Los normandos (año 911)


Los intrépidos normandos invadieron la Galia y saqueaban sus iglesias llevándose cuanto había de valor en ellas. Los vikingos también gustaban de apoderarse de los conventos, donde por supuesto rara vez hallaban resistencia. En estos sitios solían encontrar algo por lo que tenían gran debilidad: el vino. Eran capaces de recorrer enormes distancias con el fin de apoderarse de tan sabroso brebaje.

Cuando los normandos llegaron a la desembocadura del río Sena el pánico se apoderó del país de los francos. El rey Carlos el Simple tuvo una idea para organizar la defensa del reino: ofreció a los temibles vikingos un territorio en el norte del país. Las condiciones eran que defendiesen su nueva residencia de otros invasores, se convirtieran al cristianismo y vivieran en paz con las demás comarcas. Uno de los jefes vikingos, Rollon, aceptó el feudo; pero en el momento de la investidura se negó a seguir la costumbre de besar el pie al soberano de Francia. Entonces admitió que uno de sus hombres realizara el acto en su lugar. El joven vikingo elegido resultó ser también de gran altivez para someterse a ello y, en el preciso momento de tomar el pie del rey, ni siquiera intentó inclinarse, por el contrario, tiró del pie con tanta fuerza hacia arriba que hizo que el soberano perdiera el equilibrio y cayera hacia atrás. De todos modos este percance no impidió que se llevara a cabo el acuerdo.

Con el tiempo, aquellos corpulentos normandos habrían de convertirse en los súbditos más vigorosos y respetables de la corona francesa.


Ir al índice


Hosted by www.Geocities.ws

1