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 por: Braulio Arteaga

   Bolívar, VENEZUELA

 

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 por: Edwing Kako V.

   PUERTO RICO

 

 

 

 

 

 

 

 

[PRINCIPAL](LAS GRANDES LIGAS)  (HOUSTON CHRONICLE)(ESPN) (MLB)    

 (SPORTING NEWS) (USA TODAY)  (BEISBOL AMERICA)(FOX SPORTS)

 

 

 

 

HOMENAJE A  BETO  AVILA

                Seleccionamos cuatro excelentes reportajes que le hicieron a este inmortal Mexicano se los     presentamos a su consideración.

Beto Ávila, a 54 años de su debut

                                                           por   Alvaro Morales Estrada

      Dieciséis años después que llegara el primer mexicano a la Gran Carpa, Beto Ávila debutó en Ligas Mayores con Indios de Cleveland un sábado 30 de abril de 1949.

Aquel día la tribu enfrentó a Tigres de Detroit y en la sexta entrada Hal Peck bateó de emergente por el relevista Mike García y pegó un doblete. Luego del batazo lo sustituyó el veracruzano de 25 años quien había saltado la frontera gracias a su consistente madero con el Puebla, club en el cual bateó arriba de .330 en las últimas cuatro de sus cinco temporadas; y con el Marianao de Cuba, con el que estuvo a una décima de ganarle la corona de bateo (.323) a Lou Klein (.324).

En ese entonces los periódicos no circulaban el 1° de Mayo, día del trabajo, por ello fue hasta el 2 cuando La Afición, el primer diario deportivo del mundo publicó lo siguiente: “Beto Avila Ya Hizo Su Debut” (sic). La nota la firmó la United Press y el juego lo ganó Detroit por 7-5 con jonrones de Vic Wertz y George Vico contra Satchel Paige.

Aunque Baldomero Almada se convirtió en el primer mexicano en Grandes Ligas (Boston, 1933) y después José Luis Gómez hizo su aparición en 1935 con Filadelfia, Ávila se erigió como estrella al conquistar el campeonato de bateo de la Liga Americana en 1954 con .341. Hasta entonces ningún latinoamericano había conseguido dicha hazaña y transcurrieron siete años cuando otro hispano, Roberto Clemente, ganó el título en la Liga Nacional (.351).

El 21 de abril de 2002, en entrevista para Milenio Semanal, el legendario segunda base dijo: “En la época que nos tocó jugar a nosotros no había muchos latinos, éramos muy poquitos y la oportunidad de sobresalir era difícil. Ahora me alegra que se gane tan buen dinero y que es tan fácil ir a liga grande para los mexicanos, porque antes teníamos que ser excepcionales para ir a Estados Unidos; en Puebla yo era el único mexicano pues a los negros no le daban oportunidad en Ligas Mayores y el empresario Jorge Pasquel trajo a jugar acá a grandes estrellas extranjeras, quienes aceptaban de inmediato”.

El ’54 resultó un año maravilloso para el jarocho, ya que junto a Bob Feller, Al Smith, Larry Doby y Al Rosen, Cleveland ganó 111 juegos en la temporada y disputó el título de Serie Mundial con Gigantes de Nueva York.

Pese a perder el Clásico de Otoño por barrida en cuatro duelos, don Beto recuerda de manera grata sus 11 campañas en la mejor pelota caliente del mundo.

“Me fue muy bien en general, las personas me trataron bien e hice grandes amigos tanto adentro como afuera del terreno de juego. Allá te van a tratar dependiendo de cómo eres, cómo te comportas”.

En total, entró en 1300 juegos (Cleveland, Baltimore, Boston y Milwaukee), conectó mil 296 hits, 185 dobletes, 35 triples y 80 cuadrangulares. Su porcentaje con el madero de por vida quedó en .281.

A 48 años de su despedida de Grandes Ligas hoy vive en Veracruz y ha visto que la cifra de peloteros de nuestro país rebasa los 90 en la historia del Circo Mayor, entre ellos a Fernando Valenzuela y Vinicio Castilla, los cuales han brillado con luz propia.



(Tomado de la web Hitazos)



Alvaro Morales es reportero del diario La Afición (Grupo Milenio) y cronista en radio de Publieventos Deportivos.

