I Trabajo actual en filosofia baha'i.
II EL Libro Mas Sagrado de Baha'u'llah
III Copyright Baha'i.
IV Sitio del Panel Internacional para la Traducción de Literatura Baha'i. Incluye el libro del Kitab-i-Aqdas, cuya ficha aparece abajo, en formato pdf para leer en linea.

PREÁMBULO E INTRODUCCIONES DE LA VERSION ESPAÑOLA DEL LIBRO MAS SAGRADO DE BAHA'U'LLAH

Título original en inglés: The Kitáb-i-Aqdas. The Most Holy Book
© Asamblea Espiritual Bahá'ís de España
Editorial Bahá'í Bonaventura Castellet, 17 08222 TERRASSA (Barcelona)
Traducción: Panel Internacional para la Traducción de Literatura Bahá'í al Español
Portada: Eva Celdrán Esteban
Primera edición en castellano, 1998
ISBN: Depósito Legal:
Impreso en los Talleres Gráficos de la M.C.E. Horeb, E.R. nº 265 S.G. - Polígono Industrial Can Trias, c/ Ramon Llull, s/n - 08232 VILADECAVALLS (Barcelona)
Impreso en España - Printed in Spain

Contenidos

Prefacio a la edición en inglés
Preámbulo a la primera edición en español
Introducción a la edición en inglés
Descripción del Kitáb-i-Aqdas por Shoghi Effendi
El Kitáb-i-Aqdas
Algunos textos revelados por Bahá'u'lláh que complementan el Kitáb-i-Aqdas
Preguntas y Respuestas
Sinopsis y Codificación de las Leyes y Disposiciones del Kitáb-i-Aqdas
Notas
Glosario
Relación de pasajes traducidos por Shoghi Effendi
Índice

Prefacio a la edición en inglés

En 1953, Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe bahá'í, incluyó entre las metas de su Plan de Diez Años la preparación de una Sinopsis y Codificación de las Leyes y Disposiciones del Kitáb-i-Aqdas como preludio ineludible a la traducción de la obra. Él mismo trabajó en la codificación, mas la tarea quedó inconclusa al morir él en 1957. La empresa fue reanudada más adelante sobre la base de su trabajo y el volumen resultante vio la luz en 1973. Además de la propia Sinopsis y Codificación y de las notas explicativas, la publicación contenía una selección de pasajes del Kitáb-i-Aqdas previamente traducidos por Shoghi Effendi, hasta entonces repartidos en varios libros. La Sinopsis y Codificación abarcaba tanto el texto del Kitáb-i-Aqdas como el de Preguntas y Respuestas, que constituye un apéndice del Aqdas. En 1986, la Casa Universal de Justicia decidió que había llegado el momento en que era a la vez posible y esencial preparar la traducción al inglés del texto completo del Libro Más Sagrado, por lo que incluyó la realización de este proyecto entre las metas del Plan de Seis Años 1986-1992. La publicación en inglés irá seguida de traducciones a otros idiomas. Puesto que el Kitáb-i-Aqdas constituye Escritura Sagrada, el criterio adoptado ha consistido en presentar el texto de modo tal que su lectura resulte ágil e invite a la inspiración; de ahí que aparezca sin las notas a pie de página ni las remisiones tan frecuentes en obras eruditas. No obstante, a fin de que el lector pueda seguir el curso del texto y distinguir la variedad de temas que lo caracterizan, ha parecido oportuno añadir divisiones por párrafos, divisiones que no son comunes en la tradición literaria árabe. A su vez, los párrafos han sido numerados para facilitar el acceso y la confección de índices, así como por uniformidad de referencia en todos los idiomas en que sea publicada la obra. Al texto del Aqdas sigue una breve recopilación de Escritos de Bahá'u'lláh que complementan el Libro Más Sagrado, y una traducción de las Preguntas y Respuestas, texto que se publica ahora por primera vez. Shoghi Effendi había declarado que la traducción al inglés del Aqdas debía ir "profusamente anotada". El criterio seguido al confeccionar las notas ha sido el de centrarse en los aspectos que para el lector desconocedor del árabe puedan parecer oscuros, o bien requieran, por varias razones, elucidación o información general. Fuera de estos objetivos fundamentales, no se ha pretendido convertir las notas en un comentario exhaustivo del texto. Las notas, situadas a continuación de la Sinopsis y Codificación, están numeradas consecutivamente. Cada una de ellas viene precedida de una cita del pasaje de referencia e incluye el número del párrafo en que aparece. Este procedimiento facilita las remisiones entre el texto y las notas, a la vez que permite a los lectores estudiar éstas sin tener que consultar repetidamente el texto, si así lo prefieren. Es de esperar que de este modo queden satisfechas las necesidades de lectores de una gran variedad de orígenes e intereses. El índice constituye una guía de los temas tratados en todas las secciones del volumen. La significación y carácter del Kitáb-i-Aqdas y la variedad de temas que contiene han sido descritas gráficamente por Shoghi Effendi en su historia del primer siglo bahá'í titulada Dios pasa. Para mayor comodidad del lector, se ofrecen estos pasajes en la sección que sigue a la Introducción. La Sinopsis y Codificación, publicada de nuevo en este volumen, ayudará igualmente a obtener una visión panorámica del Libro.

