HOMENAJE A
BETO AVILA
Seleccionamos cuatro
excelentes reportajes que le hicieron a este inmortal
Mexicano se los presentamos a su
consideración.
Beto Ávila, a 54 años de su debut
por Alvaro Morales Estrada
Dieciséis
años después que llegara el primer mexicano a la Gran Carpa,
Beto Ávila debutó en Ligas Mayores con Indios de Cleveland
un sábado 30 de abril de 1949.
Aquel día la tribu enfrentó a Tigres de Detroit y en la
sexta entrada Hal Peck bateó de emergente por el relevista
Mike García y pegó un doblete. Luego del batazo lo sustituyó
el veracruzano de 25 años quien había saltado la frontera
gracias a su consistente madero con el Puebla, club en el
cual bateó arriba de .330 en las últimas cuatro de sus cinco
temporadas; y con el Marianao de Cuba, con el que estuvo a
una décima de ganarle la corona de bateo (.323) a Lou Klein
(.324).
En ese entonces los periódicos no circulaban el 1° de Mayo,
día del trabajo, por ello fue hasta el 2 cuando La
Afición, el primer diario deportivo del mundo publicó lo
siguiente: “Beto Avila Ya Hizo Su Debut” (sic). La
nota la firmó la United Press y el juego lo ganó Detroit por
7-5 con jonrones de Vic Wertz y George Vico contra Satchel
Paige.
Aunque Baldomero Almada se convirtió en el primer mexicano
en Grandes Ligas (Boston, 1933) y después José Luis Gómez
hizo su aparición en 1935 con Filadelfia, Ávila se erigió
como estrella al conquistar el campeonato de bateo de la
Liga Americana en 1954 con .341. Hasta entonces ningún
latinoamericano había conseguido dicha hazaña y
transcurrieron siete años cuando otro hispano, Roberto
Clemente, ganó el título en la Liga Nacional (.351).
El 21 de abril de 2002, en entrevista para Milenio
Semanal, el legendario segunda base dijo: “En la época
que nos tocó jugar a nosotros no había muchos latinos,
éramos muy poquitos y la oportunidad de sobresalir era
difícil. Ahora me alegra que se gane tan buen dinero y que
es tan fácil ir a liga grande para los mexicanos, porque
antes teníamos que ser excepcionales para ir a Estados
Unidos; en Puebla yo era el único mexicano pues a los negros
no le daban oportunidad en Ligas Mayores y el empresario
Jorge Pasquel trajo a jugar acá a grandes estrellas
extranjeras, quienes aceptaban de inmediato”.
El ’54 resultó un año maravilloso para el jarocho, ya que
junto a Bob Feller, Al Smith, Larry Doby y Al Rosen,
Cleveland ganó 111 juegos en la temporada y disputó el
título de Serie Mundial con Gigantes de Nueva York.
Pese a perder el Clásico de Otoño por barrida en
cuatro duelos, don Beto recuerda de manera grata sus 11
campañas en la mejor pelota caliente del mundo.
“Me fue muy bien en general, las personas me trataron bien e
hice grandes amigos tanto adentro como afuera del terreno de
juego. Allá te van a tratar dependiendo de cómo eres, cómo
te comportas”.
En total, entró en 1300 juegos (Cleveland, Baltimore, Boston
y Milwaukee), conectó mil 296 hits, 185 dobletes, 35 triples
y 80 cuadrangulares. Su porcentaje con el madero de por vida
quedó en .281.
A 48 años de su despedida de Grandes Ligas hoy vive en
Veracruz y ha visto que la cifra de peloteros de nuestro
país rebasa los 90 en la historia del Circo Mayor,
entre ellos a Fernando Valenzuela y Vinicio Castilla, los
cuales han brillado con luz propia.
(Tomado de la web
Hitazos)
Alvaro Morales es reportero
del diario La Afición (Grupo Milenio) y cronista en radio de
Publieventos Deportivos.
Beto
Avila: Con categoría de superestrella
por
HORACIO IBARRA
El
ídolo veracruzano hizo historia en las Ligas Mayores al
convertirse en el primer latinoamericano en ganar un título
de bateo, hazaña consumada en 1954 jugando con los Indios de
Cleveland, donde se dio el lujo de encabezar a los
bateadores de la Liga Americana con .341 milésimas, además,
ese mismo año participó en el Juego de Estrellas y tuvo el
enorme privilegio de ser el primer mexicano en una Serie
Mundial.
