¡BIENVENIDOS A LA SECCIÓN DE LAS CALLES!

El tipo de suelo con el que contamos en la ciudad de Xalapa es muy quebrado, por lo cual en cada esquina te vas a encontrar con subidas y bajadas, pero las calles del centro aunque son unas subidas un poco pesadas son muy hermosas.

Te dejo aquí con una breve seseña de algúnas centricas calles xalapeñas

LA CALLE DE LA AMARGURA

Desde antes que ocurriera el fundamental suceso histórico para nuestra patria, la calle Revolución era conocida como De la Amargura. El nombre se debe a un relato acerca de que ahí vivía una enamorada joven, cuyo novio correspondía a los amorosos sentimientos. Los parientes de los antiguos vecinos recuerdo hoy que en sus encuentros, la pareja permanecía tomada de la mano, mirándose a los ojos y prometiéndose eterna compañía.

Por las mañanas, el muchacho acostumbraba saludar a su prometida primero y después se iba a su trabajo. Mientras tanto, ella se quedaba en su casa, ayudando a su madre en los quehaceres domésticos y preparándose para el matrimonio. En la tarde, él regresaba a visitarla; así, pasaron el noviazgo felices y tranquilos durante muchos meses.

Una mañana, el joven llegó muy angustiado a la casa de su novia y le comunicó que tenia que incorporarse a las filas de la Revolución jurándole volver lo más pronto, para casarse. Pero el enamorado nunca retornó. El tiempo pasó y la muchacha perdió las esperanzas de verlo otra vez.

Fue inútil el esfuerzo que realizó su familia para sacarla de la profunda tristeza en la que se hallaba. Ella comenzó a hacer cosas extrañas; entre sus rarezas, recorría la calle entera con un ramo de jazmines el la mano, preguntando llorosa a las personas que encontraba, por su prometido. Nadie le contestaba. Si embargo, la novia continuo hasta la muerte interrogando sobre el paradero de quien llamaba su “futuro esposo”. Xalapa se acostumbro al figura acongojada de esta mujer, quien envejeció prematuramente en la calle de la amargura.

EL CALLEJÓN DEL DIAMANTE

Residía hace varios años una atractiva joven que estaba casada con un caballero español rico y distinguido. Él quería mucho a su esposa, y cuado habían sido novios le obsequió una sortija con un diamante mágico, que tenía el don de intensificar el amor del marido y de descubrir la o infidelidad de la mujer.

La muchacha había jurado a su prometido, al recibir, jamás separarse de ella.

El esposo tuvo un socio al que quiso como a un hermano, invitándolo siempre a su casa, para que convivieran los tres como una familia. Pero entre la dama y el atribulado amigo nació un sentimiento amoroso, que aumentaba con las diarias visitas; y una vez, desaprovecharon la ausencia del desafortunado cónyuge, consumaron la pasión.

Decidió la suerte que ella por temor al anillo, se lo quitara y lo pusiera en un buró, junto al lecho, olvidándolo al salir. Cuando regreso el español, guiado por una fuerza extraña, lo primero que hizo fue visitar a su amigo. En ese momento el dueño de la casa estaba ausente; de todas maneras penetró a la alcoba, y sus ojos se quedaron asombrados al ver el anillo. Lo tomo, salió rápidamente de allí y se dirigió abatido a su hogar. La esposa salió a recibirlo como si nada hubiera pasado; él, al besarle la mano, reafirmó sus sospechas. Enloquecido, desenvainó su puñal y lo clavó en el pecho de la mujer, arrojando sobre su cadáver el anillo delator. Desde entonces, Xalapa ha llamado al sitio de la casona, Callejón del Diamante.

CALLEJÓN JESÚS TE AMPARE

Esta legendaria calle tiene un nombre que evoca de la época en que Xalapa era Villa: había llegado a Xalapa una familia de España con una joven de diecisiete años. Trataba de un bella muchacha que se puso de novia con un estudiante xalapeño. El prometido, un año mayor que ella, tenia permiso de los padres para visitarla formalmente. Cada noche Cosme Taboada iba a verla, y hasta ya muy tarde, la amorosa conversación de la pareja se prolongaba. Un día nublado y de incesante chipichipi, paso junto a la ventana de la casa un sujeto ebrio, quien resentido por la muerte de su esposa, y al ver la dicha de los enamorados, le vinieron oscuros deseos de matar. La pareja platicaba abstraída en sus proyectos de matrimonio, a través del enrejado. El muchacho, apoyado en los barrotes no vio al agresor acercarse sacar del cinto una navaja, con la que produjo numerosas heridas mortales sobre la espalda. La prometida horrorizada, sólo pudo exclamar:

-“¡Cosme, que Jesús te ampare!”

Desde entonces, la Villa llamó a este trágico sitio Callejón de Jesús te Ampare, frase que guarda la tradición de la ciudad como tantas otras calles.

CALLEJÓN DE LA CALAVERA

Cerca de los Berros hay un callejón empedrado que los xalapeños llaman de la calavera. Allí vivía un matrimonio que se llevaba muy mal por el alcoholismo del marido. Una noche, este llego como siempre borracho a su casa, donde lo esperaba enfurecida su mejer por ciertos rumores sobre su infidelidad. Cuando el esposo pidió de cenar, ella lo atendió de mala gana y le dijo que mejor se fuera a dormir; incluso, salió a comprarle una botella de licor para que el hombre bebiera más y se durmiera pronto. Al dar los primeros ronquidos, loca de celos, la mujer se fue al patio a buscar un hacha, con la obsesión de cortarle la cabeza; efectivamente así lo hizo, quedando las cobijas tintas en sangre. Pensó: -“Ya pasaste de tus sueños al sueño eterno.”

Con frialdad, envolvió la cabeza en una manta y la puso en un tenate con cal; después metió el canasto debajo de la cama, enterrando el cuerpo en medio de la pieza.

Como los vecinos no veían a la pareja, avisaron a al propietario del patio que nadie salía del cuarto. Por lo tanto, dieron cuenta a la policía, quien después de una minuciosa revisión, encontró el tenate con el cráneo y el cuerpo sepultado pero ya en estado de descomposición. Este crimen motivó para que se conociera la calzada como Callejón de la Calavera.

CALLEJÓN DEL OBISPO

La calle Fausto Vega Santander es más conocida en la ciudad como el Callejón del Obispo. Hace mucho tiempo en la mitad de esa callejuela, vivía un curandero que se dedicaba además al cultivo de las frutas y verduras. Un día, sin que se supiera por que, este enloqueció; comenzó a decirle a sus marchantes que era un obispo, y vistiéndose como tal, los bendecía, les daba limosna y los aconsejaba. Incluso vendía sus productos a precios muy bajos para recibir alabanzas.

Con el tiempo, el “obispo” se volvió famosos y era visitado por numerosas personas, que acudían desde diversos barrios para pedirle consejos.

LA PRIMERA DE CLAVIJERO

Los antiguos moradores de Xalapa recuerdan que la primera cuadra se llamaba callejón “Tumba Burros” por que las bestias y carros de carga resbalaban, y por lo, general terminaban sobre el empedrado dando un espectáculo a los paseantes y mirones cuando frutas, verduras, animales, tiliches, entre otras cosas, rodaban aparatosamente cuesta abajo. Al comienzo de esta calle, existía un abrevadero muy famoso en la ciudad, “Las Palomas”, por que ahí revoloteaban estas aves que hacían sus nidos en los viejos aleros y tejados de los alrededores. Hoy existe por ahí un conocido negocio que lleva el mismo nombre, recordándonos aquella época.

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Xalapa, Ciudad Jardín
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