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 UTILIDADES

Parroquia de San Bartolom� en Tuto

El Neocatecumenado
Presentaci�n por Kiko y Carmen
Las Comunidades Neocatecumenales
Nace entre los pobres
Documento de los p�rrocos y responsables de las primeras parroquias de Roma. (1972)
Un camino para redescubrir el Bautismo
Encuentro del Papa con los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades
Parroquias para el III Milenio San Bartolom� in Tuto
Parroquias para el III Milenio San Leone Vescovo
Kiko en el s�nodo de Obispos de Europa
Comentario sobre el S�nodo europeo por Kiko Arg�ello
Meeting por la amistad entre los pueblos
Carta de Kiko Arg�ello a Juan Pablo II
Los inicios del Camino en Italia
El icono de la Sagrada Familia de Nazaret

Seminarios Redemptoris Mater
Seminarios Diocesanos Misioneros "Redemptoris Mater"
Seminario Redemptoris Mater de Castell�n - Espa�a I
Decreto de erecci�n can�nica Redemptoris Mater de Castell�n

Misi�n Familias
Convicencia en Porto San Giorgio
Plegaria de envio de las Familias
Puebla (Mexico)
Caracas (Venezuela)
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La Eucarist�a
Nota de la Congregaci�n del Culto Divino

Domus Galilaeae
Centro Internacional Monte de las Bienaventuranzas

Convivencia de Obispos en Nueva York
Carta de Invitaci�n
Introducci�n de Kiko
Telegrama del Santo Padre
la teologia de la belleza
Homilia del Cardena O�connor
Carta de los Obispos al Santo Padre
Fotos

Experiencias
Testimonio de Kiko Arg�ello
Testimonio de Carmen Hern�ndez
Desde Hong Kong
Un sacerdote entrega su vida
Un Cardenal
Testimonio de un preso

 

 

INTERIOR DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOM� EN TUTOsalap.jpg (7698 bytes)

La estructura interna de la Iglesia de S. Bartolom� en Tuto favorece la participaci�n de los fieles en la vida lit�rgica. En efecto, con el Concilio Vaticano II en la Constituci�n lit�rgica "Sacrosanctum Concilium', los Padres Conciliares han puesto en evidencia que la renovaci�n lit�rgica presupone una verdadera renovaci�n interior, sin la cual toda reforma de tiros, s�mbolos y espacios ser�a una iniciativa muerta. Este nuevo esp�ritu se centra en una palabra "participaci�n consciente, activa y total... de un pueblo jer�rquicamente ordenado" (Principios y normas para el uso del Misal Romano, IGMR, cap. 1 y 5). No por casualidad la reforma lit�rgica, deseada y promovida por el Concilio Vaticano II, ha querido renovar la fe celebrada en y por la Iglesia, volviendo a poner el Misterio Pascual de Cristo en el centro de toda celebraci�n (SC n. 5). "Padre, que sean uno come nosotros somos uno: yo en ellos y t� en m�, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que t� me has enviado y que yo les he amado a ellos como t� me has amado a mi"(Jn 17,22-23).

La Asamblea cristiana se re�ne para experimentar el amor de Dios manifestado en Cristo Jes�s. Un amor que da la vida por los hombres incapaces de amar porque son esclavos del miedo a la muerte.

"Por tanto, as� como los Hijos participan de la sangre y de la carne, as� tambi�n particip� el de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al se�or de la muerte,- es decir al diablo, y libertar a cuantos por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud" (Hb 2, 14-15).

Cristo con su Muerte y su Resurrecci�n ha destruido la muerte, la esclavitud al pecado y al ego�smo y ha abierto un camino para cada uno de nosotros hacia Dios y hacia los dem�s. Cristo resucitado anuncia el perd�n de los pecados y regala el Esp�ritu Santo, el amor mismo de Dios en nuestros corazones. El paso de la muerte a la vida es el Misterio Pascual de Cristo. La irrupci�n del amor de Dios en la vida hace posible un amor humanamente imposible: el amor a los propios enemigos, el perd�n rec�proco y la paz. Cuanto m�s se participa en la Liturgia, mas se experimenta la victoria de Cristo sobre nuestra muerte y nuestro sufrimiento:

La Liturgia no es ya un rito exterior o un deber, sino una experiencia real e hist�rica de Dios capaz de transformar la vida. Nace la comuni�n y la Iglesia aparece como el Cuerpo de Cristo formado por muchos miembros. La Iglesia de San Bartolom� en Tuto ha empezado ya desde 1970 una obra de re-evangelizaci�n de adultos a trav�s de un itinerario catecumenal de formaci�n cristiana para llevar a la Parroquia los frutos de la renovaci�n del Concilio Vaticano II, y posteriormente tambi�n a trav�s de una catequesis permanente para adultos.