Preámbulo a la primera edición en español por el Panel Internacional para la Traducción de Literatura Bahá'í al Español

Esta primera edición en lengua castellana se ha hecho sobre la base de la traducción al inglés del Kitáb-i-Aqdas que publicó la Casa Universal de Justicia en 1992 (edición revisada, 1993) y tomando en consideración los textos originales en las lenguas árabe y persa. El trabajo ha sido efectuado por un equipo de traductores seleccionados por la Casa Universal de Justicia y constituido por dos miembros de América latina y un miembro de España. Este Panel Internacional para la Traducción de Literatura Bahá'í al Español tiene a su cargo la traducción y normalización de términos para alcanzar una sola versión oficial de esta obra central para todos los hispanohablantes, así como de otros títulos de literatura bahá'í. Tras circular un borrador de la traducción, a través de las correspondientes Asambleas Espirituales Nacionales, por los diversos rincones donde se habla la rica lengua castellana, los valiosos aportes recibidos y las observaciones hechas por numerosos colaboradores han permitido darle mayor claridad, exactitud y pureza a la traducción que ahora presentamos. Cabe hacer algunos comentarios sobre la transliteración de los términos árabes y persas que aparecen en la traducción. Se ha respetado el criterio establecido por Shoghi Effendi (ver Introducción), manteniéndose así la uniformidad requerida en los centenares de idiomas que usan el alfabeto latino y a los cuales se está traduciendo literatura bahá'í. Se exceptúan de esta norma ciertas palabras cuya forma está consolidada en español, como: Teherán, Alquibla, Buda y algunas más. Asimismo, se han recuperado ciertos vocablos arábigos, e incluso alguno hebraico, oriundos de la España musulmana, como: azaque, mizcal, coro (medida de capacidad), entre otros. Un estudio detenido ha llevado a la decisión de mantener la transliteración del nombre del Profeta del islam, "Mu¥ammad", en lugar de la forma corriente de "Mahoma"; ello con el fin de usar la misma palabra en todas las demás ocasiones en que ésta aparece en nombres compuestos. Debe señalarse al respecto que la usanza en la España de la época musulmana coincidía con la forma aquí adoptada, en tanto que el nombre "Mahoma" fue tomado del francés en una época posterior. En cuanto a la pronunciación de algunas letras transliteradas, se hace notar que tanto la h como la ¥ son aspiradas, esta última más fuerte en árabe. Hay dos signos (apóstrofos en forma de 6 y de 9) que representan las letras 'ayn y alif/¥amza respectivamente. La primera tiene en árabe un sonido gutural; la segunda, no. Debe aclararse también que las tildes sobre las vocales en palabras transliteradas no indican la acentuación, como en español, sino alargamiento de las mismas en las palabras árabes y persas. Los miembros del Panel abrigamos la esperanza de que esta traducción no sólo sea fiel al contenido, sino también deje entrever, al menos en parte, la belleza del original de Bahá'u'lláh, para que todos los sectores del mundo hispano puedan beneficiarse de su contenido.

