Alpine 1300.

Enrique Ojea. Nº 3. Noroeste motor. mayo-junio 1996


 

Cualquier persona que llevada por su afición al automóvil o simplemente por curiosidad se haya adentrado en los orígenes del mismo, sin duda habrá observado un factor común en la práctica totalidad de iniciativas que dieron paso a través de los años, al desarrollo de grandes marcas. Ese factor fue la ilusión y empeño de hombres que creyendo firmemente en una idea, lograron salvar todas y cada una de las dificultades que le salieron al paso para hacerla realidad.

La marca a la que pertenece el automóvil que aquí tratamos es un fiel reflejo de lo expuesto anteriormente, pues debe su existencia al empeño de un hombre, el francés Jean Rèdèlé, por construir un coche de competición adaptado plenamente a sus propios criterios.

Hacia finales de los anos 40 un joven de nacionalidad francesa, hijo del propietario de un concesionario Renault situado en las proximidades de Dieppe participaba asiduamente en competiciones automovilísticas, utilizando diversos tipos de coches -principalmente Renault-Jean Redele, pues así se llamaba el joven , buscaba obtener el mayor rendimiento a sus automóviles, por lo que en 10 1946 decidió preparar un Renault 4CV (modelo conocido en España como 4/4) para participar en varias carreras, en un a ellas, la Copa de los Alpes, el Tour de France, etc. Los buenos resultados obtenidos en estas y otras carreras llevaron a los responsables del equipo oficial Renault a contratarle, habiendo permanecido en el mismo desde 1.951 hasta 1.954 participando en innumerables rallyes.

Pero en la mente de Redele, durante esos años, fue tomando forma una idea. que no era otra cosa que realizar su propio automóvil de competición a partir de la base técnica del Renault 4 cv para lo que en 1.952 se decidía a poner su idea en practica. En pocos meses había nacido el primer Alpine, y nada mejor que una carrera importante para comprobar su eficacia, las Mil Millas de 1.952. Este seria el duro test al que se enfrentaría el pequeño automóvil, y el resultado no podía haber sido mas espectacular, pues el Alpine conseguía la victoria en su clase. Durante los años siguientes se repitieron las participaciones en las carreras más prestigiosas de la época, Lieja-Roma-Lieja, Copa de los Alpes, Rallye de Montecarlo, Mil Millas, etc. El excelente comportamiento y fiabilidad mecánica de los Alpine, fueron argumentos de peso para que muchos pilotos pretendiesen hacerse con uno, lo que indujo a Rèdèlé a fabricar una serie limitada de sus berlinetas con carrocería de fibra de resina de vidrio. Esto resultó ser el nacimiento en 1955 de la Societè de Automóviles Alpine, cuya sede principal se estableció en Dieppe, habiéndose mantenido como un taller artesanal en el que se fabricó hasta 1960 el modelo A106, denominado también Mille Miglia en honor a los éxitos obtenidos en la legendaria carrera.

El éxito de ventas fue en aumento, de la misma manera, el otrora pequeño taller artesanal, se había convertido en una verdadera fábrica de automóviles, cuyas instalaciones fueron creciendo para dar salida a la creciente demanda; la fabrica realizaba vehículos destinados a uso en competición y también para utilización normal, como el Cabriolet A 106. Los modelos fueron evolucionando; el denominado Coupe Sport, fue el primer Alpine que incorporó el bastidor de viga central de la que portaban todos los elementos mecánicos y que le permitía poseer una robustez envidiable para unos vehículos tan ligeros; le siguieron el Coupe 2+2, así como las berlinetas A 105, y A 108, conocida también por el sobrenombre de Tour de France. Sus motores se suministraban opcionalmente. con mecánica Dauphine-Gordini en distintas cilindradas (747,845,904 y 998 c.c.). Lógicamente, todos los modelos destinados a competición fueron obteniendo resultados cada vez mas importantes, lo que hacia presagiar que había nacido un futuro mito.

En 1966 el A 108 fue sustituido por el A 110. modelo que incorporaba de serie gran cantidad de modificaciones ensayadas en las competiciones, y que en anos sucesivos se beneficio de la cada vez mas próxima relación de la marca con la Renault que no tenía problema alguno en suministrar sus mecánicas mas desarrolladas. siempre tocadas por la mano mágica de Gordíní, Con cilindradas de 1108 y 1 .296c.c., el éxito comercial seguía evolucionando de forma constante; los técnicos de Alpine habían tenido un gran acierto desde el principio de su existencia al utilizar un gran numero de piezas en sus vehículos procedentes de las empleadas en la producción de serie de Renault para los distintos modelos de su gama. Este sin duda fue uno de los pilares de fiabilidad mecánica en los que Alpine basó su éxito en competición, pues sus modelos eran prácticamente irrompibles aun en las mas duras pruebas del calendario automovilístico internacional. Son muy raros los rallyes de los años 60 y 70. tanto nacionales como internacionales en los que los Alpine no hayan logrado la victoria. El diseño de la berlineta está pensado en todas sus conceptos para obtener un elevado rendimiento en competición y aún utilizando, como mencionamos anteriormente, muchos elementos mecánicos procedentes de fabricaciones en serie, el hecho de disponer de un conjunto bastidor / carrocería especialmente encaminado a lograr la máxima eficacia en las adversas condiciones que supone la competición para cualquier automóvil, le confería cierta ventaja sobre sus adversarios de la época, pues estos eran generalmente automóviles de serie en origen, a los que se sometía a profundas transformaciones para lograr hacerlos competitivos. Podemos afirmar que el concepto Alpine (primero en competición, después de serie) ha sido sin duda, el que abrió paso a otros vehículos que posteriormente alcanzaron grandes títulos en el panorama deportivo internacional, tales como el Lancia Stratos, Lancia 037, etc.

