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  Mística

augusto.jpg (5598 bytes)Augusto Ricciardelli.

La creencia es el ropaje en que se mueve el Ser.

La creencia no es una, son muchas. Una es la que aparece, pero muchas permanecen ocultas. Las creencias no son sólo las cuestiones ideológicas mentales. Las creencias son todo lo que constituye la persona: el cuerpo, los sentimientos, etc.

Las creencias están en contradicción y ello genera malestar. Cuando la persona se defiende es mucho más fácil de atacar. Al discutir desde la defensa de su creencia no escucha, está como atrapado en lo que cree.

La persona no quiere investigar a fondo por qué cree en algo, porque la persona está formada por eso, por lo que cree.

Ninguna creencia es verdad. Ninguna cosa que se manifieste es verdad, porque sino las demás cosas no serían. Todo lo que experimentamos son creaciones de la mente y debemos enfrentarnos a todas estas creaciones de la mente sin querer destruirlas hasta que estemos ante ellas comprendiendo que existen pero no son reales verdaderamente. La creencia más difícil de superar es la de yo soy alguien. Todas las creencias están sostenidas por el "yo soy esto".

Hay una sola cosa que es Real, y que nunca aparece. Y todo lo que aparece es un juego de lo Real, y lo Real no se construye ni destruye por las cosas que aparecen.

Si la fuente es Perfecta y es Pura, todo lo que manifiesta debe ser perfecto y puro. ¿Cómo puede ser que no lo vea tal cual es? ¿Y no ver la Realidad tal cual es, es una razón suficiente para decir que Dios se equivocó?

Nosotros queremos cambiar el exterior, y resulta que el exterior está creado a través de los órganos de percepción con que estamos mirando lo desconocido, lo que no tiene forma. Para poder ver, tengo que crear la luz, el que ve, los objetos vistos, etc. En el sueño se crea todo un sistema de confirmaciones mutuas.

En el ejercicio de las creencias se ve que la responsabilidad de lo que uno está diciendo es de uno, que lo que dice del otro, no dice nada del otro sino de cómo uno lo está viendo.

Tenemos que hacer el ejercicio de acercarnos a lo que somos, a lo que está ocurriendo, hasta que dejemos de decir algo sobre eso, hasta que no se produzca ninguna reacción, porque cualquier cosa que se diga de eso es poco, no es suficiente.

El objetivo del ejercicio de la creencia es ponerse del lado contrario a uno, para poderse ver. Si uno no se pone afuera no se puede ver. El objetivo es lograr objetividad con respecto a sí mismo. Oponerse a la propia posición. El sufrimiento es estar puesto allí, resistiendo. La salida del sufrimiento es ver al sufrimiento, tal cual es, y desaparece.

Cuidado con la búsqueda del resultado. El regalo tiene que estar en el momento, en la misma acción.

La pregunta se recibe como acusación.

Uno tiene que revisar sus acciones para no volver a hacer lo mismo. Tiene que ver qué pasó.

Nosotros estamos poniendo siempre distancia con el objetivo, eso es pensar, no es realidad.

Hay que escuchar los desacuerdos. Si otro está de acuerdo, ya lo sabés, para qué lo vas a escuchar. Eso es combate mental, disfrutar del desacuerdo.

Falso significa falta, que falto todo lo otro. No hay un encuentro con la verdad, porque

Es importante, en el ejercicio de las creencias, acotar el tema, buscar la coherencia. El tema, la creencia es una excusa. Lo Real no está en juego, lo que está en juego es la apariencia.

No avanzamos porque tapamos todo con hipocresía. Decimos que queremos esto, pero buscamos otra cosa. No somos coherentes. Si te crees lo que te dicen sos vulnerable, no podés seguir avanzando.

Creer no es sólo ideología, sino que es todo lo que nos conforma. Todo el universo es lo que uno cree. Uno se mueve por las creencias. Tratamos de ver si una creencia es demostrable, a qué nos lleva (por ej. si digo que quiero alcanzar el horizonte, si es alcanzable el horizonte). La creencia no es ni buena ni mala, nos constituye.