Introducción a la edición en inglés

El presente año 149 de la era bahá'í marca el Centenario de la Ascensión de Bahá'u'lláh, Portador de la Revelación universal de Dios destinada a guiar a la humanidad a su mayoría de edad colectiva. Que esta ocasión sea conmemorada por una comunidad de creyentes que es toda ella una muestra representativa de la raza humana y que se ha establecido, en el curso de siglo y medio, en los más remotos confines de la tierra, constituye una muestra de las fuerzas de unidad desatadas por el advenimiento de Bahá'u'lláh. Otro testimonio del efecto de estas mismas fuerzas se observa en el grado en que la visión de Bahá'u'lláh ha prefigurado tantísimos aspectos de la experiencia humana contemporánea. Estamos, pues, en un momento propicio para la publicación de esta primera traducción autorizada al inglés del Libro Madre de Su Revelación, Su "Libro Más Sagrado", Libro en que Bahá'u'lláh enuncia las Leyes de Dios propias de una Dispensación destinada a durar al menos mil años. Entre el más de un centenar de volúmenes de Escrituras Sagradas de Bahá'u'lláh, el Kitáb-i-Aqdas reviste una importancia singular. "Reconstruir el mundo entero" es la misión y el desafío de Su Mensaje, y el Kitáb-i-Aqdas constituye la Carta de la futura civilización mundial que Bahá'u'lláh ha venido a erigir. Sus disposiciones descansan firmemente sobre los cimientos establecidos por las religiones pasadas, ya que, en palabras de Bahá'u'lláh: "Ésta es la inmutable Fe de Dios, eterna en el pasado, eterna en el futuro". En esta Revelación los conceptos del pasado se elevan a un nuevo nivel de comprensión, y las leyes sociales, alteradas para ajustarse a la época que ahora nace, están concebidas para hacer progresar a la humanidad hacia una civilización mundial cuyos esplendores apenas pueden concebirse ahora. Al afirmar la validez de las grandes religiones del pasado, el Kitáb-i- Aqdas reitera las verdades eternas enunciadas por todos los Mensajeros Divinos: la unidad de Dios, el amor al prójimo y el propósito moral de la vida en esta tierra. Al mismo tiempo suprime cuantos elementos de los códigos religiosos del pasado obstaculizan hoy la unificación del mundo, que se está fraguando, y la reconstrucción de la sociedad humana. La Ley de Dios para esta Dispensación responde a las necesidades de toda la familia humana. Hay leyes en el Kitáb-i-Aqdas que se dirigen principalmente a los miembros de cierto sector de la humanidad y que pueden ser entendidas fácilmente por esas personas, pero que en una primera lectura podrían parecer extrañas a las de una cultura diferente. Tal es el caso, por ejemplo, de la ley que prohíbe la confesión de los pecados ante un semejante, ley que a pesar de ser comprensible para quienes estén formados en el cristianismo, podría desconcertar a muchas otras personas. Muchas leyes están relacionadas con las de otras Dispensaciones anteriores, en especial las dos más recientes: la de Mu¥ammad y la del Báb, respectivamente representadas por el Corán y el Bayán. Por otra parte, si bien es cierto que algunas disposiciones del Aqdas poseen un referente muy concreto, no por ello dejan de tener alcances universales. Mediante Su Ley, Bahá'u'lláh revela gradualmente el significado de nuevos niveles de conocimiento y conducta a los que son llamados los pueblos del mundo. Sitúa Sus preceptos en un marco de comentarios espirituales, manteniendo siempre ante la mente del lector el principio de que -sea cual sea el tema de que traten- tienen la finalidad de dar tranquilidad a la sociedad, elevar las normas del comportamiento, ampliar la comprensión y espiritualizar la vida de todas las personas. A lo largo de toda la obra queda manifiesto que la meta última de las leyes de la religión radica en la relación del alma con Dios y el cumplimiento de su destino espiritual. "No penséis", afirma Bahá'u'lláh, "que os hemos revelado un mero código de leyes. Antes bien, hemos roto el sello del Vino selecto con los dedos de la fuerza y del poder". Su Libro de Leyes es Su "testimonio de mayor peso para todos los pueblos, y la prueba del Todomisericordioso para todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra". Una introducción al universo espiritual que nos descubre el Kitáb-i-Aqdas no lograría su objetivo si no diera a conocer al lector las instituciones interpretativas y legislativas que Bahá'u'lláh ha ligado indisolublemente al sistema de leyes así revelado. En el corazón de esta guía se halla el papel singular que los Escritos de Bahá'u'lláh (de hecho el texto mismo del Kitáb-i-Aqdas) confieren a Su hijo mayor, 'Abdu'l-Bahá. Esta figura única es al mismo tiempo el Ejemplo del modelo de vida enseñado por Su Padre, el Intérprete autorizado y divinamente inspirado de Sus Enseñanzas, así como el Centro y Eje de la Alianza que el Autor de la Revelación bahá'í ha establecido con cuantos Le reconocen. Los veintinueve años que duró el ministerio de 'Abdu'l-Bahá proporcionaron al mundo bahá'í un brillante conjunto de comentarios que abre múltiples perspectivas para comprender la voluntad de Su Padre. En Su Testamento, 'Abdu'l-Bahá invistió como Guardián de la Causa e Intérprete infalible de sus enseñanzas a Su nieto mayor, Shoghi Effendi. Asimismo, 'Abdu'l-Bahá confirmó la autoridad y la garantía de guía divina otorgada por Bahá'u'lláh a la Casa Universal de Justicia en todas las materias "que no hayan sido expresamente reveladas en el Libro". Por consiguiente, tanto en la Guardianía como en la Casa Universal de Justicia, cabe ver (en palabras de Shoghi Effendi( a los "Dos Sucesores" de Bahá'u'lláh y 'Abdu'l-Bahá. Son las instituciones supremas del Orden Administrativo fundado y previsto en el Kitáb-i-Aqdas y desarrollado por 'Abdu'l-Bahá en Su Testamento. Durante los treinta y seis años de su ministerio, Shoghi Effendi levantó la estructura de las Asambleas Espirituales electas (las Casas de Justicia a que se refiere el Kitáb-i-Aqdas, hoy en su etapa embrionaria(, y con la colaboración de éstas acometió la ejecución sistemática del Plan Divino que 'Abdu'l-Bahá había trazado para la difusión mundial de la Fe. También puso en marcha los procesos preparatorios esenciales para la elección de la Casa Universal de Justicia sobre la base de la firme estructura administrativa que había sido establecida. Ese cuerpo, que nació en 1963, se elige mediante votación secreta y mayoría simple de votos, en una elección de tres etapas en la que participan los bahá'ís adultos de todo el mundo. La Palabra revelada de Bahá'u'lláh, junto con las interpretaciones y exposiciones del Centro de la Alianza y del Guardián de la Causa, constituyen la base fundamental y el mandato de obligada referencia de la Casa Universal de Justicia. En cuanto a las leyes propiamente dichas, un examen detallado permite concluir que abarcan tres áreas: la relación del individuo con Dios; asuntos tanto físicos como espirituales que benefician directamente al ser humano; las relaciones entre las personas, y entre las personas y la sociedad. A su vez tales leyes pueden agruparse en: la oración y el ayuno; leyes sobre la condición jurídica de las personas, que rigen el matrimonio, el divorcio y la herencia; leyes, disposiciones, prohibiciones y exhortaciones varias; y la abrogación de leyes y disposiciones específicas de Dispensaciones anteriores. Una característica destacada del conjunto es la brevedad de los enunciados. Constituyen el núcleo de un amplio espectro de leyes que surgirán en los siglos venideros. Esta ampliación de la ley será promulgada por la Casa Universal de Justicia en virtud de la autoridad que le fue conferida por Bahá'u'lláh mismo. En una de Sus Tablas, 'Abdu'l- Bahá aclara este principio:

