|
Quizá alguien
pueda interpretar como antagónica esta nueva reflexión, pero no es
así, simplemente creemos que en Cuba se han dado soluciones a temas
críticos, mas para ello se han tomado ciertas medidas que
seguramente puedan ser superadas en algún momento. Junto al bloqueo
imperialista aparecen también otros problemas propios del ser humano
y de las sociedades históricamente dinámicas, que deben ser superados, por ejemplo: el
enriquecimiento ilícito, la acumulación de poder político y económico, la necesaria libre
expresión, el libre sindicalismo, no ya en un estado de explotación
sino en otros intereses laborales, y muchos mas aspectos que se irán
desglosando conforme avancemos en esta reflexión. Pero debe queda
bien en claro que amamos a Cuba, sobre todo a los millones que se
encuentran dispersos en la faz de la tierra, que ansían volver a la
isla caribeña, pero bajo un régimen político y de vida diferente, que sea el
equilibrio de todo lo conquistado, que es valioso, y la recuperación de lo perdido,
pero que sea válidamente lícito. Darle un vuelco a la socio economía
cubana, pero preservando todo lo bueno ya conquistado.
No nos agrada
saber por ejemplo, que EE.UU. ha establecido un política de
beneficios no otorgados a otra minoría latina, como vivienda, salud
y trabajo, con la única finalidad de atraer a más inmigrantes legales
e ilegales desde Cuba y de esa manera socavar los cimientos de una
nación, que viene haciendo grandes esfuerzos por desarrollar y ayudar
a decenas de países, en la búsqueda de una integración solidaria. No
nos mueve una motivación estrictamente política, sino que como
humanistas, creemos que el bienestar social debe primar y ello
sensibilizar a quienes tienen las riendas del gobierno y las
decisiones internacionales y con ello me refiero al gobierno cubano
y al norteamericano.
Tenemos la
información que en Cuba, si bien es cierto se ha organizado el
trabajo bajo las iniciativas del gobierno revolucionario, los
trabajadores han tenido que renunciar a las conquistas logradas en
muchos años de luchas, por ejemplo el monto salarial y la duración
de la jornada laboral; acceder a las demandas de trabajo colectivo que en otro
momento movilizó a hombres, mujeres y niños, con la obvia presencia
de castigos disciplinarios y también de estímulos. Quizá la
suspensión de la cooperación del bloque soviético fue la causa de
apagones, deficiencias en el transporte colectivo y escasez
de alimentos.
Sabemos
igualmente que el gobierno abrió las puertas a la inversión
extranjera, pero esos salarios son convertidos a pesos con
descuentos, lo que convierte esas cantidades en exiguas.
Sorprendentemente no se dan huelgas ni protestas masivas, y las que
pudieran efectuarse son refrenadas, con una especie de
contra-protesta, como sucedió en el célebre "maleconazo", muestra de
la desobediencia civil en Cuba, eso sucedió el 5 de agosto de 1994 y fue la
mayor manifestación en Cuba contra el régimen de Castro. Fue una
protesta espontánea de miles de habaneros, que fustigados por la
situación económica, la discriminación racial, el apartheid
turístico, se lanzaron a las calles pidiendo libertad y el fin de la
dictadura. Es algo que no se puede ocultar y debe tener significancia, ello procuraremos ahondar en otro momento. Ellos
dicen lo siguiente, es su apreciación:
"Existen
innumerables grupos y organizaciones que luchan para
detener a la tiranía usurpadora de Castro, que oprime y
destruye a nuestro pueblo y a nuestro país. Pero las
voces aisladas de la oposición tanto dentro como fuera
de Cuba han sido ineficaces. Y han sido ineficaces,
porque cada una ha tratado de actuar en solitario.
Comprendemos a la oposición interna. Entendemos sus
posturas y sus razonamientos. Estamos concientes de la
represión a que son sometidos y al riesgo que corren
ellos y sus familias. También podemos entender a la
oposición externa con sus virtudes y defectos. Nos
damos cuenta de que existe agotamiento después de casi
medio siglo de exilio, de engaños, de sin sabores,
traiciones, y de generaciones con pensamientos
diferentes. Pero la lucha por la libertad de nuestro
pueblo no ha concluido. Ganar la libertad es siempre
peligroso, pero es la aspiración más valiosa que
tenemos." |
Creo que pronto llegará el gran
momento para dar solución a los problemas que se dan no solo en Cuba sino en
todo Latinoamérica, pero que Cuba está triste, eso es verdad, creo que si; que muchos cubanos
están tristes también lo se y que muchos más se sobreponen a esa tristeza y se
aferran a su patria también lo se. Pero en las líneas de arriba vemos que hay
quienes hablan de opresión, destrucción, de oposición; también leemos de
represión y riesgo familiar; hablan de exilio, traiciones y finalizan ansiando
libertad. Lo cierto es que he tenido conversaciones con otros cubanos y no
siempre se habla así, por ello es que en el amor que tenemos a Cuba, queremos
dilucidar todo esto, escuchar las voces de todos los cubanos y cubanas, que con
honestidad den sus opiniones y de todo ello tener un corolario más cercano a la
verdad.