La grata presencia del veracruzano
Beto Avila enmarcó la fiesta de aniversario del Salón de la
Fama del Beisbol Profesional, el pasado 10 de marzo.
El exintermediarista acaparó la atención de los aficionados
y medios informativos que se dieron cita en el Mini-estadio
Héctor Espino situado dentro de las instalaciones del Templo
de Inmortales y posteriormente en el salón acondicionado
para el evento.
Fue al término de la lúcida ceremonia donde abordamos a
quien fuera un excitante superestrella del beisbol mexicano
y mientras caminábamos hacia el vehículo que lo regresaría
al hotel donde se encontraba hospedado, hizo un alto en el
camino contestando amablemente nuestras preguntas.
Señor Avila; ¿cómo se sintió en este evento donde usted fue
la figura principal de los tres veracruzanos convocados?.
“Muy contento, bastante satisfecho de estar una vez más en
el Salón de la Fama del beisbol, ya que estos son momentos
inolvidables para nosotros y nos da gusto que nos
reconozcan”, dijo el afamado veracruzano.
Hacía solo unos cuantos minutos que le habían entregado una
placa de reconocimiento por haber sido parte de la Primera
Reunión del Recuerdo del Templo de Inmortales, donde
estuvieron también sus contemporáneos, Vinicio García y
Guillermo “Huevito” Alvarez, creando un ambiente de
efervescencia beisbolera.
¿Qué cree que le falte al beisbol mexicano, concretamente a
la Liga Mexicana para poder salir del bache en el que se
encuentra?, le preguntamos.
“Espectáculo”, contesta rápidamente, “el beisbol de la
actualidad necesita espectáculo de calidad para que regresen
los espectadores a las tribunas”.
“En estos tiempos, la afición se ha vuelto más exigente y
los directivos tienen que invertir más para mostrar buenos
equipos, de lo contrario, la gente se va a seguir yendo al
otro deporte (futbol)”, comenta.
“Hace falta mayor coraje en los peloteros y que los
directivos que manejan los equipos los vean realmente como
negocio, que emprendan, que toquen puertas, que fortalezcan
sus relaciones”.
“Los directivos han dejado que les coman el mandado”,
manifiesta quien fuera brevemente presidente del circuito de
verano en 1982, junto a Roberto Mansur y Pedro Treto
Cisneros.
“Tú escuchas que algunos hablan de expansión cuando el
circuito no cuenta con la fortaleza que se necesita, no se
puede hablar de crecimiento cuando no hay bases bien
sustentadas”, agrega.
¿Usted cree que es positivo el tener tanto peloteros en el
beisbol norteamericano aunque sean pocos los que llegan?.
“Yo creo que es positivo para nuestro beisbol, por que se
escucha más el nombre de México en los Estados Unidos y de
ahí tiene que salir algo bueno”, manifiesta.
Aclamado por el público
Por la mañana, Beto Avila había hecho un recorrido por las
instalaciones de la institución, llegando al Nicho de
Inmortales donde tuvo la oportunidad de admirar su placa de
inmortal, colocada en el recinto sagrado hace justamente
tres décadas, ya que él fue uno de los entronizados
precisamente el día que fue inaugurado el Salón de la Fama.
Ahí compartió unos momentos con Vinicio García y Huevito
Alvarez, con quienes fue fotografiado y luego estuvo
platicando con Pedro Treto Cisneros, Rafael Domínguez,
Felipe Montemayor y Rodolfo “Botete” Alvarado.
El jarocho recibió una fuerte ovación del público asistente
que abarrotó los espacios del Mini-estadio Héctor Espino y
recordó momentos gratos contestando amablemente las
preguntas de los aficionados sobre su desempeño en los
primeros años de su carrera, así como el tiempo que estuvo
en la carpa mayoritaria.
“M debut con los Pericos fue bastante afortunado, ya que fui
el Novato del Año en 1943”, exclama.
“Recuerdo perfectamente que en aquellos años los novatos
ganaban 150 pesos, yo exigí que me dieran 400, subieron la
oferta a 300 pesos, pero al final me pagaron lo que pedía”.
“Después de todo, yo estaba consciente de merecerlo, en
aquellos años me contrataron para jugar en Cuba y a pesar de
los formidables peloteros isleños que participaban y de la
presencia de ligamayoristas norteamericanos que jugaban en
aquel beisbol, yo era el que devengaba más dinero de todos
ellos”.