Las personas: ¿Qué somos ? ¿Qué creemos que somos ? ¿Sabemos lo qué somos o el no saber se conforma a través de una creencia? Hay algo que está viendo a través de la organización perceptiva que tenemos, la realidad se prefigura a través de esa estructura de conocimiento. Ahora, lo que estamos viendo, ¿es la realidad verdadera o es una creación que surge a través de esa organización perceptiva ? Yo constituyo mi ser con aquello que creo que soy. Las fronteras son la necesidad de ponerle límites a una realidad que sin límites no aparece. Pero esos límites son reales o son convenciones, conceptos, ocasionales ? El juego funciona en esos límites, sino no habría juego. No estamos viendo lo que es, sino de acuerdo al cristal con que se mira.

Para que el dolor deje de existir, ¿qué tendría que cambiar, el mundo o las condiciones del ver? ¿En el mundo hay sufrimiento real o podría no haber sufrimiento si yo cambio las condiciones de percepción del mundo? Nosotros decimos que lo que estamos viendo es real, es verdad.

El Absoluto manifestado aparece como una fragmentación de partes que se solidarizan entre sí para sostenerse como una red. Pero cuando uno se localiza en una parte de esa red empieza a sentir la fricción todo lo otro, y eso aparece como sufrimiento. Sufrir significa sentir, también sentir algo agradable.

¿Cómo se podría eliminar el sufrimiento?

¿Cómo sería un mundo con enfermedad, pobreza, muerte, pero si no hay dolor? Una cosa molesta porque se la compara con otra cosa, si no hubiera espacio para comparar no existiría el problema, el problema existe porque hay un espacio de comparación con una cosa que no es eso.

¿Cómo se experimentaría la enfermedad sin el dolor? ¿O la muerte si eliminamos el dolor?

En la estructura del mundo onírico uno se da cuenta de que lo otro es uno mismo cuando se despierta, cuando sale de ese campo se da cuenta que era una unidad. Lo que no estamos viendo nosotros ahora es que también es una unidad acá, que hay un desdoblamiento aparente, que hay una división aparente. El desdoblamiento hace posible que haya una experiencia subjetiva de lo objetivo, o sea una experiencia de uno mismo con uno mismo, pero partiendo de ese desdoblamiento.

Si realmente la Vida, que es una cosa homogénea, según estamos viendo; que es inmensurable, o sea que no puede haber una división real, que dure, entre una cosa y otra, es una división temporal; que las partes, los individuos, son divisiones temporales de la vida misma. Un individuo aparece como un ser que se separa de las demás cosas, temporalmente. Es una experiencia de separación espacial y temporal, que dura un tiempo, y el espacio que lo conforma está en constante transformación. Si ese individuo es temporal y NO tiene duración, uno dice: pero existe, dentro de esa temporalidad; esa individualidad emerge de alguna manera. Con eso uno está diciendo que no sabía quién era, de repente emerjo, aparezco como que soy alguien y después desaparezco. Pero por lo menos, tuve existencia temporal, temporalmente. ¿De qué está hecha la existencia temporal? ¿Cuál es la naturaleza y la estructura de una existencia temporal?

Se dan cuenta de la contradicción entre nacimiento y muerte; o sea que tiene que ser una misma cosa. O sea como materia y espíritu, o espacio y tiempo. Es todo porque para que haya cosa tiene que haber espacio. Cuando se habla de materia tiene que haber vacío. No hay una oposición entre eso. Pero nosotros seguimos trabajando con el concepto de que si estoy vivo no estoy muerto. No, estoy vivo y estoy muerto al mismo tiempo. Soy el camino, soy la verdad que encuentro al final del camino, y soy la Vida todo el tiempo. El alfa y el omega, al mismo tiempo. Sin embargo el concepto que tenemos y seguimos usando es que cuando hay una cosa no hay otra. Y eso es la base de la contradicción. No, señores, cuando hay una cosa también hay otra al mismo tiempo. O sea, es simultáneo. Cuando acá es de día, en otro lugar de la tierra es de noche.

