EL VERDADERO JOSE ARTIGAS

El verdadero José Artigas es diferente del héroe de bronce copiado de las estatuas de los emperadores romanos. Artigas era un hombre diferente a los otros líderes políticos de su tiempo. Su concepción de ¡a religiosidad era mucho más universalista. Artigas creía en la purificación de las almas y de allí el nombre del gran campamento. Su vida fue una permanente demostración de sus principios. El Hermano Damasceno (H. D.) transcribe unos fragmentos de Juan Zorrilla de San Martin que dice: "en los archivos de la Orden Tercera de San Francisco de Montevideo, he leído la profesión en esa orden de los padres de Artigas, la de su hermano y su esposa, doña Rafaela Villagrán. No he hallado la suya (la de José Gervasio)... Artigas -prosigue Zorrilla de San Martin- no ofreció esas solemnes manifestaciones de religiosidad; menos ferviente que Belgrano, y más sincero, mucho más, que San Martín, sus actos de religión no tenían el carácter de acciones extraordi-narias, ni menos el de recursos resonantes~.28 El propio Artigas, en respuesta al Convento de San Francisco contesta en forma fría a los frailes: "No es mi ánimo mezclarme en lo ecónomo de las religiones ni en la indagación de sus leyes. Lo que interesa es que el pueblo esté bien servido y que LOS PRELADOS DE LOS 29 CONVENTOS NO PERJUDIQUEN CON SU INFLUJO LO SAGRADO DE NUESTRO SISTEMA En otro estudio, Nestor Silvera Anduiza señala que Artigas raras veces cerraba sus misivas con el consabido "que Dios guarde" lo cual era norma. Silvera destaca también que a diferencia de la mayoría de los generales revolucionarios no hay noticias de que Artigas of rendara sus triunfos a alguna Virgen.30 Ello no quiere decir que Artigas careciera de sentido religioso. El mismo nombre de la capital de la Liga Federal, Purificación, es indicativo de su sentimiento. Pero la religiosidad de Artigas no era simplemente una acumulación de ritos y formalidades. Por el contrario, ella se expresaba fundamentalmente en su conducta de todos los momentos y en el respeto irrestricto a todas las creencias y naciones, independientemente de su poderío y convenien-cias del momento. Artigas se sentía a gusto con la indiada, pues era uno de ellos. Artigas era sabio. Conocía las plantas y los animales del campo y los caracteres de las personas. Artigas era solidario, amigo de la justicia, en definitiva Artigas era gaucho. LA IDEOLOGIA ARTIGUISTA NO ES DIFERENTE DE LA IDEOLOGIA SINCRÉTICA DE LA NACIÓN GAUCHA Y PAMPA QUE SE HABlA IDO GESTANDO EN LA PRADERA. EL ARTIGUISMO SE NUTRE DEL "ANARQUISMO DE LOS PUEBLOS NÓMADES, DEL "COMUNITARISMO RELIGIOSO DE LAS MISIONES, DEL SENTIDO DE LA LIBERTAD DE LOS CHARRIJAS Y DE SU HOSPITALIDAD, DE LA NOCIÓN DE IGUALDAD DE LOS GAUCHOS-GUARANIES Y DE LOS ASPECTOS MÁS HUMANOS Y SOLIDARIOS DEL CRIS1TIANISMO FILTRADOS POR EL SENTIDO COMÚN DE LA NACIÓN TAPE.

El federalismo artiguista es en la práctica una suerte de anarquismo político pues PREGONA LA SOBERANIA PARTICULAR DE LOS PUEBLOS, ES DECIR EL GOBIERNO PROPIO DE LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES DE TAN SOLO UNOS POCOS CIENTOS DE HABITANTES. A nuestro juicio Artigas no inventó este "anarquismo". Simplemente, ADAPTÓ LA ORGANIZACIÓN POUTICA DE LOS PUEBLOS PAMPAS, NO HAY PORQUE IR A BUSCAR EL ORIGEN DEL "FEDERALISMO" ARTIGUISTA A ESTADOS UNIDOS. Precisamente una de las acusaciones persistentes de los gestores de la leyenda negra de Artigas fue la de "anarquista". Pero por otra parte el artiguismo tiende a la redistribución del principal medio de producción (la tierra) con un criterio solidario, que hace pensar en el enfoque guaraní desarrollado en las misiones. Desde Purificación, el 20 de junio de 1816, "El Protector" le indica a Andrés Guacurari que "... inspire.., a esos naturales el deseo de activar su comercio y expender sus frutos... Hágales hacer sus carretas; que corten madera para vender; que fomenten sus siembras de tabaco, algodón y demás frutos como también el beneficio de la yerba. Por muy lentos que empiecen estos trabajos, aquí son plata de contado que pueden emplearla en otros renglones que sean mas precisos para esos pueblos. Así remediarán las necesidades y se inspirará a los naturales el amor al trabajo.' El artiguismo es laico, pues respeta todas las creencias, promoviendo la libertad religiosa en toda su extensión imaginable. En fin, el artiguismo es, no solo la ideología de una nueva nación gaucho-guaraní sino LA AVANZADISIMA PROPUESTA ¡DE UN SISTEMA POLITICO DE TIPO ANARCO-SOCIALISTA BASADO EN LA LIBERTAD DE LOS INDIVIDUOS, SOBERANIA DE LAS COMUNIDADES, IGUALDAD ENTRE LOS SERES HUMANOS, SOLIDARIDAD CON LOS DESHEREDADOS, Y RESPETO POR LAS MINORIAS ETNICAS Y RELIGIOSAS.

