Domiciano, "el sol de la tierra" (años 81 96) Domiciano esperaba ansioso la muerte de su hermano mayor, el emperador Tito, que había sido atacado por unas fiebres extrañas. Ni bien ocurrió el esperado deceso se apresuró a ocupar el trono. Este soberano terrestre se consideraba a sí mismo el "César divino", por lo tanto comenzó a exigir al pueblo romano que le rindiera culto y colocara su estatua en los santuarios; quien no obedecía era sometido a sangrientas torturas. Los cristianos del imperio sufrieron de parte de este emperador las peores persecuciones. Sus
defectos superaban en mucho a sus cualidades, por ejemplo,
exigía que se postraran ante él y le llamaran "Señor"
y "Dios". Tenía este Los romanos más distinguidos no veían con buenos ojos las actitudes del emperador, por lo que Domiciano comenzó a sospechar de ellos, de manera que hizo colocar espías por todas partes. Muchos de estos nobles romanos terminaron siendo asesinados por orden del emperador. A esta altura de los acontecimientos hasta los parientes más cercanos temían por sus vidas. Su esposa supo por casualidad que Domiciano quería asesinarla junto a otros familiares. Se tramó entonces un conjuro entre la emperatriz y otros amenazados, entre ellos el comandante de la guardia real, y de común acuerdo tomaron la decisión de asesinarlo. El odio del pueblo romano hacia el divino emperador se desató cuando el déspota desapareció: sus estatuas fueron hechas añicos y sus templos dedicados a otros cultos. |