franco  

Respecto al origen de este linaje, la opinión más admitida, según los genealogistas, asegura que procede de Francia y que atravesó los Pirineos en tiempos muy remotos, extendiéndose por casi toda la Península y pasando posteriormente a Portugal, Canarias y América.
No es posible esclarecer si todas las casas y familias Franco que en España han existido procedieron de un mismo solar y tronco o tuvieron arranque distinto; por lo que es forzoso concretarse a recoger, ordenar y aclarar cuantas noticias se tienen de las diversas casas del linaje.

Los Franco de Aragón y Navarra:
La referencia más antigua que se tiene en la Península Ibérica corresponde a un caballero franco, de nombre Ricardo que era un condotiero curtido durante la Primera Cruzada (1096﷓1099). Participó en la toma de Jerusalén cuya caída causó una alegría grande en Occidente por considerar el hecho como la victoria definitiva sobre el Islam. Desde entonces, el reino de Jerusalén fue el amparador de los peregrinos cristianos y las Cruzadas posteriores fueron suscitadas para defenderlo de los ataques turcos.
Volviendo a la Península Ibérica. en 1110 los almorávides, que eran los fundamentalistas islámicos de la época, se habían adueñado de Zaragoza y amenazaban los reinos cristianos. En un concilio reunido en Tolosa en 1118 se predicó la cruzada contra los musulmanes que ocupaban España y el eco de esa llamada lo recogió el rey Alfonso el Batallador que recurrió a los cristianos de uno y otro lado de los Pirineos. Un gran contingente de caballeros francos pasan a la Península, entre ellos Ricardo que, en 1118, capitaneando una mesnada de quinientos hombres y respondiendo a la llamada, se puso a las órdenes del Rey de Aragón, Alfonso I el Batallador (1084-1134). Formando parte del ejército del Rey, pusieron sitio a Zaragoza que se rindió por hambre a los pocos meses de asedio. Todas las principales ciudades del Ebro, del Jalón y del Jiloca fueron cayendo una tras otra: Tudela, Tarazona, Daroca y Calatayud. En 1125-1126 participó en una campaña espectacular por Valencia, Murcia y Andalucía, hasta Salobreña (Granada), de donde regresaron con 14.000 mozárabes con los que se repoblaron las tierras conquistadas a los almorávides. Tan señalados servicios prestó al monarca aragonés, que éste le concedió en 1129, para él y sus sucesores, iguales privilegios que los vecinos de Jaca, así como algunas casas en el burgo de Pamplona. También les hizo francos e inmunes de toda pecha, pudiendo gozar de las prerrogativas, privilegios y exenciones de la infanzonía.
El escudo de armas que adoptaron consistió, en campo de azur, una cruz floreteada de plata con cuatro flores de lis, entre los brazos de la cruz, apuntadas al centro.
Ricardo Franco se estableció en Pamplona, con señorío propio sobre las casas concedidas por el Rey. Murió a la edad de 82 años. Casó con Doña Guindissa Tribuli, con la que tuvo a Ricardo y Manfredo Franco Tribuli con el que continuó el linaje.
Los descendientes de Manfredo Franco continuaron en Pamplona y también se diseminaron por el reino, en lugares como Jaca y Loporzano, y algunos pasaron a Vizcaya.

Los Franco de Vizcaya y Murcia:
Los Franco de Vizcaya son también muy antiguos y aparecen establecidos en esa provincia desde tiempos remotos. Debieron dimanar de los Franco de Navarra y Aragón, según acusa su escudo de armas.
Se extendieron, los Franco vizcaínos, por las Encartaciones, fundando nuevas casas y acrecentando su escudo de armas.
Caballeros Franco de Vizcaya pasaron a Murcia y poblaron allí. Entroncaron con los Pérez Chueco, conquistadores y pobladores de la ciudad de Lorca, y dejaron en ésta descendientes apellidados Pérez Chueco y Franco. Así lo atestigua Fray Pedro Morote. También consta lo anterior en una certificación dada por Diego de Urbina, a la sazón Rey de Armas de Felipe II, en Madrid, el 26 de Agosto de 1586, a pedimento de Juan Pérez Chueco Franco, natural y vecino de la ciudad de Lorca.
Tuvo esta familia dos capillas muy antiguas en dicha población: una en la Iglesia Parroquial de San Pedro, y otra, titulada capilla de Santa Ana, en la Parroquia de Santiago. En ambas se ve el escudo de armas de los Pérez Chueco Franco.
En la parroquia de Santa María, de Lorca, vivieron durante muchos años los descendientes de esta familia.

