Luego
de haber pasado una temporada fuera del Perú, el pintor Angel Chávez
Achong se encuentra preparando una serie de pinturas sobre barro con
pigmentos naturales, en su taller del centro de Lima. Por otra
parte, y sin parar un minuto, en su taller de Barranco trabaja un
grupo de lienzos a la cera y al óleo para una muestra que realizará
antes de fin de año.
En
su taller de la calle Ica frente al Teatro Municipal- Angel Chávez
Achong hace un alto en su trabajo para anunciarnos su próxima
muestra. Basado en su trabajo con barro natural de colores y
pigmentos obtenidos de canteras naturales, generalmente en Cajamarca
y el norte del país, Angel prepara un grupo de cuadros de mediano y
gran formato.
“Mi
objetivo es rescatar las técnicas y el trabajo de los antiguos
Mochicas; y para cumplirlo tuve que dedicarme a estudiar todo lo
referente al adobe, al barro y a los pigmentos naturales. Busqué
las fuentes directamente, visité museos y hablé con restauradores
y artesanos”.
Luego
de esta investigación, Chávez pudo aplicar este antiguo proceso a
su obra. Aprendió a depurar el barro después de molerlo, a
disolverlo en agua y a sacarle las sales.
Angel,
quien no cree en las corrientes en el arte porque las considera el
producto de profundo estudio estético realizado por Occidente, sitúa
su obra dentro de la gran pintura latinoamericana. Chávez Achong
afirma que su sustento creativo se nutre de las fuentes ancestrales,
pero aplicadas a un lenguaje contemporáneo.
A
través de sus cuerpos distorsionados y mutilados, y de planos o
espacios cerrados, el artista plantea temas e interrogantes ligados
a la propia condición humana. Cuestiona la compleja existencia
humana y la esquiva identidad.
“A
fines de este siglo, el lenguaje de las artes en general es más
subjetivo y visceral. Es una comunicación a partir de uno mismo que
busca interpretar el subconsciente colectivo de una época.
Partiendo de una realidad subjetiva el artista se pregunta: ¿qué
pasa?, ¿cómo vivimos?, ¿qué sentimos?.
El
proceso creativo de Angel Chávez parte de una preocupación por
“lo humano”. Su sensibilidad lo lleva a crear un mundo de
figuras que nacen de una realidad objetiva, la que luego él mismo
deforma. “Es un proceso que va más allá del consciente” dice.
Angel
se inicio de aprendiz en el taller de su padre, el recordado maestro
Angel Chávez, fue modelo, templador, mezclador de pigmentos, entre
otros oficios. Años más tarde ingresó a la Escuela Nacional de
bellas Artes y completó sus estudios en diversas escuelas de Europa
y América. Esta experiencia le sirvió para lograr un mayor dominio
en el oficio y poder regresar a casa a probarse con el maestro.
Angel
aprobó el examen y ahora esta dedicado a explorar las ruinas del
norte. Aquellas que él considera los pilares de su obra.
Nota
en la foto: Con colores vibrantes, encendidos y sostenidos desde el
fondo del lienzo la obra de Angel Chávez Achong asoma en el alma
del espectador. |