No rompamos nada. Acerquémonos a los tabiques y veamos de qué están hechos los tabiques. ¿Por qué no veo de este lado? Porque ahí hay un tabique. ¿De qué está hecho el tabique? En el sueño también, yo no puedo ver del otro lado de la pared, sin embargo esa pared está creada por mí. Los tabiques nos permiten a nosotros poder ver. Sin tabiques no hay percepción. Los obstáculos nos permiten ver. Si no hubiera obstáculos, la percepción saldría y no tendría un tope. Al no tener tope no puede regresar. Cuando hay un tope, regresa, choca, rebota y vuelve. Esa repercusión permite que haya contacto. O sea que sin obstáculos no hay existencia. O sea que ese obstáculo, esa división, está al mismo tiempo demostrando que se hace contacto con uno mismo, pero ese contacto que uno hace consigo mismo no es solamente mensurable, sino que también es inmensurable. O sea que nosotros no nos damos cuenta que tenemos siempre una relación inmensurable con lo otro.

No captamos las dos cosas al mismo tiempo. Entonces surgen estas preguntas: "Creo que soy una persona, separada de lo demás"; pero me olvido que también soy una persona que no está separada de lo demás. Y que para poder ser una persona separada de lo demás, tengo que darme cuenta que también tengo que ser una no persona. Por ejemplo, si estoy soñando y veo lo otro, yo digo que esto es yo, y aquello es no yo; pero no veo el yo como el no yo también. No veo el otro aspecto del yo no siendo. No veo al yo manifestándose también en silencio, sin individualidad. No veo al yo teniendo todas las otras posibilidades, veo al yo solamente como siendo una sola posibilidad. No me imagino a mí mismo siendo eso otro. ¿Qué lástima no?

Me doy cuenta que para poder ver tengo que ponerme afuera de lo que veo. Que la posibilidad de ver es separarme, desdoblarme, en una parte que ve y otra parte que es vista. O sea por una parte el yo y por la otra la circunstancia; la circunstancia de ser un yo es también circunstancia. La persona es una circunstancia, de lo subjetivo. Es una circunstancia íntima y lo otra es una circunstancia inmensurable de mí mismo. O sea que no puede aparecer lo otro sin esa limitación. Son reglas de juego de la manifestación. Si ustedes insisten, simplemente, en localizarse en un aspecto nada más, por supuesto que se van a sentir como solos, aislados, carentes, necesitados. Está bien que uno crea que es una persona separada de lo demás. Pero mejor sería que aparte de creer eso, también creyese lo contrario, le conviene creer lo contrario.

Esto es un vaso de vidrio, y esto es una persona. Pero si yo estoy en el mundo onírico, ese mundo que es una sola realidad, esto está hecho de la misma realidad que esto otro. Entonces yo no estoy viendo la realidad con que están hechas las dos cosas; sino que estoy viendo la realidad desde un punto. Esa realidad que es homogénea, que es Absoluta, es la misma cosa. No existe ni esto ni esto otro en Eso. No existe la división, realmente. Porque están hechas de lo mismo. Es como no existe la división ola mar. No existe la división lo viviente y la forma. El borde, la forma que separa una cosa de la otra, no es cierto. Las cosas tienen que estar hechas realmente de lo mismo que la eternidad. Entonces el Ser tiene que ser algo muy distinto al yo, que es una estructura. Persona es una estructura, una caja de resonancia, desde lo cual se mira a lo otro. Pero si yo estoy dándome cuenta de que la vida no puede tener realmente tabiques; porque entonces habría dos vidas, de este lado y del otro, y nadie pudo demostrar hasta ahora que haya dos vidas, dos realidades. Porque incluso si hubiera dos esferas, está el bien y el mal, y los pudiéramos separar, hay algo que está en el medio que rodea a los dos. Resulta que esas dos cosas están rodeadas por una cosa más grande. Si hay dos cosas tiene que haber una separación. Y esa espacialidad que permite la fragmentación de esas dos cosas, finalmente está interpenetrando todo. Como por ejemplo los planetas. Los planetas tienen espacialidad, materialidad y todo lo demás; pero el vacío en el cual se encuentran o desde donde emergen, nosotros lo vemos como distinto del planeta, y sin embargo los planetas emergen de ese vacío y se sumergen en ese vacío , para decirlo temporalmente, como un movimiento. Pero nosotros no vemos que no entran ni salen, no vemos eso. Como tampoco vemos que no entran ni salen personas dentro del sueño. Que no pasan de un lugar al otro. Nosotros estamos pensando solamente en una cosa contra otra, pero no vemos todo junto. Uno le tiene como mucho miedo al no ser. Para la persona el yo es una cosa y el no ser, o el no yo, no forma parte de él. No se puede sentir el vacío. Se reconoce nada más que a través de una estructura. Y ese es el ego. El reconocimiento de sí mismo a través de una estructura. La dependencia de una estructura para ser. Pero resulta que hay una realidad que no necesita estructura para ser. Pero resulta que no tiene nada que ver con el yo que nosotros estamos imaginando que somos. Porque eso también está siendo todas las cosas que yo ni me puedo imaginar. Y que las rechazo. Yo veo, por ejemplo, un vaso en el sueño y lo rechazo porque pienso que no es inteligente. ¿Por qué? Porque no está organizado como la persona. Pero resulta que aquello que hizo la persona humana y que hizo el vaso, los hizo con su misma realidad.

