EL MATE MÁS GAUCHO


Los uruguayos le debemos mucho a los inmigrantes guaraníes del siglo XVIII. Ellos nos trajeron su idioma que quedó Impreso para siempre en nuestra musical toponimia geográfica, constituyeron la base principal de la población rural del siglo pasado y, entre tantas otras cosas, nos legaron una afición incontrolable y orgullosa a su bebida tradicional: El mate.
El Uruguay es el primer importador de yerba mate del mundo. Como se sabe, el 'mate' es una infusión que se bebe fundamentalmente en los países productores de yerba mate: el Paraguay, el Brasil (sobre todo en Río Grande do Sul) y la Argentina. El único gran consumidor de yerba mate que importa todo su consumo es Uruguay. La yerba mate también se consume en volúmenes algo significativos en Bolivia y Chile (que no producen yerba) y en menor cantidad en otros países del mundo, generalmente en vinculación con las colonias de emigrados rioplatenses, brasileras o paraguayas (América del Norte, algunos países del Medio Oriente, algunos países europeos, etc.).
A diferencia de todos los otros países consumidores de yerba mate, el Uruguay es el único que la consume en forma generalizada en todas las regiones del país. El mate se toma en múltiples ocasiones y situaciones, por gentes de ambos sexos, de todas las edades, y variada condición social. El mate es una pieza clave de la identidad nacional, y mucha gente cuando toma mate, lo hace tal vez, como una forma más de aferrarse a ella, lo que a veces es tan difícil en un mundo de alienaciones abundantes y agresivas.
Muchas de las marcas de yerba mate más famosas (incluso en el exterior) son de origen uruguayo. Pero dichas marcas solo designan mezclas de yerbas originarias de Paraná (Brasil) o de otras regiones productoras.
Desafortunadamente, toda la yerba consumida es importada y allí se van también preciosas divisas.
Sin embargo, el Uruguay sí produce yerba mate. El arbusto de donde se saca la yerba mate, el IIlex parnguayensis crece silvestre, "a monte", en las quebradas de los Cuervos, de Otazo, de Las Tejas, y otras. Albergan miles de ejemplares de yerba mate oriental que casi han pasado desapercibidos a lo largo del tiempo. En una pequeña estancia ovejera de la Quebrada de Las Tejas se elabora para consumo casero yerba mate nacional.
Quien esto escribe la ha probado por primera vez en estos días. Yerba verdadera, fuerte, amarga, sabrosa, auténtica, uruguaya.
¿Por qué no se planta? ¿Por qué no se aprovecha?.
Hubo intentos promisorios hace casi un siglo, y otros más recientes. Algunos proyectos de ley incomprendidos. Sin embargo la producción no se lleva a cabo más que en forma artesanal en un criollazo rincón de Treinta y Tres (que no en vano es llamado el "pago más oriental").
Hoy, los uruguayos, tenemos que cambiar la visión del potencial de nuestros ecosistemas. Llegó La hora de valorizar Las plantas autóctonas, entre las que se cuenta esta sabrosisima yerba mate nacional. Y esta valorización debe comenzar por proteger los ecosistemas y utilizarlos para desarrollar una producción sostenible que no destruya, y sí permita producir a partir de esa protección constructiva.
Tal vez, la producción futura de yerba mate nacional no deba llevarse a cabo a través de plantaciones monoespecíficas, sino por medio de un extractivismo controlado que asegure no solo la conservación sino la diseminación de la yerba mate en amplias zonas de montes indígenas y en algunas praderas arborizadas.
Otra vez deberemos reunir el conocimiento del pasado y el del futuro para dominar el presente. El viejo recurso del yerbatal criollo deberá asociarse con los viejos y modernos métodos de cultivo.

Material extraído del libro URUGUAYPIRÍ del geógrafo uruguayo Danilo Antón.
Editado en 1995 por ROSEBUD EDICIONES.

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