Beto Avila: Con categoría de superestrella

                                                  por  HORACIO IBARRA

El ídolo veracruzano hizo historia en las Ligas Mayores al convertirse en el primer latinoamericano en ganar un título de bateo, hazaña consumada en 1954 jugando con los Indios de Cleveland, donde se dio el lujo de encabezar a los bateadores de la Liga Americana con .341 milésimas, además, ese mismo año participó en el Juego de Estrellas y tuvo el enorme privilegio de ser el primer mexicano en una Serie Mundial.

La grata presencia del veracruzano Beto Avila enmarcó la fiesta de aniversario del Salón de la Fama del Beisbol Profesional, el pasado 10 de marzo.

El exintermediarista acaparó la atención de los aficionados y medios informativos que se dieron cita en el Mini-estadio Héctor Espino situado dentro de las instalaciones del Templo de Inmortales y posteriormente en el salón acondicionado para el evento.

Fue al término de la lúcida ceremonia donde abordamos a quien fuera un excitante superestrella del beisbol mexicano y mientras caminábamos hacia el vehículo que lo regresaría al hotel donde se encontraba hospedado, hizo un alto en el camino contestando amablemente nuestras preguntas.

Señor Avila; ¿cómo se sintió en este evento donde usted fue la figura principal de los tres veracruzanos convocados?.

“Muy contento, bastante satisfecho de estar una vez más en el Salón de la Fama del beisbol, ya que estos son momentos inolvidables para nosotros y nos da gusto que nos reconozcan”, dijo el afamado veracruzano.

Hacía solo unos cuantos minutos que le habían entregado una placa de reconocimiento por haber sido parte de la Primera Reunión del Recuerdo del Templo de Inmortales, donde estuvieron también sus contemporáneos, Vinicio García y Guillermo “Huevito” Alvarez, creando un ambiente de efervescencia beisbolera.

¿Qué cree que le falte al beisbol mexicano, concretamente a la Liga Mexicana para poder salir del bache en el que se encuentra?, le preguntamos.

“Espectáculo”, contesta rápidamente, “el beisbol de la actualidad necesita espectáculo de calidad para que regresen los espectadores a las tribunas”.

“En estos tiempos, la afición se ha vuelto más exigente y los directivos tienen que invertir más para mostrar buenos equipos, de lo contrario, la gente se va a seguir yendo al otro deporte (futbol)”, comenta.

“Hace falta mayor coraje en los peloteros y que los directivos que manejan los equipos los vean realmente como negocio, que emprendan, que toquen puertas, que fortalezcan sus relaciones”.

“Los directivos han dejado que les coman el mandado”, manifiesta quien fuera brevemente presidente del circuito de verano en 1982, junto a Roberto Mansur y Pedro Treto Cisneros.

“Tú escuchas que algunos hablan de expansión cuando el circuito no cuenta con la fortaleza que se necesita, no se puede hablar de crecimiento cuando no hay bases bien sustentadas”, agrega.

¿Usted cree que es positivo el tener tanto peloteros en el beisbol norteamericano aunque sean pocos los que llegan?.

“Yo creo que es positivo para nuestro beisbol, por que se escucha más el nombre de México en los Estados Unidos y de ahí tiene que salir algo bueno”, manifiesta.

Aclamado por el público

Por la mañana, Beto Avila había hecho un recorrido por las instalaciones de la institución, llegando al Nicho de Inmortales donde tuvo la oportunidad de admirar su placa de inmortal, colocada en el recinto sagrado hace justamente tres décadas, ya que él fue uno de los entronizados precisamente el día que fue inaugurado el Salón de la Fama.

Ahí compartió unos momentos con Vinicio García y Huevito Alvarez, con quienes fue fotografiado y luego estuvo platicando con Pedro Treto Cisneros, Rafael Domínguez, Felipe Montemayor y Rodolfo “Botete” Alvarado.

El jarocho recibió una fuerte ovación del público asistente que abarrotó los espacios del Mini-estadio Héctor Espino y recordó momentos gratos contestando amablemente las preguntas de los aficionados sobre su desempeño en los primeros años de su carrera, así como el tiempo que estuvo en la carpa mayoritaria.

“M debut con los Pericos fue bastante afortunado, ya que fui el Novato del Año en 1943”, exclama.

“Recuerdo perfectamente que en aquellos años los novatos ganaban 150 pesos, yo exigí que me dieran 400, subieron la oferta a 300 pesos, pero al final me pagaron lo que pedía”.

“Después de todo, yo estaba consciente de merecerlo, en aquellos años me contrataron para jugar en Cuba y a pesar de los formidables peloteros isleños que participaban y de la presencia de ligamayoristas norteamericanos que jugaban en aquel beisbol, yo era el que devengaba más dinero de todos ellos”.