Supongamos que la vida sea oro. Con oro se puede hacer todo lo que estamos viendo. Con la vida se puede hacer todo lo que estamos viendo. Y todo lo que estamos viendo está hecho de la vida, las categorías que nosotros le damos a las cosas, las valorizaciones, las estimaciones, son totalmente relativas para una circunstancia. Porque las cosas más sencillas están gozando un 100 % de esa realidad. Lo sepan o no. No hace falta que se den cuenta para ser perfectas.

La existencia es conflicto, sufrimiento. La causa del sufrimiento es que estamos viviendo la realidad como separada. La salida del conflicto es el Nirvana, y el modo de llegar a eso es… hay un procedimiento. ¿Cuál es la causa de la separación con lo demás? Yo tengo este problema. ¿Cual es la causa de este problema? ¿Qué ocasiona el problema? ¿Cual sería la salida? ¿Cómo haría para que este problema cesara? El qué, el por qué, el para qué y el como. El qué es el problema. El por qué, es la razón de que me ocurra, cuál es el origen de ésto. El para qué, sería la salida. Para qué está ocurriendo esto. Y la salida la encontraría haciendo un procedimiento que es el cómo.

Hay muchos juegos en la existencia, pero sólo hay un gran juego en donde se juega uno la vida. Si nos preguntamos quién lo juega responderemos cada uno, el ser humano. El objetivo que se persigue es encontrar el ser de la existencia, el ser real, llámese Dios, la Vida, el Si mismo. Y como en todo juego hay un lugar mágico en que transcurre todo. Y esa dimensión tiene límites. Y yo tengo límites dentro de esa dimensión. El límite más im portante para tener en cuenta, para mí mismo, es el tiempo que tengo para resolver este problema. Para la persona el tiempo es vida. Y hay un tiempo de vida para que el que busca encuentre su verdadera vida. Entonces, vos sentís que te movés, incorporás, pero siempre te falta. Y que en ese movimiento vas a pasarte la eternidad. Pero como no tenés la eternidad, y tenés un tiempo limitado, esa presión del tiempo te inquieta más. El ser humano tiene conciencia del fin del tiempo, sabemos que empezamos como personas y terminamos. Y vamos a buscar el sentido de nuestra realidad. El ser humano se plantea una serie de preguntas distintas de las que se plantea otro ser. Para poder resolverlas tiene que organizar bien la interrogación. La queja solamente no sirve. Uno con la queja responde a un estado de insatisfacción.

 

 

Más información sobre Augusto Ricciardelli en COMBATE MENTAL (Arte Marcial Interno)  o en http://www.geocities.com/Athens/Troy/2231/yallegaJ.htm

 



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