 

La marca logro desarrollar otros vehículos encaminados a competiciones en circuitos, principalmente en la categoría de sport; estos inicialmente se denominaron genéricamente empleando la letra "M": M63,M64, etc., habiendo logrado buenas actuaciones. La mas destocado fue la victoria absoluta obtenida en las 24 Horas de Le Mans de 1,978 con el Renault Alpine A 442 BT, conseguida después de haberlo intentado sin éxito en las dos ediciones anteriores. En Alpine también acabaron desarrollándose vehículos de Formula 3 que tuvieron menos éxito. En el terreno comercial y una vez asumida la marca por la Regie Renault en 1.973, otros modelos sustituyeron a la berlineta a partir de 1,977, como el A 310 y el Alpine V6. El Alpine fue también fabricado en España por FASA Renault a partir de 1.963. Se inicio la producción con el A 108 tanto en versión cerrada como el cabriolet. La producción española de Alpine finalizo n 1.978 siendo su último producto el A 110/1.400, modelo que se fabricó en exclusiva para España entre mayo del 77 y el mismo mes de 1978.

Por aquel entonces ya había cesado en Francia la producción de las berlinetas Alpine.

Al volante

Antes de entrar en materia, hagamos un pequeño ejercicio de imaginación y trasladémonos al mes de enero de 1.973, Imaginemos un paisaje de montaña totalmente nevado en el que se dibujan serpenteantes, viradas y resbaladizas carreteras que se abren paso entre los interminables y espesos bosques.. trasladémonos a los ALPES, donde se está celebrando uno de los Rallyes de Montecarlo mas complicados y polémicos de su historia, y que resultó ser sin duda la más aplastante muestra de dominio que los Alpine lograron en su dilatada carrera de éxitos. No hay mas que echar un vistazo a la clasificación final para comprobar lo que afirmamos: 1º Andruet (Alpine). 2º Andersson (Alpine). 3º Nicolas (Alpine). 5º Therier (Alpine), 6º Piot (Alpine) y 10 Darniche (Alpine). A excepción de Mikkola, (4º sobre un Ford Escort RS a 2´ 25" del primero), el primer vehículo no Alpine se situaba a lO minutos de Andruet, y eso que a pesar de que este tuvo que ascender buena parte del Turini con la rueda trasera izquierda pinchada y a punto de desllantarse, escribiendo esa noche una de las paginas mas emocionantes de las muchas que sin duda propició el Montecarlo.

No es muy difícil hacer esa abstracción mental a la vista del modelo que hoy probamos, pues su propietario Francisco Alonso Ucha, que gentilmente nos facilitó su Alpine, se ha tomado la molestia de realizar una réplica, en lo que a decoración se refiere, del Alpine 1800 vencedor de aquel Rallye de Montecarlo del 73. Los adhesivos que posee el coche han sido realizados de forma artesanal a imagen de los originales, logrando un resultado final espectacular. Después de vernos obligados a realizar una serie de contorsiones con nuestras piernas y espalda, conseguimos situarnos, finalmente, en el interior del Alpine, acomodándonos a los asientas baquet de que dispone, que dificultan aún más si cabe, la maniobra, pero uno vez instalados, se "vive" el ambiente de la competición. La posición al volante, con las piernas casi completamente estiradas y elevadas, la sensación de estor sentados en el suelo, el parabrisas que nos envuelve casi por completo y el techo rozándonos la cabeza, son ingredientes suficientes para lograrlo. Giramos la llave de contacto, y damos paso al sonido "duro" de su motor viendo como cobran vida las agujas de los distintos relojes que componen el bonito y completo cuadro de mandos en el que destacan las dos grandes esferas situadas a ambos lados del misma. Una de las primeras sensaciones que tenemos al iniciar la marcha, es que la parte delantera va muy elevada, exagerando ese efecto de apoyo sobre el puente trasero tan acusado en los Alpine por su diseño, y tan eficaz en competición por la motricidad que le confiere. La estabilidad es otra cosa, pues no es fácil ir rápido en un Alpine. Es un vehículo que requiere un dilatado y paciente período de adaptación para que permita o su conductor obtener todas sus posibilidades, que son muchas pues no olvidemos que además de ser un "todo atrás", su diseño posiciona al motor "colgado" por detrás del puente trasero por lo que es bastante fácil sentir, sobre todo al principio, la sensación de flotabilidad del tren delantero. Esta sensación empieza a desaparecer una vez que apreciamos los magníficas cualidades de su dirección su suavidad y su precisión, facilitada por la favorable desmultiplicación con que cuenta y definitivamente lo olvidamos cuando tenemos oportunidad de comprobar la magnifica eficacia de sus frenos -de disco o las cuatro ruedas-. Todas estos circunstancias nos van haciendo tomar confianza en el Alpine.