“Afortunadamente, yo siempre supe cobrar muy bien, además
fui muy cuidadoso con mi dinero, sabía lo que valía y como
tal pedía lo que consideraba justo. Era la ley de la oferta
y la demanda, la cosa estaba muy fácil, si querían que
jugara con ellos tenían que pagar bien mis servicios, de lo
contrario no iba”.
“El pelotero debe saber valorizarse”.
“Una de las cosas que debe hacer un pelotero es cuidarse
mucho, llevar una vida tranquila, la vida privada es muy
importante. Había un jugador, al cual puedo considerar como
el más fácil de firmar en todos los tiempos”.
“El firmaba los contratos en blanco con tal de que le
adelantaran algo de dinero, cuando comenzaba la temporada ya
lo debía”, expresa. “Esa es una de las cosas por las que los
peloteros fracasan, lo más difícil es saber ahorrar, saberlo
invertir, llevar una vida de relaciones, estas son muy
importantes en estos tiempos”.
Categoría sobre el diamante
“Nunca me sentí estrella”, comenta, mientras seguimos
caminando. “Yo pedía lo que consideraba que valía, si no me
contrataban pues ni modo”.
“Y así era en las Grandes Ligas. En mis primeros años tuve
problemas con Hank Greenberg, que era gerente de los Indios
de Cleveland, mi primer equipo en las Mayores”.
“Al Rosen era uno de los grandes bateadores del club y no
tenía problemas a la hora de firmar debido a que conectaba
arriba de 30 cuadrangulares o producía más de 100 carreras
por temporada.
“Yo le decía a Greenberg que valorara nuestro trabajo, ya
que si Rosen impulsaba 100 carreras era por que siempre
encontraba hombres en base”.
“Si yo anotaba 70 carreras en la campaña quería decir que
por lo regular me embasaba con gran frecuencia”.
¿Por qué Rosen siempre impulsaba muchas carreras?, muy
fácil, él bateaba como cuarto en el orden y siempre lo hacía
con uno o dos corredores en base y en ocasiones hasta tres,
de ahí su productividad con la majagua. “Contrariamente, yo
bateaba casi siempre solo, ya que regularmente cuando
comenzaba la entrada primeramente bateaba el octavo bat que
era el más débil, luego seguía el pitcher, otro out
disfrazado y cuando bateaba Dale Mitchell regularmente había
ya dos outs y aunque él se embasara, cuando yo llegaba al
pentágono lo tenía en primera o segunda base y aún así logré
empujar cerca de 70 carreras”.
“Yo siempre me defendía pero lo hacía con argumentos”.
“Le decía, oye, está bien que Rosen produzca carreras, pero
quiero preguntarte algo, ¿ya viste quien es el que las
anota?.
“Regularmente yo era el segundo bat y era uno de los máximos
anotadores de la Liga Americana, eso hablaba de mi
consistencia pues casi siempre estaba sobre las bases”.
Latino privilegiado
Beto Avila era agresivo, sus barridas eran espectaculares,
se entregaba sobre el diamante.
Debutó en 1949 con Cleveland, después haber ganado el título
de bateo de la Liga Mexicana en 1947 con los Pericos de
Puebla.
En su primera campaña tuvo oportunidad de aparecer en solo
31 partidos, pero un año más tarde estuvo en 80, promediando
.299 milésimas.
Tuvo grandes temporadas en 1951 y 52 al finalizar con .300 y
.304 milésimas respectivamente, siendo líder de triples en
la última de ellas con 11.
Ese año tuvo oportunidad de ver acción en el Juego de
Estrellas cubriendo el segundo saco por la Liga Americana y
un año más tarde promedió .286 milésimas.
En 1954 logró una hazaña increíble al convertirse en el
primer jugador latinoamericano en ganar el título de bateo
en las Ligas Mayores, finalizando con .341 milésimas de
porcentaje.
El veracruzano dejó en el camino al cubano Orestes Miñoso de
los Medias Blancas de Chicago que terminó con .320 y a otros
dos jugadores que finalizaron con .319.
Willie Mays fue el líder de la Liga Nacional con .345.
El inmortal veracruzano tuvo el privilegio de estar en el
Juego de Estrellas y posteriormente en la Serie Mundial,
convirtiéndose en el primer pelotero mexicano en aparecer en
un clásico de otoño, aunque con mala suerte, ya que su
novena fue barrida en solo cuatro juegos ante los Gigantes
que jugaban en Nueva York.
Ese año es recordado por dos razones. Primeramente por haber
estado en la Serie Mundial los campeones bateadores de los
dos circuitos y por la famosa e histórica atrapada de Willie
Mays en el fondo del jardín central y de espaldas al home,
degollando un cañonazo de Dusty Rhodes.