Los asuntos de importancia mayor que constituyen el fundamento de la Ley de Dios aparecen consignados expresamente en el Texto; ahora bien, las leyes subsidiarias quedan encomendadas a la Casa de Justicia. La sabiduría de ello estriba en que los tiempos nunca permanecen iguales, pues el cambio es una cualidad necesaria y un atributo esencial de este mundo, del tiempo y del espacio. Por ello la Casa de Justicia tomará las medidas pertinentes (...). En pocas palabras, ahí radica la sabiduría de remitir las leyes de la sociedad a la Casa de Justicia. De modo parecido, en la religión del islam no toda disposición fue revelada explícitamente; es más, ni siquiera una décima parte de la décima parte llegó a ser incluida en el Texto. Aun cuando todas las grandes materias de importancia se hicieron constar de forma expresa, sin duda miles de leyes quedaron sin especificar. Éstas fueron concebidas, conforme a las leyes de la jurisprudencia islámica, por los teólogos de una época posterior, teólogos que individualmente extraían deducciones contrapuestas de las disposiciones originalmente reveladas. Todas ellas fueron puestas en vigor. Hoy día este proceso de deducción corresponde en derecho a la institución de la Casa de Justicia, por lo que las deducciones y conclusiones particulares de los doctos carecen de autoridad, a menos que sean refrendadas por la Casa de Justicia. La diferencia radica precisamente en que no han de surgir discrepancias de las conclusiones y refrendos de la institución de la Casa de Justicia, cuyos miembros son elegidos y conocidos por la comunidad bahá'í de todo el mundo. En contraste, las conclusiones particulares de teólogos y estudiosos con toda seguridad provocarían disensiones y llevarían al cisma, a la división y a la dispersión. La unicidad de la Palabra sería destruida, desaparecería la unidad de la Fe y temblaría el edificio de la Fe de Dios.

Aun cuando la Casa Universal de Justicia está expresamente autorizada para modificar o abrogar su propia legislación conforme cambien las condiciones -lo que viene a dotar a la ley bahá'í de un elemento esencial de flexibilidad-, sin embargo no puede revocar o modificar ninguna de las leyes que se hallen expresamente establecidas en el Texto Sagrado. La sociedad para la cual están concebidas ciertas leyes del Aqdas habrá de surgir sólo en forma gradual, y Bahá'u'lláh ha previsto la aplicación progresiva de la ley bahá'í:

En verdad, las leyes de Dios son como el océano, y los hijos de los hombres son como peces, ojalá lo supieran. Empero, al observarlas se debe proceder con tacto y sabiduría (...). Puesto que la mayoría de las personas son débiles y están muy alejadas de la voluntad de Dios, por lo tanto, en todo momento debe emplearse tacto y prudencia, de modo que nada ocurra que provoque tumulto y disensión o suscite el clamor de los desatentos. Verdaderamente, Su munificencia ha trascendido todo el universo y Sus dádivas han circundado a todos los habitantes de la tierra. Hay que guiar a la humanidad al océano del verdadero entendimiento con una actitud de amor y tolerancia. El propio Kitáb-i- Aqdas brinda elocuente testimonio de la amorosa providencia de Dios.