“Afortunadamente, yo siempre supe cobrar muy bien, además fui muy cuidadoso con mi dinero, sabía lo que valía y como tal pedía lo que consideraba justo. Era la ley de la oferta y la demanda, la cosa estaba muy fácil, si querían que jugara con ellos tenían que pagar bien mis servicios, de lo contrario no iba”.

“El pelotero debe saber valorizarse”.

“Una de las cosas que debe hacer un pelotero es cuidarse mucho, llevar una vida tranquila, la vida privada es muy importante. Había un jugador, al cual puedo considerar como el más fácil de firmar en todos los tiempos”.

“El firmaba los contratos en blanco con tal de que le adelantaran algo de dinero, cuando comenzaba la temporada ya lo debía”, expresa. “Esa es una de las cosas por las que los peloteros fracasan, lo más difícil es saber ahorrar, saberlo invertir, llevar una vida de relaciones, estas son muy importantes en estos tiempos”.

Categoría sobre el diamante

“Nunca me sentí estrella”, comenta, mientras seguimos caminando. “Yo pedía lo que consideraba que valía, si no me contrataban pues ni modo”.

“Y así era en las Grandes Ligas. En mis primeros años tuve problemas con Hank Greenberg, que era gerente de los Indios de Cleveland, mi primer equipo en las Mayores”.

“Al Rosen era uno de los grandes bateadores del club y no tenía problemas a la hora de firmar debido a que conectaba arriba de 30 cuadrangulares o producía más de 100 carreras por temporada.

“Yo le decía a Greenberg que valorara nuestro trabajo, ya que si Rosen impulsaba 100 carreras era por que siempre encontraba hombres en base”.

“Si yo anotaba 70 carreras en la campaña quería decir que por lo regular me embasaba con gran frecuencia”.

¿Por qué Rosen siempre impulsaba muchas carreras?, muy fácil, él bateaba como cuarto en el orden y siempre lo hacía con uno o dos corredores en base y en ocasiones hasta tres, de ahí su productividad con la majagua. “Contrariamente, yo bateaba casi siempre solo, ya que regularmente cuando comenzaba la entrada primeramente bateaba el octavo bat que era el más débil, luego seguía el pitcher, otro out disfrazado y cuando bateaba Dale Mitchell regularmente había ya dos outs y aunque él se embasara, cuando yo llegaba al pentágono lo tenía en primera o segunda base y aún así logré empujar cerca de 70 carreras”.

“Yo siempre me defendía pero lo hacía con argumentos”.

“Le decía, oye, está bien que Rosen produzca carreras, pero quiero preguntarte algo, ¿ya viste quien es el que las anota?.

“Regularmente yo era el segundo bat y era uno de los máximos anotadores de la Liga Americana, eso hablaba de mi consistencia pues casi siempre estaba sobre las bases”.

Latino privilegiado

Beto Avila era agresivo, sus barridas eran espectaculares, se entregaba sobre el diamante.

Debutó en 1949 con Cleveland, después haber ganado el título de bateo de la Liga Mexicana en 1947 con los Pericos de Puebla.

En su primera campaña tuvo oportunidad de aparecer en solo 31 partidos, pero un año más tarde estuvo en 80, promediando .299 milésimas.

Tuvo grandes temporadas en 1951 y 52 al finalizar con .300 y .304 milésimas respectivamente, siendo líder de triples en la última de ellas con 11.

Ese año tuvo oportunidad de ver acción en el Juego de Estrellas cubriendo el segundo saco por la Liga Americana y un año más tarde promedió .286 milésimas.

En 1954 logró una hazaña increíble al convertirse en el primer jugador latinoamericano en ganar el título de bateo en las Ligas Mayores, finalizando con .341 milésimas de porcentaje.

El veracruzano dejó en el camino al cubano Orestes Miñoso de los Medias Blancas de Chicago que terminó con .320 y a otros dos jugadores que finalizaron con .319.

Willie Mays fue el líder de la Liga Nacional con .345.

El inmortal veracruzano tuvo el privilegio de estar en el Juego de Estrellas y posteriormente en la Serie Mundial, convirtiéndose en el primer pelotero mexicano en aparecer en un clásico de otoño, aunque con mala suerte, ya que su novena fue barrida en solo cuatro juegos ante los Gigantes que jugaban en Nueva York.