Jornada inolvidable
Durante su estancia en el Salón de la Fama, Beto Avila
recordó también su día más memorable sobre los diamantes.
Esto aconteció en 1951 en el Fenway Park de Boston, casa de
los Medias Rojas, disparando tres cuadrangulares, un doble y
un sencillo para conquistar 15 bases en un partido, quedando
a solo una del récord de todos los tiempos en la Liga
Americana.
Los aficionados que se dieron cita en el 30 Aniversario del
Salón de la Fama vibraron con su presencia, manifestaron su
entusiasmo y fue un placer volver a recordar las hazañas del
gran ídolo veracruzano, quien en la actualidad sigue
mostrando su categoría como persona, tal como lo hiciera en
su brillante trayectoria como pelotero en los diamantes
beisboleros del gran circo durante la década de los
cincuentas.
Beto Avila derrocha categoría de superestrella.
Lo mejor de Beto Avila
En la Liga Mexicana
1943; Novato del Año.
1944; Líder de triples con 14.
1947; Campeón bateador .346 milésimas.
1960; Récord de bases por bolas con 124.
Promedio global: .329 milésimas.
En Ligas Mayores
1951; Batea tres jonrones en un juego, doble y sencillo.
1952; Campeón de triples con 11
1952; Participa en el Juego de Estrellas.
1954; Participa en el Juego de Estrellas.
1954; Campeón bateador de la Liga Americana (.341).
1955; Participa en el Juego de Estrellas.
(TOMADO DE
HITAZOS)
El
inmortal Ávila
por RODRIGO ROBLES
“El beisbol debe jugarse con mucho
poder y fortaleza… pero mental”… ROBERTO “BETO” ÁVILA. –
** “BETO” ÁVILA. – 10 años de incursión en el beisbol de las
Grandes Ligas le sirvieron para escribir su propia historia…
Roberto “Beto” Ávila, ahora con 76 años de edad, merodea los
contornos del terreno de juego del parque “Eduardo
Vasconcelos”, su personalidad aflora entre la brisa del
valle oaxaqueño como una fantasía del pasado, toda vez que
se convirtió en el primer pelotero latinoamericano en
conquistar un título de bateo, hecho que logró en 1954 con
los Indios de Cleveland de la Liga Americana.
“Esa es la mayor satisfacción que guardo de mis 10 años en
el beisbol de las Mayores”, dijo “Beto” Ávila en una de las
butacas del dugout de los Guerreros de Oaxaca.
Ataviado con una guayabera azul y pantalón gris, dejando
aflorar su orgullo veracruzano, el gran “Bobby” de Cleveland,
equipo que le hizo llegar en tres ocasiones al Juego de
Estrellas y con el que vivió su única Serie Mundial, recordó
sus momentos en los diamantes estadounidenses.
A pesar de los muchos y grandes logros, Ávila mantiene su
modestia para el trato con todo aquel que se le acerca, ya
sea para el comentario, para el autógrafo o simplemente para
el saludo. Sus hazañas empezaron a gestarse en 1943 cuando
fue “Novato del Año” con los Pericos de Puebla, en 1949
firmó con los Indios de Cleveland, de Indios pasó a Medias
Rojas donde compartió terreno con Ted Williams y luego en
1959, concluyó su paso por la “Gran Carpa” con el equipo de
los Bravos, cuando estos todavía estaban en Milwaukke.
Ávila llegó en el justo momento en que el beisbol
norteamericano vivía una revolución y estaba adaptándose a
las nuevas costumbres, dos años antes Jackie Robinson,
contratado por la organización de los Dodgers de Brooklin,
había roto la barrera racial en contra de los peloteros afro
americanos, entonces había que mostrar las cualidades para
jugar beisbol en la meca del deporte de la pelota. Sin
embargo “Beto” Ávila será siempre recordado por aquel año de
1954 cuando con su tolete llevó a Cleveland a los primeros
lugares y hasta la Serie Mundial que lamentablemente
perdieron en cuatro juegos con los Gigantes de Nueva York.
Sus números fueron .341, 15 jonrones y 112 carreras
anotadas, tenía 30 años de edad y estaba en su sexta
temporada. Esa gran proeza le abrió las puertas del Salón de
la Fama del Beisbol Profesional Mexicano, hecho que ocurrió
en 1972.
--- Don “Beto”, sus ojos vieron muchos muy excelentes
peloteros, pero dígame, quiénes son los mejores para usted.
