Porqué "La Redota"


El nombre de éxodo para llamar a la emigracion de los Orientales en 1811
lo inventó el gran historiador Fregueiro sobre finales del siglo pasado.
Respetando el talento de este estudioso a quien tanto debemos, creo, sin
embargo, de mejor literatura recuperar la expresión Redota, para señalar
ese acontecimiento. Redota (derrota) es a la vez, el camino, la huida y
el estar vencidos, comprende en su significado la amargura, la contrariedad,
la impotencia, el sacrificio; menta, pues, el exacto estado en que se encontraban
los Orientales. Es por otra parte una palabra rústica y expresivamente criolla,
analfabeta y gaucha; es una expresión única, propia, para designar un hecho
que no tiene iguales. Y por sobre todas las cosas es como "clasificaron
y llamaron los paisanos" aquello que hicieran y debe respetarse el derecho
de quienes realizan algo grande, para llamarlo segun su gusto y manera.

Carlos A. Maggi - "La Redota" - Montevideo 1949
"La Redota"
En el año 1811 sucede el hecho mas hermoso de toda nuestra historia, la
historia de los Orientales: por conservar su libertad, la población del
país se arranca de sus hogares y emigra en masa hacia la costa occidental
del río Uruguay. Nace en ese momento y por motivo de esa circunstancia el
Estado Oriental, porque el pueblo en armas se constituye, se dá sus primeras
instituciones y elige un jefe: José Gervasio Artigas.

En los hechos, consiste La Redota en el abandono que hicieron del territorio
de la Banda Oriental los cuatro quintos de su población.
Estos hombres habían iniciado un levantamiento contra las autoridades españolas
empecinadas de Montevideo, y habían recibido fundamentalmente auxilios del
gobierno revolucionario de Buenos Aires. Ante una derrota en el frente del
Peru (Huaqui), amenazado por una invasión portuguesa que se inicia en el
mes de julio, presionado además por los intereses de Inglaterra, el gobierno
revolucionario porteño, firma el 20 de octubre de 1811 un armisticio con
el gobernador y virrey Elío, de Montevideo, por el cual las fuerzas porteñas
de la revolución, traicionando a los federalistas Orientales al romper el
pacto tácito (no explícito) que habían acordado con estos, se retiran de
la campaña de nuestro país que queda así indefensa, a merced de las represalias
españolas, los pillajes portugueses y la violencia de los desertores.

En es momento, el Pueblo Oriental, abandonado, se determina a proseguir
la guerra por si y, como primera medida, resuelve emigrar. Para dirigir
esa marcha, llena de riesgos y de penas se elige a Don Jose Gervasio Artigas.
El 23 de octubre, desde San Jose, se inicia La Redota que durará mas de
un año, hasta fines de 1812 y que trasladara nuestra población, en una lenta
caravana de carretas, carruajes, gentes a caballo y a pie, hasta el Ayuí,
del otro lado del río Uruguay, a la altura de Salto.

Carlos A. Maggi - "La Redota" - Montevideo 1949
Nacimiento del Estado Oriental
La llegada del representante porteño Perez a Montevideo para convenir con
el gobernador Elío la paz, se produce en los primeros días de octubre de
1811. Entra dicho delegado en contacto con Rondeau y Artigas y el segundo
manifiesta "que se negaba absolutamente a intervenir en unos tratados inconciliables
con las fatigas de los orientales". Conocido entre estos últimos el contenido
de las negociaciones, reclamaban el derecho a hacerse oir. Y con las primeras
asambleas que se realizan en el país, aparece el pueblo oriental por primera
vez como un todo separado, con destino propio. Destino al cual el armisticio
lo abandona.
Como "abandonados a su suerte", en efecto, describirá Artigas a sus compaisanos,
y la precisa palabra "abandono" volverá una y otra vez a aparecer en su
correspondencia como la mejor explicación de los trascendentales acontecimientos
posteriores.

Es, en ese momento, y ante la situación desesperada en que lo colocan sus
aliados, que el pueblo oriental procederá a constituirse en Estado, ya que
"no según las fórmulas mas propias, cuando menos las mas legales", segun
la expresión de los orientales. Varias reuniones tienen lugar con objeto
de obtener sea desechado el convenio de armisticio que se intenta, y para
resolver sobre la manera de actuar, caso de confirmarse o concluirse aquel.
En tales reuniones es elegido Artigas como Jefe de los Orientales (10 de
octubre) y acordado el levantamiento del sitio como medida estratégica frente
al avance portugues.

El ejército comienza sus marchas hacia el Norte, y los orientales reciben
en San José, el 23 de octubre, la noticia de que el armisticio ha sido ajustado.
A partir de este momento comienza la emigración en masa de todo el pueblo
oriental tras las tropas de Artigas que separadas de las porteñas, se alejan
hacia el Norte. Este movimiento, absolutamente espontáneo e incontenible,
por el que la campaña oriental se vacía antes que someterse a los invasores
portugueses o a las autoridades montevideanas, configura sin duda alguna
el hecho mas trascendental y sobresaliente de toda nuestra historia y toda
libertad lograda después de este no puede ser concebida sino como su directa
consecuencia.

El Estado Oriental nace así, por la autodeterminación del "pueblo en armas,
resuelto a cualquier cosa antes que a entrar nuevamente bajo las cadenas
que el mismo había roto. Cruzando el Uruguay, este pueblo irá a esperar
en "el centro mismo de sus desgracias" la hora del retorno y la liberación.
Sorprendentemente mal estudiada hasta hoy, esta emigración que la historia
bautizó mas o menos certeramente como "Exodo del Pueblo Oriental" y que
quienes marcharon en ella llamaban mas llanamente, (mas profundamente) la
"redota", encarna en la realidad de los acontecimientos históricos el pensamiento
o doctrina revolucionaria oriental, que el propio Artigas se encarga de
exponer, en una fundamental controversia con Sarratea desarrollada antes
de que el retorno a la Banda Oriental se consume y con él, la finalización
de esta etapa (1812).

Edmundo Narancio, a quien se debe el primer analisis riguroso de este período
y de esta doctrina revolucionaria artiguista-oriental prueba hasta la evidencia
el contenido de esta última, con numerosas citas del propio Artigas. De
acuerdo a ellas, y según el pensamiento de los orientales, nuestra revolución
se habría iniciado con el auxilio de Buenos Aires , naciendo así un pacto
tácito ("nunca expreso", como se dirá) entre orientales y porteños. Fue
al amparo de esta alianza, o durante el período en que ella rigió, que los
orientales realizaron el período reivindicatorio de su "soberanía particular"
y quebraron "sus cadenas". El armisticio, "inconciliable con las fatigas
de los orientales", deja roto dicho pacto "nunca expreso". Y "abandonados
a su suerte" los orientales se ven obligados a procurar por sí, como "reunión
de hombres libres" que son, la organización que necesitan; se hará esta,
segun hemos visto, "sino de acuerdo con las formulas mas propias, cuando
menos con las mas legales".

Resuelven así emigrar y resuelven así elegir un jefe: Artigas. "Yo no por
mí, por ellos soy instituido Jefe suyo", dirá este. En adelante, la provincia
libre y soberana, tratará de unirse a las restantes del virreinato, pero
"precisa e indispensablemente" por un pacto de "confederación", "único sistema
que asegura al mismo tiempo que la "unión", la "soberanIa particular de
los pueblos", garantizándola.

Manuel Flores Mora - Síntesis de la actuación de Artigas entre 1811 y 1815

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