Ese año es recordado por dos razones. Primeramente por haber estado en la Serie Mundial los campeones bateadores de los dos circuitos y por la famosa e histórica atrapada de Willie Mays en el fondo del jardín central y de espaldas al home, degollando un cañonazo de Dusty Rhodes.

Jornada inolvidable

Durante su estancia en el Salón de la Fama, Beto Avila recordó también su día más memorable sobre los diamantes.

Esto aconteció en 1951 en el Fenway Park de Boston, casa de los Medias Rojas, disparando tres cuadrangulares, un doble y un sencillo para conquistar 15 bases en un partido, quedando a solo una del récord de todos los tiempos en la Liga Americana.

Los aficionados que se dieron cita en el 30 Aniversario del Salón de la Fama vibraron con su presencia, manifestaron su entusiasmo y fue un placer volver a recordar las hazañas del gran ídolo veracruzano, quien en la actualidad sigue mostrando su categoría como persona, tal como lo hiciera en su brillante trayectoria como pelotero en los diamantes beisboleros del gran circo durante la década de los cincuentas.

Beto Avila derrocha categoría de superestrella.

Lo mejor de Beto Avila

En la Liga Mexicana

1943; Novato del Año.
1944; Líder de triples con 14.
1947; Campeón bateador .346 milésimas.
1960; Récord de bases por bolas con 124.

Promedio global: .329 milésimas.

En Ligas Mayores

1951; Batea tres jonrones en un juego, doble y sencillo.
1952; Campeón de triples con 11
1952; Participa en el Juego de Estrellas.
1954; Participa en el Juego de Estrellas.
1954; Campeón bateador de la Liga Americana (.341).
1955; Participa en el Juego de Estrellas.

(TOMADO DE HITAZOS)

El inmortal Ávila

                                                                       por RODRIGO ROBLES

“El beisbol debe jugarse con mucho poder y fortaleza… pero mental”… ROBERTO “BETO” ÁVILA. –

** “BETO” ÁVILA. – 10 años de incursión en el beisbol de las Grandes Ligas le sirvieron para escribir su propia historia… Roberto “Beto” Ávila, ahora con 76 años de edad, merodea los contornos del terreno de juego del parque “Eduardo Vasconcelos”, su personalidad aflora entre la brisa del valle oaxaqueño como una fantasía del pasado, toda vez que se convirtió en el primer pelotero latinoamericano en conquistar un título de bateo, hecho que logró en 1954 con los Indios de Cleveland de la Liga Americana.

“Esa es la mayor satisfacción que guardo de mis 10 años en el beisbol de las Mayores”, dijo “Beto” Ávila en una de las butacas del dugout de los Guerreros de Oaxaca.

Ataviado con una guayabera azul y pantalón gris, dejando aflorar su orgullo veracruzano, el gran “Bobby” de Cleveland, equipo que le hizo llegar en tres ocasiones al Juego de Estrellas y con el que vivió su única Serie Mundial, recordó sus momentos en los diamantes estadounidenses.

A pesar de los muchos y grandes logros, Ávila mantiene su modestia para el trato con todo aquel que se le acerca, ya sea para el comentario, para el autógrafo o simplemente para el saludo. Sus hazañas empezaron a gestarse en 1943 cuando fue “Novato del Año” con los Pericos de Puebla, en 1949 firmó con los Indios de Cleveland, de Indios pasó a Medias Rojas donde compartió terreno con Ted Williams y luego en 1959, concluyó su paso por la “Gran Carpa” con el equipo de los Bravos, cuando estos todavía estaban en Milwaukke.

Ávila llegó en el justo momento en que el beisbol norteamericano vivía una revolución y estaba adaptándose a las nuevas costumbres, dos años antes Jackie Robinson, contratado por la organización de los Dodgers de Brooklin, había roto la barrera racial en contra de los peloteros afro americanos, entonces había que mostrar las cualidades para jugar beisbol en la meca del deporte de la pelota. Sin embargo “Beto” Ávila será siempre recordado por aquel año de 1954 cuando con su tolete llevó a Cleveland a los primeros lugares y hasta la Serie Mundial que lamentablemente perdieron en cuatro juegos con los Gigantes de Nueva York.

Sus números fueron .341, 15 jonrones y 112 carreras anotadas, tenía 30 años de edad y estaba en su sexta temporada. Esa gran proeza le abrió las puertas del Salón de la Fama del Beisbol Profesional Mexicano, hecho que ocurrió en 1972.

