El béisbol: Pasatiempo de América
Durante más de un siglo y medio,
América ha tenido un romance con el béisbol. Los niños golpean sus puños
en sus primeros guantes, y sueñan que un día jugarán en las grandes
ligas. Para unos pocos, el sueño se hace realidad. El resto de nosotros
mantiene la fantasía viva con las ligas juveniles, los equipos adultos
de softball, o juegos informales con amigos. Nos comprometemos con
nuestro equipo favorito de las grandes ligas, compartiendo con él la
gloria o la agonía de cada victoria o derrota.
Puede que Abner Doubleday no haya
realmente “inventado” el béisbol en Cooperstown, Nueva York en 1839 (un
juego inglés similar es casi un siglo anterior) pero en poco tiempo el
juego de Doubleday se convirtió en nuestro pasatiempo nacional. Las
grandes ligas se formaron en 1871, y la era moderna empezó en 1903
cuando los Pirates de Pittsburgh derrotaron a los Red Sox de Boston en
la primera Serie Mundial. Desde entonces, los americanos llenan estadios
en noches cálidas de verano, y ven cómo los campeonatos del otoño
culminan en la confrontación suprema entre los mejores equipos de las
ligas Americana y Nacional.
Más que seguir el béisbol de las
grandes ligas, todos queremos jugar nosotros mismos—oír el ruido del
bate al golpear la pelota, alcanzar una base, o sacar la pelota del
campo al batear. Pero como todos los ejercicios vigorosos, el béisbol y
el softball deben jugarse con buen sentido y seguridad. Una mala
preparación o técnica puede llevar a lesiones, especialmente en las
extremidades inferiores, que nos llevan a las bases o a alcanzar las
pelotas en vuelo.
Antes del primer lanzamiento
La mayoría de los niños americanos
empiezan a jugar al béisbol de forma organizada a los 6 ó 7 años. Si un
niño goza de buena salud general y no tiene condiciones físicas
problemáticas preexistentes, el béisbol es relativamente seguro con una
formación apropiada en los elementos fundamentales del juego.
Los “guerreros de fin de semana” que
vuelven al deporte ya adultos no suelen estar en las condiciones óptimas
de los atletas jóvenes, y deberían empezar despacio antes de lanzarse a
jugar. Cualquiera que tenga más de 40 años, sea diabético, fumador, o
tenga alguna incapacidad física debería ver a un médico de familia antes
de empezar a jugar. Las personas con problemas anteriores en los pies
deberían ver a un médico podiatra especializado en medicina deportiva,
que puede llevar a cabo un análisis de la forma de caminar y valorar los
riesgos inherentes a la actividad deportiva.
Como el béisbol y el softball
requieren rápidos arranques y paradas, es importante prepararse antes
del juego. Incluso los niños más pequeños deberían asegurarse de
realizar unos estiramientos simples, correr y pasarse la pelota antes
del juego para evitar tirones musculares u otros problemas.
Antes de jugar informalmente,
asegúrese de que el campo no presenta obstáculos, como agujeros en el
camino a las bases, que podrían causar lesiones en los pies o tobillos.
Deben retirarse del campo palos, piedras y otros objetos que puedan
causar que los jugadores tropiecen, con peligro de lesiones.
Calzarse para el béisbol
Para los niños de menos de 10 años, el
calzado deportivo con suela de goma es suficiente para el béisbol,
aunque los niños probablemente suspirarán por botas con tacos mucho
antes. No es peligroso que lleven calzado con tacos, pero debería
introducírseles gradualmente antes de que los lleven en un partido. Un
jugador joven necesita acostumbrarse a los tacos, que no deben llevarse
fuera del campo.
Aunque la mejora de la tracción que
dan los tacos puede mejorar el juego, también deja el tobillo más
expuesto a torceduras. Un niño con problemas anteriores en los pies
debería ver a un médico podiatra antes de llevar tacos. Nunca dé calzado
usado a un niño; las botas que no se ajustan bien aumentan el peligro de
lesiones de tobillo. Al elegir el calzado, asegúrese de que un
profesional mida el pie, y lleve siempre un calcetín como el que llevará
al jugar al probarse las botas.
En algunas ligas competitivas se
permite que los jugadores de más de 13 años lleven tacos de metal. Debe
entenderse que los tacos son armas peligrosas en el camino a las bases;
hace falta un cierto nivel de madurez para llevarlos con seguridad. No
son necesarios para jugar informalmente, y no deben llevarse más que en
partidos de liga.
Estos tacos, que la tecnología ha
hecho ahora más ligeros y flexibles, cumplen la misma función que los de
goma, pero se agarran al suelo de forma diferente. También deben
llevarse poco hasta que se entiende cómo se agarran al campo. La falta
de familiaridad con los tacos puede llevar a torceduras de tobillo en
situaciones de competición.