Hace un tiempo atrás encontré en la red
este relato que deseo compartir con Uds., pero no sin antes decirles que todo es
perfeccionable, que mis palabras no son la últimas, si Uds. creen que pueden ser
corregidas, pues escríbanme, porque seguiré amando a Cuba a través de ti... sin
embargo, existen demasiados testimonios en red y no podemos dejar de leerlos y
analizarlos, por eso seguiré en mis investigaciones para encontrar lo que
considere más cercano a la verdad.
Hasta los ojos de un perro muerto tienen su
historia. Se los digo yo.
Cundejo, el
barrendero, soltó la frase en medio del bar. Los
bebedores se dieron cuenta en seguida que Cundejo
tenía ganas de hablar esa tarde. Entonces cada
bebedor se fue acercando a la mesa donde estaba
Cundejo bebiendo solo. Siempre bebe sus tragos por
la tarde en la misma mesa.
Cundejo
barre las calles del pueblo. Dice que ese es el
oficio más lindo del mundo. Explica que el pueblo
agradece que le limpien sus parques.
Todo el
mundo en el pueblo conoce a Cundejo pero los que
mejor lo conocen son los bebedores habituales del
bar.
—¿Cómo es
eso de sacar una historia desde los ojos de un perro
muerto, Cundejo?
Alcibiades
el mecánico le hace la pregunta a Cundejo y en
seguida le indica al Bizco que traiga una botella de
ron para la mesa. El Bizco coge la botella y viene
hasta el grupo de gente con la botella. De paso se
queda sentado con la gente para oir la historia de
Cundejo. Al fin y al cabo la barra se ha quedado
sola y no tiene a quien despacharle. Todo el mundo
está ahora en la mesa de Cundejo.
Entonces
Cundejo empieza a contar su historia. Dice que esa
tarde llegaba barriendo al final de la calle donde
está la fábrica de galletas, vio el bulto blanco a
un lado de la acera. Siguió barriendo la calle y
llegó al lugar donde estaba el bulto. Era un perro
muerto. Un carro le había dado un golpe en algún
lugar. Había sangre junto al cuerpo. Entonces fue
cuando Cundejo le miró a los ojos al animalito
muerto.
—Oiga, ahí
mismo aquel animal me estaba pidiendo con los ojos
que salvara su historia. No quería de ninguna manera
que su historia se pudriera con él. Eso es del
carajo, eso de ver un animalito muerto que pide a
gritos por los ojos que no dejen morir su historia.
Diciendo
esto Cundejo se calló la boca y miró fijo la copa
vacía donde hasta hacía un rato estaba bebiendo el
ron que despacha el Bizco. Entonces Alcibiades se
dio cuenta y le llenó la copa de ron hasta el mismo
borde.
Cundejo se
dio un trago largo, se limpió con la mano la boca y
siguió contando.
En seguida
supo que aquel animalito muerto vivía en una casita
de la ciudad. Era una casita que casi se estaba
cayendo. Allí vivían una mujer, un hombre y la
hijita pequeña de tres años. También vivía el perro
que Cundejo había encontrado muerto esa tarde.
El hombre
trabajaba fuera de la casa. Salía todas las mañanas
acompañado por el perro. Llegaba a la parada del
ómnibus que lo llevaba para el trabajo.
Cuando el
ómnibus se perdía por la calle con el hombre
adentro, el perro caminaba de regreso a la casa.
—Hasta en
los ojos del animalito muerto se veía lo mal que
vivían esa gente. Daba grima eso.
Cundejo se
da otro trago largo y sigue contando. A la hora de
regresar el hombre del trabajo, ya el perro estaba
en la parada esperandolo. Era un perro flaco que
enseñaba todo el costillar del hambre. Pero era un
animal agradecido.
La última
tarde que el perro acompaño al dueño de regreso a la
casa fue una tarde triste. El perro vio que el
hombre y la mujer hablaban mucho. La niñita se sentó
cerca del perro y la cariciaba la cabeza. La mujer
lloraba bajito. El perro y la niñita miraban a la
mujer llorando. Vieron también cómo el hombre
acariciaba a la pobre mujer consolandola.
Por la
noche se sentaron el hombre, la mujer y la niñita a
la mesa. Tomaron una sopa clara que tenían de
comida. El perro acababa de llegar de la calle. No
había encontrado nada y tenía hambre también. Cuando
los dueños terminaron de comer le dieron lo del
perro. Era una sopa mala pero se la comió con gusto.