--- Don “Beto”, sus ojos vieron muchos muy excelentes peloteros, pero dígame, quiénes son los mejores para usted. -- No dejo de admirar lo que hicieron Ted Williams y a Joe DiMaggio, dos grandes peloteros, en los últimos 70 años no he visto peloteros como ellos en el beisbol de las Grandes Ligas”, mencionó el ex -ligamayorista.

DiMaggio –-abundó-- es el mejor pelotero que he visto, mientras que Williams fue el mejor bateador.

-- ¿La política te alejo del deporte o el deporte te acercó a la política?

-- “(Risas) Llegué en dos ocasiones al congreso local y fui presidente municipal en la ciudad en que nací; pero no fue complicado, la política me apasionaba desde mi época de pelotero.

En la próxima entrega la opinión de “Beto” Ávila sobre la histórica atrapada de Willie Mays de espaldas al home plate, considerada como uno de los gratos momentos en el beisbol de las Ligas Mayores y que se presentó en la Serie Mundial de 1954…

(Tomado de HITAZOS)

Roberto "Beto" Avila

CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 12, 2003.-

La salud, clave de su éxito. Roberto “Beto” Ávila, leyenda del beisbol mexicano, que se forjó a sí mismo.

Aunque se le reconoce como una personalidad irrepetible en la historia del deporte mexicano, las actuales generaciones de aficionados al beisbol pueden considerar impensable que este hombre haya sido quien tuviera durante varios años prácticamente a todo un país pendiente de cada uno de sus movimientos.

Ese fue uno de los muchos aspectos por los que Roberto Ávila González nos maravilla y por los que maravilló como pocos al gran público del Rey de los Deportes y por los que despertó la admiración general de sus compatriotas, que lo vieron convertido en la primera gran estrella mexicana en el beisbol de las Grandes Ligas.

Resumir la carrera del inmenso “Beto” Ávila nunca será hacerle justicia, pero es inevitable dejar de lado las referencias que lo convirtieron en una gloria para México. No puede uno mencionar su nombre sin pensar en el número .341 con el que fue el primer campeón de bateo latinoamericano en las Grandes Ligas, en 1954; no puede uno dejar de ligarlo a los Indios de Cleveland, no puede uno dejar de pensar en un hombre exitoso en la vida y luego de verlo a sus casi 79 años de edad, entero, con gran claridad de pensamiento y palabra, no puede uno negar que es un ejemplo a seguir en el cuidado de la salud y en la entrega al trabajo duro con el que se llega a la cima en cualquier oficio o profesión.

La entrevista exclusiva que Don Beto Ávila concedió a Televisadeportes.com fue, más bien, una plática amistosa de su parte a la que sólo se le pudo corresponder con un sincero e impactante respeto.

La ocasión fue la cuarta entrega de trofeos Televisa Deportes, en el que el gran ídolo veracruzano recibió un reconocimiento a incomparable carrera; su ánimo por dicho homenaje era notable: “Es algo de verdad muy agradable porque demuestra que me siguen recordando con mucho cariño como siempre lo ha hecho el pueblo de México y es una gran satisfacción no sólo para mí, para mi señora, para mis hijos”.

Beto Ávila, el pionero Cronológicamente, fue el cuarto beisbolista mexicano en las Mayores, tras las incursiones de Baldomero “Melo” Almada (1933), José Luis “Chile” Gómez (1935) y Jesse Flores (1942), sin embargo, fue realmente el primero en tener un éxito rotundo. Su llegada fue en 1949 y no fue firmado por cualquier equipo; fueron los Indios de Cleveland, campeones de la Serie Mundial de 1948, los que lo hicieron llegar a la “Gan Carpa” .

¿Por qué él sí pudo llegar a donde ningún otro pelotero azteca había llegado y ha donde ningún otro compatriota ha podido?

En su opinión, la disciplina fue su máximo atributo: “Es muy importante la disciplina que tenga uno. Yo fui una persona que siempre tuvo esa disciplina, me cuidé siempre físicamente y entonces siempre tenía yo metas y mi meta era sobresalir en el beisbol de Grandes Ligas”.

Parece una fórmula sencilla y repetida, pero Beto Ávila era un tipo talentoso y agraciado con el don del bateo, por el que triunfó en todos los diamantes que pisó: “En todas las ligas que yo jugué, siempre baté, no fue una casualidad que yo bateara en liga grande.