El coche se muestra alegre en su comportamiento, el motor nos pide que empujemos el acelerador, contando para ello con un aliado muy especial como es el cambio de marchas, cuyo recorrido corto y preciso nos invita a su constante utilización. Para un profano en la conducción del Alpine puede resultar difícil convencerse de que es realmente un modelo de agilidad y adaptación a los terrenos virados, incluso por carreteras de firme irregular, pero cuando progresivamente vamos adquiriendo confianza, la conducción se va transformando, consiguiendo elevar-de forma mas rápida de lo que cabria esperar- , la velocidad de paso por curvo, y logrando un alto nivel de precisión en la trazada elegida cuando enlazamos una serie de curvas seguidas. El motor se muestra suficientemente poderoso para mover son soltura los menos de 700 Kg. de peso del coche, aparentando disponer de más de los 70 cv. de potencia que posee. Sin duda el hecho de alcanzar su par máximo en torno a las 3.500 rpm. Le dota de mucho dinamismo y desenvoltura, gozando además de la elasticidad habitual de los motores Renault. Según avanzamos en la prueba, nos damos cuenta de que tanto el tren delantero como el trasero, no van tan "por libre" como en principio estimamos, por contra, observamos que están muy compenetrados y son parte importante de la armonía que logra todo el conjunto. sin duda fruto de las sucesivas transformaciones y soluciones aplicadas al mismo o lo largo de los muchos años que se mantuvo en producción. Podemos reunir en pocas palabras el concepto Alpine, afirmando que no han sido diseñados para ser conducidos, sino para ser pilotados.

Acomodarse en el habitáculo de un Alpine y "vestirse" imaginariamente el mono de piloto es un acto reflejo: en cuestión de segundos nos olvidamos del poco espacio, la rigidez de la suspensión. etc., para centrarnos en el placer de "pilotar" un Alpine. Si el "espíritu" Alpine alcanzó y sigue estando vivo en los que rozando los 40 años se acuerdan de aquellos rallyes de sus años mozos, en los que se preciaba el mayor o menor nivel de los mismos dependiendo del numero de Alpine que asomaban al parque cerrado. ¿ que podemos decir de los poco afortunados que como Francisco Alonso han sido capaces de realizar un importante esfuerzo. no solo económico, para recuperarlos de los más dispares lugares en donde han estado olvidados durante anos y devolverles a su estado original, logrando el resultado que se puede apreciar en las fotografías que ilustran estas líneas. No hay palabras para definir el sentimiento de Francisco al oírle hablar acerca de su Alpine. Solo se nos ocurre pensar que ciertamente esta tocado por “espíritu Alpine”

 

Ficha técnica

 

Motor

Cilindrada........................1 289 c.c.

N0 cilindros......................4 en linea

Diámetroxcarrera................73x77 mm.

Rel compresión......................9,4:1

Alimentacion..............1 carburador doble

Distribucion............árbol de levas lateral

Potencia maxima....................66,5 cv.

A revoluciones.......................5.600

Par máximo........................10,3 Kpm

A revoluciones.......................3.500

 Trasmisión

Tracción............................trasera

Caja de cambios...............4 velocidades

Embrague..................monodisco en seco

Chasis

Suspension delantera: independiente con trape-

cios, muelles helicoidales, amortiguadores

telescópicos y barra estabilizadora.

Suspension trasera: independiente con semiejes

oscilantes, tirantes de reacción, muelles helicoi-

dales, y 4 amortiguadores telescopicos.

Dirección.......................de cremallera

(3,2 vueltas de tope a tope)

 Frenos delanteros...................a disco

Frenos traseros.....................a disco

Carrocería y bastidor

Tipo coupé 2 plazas

Composición de fibra de vidrio tejida y resma

de poliéster, pegada al chasis tubular de tipo

viga central.

Dimensiones...............3,85x1,52x1,13 m.

Peso...............................695 kgs.

Prestaciones

Velocidad max.....................170 Km/h

Consumo

Medio.......................8,3 litros/l00 km

 


José Antonio Rey Pita 1 Agosto 2001 [email protected]

Hosted by www.Geocities.ws

1