El principio que rige esta aplicación progresiva fue enunciado en una carta escrita en 1935 en nombre de Shoghi Effendi y dirigida a una Asamblea Espiritual Nacional:

Las leyes reveladas por Bahá'u'lláh en el Aqdas, siempre que sean practicables y no contravengan directamente la Ley Civil del país, son totalmente vinculantes para todos los creyentes o instituciones bahá'ís, ya sean de Oriente o de Occidente. Determinadas (...) leyes deben ser consideradas por todos los creyentes como leyes de aplicación universal y esencial en la hora presente. Otras han sido dictadas en previsión de un estado de sociedad destinado a surgir de las caóticas condiciones que prevalecen hoy día (...). Lo que no haya sido contemplado en el Aqdas, amén de cuestiones de detalle e importancia secundaria que surjan de la aplicación de las leyes ya formuladas por Bahá'u'lláh, es competencia de la Casa Universal de Justicia. Dicha institución puede complementar pero nunca invalidar o modificar en lo más mínimo lo que ya ha sido formulado por Bahá'u'lláh. Tampoco tiene el Guardián ningún derecho a rebajar la obligatoriedad ni mucho menos a abrogar las disposiciones de un Libro tan sagrado y fundamental.

El número de leyes que los bahá'ís deben cumplir no aumenta con la publicación de esta traducción. Cuando se considere oportuno se dará aviso a la comunidad bahá'í sobre qué otras leyes entren en vigor para los creyentes, todo ello acompañado de las directrices o legislación complementaria que sean precisas para su aplicación. En general, las leyes del Kitáb-i-Aqdas se enuncian de forma sucinta. Un ejemplo de esta concisión viene dado por el hecho de que muchas leyes se expresan teniendo al varón por destinatario; pero de los escritos del Guardián resulta evidente que allí donde Bahá'u'lláh ha enunciado una ley aplicable a un hombre con respecto a una mujer, la misma ley rige, mutatis mutandis, entre una mujer y un hombre, a menos que el contexto invalide tal posibilidad. Por ejemplo, el texto del Kitáb-i-Aqdas prohíbe que el varón se case con la esposa de su padre (es decir, su madrastra). Pues bien, el Guardián ha indicado que -análogamente- a la mujer le está prohibido casarse con su padrastro. Esta inteligencia de las implicaciones de la Ley comporta efectos de largo alcance a la luz del principio fundamental bahá'í de la igualdad entre los sexos, por lo que debe tenerse presente al estudiar el Texto sagrado. El que hombres y mujeres difieran entre sí en algunas características y funciones es un hecho inevitable de la naturaleza que, además, posibilita sus papeles complementarios en algunos campos de la vida social; pero es significativo que 'Abdu'l-Bahá haya afirmado que en esta Dispensación "La igualdad de los hombres y las mujeres, salvo en algunos aspectos insignificantes, ha sido plena y categóricamente proclamada". Ya se ha hecho mención de la relación íntima que existe entre el Kitáb-i- Aqdas y los Libros Sagrados de las Dispensaciones precedentes. Especialmente estrecha es la relación con el Bayán, el Libro de Leyes revelado por el Báb. Las siguientes citas de cartas escritas en nombre del Guardián aclaran esta relación:

Shoghi Effendi piensa que debe hacerse hincapié en la unidad de la Revelación bahá'í como un todo que abarca la Fe del Báb (...). La Fe del Báb no debe divorciarse de la de Bahá'u'lláh. Aunque las enseñanzas del Bayán han sido abrogadas y sustituidas por las leyes del Aqdas, con todo, debido al hecho de que el Báb Se consideró a Sí mismo el Precursor de Bahá'u'lláh, hemos de ver Su Dispensación y la de Bahá'u'lláh como una sola entidad, siendo aquella una introducción al advenimiento de ésta. El Báb afirma que Sus leyes son provisionales y que dependen de la aprobación de la futura Manifestación. Ésta es la razón por la que en el Libro de Aqdas Bahá'u'lláh sanciona algunas de las leyes del Bayán, modifica otras y anula muchas de ellas.

Tal como el Bayán había sido revelado por el Báb a mediados de Su Ministerio, Bahá'u'lláh reveló el Kitáb-i-Aqdas en torno a 1873, unos veinte años después de que, en el Síyáh-Chál de Teherán, recibiera la anunciación de Su Revelación. En una de Sus Tablas Bahá'u'lláh indica que, incluso después de ser revelado, el Aqdas fue retenido por Él durante algún tiempo antes de ser despachado a los creyentes de Irán. Más adelante, tal como relata Shoghi Effendi:

A medida que Su Misión iba concluyendo, la formulación hecha por Bahá'u'lláh, en Su Kitáb-i-Aqdas, de las leyes fundamentales de Su Dispensación fue seguida por la enunciación de ciertos preceptos y principios medulares de Su Fe, por la reafirmación de verdades que Él había proclamado anteriormente, por el desarrollo y elucidación de algunas leyes que había dictado, por la revelación de aún más profecías y amonestaciones, y por el establecimiento de disposiciones secundarias destinadas a complementar las disposiciones de Su Libro Más Sagrado. Éstas fueron consignadas en innumerables Tablas que continuó revelando hasta los últimos días de Su vida terrenal (...).

