José Martí, Apóstol de la República de Cuba
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A los diecisiete años José Martí fue condenado a seis de cárcel, por pertenecer a grupos independentistas, por ello realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado de salud le valió el indulto. Fue deportado a España, en este país publicó su primera obra de importancia, el drama "Adúltera". Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza. Durante sus años en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca perdonó su política colonial. En su obra "La República Española ante la Revolución Cubana" reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los errores cometidos en Cuba. Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí acabó por instalarse en México.
Allí se casó con la cubana Carmen Sayes Bazán y poco después, gracias a la paz de Zanjón, que daba por concluida la guerra de los Diez Años, se trasladó a Cuba. Fue deportado de nuevo por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria. Desde el exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el "Partido Revolucionario Cubano" y la revista "Patria". Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la independencia de su país.
Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, logró poner en marcha un proceso de independencia. Pese al embargo de sus barcos por parte de las autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente hacia Cuba. Martí es junto a Bolívar y San Martín, uno de los principales protagonistas del proceso de emancipación de Hispanoamérica.
Después de innumerables intentos patrióticos por
independizar la isla de Cuba del Imperio Español, Martí organizó la
guerra que lograría lo imposible. Menos de 30 hombres - pobres ya,
con carabinas de un sólo tiro, unos revólveres y muchos machetes -
vencieron un ejército profesional de más de un cuarto de millón de
soldados. Tal ejército disponía de las armas más modernas y potentes
del momento, al igual que una gran reserva de hombres. Pero la
guerra costó sangre, mucha sangre, incluyendo la vida del Apóstol. Murió en combate en 1895 durante su lucha contra las tropas españolas en Dos Ríos, actual provincia de Granma, en el oriente cubano. |
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