará la cima de la montaña que
todos los bateadores de poder sueñan: 500 jonrones. El
artillero dominicano que en dos ocasiones ha superado la
barrera de los 60, sólo necesita “uno más”, porque se quedó en
el círculo de espera al caer el telón de la temporada del
2002, con un total de 499 impactos.
Esa es, obviamente, la más alta cifra de un latino.
Precisamente a esa edad, 34 años, el 14 de julio de 1968,
contra Mike McCormick de los Gigantes, con dos a bordo en el
tercer inning, Hank Aaron aterrizó en la pista de los 500. Y
continuó durante 8 temporadas más, hasta fijar la retadora
cifra de 755, como “lo máximo”.
Aaron ha sido, la más grande atracción de un arranque de
campaña. En 1974, el planeta béisbol, ese que lamentablemente
no conocieron ni Galileo ni Copérnico, estaba pendiente de
cada uno de sus swings. El primer jonrón, lo empataría con
Babe Ruth en 714 y el siguiente, lo convertiría en el nuevo
rey con 715.
Los batazos hacia las tribunas, las bolas que caen en el mar
como en San Francisco, esos ovnis hacia el tercer piso del
Skydome, siguen siendo la más grande emoción del juego. No
necesariamente tan impresionantes como ese de Mickey Mantle
que rebotó en la cornisa del Yanqui Stadium buscando la calle,
y que Pedro Ramos lo sigue viendo cada amanecer.
Antes de Sosa y McGwire, la más electrizante batalla entre
jonrones había sido la protagonizada por Roger Maris y Mickey
Mantle en 1961. Fue el año en que Maris con 61, superó a Babe
Ruth, y Mantle, afectado por severos dolores en septiembre, no
pudo ir más allá de 54, cuando en las Vegas y en Wall Street,
todos apostaban que sería el vencedor.
Pero en 1998, McGwire se vio mas impresionante que un elefante
tratando de meterse en un “escarabajo” de la Wolkswagen, y
Sammy Sosa lo retó asombrosamente con una voracidad y
tenacidad espectaculares. Llegaron equilibrados al último fin
de semana, pero McGwire cerró como lo hace Schumacher con su
Ferrari, y con 70, dejó atrás a Sosa que disparó 66.
Después de ser “reducido” a 49 jonrones en el 2002, uno se
pregunta: ¿Cuántos podrá conectar Sammy en este 2003?¿Habrá
comenzado a perder ímpetu, o será capaz de ensayar otras
arremetidas violentas?
“Hay que considerar los 50 jonrones”, dice el nuevo manager de
los Cachorros Dusty Baker, consciente de la necesidad que
tiene de un grueso aporte ofensivo de Sosa.
Si Sammy logra descargar 50 jonrones, terminará el 2003 con un
total 549, superando a Mickey Mantle (536) y Mike Schmidt
(548), y quedando en ruta hacia los 600, ¿y por qué no
pensando en la posibilidad de 700?
El ¿qué es lo que viene?, resulta imposible de visualizar,
porque sencillamente nadie es dueño del próximo instante, como
reiteradamente apuntó Nietzche, sin embargo, el reto está ahí,
y Sammy necesita ser tan saludable como Aaron para poder
continuar haciendo estragos entre el pitcheo enemigo.
En 1968, cuando vimos a Aaron conectar 29 jonrones en 160
juegos, pensamos que esa era una clara señal de declive, pero
no fue así, el gran bateador de los Bravos regresó con 44 en
1969 y siguió con 38, 47 —su máxima cifra—34 y 40, antes de
perder vitalidad a los 40 años, cerrando su fulgurante carrera
con 20, 12 y 10, antes de retirarse en 1976 jugando para los
Cerveceros de Milwaukee.
Ver a Sosa crispado en el cajón de bateo como un tigre que
tiene localizada a su presa, tratando de descifrar el giro de
la pelota con su mirada fiera, nos obliga a levantarnos de las
butacas antes de verlo volcarse sobre el lanzamiento. Cada uno
de sus swings, provoca expectación suprema, y nos hace pensar
que puede conseguir un ritmo como el de Aaron.
Así que, abrochémonos los cinturones.
¿Y Canseco?
-El cubano Rafael Palmeiro, quien nunca ha recibido la
promoción que merece, está a sólo 10 jonrones de los 500 y es
un hecho que llegará, a menos que el mundo comience a girar al
revés.
-Será el segundo latino en lograrlo, ¿o hay alguien que crea
que puede adelantarse a Sammy?
-Lo lamentable es que José Canseco debió haber sido el
precursor entre los latinos, pero esos permanentes malestares
musculares, lo terriblemente dañada de su espalda, lo
limitaron a 462 jonrones.
-Fred McGriff, ahora con los Dodgers, quien necesita 22 jonrones, y Ken
Griffey, todavía con los Rojos, a 32 de la
gran cifra, son fuertes aspirantes... Considerando que Griffey
ha estado en dos temporadas por encima de los 50, si no es
atrapado por otra lesión, podría realizar el esfuerzo.
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