Al llevar tacos, metálicos o no, por
primera vez, preste atención a irritaciones, ampollas o enrojecimiento,
que podrían indicar un problema biomecánico en las piernas o pies. El
dolor es un claro indicador de problemas. Si los tacos causan dolor,
deje de llevarlos dos o tres días; si el dolor vuelve, vea a un médico
podiatra especializado en medicina deportiva para que le asesore.
Prevención de lesiones de
béisbol
Uno de los momentos más emocionantes
del béisbol viene cuando un bateador llega a segunda base deslizándose y
levantando polvo. Deslizarse es una parte divertida del juego a todos
los niveles, pero es crucial tener la técnica apropiada para evitar
lesiones del pie y el tobillo, especialmente cuando las bases están
sujetas firmemente al campo. Los entrenadores a todos los niveles deben
asegurarse de que sus jugadores reciben la formación necesaria para
deslizarse apropiadamente. Deslizarse sin precauciones puede causar
tirones o incluso fracturas de la parte baja de la pierna y del pie.
Los lanzadores también necesitan
instrucción sobre la forma apropiada de elevarse del montículo con el
pie de atrás y caer en una superficie inclinada con el pie de adelante.
El movimiento de lanzar, al repetirse, puede llevar a heridas por exceso
de uso de los pies y tobillos. Los lanzadores que sienten dolor en algún
momento del lanzamiento deben tomarse unos días de descanso antes de
volver al montículo.
Los receptores también están expuestos
a lesiones por exceso de uso al estar en cuclillas detrás de la base
para cada lanzamiento. De nuevo, los entrenadores deben enseñar a los
receptores cómo cambiar su postura para desplazar su peso de forma
variada.
Lesiones y tratamiento de las
extremidades inferiores
Contusiones.
Una pelota de béisbol entrará inevitablemente en contacto con el pie y
el tobillo de un jugador, sea de un lanzamiento o rebotada, y los
deslizamientos hacia la base frecuentemente van directos a las piernas
de otro jugador. Normalmente este contacto provoca contusiones, que no
suelen ser lesiones serias. Bolsas de hielo y unos días de descanso
harán normalmente que las contusiones o magulladuras mejoren.
Tirones y fracturas.
Los ligamentos estirados o torcidos, llamados tirones o torceduras,
pueden resultar de carreras a las bases, o de girar sobre un pie durante
el juego. Una torcedura puede causar una gran hinchazón alrededor del
tobillo, al igual que una fractura. El tratamiento inmediato por parte
de un médico podiatra es crucial para una cura rápida. Las fracturas,
donde el hueso tiene una fisura o se ha roto, a menudo requieren
enyesado. Después de una torcedura o fractura, un médico podiatra puede
recetar un tratamiento de rehabilitación para devolver la fuerza a la
zona lesionada antes de volver al deporte.
Fascitis plantar.
Los receptores están particularmente expuestos al
dolor de puente, que comúnmente se origina en una inflamación de la
planta del pie llamada fascitis plantar. Un médico podiatra puede
interpretar ese dolor, y puede recetar plantillas a medida llamadas
órtosis para ayudar a aliviar el dolor.
Síndrome de espolón del
talón. Un
problema relacionado, al que los receptores también están expuestos, es
el síndrome de espolón del talón.
Frecuentemente relacionado con la fascitis plantar, el síndrome de
espolón del talón aparece cuando el tendón de la planta del pie tira del
punto donde se une al hueso del talón. Esta parte del talón puede
después calcificarse y formar un espolón. Muchas veces la tensión del
ligamento, no el espolón, es lo que produce los síntomas, especialmente
al levantarse después de descansar. Con un buen calentamiento y el uso
de calzado apropiado, puede reducirse la tensión del ligamento.
Tendinitis del tendón de
Aquiles. Las paradas y arranques del béisbol
frecuentemente producen dolor y tensión en las pantorrillas, y molestias
en el tendón de Aquiles. De nuevo, estiramientos regulares de los
músculos de la pantorrilla de forma suave y gradual antes y después del
juego ayudarán a minimizar el dolor y la rigidez.
Dolor de espinilla.
El dolor en la espinilla suele venir de una inflamación del músculo y
tendón de la espinilla, causada por tensión. Trate el dolor de espinilla
con compresas frías inmediatamente después del juego para reducir la
inflamación. Ejercicios apropiados de estiramiento y fortalecimiento
deberían prevenir la aparición de dolor de espinilla.
Producido en colaboración con la:
Academia Americana
de Medicina Podiátrica Deportiva (American Academy of Podiatric
Sports Medicine)