Los Franco de Galicia:
Otra antigua y noble familia del linaje Franco tuvo su asiento en la Provincia de Lugo.
Ya en 1544, Juan Franco, vecino de Ribadeo, probó hidalguía. También lo hicieron Alonso y Pedro Franco en 1562, vecinos, igualmente, de Ribadeo .

Los Franco de Castilla:
Entre las varias familias radicadas en ambas Castillas, figuran las establecidas en la ciudad de Toro, de la provincia de Zamora, de la que dimanó la línea de Colombia ; en la villa de Villavicencio de los Caballeros, del partido judicial de Villalón y provincia de Valladolid; en esta ciudad y en Toledo.
La rama de Villavicencio de los Caballeros, añadiendo una ese final, se apellidó Francos. Jerónimo Francos y Requilón, natural de Villavicencio y vecino de Tordesillas, ganó Real Provisión de Hidalguía, dada en Valladolid el 21 de Junio de 1719.

Los Franco de Portugal:
En Portugal radicaron también nobles familias, originarias, sin duda, de las de España, según acusan sus blasones.
Una de ellas tuvo asiento en la ciudad portuguesa de Viana, de la que fue natural Antonio del Franco que casó con Constanza Rodríguez, naciendo de esta unión el Alférez Antonio del Franco Rodríguez, natural de Viana, que pasó a La Habana, donde quedó establecido. Testó allí el 18 de Enero de 1677, ante Francisco Domingo Hernández y Galarza. Había casado en la iglesia Mayor de La Habana el 22 de Mayo de 1636, con doña María Pacheco, bautizada en la misma iglesia el 28 de Marzo de 1608, hija de Juan Pacheco, natural de Ciudad Rodrigo (Salamanca), que pasó a establecerse en La Habana, donde casó en 1603 con doña Isabel de Acosta.

Los Franco de Canarias:
La casa de Franco de Canarias fue fundada por el caballero portugués Hernán Pérez Franco, natural de Villazón, en el término de Chaves, que se estableció en Tenerife en unión de su mujer, doña Beatriz Rodríguez, poco después de la conquista . Hijo de ambos fue Álvaro Hernández Franco Rodríguez, que contrajo matrimonio en la isla de Tenerife, con doña Leonor Pérez (hija de Pedro Martínez y de doña Catalina Luis, descendientes de conquistadores). Otorgó testamento el 17 de Octubre de 1547, ante Gaspar Justiniano, Escribano de La Laguna, y en dicho documento consta que fue su hijo Francisco Álvarez Franco Pérez, y este fue , a su vez, padre de Pedro Alvarez Franco Hernández, Capitán de Infantería Española, por patente de 12 de Julio de 1593, "en atención a sus méritos y servicios y calidad", que tuvo dos esposas; la primera fue doña Nicolasa Rodríguez Álvarez de Toledo, descendiente de noble familia de conquistadores de Canarias, y la segunda doña Isabel Pérez Alfonso Riverol. De este segundo matrimonio tuvo un único hijo llamado Juan Fernández Franco y Pérez que fue Sargento Mayor de la isla de Tenerife; Teniente de Capitán General de las Islas Canarias, por título real de 6 de Mayo de 1640; varias veces Gobernador de la isla, y Visitador General de las Armadas. El Capitán General de Canarias y el Cabildo de Tenerife le recomendaron al Rey don Felipe IV por sus singulares méritos, y el citado Monarca, por Real cédula de 13 de Diciembre de 1661, dispuso que los hijos de este caballero ocupasen los cargos de mayor honor. De sus servicios se hizo información ante el Licenciado Martín de Balboa, Alcalde Mayor de La Laguna, en 13 de Junio de 1676. Casó en la parroquia de la Concepción de Tenerife en 1644 con doña María Magdalena de Medina con la que tuvo, entre otros hijos, a Juan Franco de Medina, Capitán de los Tercios de Flandes, Teniente de Capitán General de Canarias, Capitán General de San Juan de Puerto Rico, a donde condujo a su costa, desde Tenerife, a veinticinco familias, y últimamente Gobernador y Capitán General de las provincias del Yucatán, por título de 14 de Mayo de 1698. No llegó a desempeñar este último cargo por haber muerto el 16 de Septiembre de 1698. Había casado con doña Rafaela Fernández Osorio de Moya y dejó un solo hijo llamado Juan Fdez. Franco de Medina y Fernández Osorio, Capitán de Infantería Española.