-- No dejo de admirar lo que hicieron Ted Williams y a Joe
DiMaggio, dos grandes peloteros, en los últimos 70 años no
he visto peloteros como ellos en el beisbol de las Grandes
Ligas”, mencionó el ex -ligamayorista.
DiMaggio –-abundó-- es el mejor pelotero que he visto,
mientras que Williams fue el mejor bateador.
-- ¿La política te alejo del deporte o el deporte te acercó
a la política?
-- “(Risas) Llegué en dos ocasiones al congreso local y fui
presidente municipal en la ciudad en que nací; pero no fue
complicado, la política me apasionaba desde mi época de
pelotero.
En la próxima entrega la opinión de “Beto” Ávila sobre la
histórica atrapada de Willie Mays de espaldas al home plate,
considerada como uno de los gratos momentos en el beisbol de
las Ligas Mayores y que se presentó en la Serie Mundial de
1954…
(Tomado de
HITAZOS)
Roberto "Beto" Avila
CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 12,
2003.-
La salud, clave de su éxito. Roberto “Beto” Ávila, leyenda
del beisbol mexicano, que se forjó a sí mismo.
Aunque se le reconoce como una personalidad irrepetible en
la historia del deporte mexicano, las actuales generaciones
de aficionados al beisbol pueden considerar impensable que
este hombre haya sido quien tuviera durante varios años
prácticamente a todo un país pendiente de cada uno de sus
movimientos.
Ese fue uno de los muchos aspectos por los que Roberto Ávila
González nos maravilla y por los que maravilló como pocos al
gran público del Rey de los Deportes y por los que despertó
la admiración general de sus compatriotas, que lo vieron
convertido en la primera gran estrella mexicana en el
beisbol de las Grandes Ligas.
Resumir la carrera del inmenso “Beto” Ávila nunca será
hacerle justicia, pero es inevitable dejar de lado las
referencias que lo convirtieron en una gloria para México.
No puede uno mencionar su nombre sin pensar en el número
.341 con el que fue el primer campeón de bateo
latinoamericano en las Grandes Ligas, en 1954; no puede uno
dejar de ligarlo a los Indios de Cleveland, no puede uno
dejar de pensar en un hombre exitoso en la vida y luego de
verlo a sus casi 79 años de edad, entero, con gran claridad
de pensamiento y palabra, no puede uno negar que es un
ejemplo a seguir en el cuidado de la salud y en la entrega
al trabajo duro con el que se llega a la cima en cualquier
oficio o profesión.
La entrevista exclusiva que Don Beto Ávila concedió a
Televisadeportes.com fue, más bien, una plática amistosa
de su parte a la que sólo se le pudo corresponder con un
sincero e impactante respeto.
La ocasión fue la cuarta entrega de trofeos Televisa
Deportes, en el que el gran ídolo veracruzano recibió un
reconocimiento a incomparable carrera; su ánimo por dicho
homenaje era notable: “Es algo de verdad muy agradable
porque demuestra que me siguen recordando con mucho cariño
como siempre lo ha hecho el pueblo de México y es una gran
satisfacción no sólo para mí, para mi señora, para mis
hijos”.
Beto Ávila, el pionero Cronológicamente, fue el cuarto
beisbolista mexicano en las Mayores, tras las incursiones de
Baldomero “Melo” Almada (1933), José Luis “Chile” Gómez
(1935) y Jesse Flores (1942), sin embargo, fue realmente el
primero en tener un éxito rotundo. Su llegada fue en 1949 y
no fue firmado por cualquier equipo; fueron los Indios de
Cleveland, campeones de la Serie Mundial de 1948, los que lo
hicieron llegar a la “Gan Carpa” .
¿Por qué él sí pudo llegar a donde ningún otro pelotero
azteca había llegado y ha donde ningún otro compatriota ha
podido?
En su opinión, la disciplina fue su máximo atributo: “Es muy
importante la disciplina que tenga uno. Yo fui una persona
que siempre tuvo esa disciplina, me cuidé siempre
físicamente y entonces siempre tenía yo metas y mi meta era
sobresalir en el beisbol de Grandes Ligas”.
Parece una fórmula sencilla y repetida, pero Beto Ávila era
un tipo talentoso y agraciado con el don del bateo, por el
que triunfó en todos los diamantes que pisó: “En todas las
ligas que yo jugué, siempre baté, no fue una casualidad que
yo bateara en liga grande.
