Cada cuadro
es para Ángel Chávez Achong un reto y una nueva búsqueda. Con los
años se ha dado cuenta de que los viajes y el conocer otras
culturas, lo ha reafirmado en la suya y eso es lo que pretende
transmitir en la serie de trabajos que presenta desde mañana en la
galería Cecilia Gonzalez.
En
esta muestra reúne obras al óleo, pintura sobre barro, una
instalación y un experimento en el que intenta comunicar con
textura sin utilizar el color ni la forma.
“Intentar
hacer algo nuevo es una constante. Mis obras nacen luego de un
proceso largo que demanda algo más de 6 meses de trabajo en los que
coloco una capa sobre otra. Pero aparte del óleo estoy aprendiendo
la técnica pictórica de los mochicas, que sacaban las tierras
naturales de las canteras para luego combinarlas con las resinas del
cactus a altas temperaturas. Yo he ido a estudiar a la fuente misma
y durante los dos últimos años he hecho frecuentes viajes al
norte, la tierra natal de mis padres”.
Definitivamente
los colores se han encendido en esta nueva serie que incluye una
valija de viajero y una obra realizada en barro. “Esto es una búsqueda
diferente en la necesidad de expresar sin forma ni color, sólo a
través de la materia y su textura”.
El
artista se formó en la Escuela de Bellas Artes y en talleres y
museos en diferentes partes del mundo. “Pero mi mayor maestro ha
sido mi padre, Angel Chávez López. El arte para mí no es una
competencia sino un conocimiento
que se va pasando de generación en generación. Cada uno
tiene que comunicar lo suyo de acuerdo a su contexto histórico y
quizá la trayectoria de mi padre sea un incentivo, una trayectoria
ejemplar”.
Los
viajes y las residencias en el extranjero han hecho que la principal
preocupación en esta exposición sea la necesidad de reconocimiento
de una identidad, algo que el mundo actual exige, sobre todo a los
países latinoamericanos. Él residió algo más de siete años en
Nueva York y regresa con un mayor apego a su país. “Los viajes
siempre te alimentan pero en mí han reforzado un sentimiento telúrico
y me han dado ganas de viajar más por el Perú. Creo que en el
proceso de globalización que vivimos es necesario que nos
reconozcamos para poder entendernos más”.
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