Los Franco de Andalucía:
De todas las familias con apellido Franco en Andalucía cabe citar una que radicó en Andújar y que, al parecer, fue origen de los Franco de la isla de Santo Domingo, y que ocuparon el cargo de Alguacil Mayor de la isla durante tres generaciones. Uno de los que se tiene noticia fue Diego Franco de Quero, natural y Alguacil Mayor de la isla de Santo Domingo y caballero del hábito de Santiago, que vistió el 21 de Diciembre de 1644.


LA RAMA DE SEVILLA
Una de las primeras menciones en Sevilla de un Franco de las que tengo noticia corresponde a cuando en 1478 los religiosos dominicos, ayudados por el inquisidor de Sicilia, el P. Filippo Barbery, que había venido a Sevilla para tratar de cierto privilegio con el nuncio de S.S. Monseñor Nicolás Franco, hicieron todas las gestiones posibles con el rey para conseguir la creación de la Inquisición .
Posteriormente, la Gran Epidemia de 1639, en Sevilla, tuvo como uno de sus protagonistas a Francisco Franco, médico, que se nombró presidente de la Junta Médica que se organizó en la ciudad al objeto de combatir dicha epidemia.
En 1670 Tomás Manuel de San Pelayo Franco Salazar, natural de Sevilla, casó con Josefa Fernández de Herrera, naciendo de ésta unión:
Pedro Franco Fernández de Herrera, natural de Sevilla, esposo que fue de Margarita Garay, ambos padres de:
Pedro Franco Garay, Capitán de Infantería del Regimiento del Rey, secretario de Su Majestad y Caballero de la orden de Calatrava con fecha 16 de septiembre de 1772.

Sobre 1780 nació en Sevilla Francisco Franco Roldán, hijo de Cristóbal Franco, natural de Sevilla y de Antonia Roldán, natural de Villarrasa; que casó el 30 de Enero de 1804 con doña María Amés Galván, siendo, ambos, padres de Francisco de Paula Franco Amés, nacido en Sevilla el día 6 de Febrero de 1812, a las seis de la mañana. El 23 de Abril de 1848, a los treinta y seis años, contrajo matrimonio con la señorita de Sanlucar de Barrameda doña María de la Salud Lozano Fernández. Era, Francisco de Paula, a la sazón, barbero. No se ha llegado a saber si la barbería era de su propiedad o si, de lo contrario era empleado por el dueño de la misma, pero lo que si está claro es que dos años después, en 1850, había dejado el oficio de barbero, y lo vemos convertido en cabo de serenos. Francisco de Paula Franco Amés y Salud Lozano Fernández tuvieron descendencia que a continuación se menciona.

