Peugeot 205 Turbo 16


Con el ánimo de probar todos o casi todos los grupo B posibles se presenta aquí, en esta web, quizás el mejor; junto con el Audi quattro y el Lancia Delta S-4.

El Peugeot 205 turbo 16 Evolución 1, campeón del mundo del 85 y en otra versión campeón también del 86. Un coche y un equipo que funcionaban como un reloj; por algo su director era el francés Jean Todt, ahora director de la scudería Ferrari en F-1 son dignos de recordar

Pasen y Vean:

 

Motor: Posición central transversal inclinado 20º hacia delante, 4 cil en línea, 1775 cc. Compresión 7.0 a 1. Bloque y culata de aleación ligera Alimentación:Inyección Bosch K-Jetronic. Sobrealimentado por un turbocompresor KKK, con intercambiador mixto aire-aire y aire-agua y dos bombas eléctricas de gasolina. Distribución por doble árbol de levas en culata mandado por correa dentada, cuatro válvulas por cilindro accionadas por vasos invertidos. Lubricación por cárter seco, con radiador de aceite y radiadores adicionales para aceite de cambio y diferenciales delantero y trasero. Encendido totalmente electrónico, sin partes móviles. Refrigeración por agua, con radiador situado en el capó delantero con ventilador eléctrico. Rendimiento, potencia máxima 350 cv (en carrera muchos más) a 8000 rpm, par máximo 45 kgm a 5000 rpm
Transmisión Embrague bidisco en seco, con plaquetas cerámicas y refrigeración forzada de accionamiento hidráulico. Caja de cambios manual, de 5 velocidades, con relaciones variables a elección del piloto. Grupos y diferenciales: tracción permanente a las cuatro ruedas. Diferencial central tipo Ferguson con repartición de potencia entre ambos trenes variable. Diferenciales delantero y trasero tempo hipoide con autoblocante ZF.
Bastidor: suspensiones delantera y trasera con doble triángulo, amortiguadores de gas blistein, muelles helicoidales y barras de torsión antibalanceo. Todo montado sobre rótulas. Frenos doble circuito, independiente para cada tren con regulación en el habitáculo. Discos ventilados en las cuatro ruedas, con pinzas de 4 bombines. Dirección de cremallera, sin asistencia, 2.5 vueltas de volante. Dimensiones 3,82x1,67 batalla 2.54m. Peso en versión tierra 990 Kg. Capacidad de depósito 75 litros

 

La unidad concreta que hemos probado ha pasado por las manos de Nicolás, Saby, Vatanen y Salonen, que con ella han participado y entrenado en los principales Rallyes del Mundo.

            En otras ocasiones habíamos podido probar vehículos de competición, pero sinceramente creemos que nunca habíamos dispuesto debajo del acelerador del mismo número de caballos que los que manejan los campeonísimos. En esta ocasión ha sido distinto, y el motor proporcionaba más de 350 Cv.

            No sólo la cifra de potencia impresiona, sino también el aspecto general del vehículo. Recortado de tamaño, con aletas prominentes, un habitáculo en el que todo está pensado para la seguridad de sus ocupantes, y equipado con un sinfín de relojes, marcadores, interruptores, uno se siente rodeado del un ambiente que bien podía ser el anticipo del Futuro.

 

Ya son bastantes los turismos de serie que recurren a la tracción total como transmisión estándar. Dado que recientemente habíamos tenido ocasión de probar un buen número de ellos, esperábamos no extrañar demasiado el comportamiento del vehículo de competición.

            Lo que ya no estábamos tan seguros era de nuestra capacidad para dominar la potencia disponible. Unas vueltas a un circuito de tierra, con neumáticos y suspensiones específicas para este tipo de pavimento, nos han demostrado que aún queda mucho camino por delante, y que las soluciones aportadas por los modelos de competición, y sobre todo los resultados que proporcionan, tarde o temprano han de pasar a los vehículos que se comercializan en grandes series.

            Con el 205 Turbo 16, en las circunstancias que nosotros lo hemos probado, sobre todo en lo que se refiere a firme deslizante, es realmente sencillo de conducir, o mejor dicho, de llevar, pues realmente el mérito es del coche, no del piloto, al que se le perdonan los errores sin el más mínimo reproche.

            Su respuesta a las solicitudes del acelerador y frenos son inmediatas. Para nosotros fue una agradable sorpresa ver que el tiempo de respuesta, típica de las mecánicas sobrealimentadas, y la entrada brutal de potencia no se producían, y que por la suavidad de comportamiento, la mecánica no parecía dar la potencia indicada.

            La dirección tampoco planteaba el más mínimo problema. Con tan sólo dos vueltas y media de tope a tope es dura en parado, pero una vez en marcha es poco menos que perfecta, rápida, precisa y transmitiendo constantemente lo que sucede debajo de los neumáticos. El mismo calificativo merece la caja de cambios, que además tiene unos recorridos de palanca muy cortos.

            Las suspensiones están a la altura del resto del modelo. Al menos en la especificación tierra se mantienen las ruedas en permanente coacto con el suelo e incluso podríamos decir que son hasta ligeramente cómodas.

            Con todo, y sin duda, lo que más nos ha gustado ha sido la nobleza de sus reacciones. Los múltiples errores cometidos durante la prueba y la facilidad con que se sale del apuro demuestran la eficacia de las soluciones aportadas. Las condiciones en que lo hemos probado, sobre todo por lo deslizante del pavimento, son netamente favorables para manos poco dichas en vehículos de estas características. Sin duda en asfalto, con algunos caballos más empujando y neumáticos súper adherentes, las cosas deben cambiar radicalmente. Lograr, que este mismo modelo vaya rápida, teniéndolo dominado, ha de ser privilegio de unos pocos, sin duda pilotos profesionales.

 

En un momento en que la supervivencia de estos purasangre, como son los Grupo B, está fuertemente cuestionada por recientes acontecimientos, la pequeña prueba de este modelo, por quien normalmente prueba vehículos de serie, debe y quiere ser un canto a favor de su continuidad.

            Queda claro que sus prestaciones están muy encima de las que son capaces de soportar habitualmente las carreteras por las que circulan en competición, y que a sus mandos sólo se deben sentar auténticos profesionales. Por el contrario, su desarrollo, o el de los Fórmula 1, sirve de locomotora a toda la industria del automóvil. Las innovadoras soluciones que aportan, tarde o temprano llegan a los vehículos de serie y siempre para hacerlos más seguros.

            Si los modelos de serie fueran tan nobles, frenaran tan bien y perdonaran tantos errores como el 205 turbo 16 en este circuito lo hacía, no dudamos que el número de accidentes disminuiría drásticamente, y al fin y al cabo esto es lo que persigue todo el mundo.

            Para nosotros lo más positivo de la prueba no ha sido comprobar el excelente rendimiento de esta máquina, que por sus títulos no necesita otros reconocimientos, sino haber visto en ella una ventana abierta hacia el futuro, un banco de ensayos rodante que nos permite comprobar que aún queda bastante camino por recorrer, y siempre en beneficio del conductor.

 


E. Zorzano. Autopista num 1402 29 Mayo 1986. José Antonio Rey Pita 17 julio 2001

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