JOSHIN SENSEI

SESSHIN - octubre de 1996 -

Instrucciones a la Sangha

SAMU

Mónica habló esta mañana de la historia de la cuchara de sopa y me recordó el comienzo del Sesshin de la Ordenación.

Era un lugar  alejado de Montevideo, estábamos todos afuera, y esperábamos porque había un problema con las llaves. Cuando el hombre llegó, hubo una discusión, y luego entramos, y lo que pasó en ese momento fue muy hermoso: nadie había venido antes, y en unos minutos, ya todo el mundo estaba limpiando.

Y fue un comienzo muy fuerte para el Sesshin.

Pienso que es una buena solución para los sesshins.

Ahora, en este sesshin, hubo gente que vino antes a limpiar. Si hay gente que viene antes a limpiar se crea una separación, y esto es para pensar en las diversas maneras de hacer. Tal vez sea más cómodo que la gente llegue antes para limpiar. Pero en aquel momento, cada uno estaba trabajando, cada uno estaba como responsable de ese lugar: no fue solamente llegar y dejar sus maletas.

Es una propuesta, esto es para pensar, intentar de una manera, de otra manera, y ver qué es lo mejor.

Entonces, qué es lo que se va a tomar como marco para el sesshin? Este es un punto muy importante pues es lo que va a marcar el "sabor" del sesshin. Yo no lo voy a decir, son ustedes que deben reunirse y pensarlo.

Hay que considerar seriamente que es muy difícil para la gente entender que un sesshin no es solamente venir a hacer zazen, muchas horas en un día. Entonces cuantas más cosas se hagan juntos, más energía nutre al sesshin. Esto es muy importante. Se trata siempre de encontrar más allá de la forma, cómo podemos quebrar la idea del sesshin, para nosotros y para cada uno.

Es por eso que creo que hay muchas soluciones a experimentar que van a dar más la idea de grupo, porque la sangha, primero es un grupo, si no hay ese grupo no hay sangha, el primer paso es ese grupo, un grupo común.

Es por eso que pienso que el momento del samu es tan importante, porque trabajar juntos es realmente sentirse una parte de ese grupo que no puedo sentirlo de la misma manera en zazen, y lo digo no sólo para el sesshin, sino para el dojo también: son dos cosas como el pez y el agua, si funciona en el sesshin, va a funcionar mejor en el dojo, y si funciona en el dojo, va a funcionar mejor en el sesshin. Entonces, por dónde es más fácil empezar, si empezar desde el dojo o empezar a partir del sesshin?

Porque todo lo que se hace juntos forma el espíritu del sesshin.

Si la gente viene para hacer zazen y sale, en el dojo, o también en el sesshin, no es lo mismo. Sí, toda la gente ha trabajado un poco, pero hay una manera de trabajar juntos, y por eso fue tan fuerte para mí esa vez de la Ordenación, al inicio del sesshin, en el primer minuto del sesshin: una atmósfera de sangha.

Puede haber una motivación poderosa, pero la forma también importa, hay que pensar cómo hacer para que la forma y el contenido vayan juntos.

Es por eso que siempre hacemos hincapié en el samu; en la actividad del tenzo, en la cocina. Generalmente pensamos que cuanto menos hacemos, mejor es para nosotros pero, paradójicamente, podemos ver que es lo contrario: cuanto más trabajamos más energía se va a generar; pero hay como una inercia que nos lleva siempre a pensar "voy a descansar un poco", y es un error porque el sesshin puede convertirse en algo muy terrible con un tiempo muy, muy largo, o puede ser una cosa muy dinámica, con entusiasmo.

Claro que esto depende de cada uno, pero pienso que es un punto muy difícil de entender, uno siempre hace, da un poco menos para preservarse a sí mismo.

Pero es al revés, es como saltar, porque cuando saltamos alcanzamos toda la energía del universo, es así para el sesshin, es así para la vida, por supuesto.

Y podemos ver cómo aplicarlo en la práctica en el dojo porque eso es parte de la vida cotidiana. Y no es posible que si la práctica en el dojo no es fuerte, la práctica en el sesshin sea fuerte, no, porque es como una continuidad.

Hay algo que se puede ver en La Demeure. En La Demeure es muy difícil porque es como un sesshin, pero de una semana, dos semanas, un mes, y siempre hay gente que le gusta y gente que le gusta menos, entonces hay un poco de tensiones, lo que es natural. Pero mi experiencia indica que cuando la gente trabaja junta, cuando vamos al jardín, cuando vamos a limpiar, la armonía surge naturalmente, cuando vamos hacia otra persona a pedir que ayude, o que se acerque espontáneamente a ayudarnos, promueve una armonía muy importante que no puede crearse cuando hay una persona, otra, otra, cada cual en su cosa.

El dojo funciona bien para la práctica, y eso es como una base desde donde pensar cómo abrir más, si hay una base sólida se puede abrir más, se puede encontrar una manera de trabajar juntos más en armonía. Es cierto que la gente llega sólo a hacer zazen porque trabaja, tiene su familia, entonces cuando el zazen termina se van, y esto compromete el samu. Entonces hay que explicarlo, hay que buscar una manera para que la gente lo comprenda. Así que podemos hacerlo en el sesshin y por la continuidad del sesshin, poco a poco, se va a ir incorporando al dojo, y también podemos comenzar desde el dojo y profundizarlo en el sesshin.

Por ejemplo, podría haber una persona responsable para abrir el dojo y una persona responsable para el samu, por una semana, y la persona responsable de la limpieza puede invitar a otras personas a trabajar juntos. Y así dar una oportunidad a la gente de hacer cosas para la sangha.

intervención: lo que hacemos nosotros, en general, es esperar que la persona se ofrezca, no se trata de imponer el trabajo

Sensei: bueno, por qué no? Eso es porque su idea de trabajo no es justa, porque si es justa puede

hacerlo, pues trabaja para limpiar el dojo: es la misma cosa que un zazen, y si no lo entiende puede hacer que la gente lo entienda, si hace diferencias la gente no puede entenderlo. Es el problema de hacer distinciones: "una cosa es zazen, y otra cosa es samu"

intervención: no se puede obligar a la persona a hacer samu

Sensei: bueno, no se puede obligar a una persona a abrir la puerta del dojo, tampoco. Para mí es

exactamente lo mismo.

No es obligar, es dar una oportunidad para trabajar en el Dharma, no es obligar como si viniera a mi casa a limpiar, es dar una oportunidad de la misma manera que es dar una oportunidad para hacer zazen, son oportunidades, son grandes oportunidades de trabajar para la Sangha. De la misma manera que no se puede obligar a nadie a ser tenzo para un sesshin, si no se entiende que el Tenzo es como un regalo enorme. Pero no hay diferencia con limpiar el dojo.

Entonces, tal vez hay que pensar en la manera de explicarlo.

Como Mónica lo dijo esta mañana, en el Templo, cada mañana, limpiamos todo, y yo no estoy obligando a la gente a hacerlo, es una cosa completamente natural, porque comemos, y después de comer vamos a limpiar, es una cosa de la práctica.

Yo visito varios dojos y es fácil ver como pueden ser dos cosas o sólo una, el sesshin y el dojo, pues cuando la práctica es fuerte aquí es fuerte en el sesshin, y cuando no es fuerte en el dojo, tampoco es fuerte en el sesshin, son dos cosas que son una cosa.


Traducción : zendo_3tesoros-   Montevideo- Uruguay

Este material es un regalo del Dharma, puede ser reproducido para uso personal y puede ser distribuido sólo en forma gratuita, para el despertar de todos los seres
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