Entre tales obras se halla Preguntas y Respuestas, recopilación realizada por Zaynu'l-Muqarrabín, el más eminente de los transcriptores de los Escritos de Bahá'u'lláh. La obra consiste en respuestas reveladas por Bahá'u'lláh a preguntas que Le hacían varios creyentes, por lo que constituye un valiosísimo apéndice del Kitáb-i-Aqdas. En 1978, las más notables de entre las demás Tablas de esta naturaleza se publicaron en inglés en forma de una recopilación titulada Tablas de Bahá'u'lláh reveladas después del Kitáb-i-Aqdas. Algunos años después de revelar el Kitáb-i-Aqdas, Bahá'u'lláh ordenó el envío de copias manuscritas a varios bahá'ís de Irán. Ya en 1308 d.h. (1890- 1891 d.C.), hacia el final de Su vida, dispuso la publicación en Bombay del texto árabe original del Libro. No resta sino añadir algunas palabras a propósito del estilo y lenguaje con que el Kitáb-i-Aqdas ha sido vertido al inglés. Bahá'u'lláh poseía un dominio espléndido del árabe y prefirió valerse de este idioma en aquellas Tablas y otros Escritos donde la precisión del significado resultaba especialmente apropiada para la exposición de principios fundamentales. Además de la elección de la lengua misma, el estilo empleado es de carácter exaltado y emotivo y sobremanera irresistible, particularmente para quienes están familiarizados con la gran tradición literaria de la cual surgió. Al acometer su obra traductora, Shoghi Effendi se enfrentó al desafío de hallar un estilo de inglés que no sólo transmitiera fielmente el significado preciso del texto, sino que también evocara en el lector el espíritu de reverencia meditativa que es característico de la respuesta ante el original. La forma de expresión que escogió, reminiscente del estilo usado por los traductores de la Biblia del s. xvii, reproduce el tono elevado del árabe de Bahá'u'lláh, al tiempo que permanece accesible al lector contemporáneo. Por otra parte, las traducciones de Shoghi Effendi están iluminadas por su comprensión singularmente inspirada del significado y repercusiones de los originales. Aunque tanto el árabe como el inglés son lenguas de rico vocabulario y modos de expresión variados, sus formas difieren notablemente entre sí. El árabe del Kitáb-i-Aqdas se distingue por una intensa densidad y concisión expresiva. Una característica de este estilo consiste en que cuando una connotación resulta obvia, no se hace mención expresa de ella. De ahí el problema que se le plantea al lector cuya procedencia cultural, religiosa y literaria sea totalmente diferente del idioma árabe. Una traducción literal de un pasaje que es claro en el texto árabe puede resultar confusa en inglés. En consecuencia, en la traducción inglesa de tales pasajes se hace necesario incluir ese elemento de la frase árabe que está obviamente implícito en el original. A la vez resulta fundamental evitar la extrapolación de este proceso hasta el punto de añadir algo injustificadamente al original o de limitar su significado. Una de las mayores dificultades que han tenido que afrontar los traductores y que ha causado la reconsideración repetida de la traducción de algunos párrafos ha consistido en alcanzar el equilibrio adecuado entre la belleza y la claridad de expresión, por una parte, y, por otra, la literalidad. Otra cuestión de importancia la constituyen las repercusiones jurídicas de ciertos términos árabes dotados de una gama de significados diferentes a los correspondientes a términos similares en inglés. La traducción de la Sagrada Escritura exige especial cuidado y fidelidad, y máxime en el caso de un Libro de Leyes, donde es vital que el lector no sea llevado a conclusiones erróneas o arrastrado a disputas estériles. Tal como se había previsto, la traducción del Libro Más Sagrado ha supuesto un trabajo de extrema dificultad y ha requerido consultas con expertos de muchos países. Dado que aproximadamente un tercio del texto ya había sido traducido por Shoghi Effendi, era preciso procurar que la traducción de los pasajes restantes reuniese tres cualidades: exactitud del significado, belleza del inglés, y conformidad con el estilo empleado por Shoghi Effendi. Estamos ahora convencidos de que la traducción ha madurado al punto de representar una versión aceptable del original. No obstante, es indudable que dará lugar a preguntas y sugerencias que permitan aclarar más su contenido. Estamos profundamente agradecidos por los asiduos y meticulosos esfuerzos realizados por los miembros de los Comités a quienes encomendamos la preparación y revisión de esta traducción del Aqdas, así como la confección de las notas. Estamos seguros de que esta primera edición autorizada de la versión inglesa del Kitáb-i-Aqdas permitirá a los lectores obtener al menos un atisbo del esplendor del Libro Madre de la Dispensación bahá'í. Nuestro mundo ha entrado en la fase más oscura de esta edad de cambios fundamentales y sin parangón en toda su tumultuosa historia. Los pueblos, de cualquier raza, nación o religión, se enfrentan al reto de subordinar todas las lealtades secundarias e identidades limitadoras a su unidad como ciudadanos de una sola patria planetaria. En palabras de Bahá'u'lláh: "El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad serán inalcanzables hasta que su unidad esté firmemente establecida". Que la publicación de esta traducción del Kitáb-i-Aqdas dé un nuevo impulso al cumplimiento de esta visión universal y abra perspectivas de una regeneración mundial.