Después todos se acostaron. Soñaron con la miseria
que cargaba cada uno. El hombre y la mujer se
alegraron en sueños. Esa tarde el hombre había dicho
que lo último que se perdía eran las esperanzas.
Por la
mañana el hombre salió acompañado del perro hasta la
parada de siempre. Subió a la guagua y el perro vino
de regreso. Toda la mañana la mujer estuvo llorando.
La niña y el perro se miraban largas horas en el
patio. No jugaban. Por la tarde el perro fue a
buscar a su dueño a la parada. No había llegado.
Pasó la hora de llegar el hombre en el ómnibus. Hubo
ómnibus, pero sin el hombre. Cuando la noche empezó
a caer, el perro regresó a la casa. La mujer ya no
estaba llorando. Se le veía algo de resignación en
el rostro. Al otro día el perro volvió a la parada y
fue por gusto. Una semana entera estuvo dando los
viajes al mismo lugar. Lo hizo durantes meses y
años. La última vez pagó por un descuido con su
vida. Ya era un perro viejo y al cruzar la calle no
vio venir el auto. Fue un golpe limpio. No se sabe
dónde, pero sirvió para matarlo en el puesto.
—Yo pude
sacar desde los ojos del perro muerto lo que pasó
con el hombre, que era su dueño.
Cuando
Cundejo dijo esto todo el mundo se miró. Se pudo oir
el zumbido de una mosca que revoloteaba sobre la
gorra sucia de Cundejo. Nadie habló. Sólo podía
hablar Cundejo.
Entonces
fue cuando Cundejo dijo lo del hombre. Desde lo más
profundo de los ojos del animal muerto había sacado
la tristeza. Todo lo que el pobre tipo había hablado
con la esposa era que se iba del país. Lo harían en
un barquito hecho a mano con un grupo de amigos.
Después de irse y llegar, mandaría a buscar a la
mujer y a la niñita. No se sabe si dijo algo sobre
el perro. Tampoco se supo más del hombre desde
aquella tarde que hizo esperar en vano al perro.
—Ya lo otro
ustedes deben imaginarlo, no. La cosa terminó con la
muerte del perro. No pude sacar nada más desde el
fondo de aquellos ojos.
Cundejo se
dio el último trago y se levantó en silencio. Salió
del bar despacito como hace todas las tardes al
final de sus historias. Todo el mundo volvió a la
barra y empezó la bulla de siempre.
En la mesa
donde estaba sentado Cundejo se habían quedado
solamente Alcibiades el mecánico y el bizco
cantinero.
—Tú oiste
eso, Bizco. Tremenda historia. Muy triste. Cundejo
es un tipo fuera de serie. Saca una historia desde
los ojos de un perro muerto.
El Bizco
asintió con la cabeza apoyando lo que acababa de
decir Alcibiades. Cundejo el barrendero era un tipo
único en Cuba.
No era
fácil encontrar un tipo que supiera sacar una
historia tan triste desde el fondo de los ojos de un
perro muerto. El Bizco estaba pensando todo eso pero
no le dieron chance a pensar más. En seguida una voz
aguardientosa le reclamó desde la barra.
—¡Acaba de
despacharnos los tragos, Bizco!
Rafael Contreras
|
Que esto suceda o es solo un
cuento es vuestra decisión pensarlo, saberlo o creerlo, lo
que si se es que, cada noche encuentro cientos de cubanos
hablando en el chat y no todo es conversación santa, pero
allí se reúnen a despistar sus estrecheces, otros a
ufanarse de sus abundancias, pero en medio de toda la charla
se traslucen las carencias y las ambiciones y también el
amor a Cuba. Sabemos que fuera de Cuba hay millones de
cubanos, dedicados a trabajar y ejercer sus profesiones,
muchos de ellos son anticastristas, otros permanecen
apartados de la política, pero añoran retornar a su país, es
obvio, pero ello será en algún momento, ya no al amparo del
conocido proyecto Varela, que se sustenta entre otras cosas
en:
a.-
LOS DERECHOS A LA LIBRE EXPRESIÓN Y LIBRE
ASOCIACIÓN
b.- LA AMNISTÍA
c.- EL DERECHO DE LOS CUBANOS A FORMAR
EMPRESAS y
d.- UNA NUEVA LEY ELECTORAL
pero si se producirá en algún
momento, ojalá no de
manera traumática, ni siquiera en medio de un conflicto
multinacional,
desatado según advierte Hubert Matos. Deseamos que Cuba
recobre la paz, la tranquilidad social y sobre todo sea un
lugar donde ciertos modelos de supervivencia sean vistos
como íconos de resistencia y el encuentro de ámbitos de
solidaridad sean siempre practicados en la hermosa isla del
Caribe.
Jorge Paredes Romero
desde Lima Perú
|
|