Aquí en México me pasó algo increíble al ser el primer
campeón bateador mexicano porque siempre lo ganaba un
extranjero, por la cantidad de extranjeros que jugaban en
esa época en que yo jugué, del ’43 al año ’47, cinco años.
Había en cada equipo 15 extranjeros y grandes estrellas, muy
buenos jugadores y nunca un mexicano ganaba, hasta que yo en
el año ’47 fui el campeón bateador con.346. Fui a Cuba y
gané el campeonato de bateo, fui a Venezuela y fui campeón
de bateo.
Entonces para mí no fue extraño que llegara a liga grande y
que pudiera yo batear porque yo tenía esa confianza de que
sí podía yo batear y lo demostré siendo campeón al año ’54
con .341, el primer latinoamericano en ser campeón bateador
en Grandes Ligas y, por supuesto, el primer mexicano y que
hasta la fecha y por desgracia para nuestro beisbol no ha
salido otro mexicano que supere todo lo que yo hice. Espero
que salgan algunos y que lo superen”.
’Me forjé yo mismo’ “
¿Quién forjó a Beto Ávila? “Ahora sí, voy a decir la
realidad. Me forjé yo mismo, a base de sacrificio, de
cuidarme, de tener mi mente siempre en que podría yo
lograrlo dentro del beisbol y, por fortuna, lo logramos,
pero con mucho esfuerzo, con mucha disciplina y cuidándose
mucho físicamente, que es lo que yo les recomiendo a la
mayoría de nuestros mexicanos, no dentro del beisbol sino
dentro de todo el deporte”.
Las claves de su éxito en el mejor beisbol del mundo y en la
vida fueron la salud y la humildad: “Lo más importante es
cuidarse físicamente y, sobre todo, que no se le vaya a la
cabeza a uno el estrellato como tú ves que sucede, nada más
tantito brillan y ya se sienten dioses y eso no. Yo creo que
lo que más vale en la vida de una persona es su vida privada
y yo estoy muy orgulloso de mi vida privada.
Mi señora que está aquí presente, cumplimos 51 años de
casados en diciembre 10 del año pasado, tengo cuatro hijos,
todos muy buenos muchachos, tanto las niñas como los
varones. Me siento una persona muy afortunada teniendo esta
familia y que me ha servido mucho de apoyo en mi carrera en
el beisbol, en mi carrera política también. Puedo decir que
he sido triunfador en el deporte y en la política”.
’El beisbol ha bajado de calidad’
El segunda base que brilló en la Liga Mexicana con el Puebla
y con Tigres, reconoce que no pensó, en sus momentos de
gloria que con el paso de los años tantos mexicano tendrían
la oportunidad de pisar los diamantes ligamayoristas: “Eso
es fácil de decirlo, porque en principio, cuando yo jugaba
en Grandes Ligas, entre las dos ligas eran 16 equipos, ahora
hay 30 equipos y se acabaron las ligas menores en los
Estados Unidos.
Entonces el beisbol bajó mucho de calidad, lógico por la
cantidad de equipos, por la cantidad de jugadores americanos
que ya no salen de las ligas menores de Estados Unidos”.
El problema se extendió a nuestro país en las palabras del
también elemento del Salón de la Fama ubicado en Monterrey:
“El beisbol ha bajado de calidad no nada más en México, en
México también bajó porque todos esos jugadores de color que
venían aquí y tanto cubano que venía aquí ya no pueden
venir, ahora juegan en los Estados Unidos, es más fácil
llegar a liga mayor que antes.
Y como te digo, ahora los mexicanos tienen más oportunidad
de llegar a un equipo de liga grande porque la calidad bajó
por la cantidad de equipos y los buenos jugadores se
reparten entre más equipos, que antes estaban más
concentrados en pocos equipos”.
Su infaltable mensaje para la juventud “Lo que yo les digo
es que si quieren sobresalir en el deporte, lo primordial
que tienen que hacer es cuidarse físicamente. Es muy
importante la disciplina que tengan, precisamente que se
alejen de los vicios, del licor, del cigarro y que se pongan
metas, que para llegar a ellas hay que hacer un gran
esfuerzo.
Voy a repetir: sobresalir en el deporte es muy difícil, son
muy pocos los que sobresalen; hay miles o millones de
médicos, hay miles o millones de ingenieros, licenciados que
sobresalen; en el deporte son muy pocos los que salen porque
juegan muchos en liga grande, pero la mayoría no son buenos,
son medianos, pero buenos que sobresalgan son muy poquitos”.
Siempre habrá más que contar y que escuchar sobre Don Beto
Ávila, un hombre leyenda como pocos.
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