El artiguismo fue derrotado en 1820 por un Portugal militarista y cruel. Las tropas gauchas fueron masacradas. Solo con lo puesto, el viejo oriental se fue al Paraguay acompañado por una caravana de indios guaraníes y de negros que fueron los únicos que lo siguieron hasta el final. El repliegue de don José no significó que el caudillo abandonaba voluntariamente la lucha. Muy por el contrario, el gran jefe de los pueblos del sur se dirigió hacia el norte para concretar su alianza política con Fulgencio Yegros y recomponer así su proyecto americanista y multi-étnico desde tierras paraguayas. Tal como lo demostraron los indios-gauchos de Nicolás Aripí, los artigueños estaban decididos a continuar su lucha... Así lo expresa Ansina en su poema: 'PRONTO NOS VERAN REGRESAR... Volverá a enrojecer... Nuestro ceibo notable... ¡Será la hora de volver!". Desafortunadamente para los intereses de las fuerzas artigueñas, don Gaspar Rodríguez de Francia, dictador del Paraguay y enemigo de Yegros, se enteró de esta alianza y desterró a José Artigas en la lejana localidad de Curuguaty, frustrando los planes de retorno y reorganización de las fuerzas federales. Sin embargo, debemos relativizar la noción del "exilio" paraguayo. EL PARAGUAY ERA EN CIERTO MODO LA "MADRE PATRIA" PARA LOS ORIENTALES PUES LA MAYOR]A DE LA POBLACIÓN GAUCHA ERA DE ORIGEN GUARANI. El propio Artigas, que había vivido entre indios guaraníes gran parte de su vida y utilizaba ese lenguaje con total fluidez, no se debe haber sentido en ningún momento en un país extraño. Seguramente, su gran frustración fue el aislamiento que le impidió seguir luchando por el gran proyecto y su alejamiento de esas pampas orientales en las que había pasado tantas noches de luna en compañía de gauchos y charrúas. Durante esos años, Artigas fue obligado a permanecer al margen, mientras su gente lo esperaba y comenzaba a crear esa leyenda mítica que nunca lo abandonó del todo. Desde allí, su segunda patria, Artigas presenció la formación de ese país inventado y manejado al que se le llamó República Oriental del Uruguay y al juramento de esa nueva bandera de nueve franjas celestes y blancas que sustituyó la verdadera bandera de la roja diagonal. Sin embargo los gauchos no se resignaron a la derrota de Artigas ni a su pertenencia al imperio del Brasil. Cuando en 1825, Lavalleja los llamó a las armas se plegaron a la lucha y ahora si derrotaron ampliamente a los invasores. Finalmente la provincia oriental se podía incorporar a las provincias hermanas de la patria gaucha del sur. Pero el intento fracasó, los ingleses querían una ciudad-estado, plaza fuerte, tapón, fácilmente colonizable y defendible, los Porteños querían sacarse de encima a Montevideo (y de paso a los molestos "orientales" tan rebeldes y revoltosos), y los brasileros querían recuperar las Misiones Orientales que habían sido reconquistadas por los gauchos guaraníes de Fructuoso Rivera. Finalmente se formó un país, gobernado por una oligarquía comercial en nombre de los imperios europeos de turno y bajo el peso constante de las presiones del Imperio de Brasil y de Buenos Aires. Cuando en 1841 Rivera invitó a Artigas, éste ni siquiera abrió el rollo del mensaje, tal vez influido por viejas amarguras con su antiguo lugarteniente. Más tarde durante la visita de su hijo en 1845, en plena Guerra Grande, Artigas fue nuevamente invitado a regresar al Uruguay por el gobierno de Montevideo. En esa época, con los orientales divididos y en guerra, con su territorio prácticamente ocupado por las potencias europeas y el ejército de los porteños, Artigas, como era de esperar se negó a volver. En gran medida, su decisión también se debió a su particular relación con el Paraguay que para Artigas no era un país extranjero. En una poesía, Ansina describe el episodio en forma dramática:

Grande fue la sorpresa de Artigas Aunque se lo advertía el corazón Al decir: ¡Hijo! ¡Dios te bendiga! Abrazándolo con profunda emoción

Lágrimas de elocuente silencio Se agolparon en todos los ojos Porque en veintiseis años de exilio Los sentimientos ya no son flojos...

"¡SIENDO QUE HASTA AQUI LLEGA LA PATRIA,QUEDARÉ HASTA QUE DIOS ME LLAME, PORQUE MI CORAZÓN IDOLATRA LA FORMACIÓN DE AMÉRICA GRANDE.... !"

Fue con esta muy clara respuesta Como Artigas explicó a su hijo Por que rechazaba dar la vuelta Adonde aún peleaban se dijo

Artigas solo habría de regresar cuando ya muerto, al decir de Ansina, llegaron "los Orientales del Ministerio" para un homenaje póstumo que todavía queda por reivindicar en los hechos y en la verdad de su ideología que por tanto tiempo ha sido escamoteada de la historia oficial. Durante el siglo XIX, la patria gaucha se desangro tratando de hacer valer sus derechos y no fue hasta el siglo siguiente en que digerida por la "modernidad" y el "progreso" al estilo del "viejo continente" se calmaron y "civilizaron" sus empujes.

Material extraido del libro URUGUAYPIRÍ del geógrafo uruguayo Danilo Antón. Editado en 1995 por ROSEBUD EDICIONES.

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