Ricardo Franco Lozano Nace en Sevilla el 14 de Noviembre de 1850 en el número once de la calle Águilas. Segundo de los hijos de un matrimonio humilde formado por Salud Lozano Fernández, hija de un jardinero de Sanlucar de Barrameda, y por Francisco Franco Amés, hijo de un hortelano. En un principio el padre de Ricardo ejerció de barbero, pero al nacer éste parece que escaló algún peldaño en la escala social, ya que lo vemos ocupando el puesto de Cabo de Serenos de "la Muy Noble, Muy Leal, Invicta y Mariana ciudad de Sevilla", lo que tampoco le dejaba mucho para dedicarlo a la educación de sus hijos que se ven beneficiados con la Ley de Instrucción Pública de 1857 o Ley Moyano, por la que se establece la enseñanza obligatoria y gratuita hasta los nueve años.
Tanto Ricardo como Francisco de Sales, su hermano mayor, destacan en los estudios, por lo que su padre hará un esfuerzo y les permitirá continuar el Bachiller. Decisión afortunada por parte del señor Franco Amés ya que Francisco de Sales estudió Filosofía y Letras y Derecho. En 1876 regentó la Cátedra de Latín del Instituto de Cáceres, y luego la del de Badajoz, del que fue director por espacio de muchos años. Como traductor, tanto en prosa como en verso, publicó varias obras de autores latinos y griegos, entre otros, unas silvas y varios fragmentos de la Tebaida, de Estacio, que vieron la luz en la sección bibliográfica del Archivo Extremeño. También imprimió una Gramática Latina y un tomo de traducciones latinas.
Ricardo estudió la Carrera de Derecho , abogado del Ilustre Colegio de Sevilla, se convirtió en un prestigioso letrado, pasando a formar parte de la alta burguesía Sevillana de finales del siglo XIX. En 1874, recién acabada la carrera, figura como vecino de la Parroquia de San Ildefonso, en el número noventa de la calle de la Alhóndiga. Es entonces cuando conoce a Dolores Pineda Ferrari, hija de Carlos Pineda y García-Casado , vecino del número siete de la calle de San Esteban, con la que contraerá matrimonio pocos años después. El 19 de Junio de 1878 se
celebró la boda en la iglesia parroquial de San Bartolomé y San Esteban. Ofició la ceremonia D. José Tello Lobo, presbítero cura de dicha Parroquia y actuaron de testigos, entre otros, Don Manuel Pineda y García-Casado, comisario de guerra y Don José Carmona Ramos, abogado del Ilustre Colegio de Sevilla.
Ricardo y Dolores tuvieron siete varones y dos hembras, que fueron viniendo con este orden: Francisco, Ricardo, Carlos, José María, Lola, Salud, Luis, Manolo, Fernando. Existe constancia de que cuando nació el último de sus hijos, en 1896, la familia Franco Pineda vivía en el actual número treinta de la calle de Argote de Molina. Con ellos acabó viviendo doña Dolores Ferrari cuando ésta quedó viuda. Según la tradición oral familiar, la señora Ferrari procedía de las colonias, es probable que de Cuba.

Aunque ha quedado claro que la familia tenía su vivienda habitual en la Calle de Argote de Molina, en Sevilla; cuando llegaban los calores se desplazaban al pueblo de Alcalá de Guadaira, en donde Ricardo poseía una casa en el número dieciocho de, lo que hoy es, la Calle de Santa María y lindaba, esta casa, con la muralla del Castillo, por un lado, y con la, entonces, casa del Sr. don Tomás de Ybarra por el otro. Aun hoy, en 1995, permanece la casa en pie, en muy mal estado de conservación; fue adquirida por el Ayuntamiento de Alcalá , que la tiene en el más completo abandono. En la fachada principal, dos columnas de orden corintio soportan un arco de medio punto y sobre él, en azulejos, puede leerse "VILLA SAN JOSÉ"; carece de puertas; el interior está invadido de vegetación, excrementos, restos de fogatas y jeringuillas usadas.

En Agosto de 1913 estuvo, Ricardo, tomando las aguas en el Gran Hotel de Mondariz, Balneario que era y es un famoso establecimiento, en la provincia de Pontevedra de aguas mineromedicinales ferruginosobicarbonatadas, recomendadas en las enfermedades infecciosas, respiratorias, de la digestión y nutrición. El 13 de Marzo de 1915 falleció su esposa, Dolores Pineda. A partir de entonces se le veía más apático, dejó de ejercer la abogacía y se retiró; hasta que murió 30 de Enero de 1925, en Sevilla, a los setenta y cuatro años de edad. Está enterrado en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, en la Calle de S.Benigno número 33.

 

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