La Casa Universal de Justicia

Descripción del Kitáb-i-Aqdas por Shoghi Effendi Tomada de Dios pasa, su historia del primer siglo bahá'í

A pesar del carácter singular y extraordinario que tuvo tal Proclamación, ésta resultó ser nada más que preludio de una revelación aún más potente del poder creador de su Autor, y de lo que bien puede figurar como el hecho más notable de Su ministerio: la promulgación del Kitáb-i-Aqdas. Mencionado en el Kitáb-i-Íqán, el Aqdas, repositorio principal de aquella Ley que había previsto el Profeta Isaías, y que el escritor del Apocalipsis había descrito como el "cielo nuevo" y la "tierra nueva", el "Tabernáculo de Dios", la "Ciudad Santa", la "Novia", la "Nueva Jerusalén que desciende de Dios", este "Libro Más Sagrado", cuyas disposiciones deben permanecer inviolables al menos mil años, y cuyo sistema abarcará todo el planeta, puede realmente considerarse la emanación más brillante de la mente de Bahá'u'lláh, el Libro Madre de Su Dispensación y la Carta de Su Nuevo Orden Mundial. Revelado poco después de que Bahá'u'lláh fuese trasladado a la casa de 'Údí Khammár (alrededor de 1873), en una época en la que aún Le asediaban las tribulaciones que con sus actos Le habían infligido Sus enemigos y los supuestos seguidores de Su Fe, este Libro, este tesoro que encierra las inestimables gemas de Su Revelación, descuella único e incomparable entre las Sagradas Escrituras del mundo, en virtud de los principios que inculca, las instituciones administrativas que establece y la función con que inviste al designado Sucesor de su Autor. Pues, a diferencia del Antiguo Testamento y de los Libros Sagrados que lo precedieron, en los que no constan los preceptos expresos del Profeta mismo; a diferencia de los Evangelios, en que las escasas declaraciones atribuidas a Jesucristo no ofrecen una guía clara sobre la futura administración de los asuntos de Su Fe; incluso a diferencia del Corán que, a pesar de ser explícito en las leyes y disposiciones formuladas por el Apóstol de Dios, no se define sobre el importantísimo tema de la sucesión, el Kitáb-i-Aqdas, revelado de principio a fin por el Autor mismo de la Dispensación, no sólo preserva para la posteridad las leyes y disposiciones básicas en que debe descansar la estructura de Su futuro Orden Mundial, sino que, además de la función de interpretación que confiere a Su Sucesor, establece las instituciones necesarias que son lo único que puede resguardar la integridad y la unidad de Su Fe. En esta Carta de la civilización mundial del futuro, su Autor (Juez al tiempo que Legislador, Unificador y Redentor de la humanidad( anuncia a los reyes de la tierra la promulgación de la "Ley Suprema"; los declara Sus vasallos; Se proclama a Sí mismo el "Rey de Reyes"; niega toda intención de apoderarse de sus reinos; Se reserva el derecho de "cautivar y poseer los corazones de los hombres"; advierte a los dirigentes eclesiásticos del mundo que no pesen el "Libro de Dios" con las normas corrientes entre ellos; y afirma que el Libro mismo es la "Balanza Infalible" establecida entre los hombres. Estatuye en él formalmente la institución de la "Casa de Justicia", define sus funciones, fija sus ingresos y denomina a sus miembros los "Hombres de Justicia", los "Representantes de Dios", los "Fiduciarios del Todomisericordioso"; alude al futuro Centro de Su Alianza, invistiéndole con el derecho de interpretar Sus sagradas Escrituras; prevé de forma implícita la institución de la Guardianía; da testimonio del efecto revolucionador de Su Orden Mundial; enuncia la doctrina de la "Más Grande Infalibilidad" de la Manifestación de Dios; asevera que esta infalibilidad es el derecho exclusivo e inherente de los Profetas; y descarta la posibilidad de que aparezca otra Manifestación antes del transcurso de al menos mil años. En este Libro, además, prescribe las oraciones obligatorias; señala la época y la duración del ayuno; prohíbe la oración obligatoria colectiva, salvo para los muertos; fija la Alquibla; instituye el Æuqúqu'lláh (Derecho de Dios); formula la ley de la herencia; ordena la institución del Mashriqu'l-Adhkár; establece la Fiesta de Diecinueve Días, las festividades bahá'ís y los días intercalares; suprime la institución del sacerdocio; prohíbe la esclavitud, el ascetismo, la mendicidad, el monacato, la penitencia, el uso de púlpitos y el besamanos; ordena la monogamia; condena la crueldad para con los animales, la ociosidad y la pereza, la murmuración y la calumnia; censura el divorcio; proscribe los juegos de azar así como el consumo de opio, vino y otras bebidas embriagantes; especifica las penas por asesinato, incendio intencional, adulterio y robo; recalca la importancia del matrimonio y establece sus condiciones esenciales; impone la obligación de