Aquí en México me pasó algo increíble al ser el primer campeón bateador mexicano porque siempre lo ganaba un extranjero, por la cantidad de extranjeros que jugaban en esa época en que yo jugué, del ’43 al año ’47, cinco años. Había en cada equipo 15 extranjeros y grandes estrellas, muy buenos jugadores y nunca un mexicano ganaba, hasta que yo en el año ’47 fui el campeón bateador con.346. Fui a Cuba y gané el campeonato de bateo, fui a Venezuela y fui campeón de bateo.

Entonces para mí no fue extraño que llegara a liga grande y que pudiera yo batear porque yo tenía esa confianza de que sí podía yo batear y lo demostré siendo campeón al año ’54 con .341, el primer latinoamericano en ser campeón bateador en Grandes Ligas y, por supuesto, el primer mexicano y que hasta la fecha y por desgracia para nuestro beisbol no ha salido otro mexicano que supere todo lo que yo hice. Espero que salgan algunos y que lo superen”.

’Me forjé yo mismo’ “

¿Quién forjó a Beto Ávila? “Ahora sí, voy a decir la realidad. Me forjé yo mismo, a base de sacrificio, de cuidarme, de tener mi mente siempre en que podría yo lograrlo dentro del beisbol y, por fortuna, lo logramos, pero con mucho esfuerzo, con mucha disciplina y cuidándose mucho físicamente, que es lo que yo les recomiendo a la mayoría de nuestros mexicanos, no dentro del beisbol sino dentro de todo el deporte”.

Las claves de su éxito en el mejor beisbol del mundo y en la vida fueron la salud y la humildad: “Lo más importante es cuidarse físicamente y, sobre todo, que no se le vaya a la cabeza a uno el estrellato como tú ves que sucede, nada más tantito brillan y ya se sienten dioses y eso no. Yo creo que lo que más vale en la vida de una persona es su vida privada y yo estoy muy orgulloso de mi vida privada.

Mi señora que está aquí presente, cumplimos 51 años de casados en diciembre 10 del año pasado, tengo cuatro hijos, todos muy buenos muchachos, tanto las niñas como los varones. Me siento una persona muy afortunada teniendo esta familia y que me ha servido mucho de apoyo en mi carrera en el beisbol, en mi carrera política también. Puedo decir que he sido triunfador en el deporte y en la política”.

’El beisbol ha bajado de calidad’

El segunda base que brilló en la Liga Mexicana con el Puebla y con Tigres, reconoce que no pensó, en sus momentos de gloria que con el paso de los años tantos mexicano tendrían la oportunidad de pisar los diamantes ligamayoristas: “Eso es fácil de decirlo, porque en principio, cuando yo jugaba en Grandes Ligas, entre las dos ligas eran 16 equipos, ahora hay 30 equipos y se acabaron las ligas menores en los Estados Unidos.

Entonces el beisbol bajó mucho de calidad, lógico por la cantidad de equipos, por la cantidad de jugadores americanos que ya no salen de las ligas menores de Estados Unidos”.

El problema se extendió a nuestro país en las palabras del también elemento del Salón de la Fama ubicado en Monterrey: “El beisbol ha bajado de calidad no nada más en México, en México también bajó porque todos esos jugadores de color que venían aquí y tanto cubano que venía aquí ya no pueden venir, ahora juegan en los Estados Unidos, es más fácil llegar a liga mayor que antes.

Y como te digo, ahora los mexicanos tienen más oportunidad de llegar a un equipo de liga grande porque la calidad bajó por la cantidad de equipos y los buenos jugadores se reparten entre más equipos, que antes estaban más concentrados en pocos equipos”.

Su infaltable mensaje para la juventud “Lo que yo les digo es que si quieren sobresalir en el deporte, lo primordial que tienen que hacer es cuidarse físicamente. Es muy importante la disciplina que tengan, precisamente que se alejen de los vicios, del licor, del cigarro y que se pongan metas, que para llegar a ellas hay que hacer un gran esfuerzo.

Voy a repetir: sobresalir en el deporte es muy difícil, son muy pocos los que sobresalen; hay miles o millones de médicos, hay miles o millones de ingenieros, licenciados que sobresalen; en el deporte son muy pocos los que salen porque juegan muchos en liga grande, pero la mayoría no son buenos, son medianos, pero buenos que sobresalgan son muy poquitos”.

Siempre habrá más que contar y que escuchar sobre Don Beto Ávila, un hombre leyenda como pocos.

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