emplearse en un oficio o profesión, elevando dicha ocupación al rango de adoración; hace hincapié en la necesidad de proveer los medios para la educación de los niños; y asigna a toda persona el deber de escribir su testamento y de mostrar estricta obediencia al Gobierno. Además de estas disposiciones, Bahá'u'lláh exhorta a Sus seguidores a asociarse en amistad y concordia y sin discriminaciones con los seguidores de todas las religiones; les advierte que se alejen del fanatismo, la sedición, el orgullo, las disputas y las contiendas; les inculca limpieza inmaculada, veracidad estricta, castidad sin mancha, honradez, hospitalidad, fidelidad, cortesía, paciencia, justicia y equidad; les aconseja que sean "como los dedos de una sola mano y los miembros de un solo cuerpo"; los insta a servir a Su Causa; y les garantiza Su ayuda incuestionable. Además, Se explaya sobre la inestabilidad de los asuntos humanos; declara que la verdadera libertad consiste en la sumisión del hombre a Sus mandamientos; les previene contra la lenidad en el cumplimiento de Sus decretos; y ordena los dos deberes inseparables de reconocer a la "Aurora de la Revelación de Dios" y de observar todas las disposiciones reveladas por Él, dos deberes de los que ninguno (afirma Él( es aceptable sin el otro. El significativo llamamiento hecho a los presidentes de las repúblicas del continente americano por el que les insta a aprovechar su oportunidad en el Día de Dios y a defender la causa de la justicia; la orden dada a los miembros de los parlamentos de todo el mundo, por la que se les apremia a adoptar una escritura y un idioma universales; Sus advertencias a Guillermo I, el vencedor de Napoleón III; la amonestación que dirige a Francisco José, el Emperador de Austria; Su referencia a "las lamentaciones de Berlín" en Su apóstrofe a "las riberas del Rin"; Su reprobación del "trono de la tiranía" establecido en Constantinopla, y la predicción de las tribulaciones que habrían de sobrevenir a sus habitantes y de la extinción de su "esplendor aparente"; las palabras de ánimo y consuelo que dirige a Su ciudad natal, en las que asegura que Dios la había elegido para ser "la fuente de alegría para toda la humanidad"; Su profecía de que se ha de alzar "la voz de los héroes de Khurásán" en glorificación de su Señor; Su aseveración de que en Kirmán se han de levantar hombres "dotados de gran valentía" que han de hacer mención de Él; y, finalmente, Su magnánima promesa, hecha a un hermano pérfido que Le había causado tanta angustia, de que un Dios "siempre perdonador y munífico" le perdonaría sus iniquidades con sólo arrepentirse: todo ello enriquece aún más el contenido de un Libro designado por su Autor como "la fuente de la verdadera felicidad", "la Balanza Infalible", el "Sendero Recto" y el "vivificador del género humano". Bahá'u'lláh, además, ha caracterizado expresamente las leyes y disposiciones que constituyen el tema principal de este Libro como "el hálito de la vida para todas las cosas creadas", "la mayor fortaleza", los "frutos" de Su "Árbol", "el mejor medio para el mantenimiento del orden en el mundo y la seguridad de sus pueblos", "las lámparas de Su sabiduría y amorosa providencia", "el fragante aroma de Su vestidura", y las "llaves" de Su "misericordia" para Sus criaturas. "Este Libro" (Él mismo declara( "es un cielo que hemos adornado con las estrellas de Nuestros mandamientos y prohibiciones". Afirma además: "Bienaventurado el que lo lea y medite sobre los versículos enviados en él por Dios, el Señor del Poder, el Omnipotente. Di: ¡Oh hombres! Recibidlo con la mano de la resignación (...). ¡Por Mi vida! Ha sido enviado de una manera que causa asombro en la mente de los hombres. Verdaderamente, es Mi testimonio de mayor peso para todos los pueblos y la prueba del Todomisericordioso para todos los que están en el cielo y todos los que están en la tierra". Y en otro lugar asevera: "Bienaventurado el paladar que saborea su dulzura, y el ojo perspicaz que reconoce lo que se atesora en él, y el corazón comprensivo que entiende sus alusiones y misterios. ¡Por Dios! Tal es la majestad de lo que en él ha sido revelado y tan asombrosa la revelación de sus alusiones ocultas, que el tronco de la expresión tiembla cuando intenta describirlas". Y finalmente: "El Kitáb-i-Aqdas ha sido revelado de manera tal que atrae y abarca a todas las Dispensaciones divinamente designadas. ¡Bienaventurados los que lo leen! ¡Bienaventurados los que lo comprenden! ¡Bienaventurados los que meditan sobre él! ¡Bienaventurados los que ponderan su significado! Tan enorme es su alcance, que ha abarcado a todos los hombres antes de que lo hayan reconocido. Pronto se manifestarán sobre la tierra su potencia soberana, su penetrante influencia y la grandeza de su poder".