La Parroquia manifiesta as� una nueva imagen de si misma: una estructura de "comunidad de comunidades", para usar una expresi�n familiar del Papa Pablo VI. La nueva realidad se hace visible en el edificio de la Iglesia: desde sus comienzos provisorios en el garaje de V�a Turri hasta la estructura actual seg�n la renovaci�n conciliar. Toda la estructura arquitect�nica y los signos lit�rgicos puestos en evidencia son una ayuda para que se pueda realizar en la Liturgia una real experiencia del Misterio: el encuentro con Dios y la comuni�n con los hermanos,

ARQUITECTURA Y ESPACIOS LITURGICOS

La Iglesia es de forma octogonal y circular. El oct�gono tiene un significado simb�lico en la tradici�n de la Iglesia primitiva: es el n�mero de la Resurrecci�n de Cristo. La forma circular favorece la participaci�n en la Liturgia y evidencia la Asamblea reunida como el Cuerpo de Cristo. San Roberto Bellarmino escribe: "El presidente como cabeza, la cabeza del cuerpo; la Palabra de Dios como la boca; la Eucarist�a como el coraz�n del cual se nutre y sacia su sed la Iglesia; la Asamblea como los brazos. las piernas del Cuerpo di Cristo..." y, podr�amos a�adir, la fuente bautismal, como el �tero donde nacen los nuevos hijos de la Iglesia. La c�pula sobre. el altar es imagen de los Cielos abiertos, lugar al cual Cristo ha subido y del que retornar� un d�a. La Iglesia manifiesta de este modo su espera escatol�gica: el retorno glorioso del Se�or en el �ltimo d�a, d�a de la definitiva victoria de Cristo sobre el mal y sobre la muerte. "Maranatha! Ven Se�or Jes�s!", exclama la Iglesia.

LA SEDE PRESIDENCIAL

La sede del Presidente de la Asamblea, en forma de c�tedra o trono, rodeada de asientos para los concelebrantes, est� en el lugar m�s alto de la Iglesia y en el centro del �bside para subrayar la imagen de Cristo-Cabeza del .Cuerpo. La zona elevada permite al Presidente el estar bien visible para presidir mejor la acci�n lit�rgica.

EL AMB�N

El Concilio Vaticano II ha remarcado la importancia de la Palabra en la Liturgia eucar�stica. La Liturgia ha vuelto ha estar basada en dos mesas: el amb�n, Cristo Palabra de Dios, y el altar, Cristo Alimento eucar�stico. El amb�n est� colocado en alto en posici�n fija con relaci�n a la sede. Dice el Catecismo de la Iglesia Cat�lica (n. 1184): "La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la Iglesia haya un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la Liturgia de la Palabra se vuelva espont�neamente la atenci�n de los fieles". El amb�n es imagen de la piedra del sepulcro de Cristo desde la cual el �ngel, es decir el di�cono o el lector o el cantor, anuncia a las mujeres la Buena Noticia de la Resurrecci�n.

LA MESA DEL CUERPO DE CRISTO

La Mesa est� en el centro de la Asamblea, imagen del Sacrificio de la Cruz de Cristo y del Banquete de su Pascua; por este motivo es amplia y suficientemente baja, para representar una mesa a la cual todos estamos invitados para pasar con Cristo de la muerte a la vida. Es de forma cuadrangular seg�n la tradici�n, signo de la fuente de agua viva de la cual brotan los cuatro r�os del Para�so que sacian la sed de todos los hombres. Se cubre de manteles y flores para significar la fiesta; se ilumina con cirios y l�mparas para recordar que Cristo, y con �l la Asamblea reunida, es la luz que ilumina al mundo. La importancia de la mesa es subrayada por la c�pula que est� sobre ella, signo de la ep�clesis, o sea del descendimiento del Esp�ritu Santo sobre el "lugar santo" por excelencia de la Iglesia.

LA FUENTE BAUTISMAL

La fuente est� colocada en el interior de la gran Asamblea, porque el Bautismo introduce en la comunidad cristiana. Es amplia para administrar el Bautismo, sea por inmersi�n que por infusi�n, a los ni�os y a los adultos. Est� en estrecha relaci�n con el altar' y con la sede presidencial, lugares �stos de los tres Sacramentos de la iniciaci�n cristiana: Bautismo, Confirmaci�n y Eucarist�a. En la Iglesia primitiva al bautizado se le envolv�a con una vestidura blanca a la salida del agua, sucesivamente se le ung�a con aceite, s�mbolo de la nueva fuerza del Esp�ritu Santo (Confirmaci�n), y, acogido en la comunidad con el beso de la paz, terminaba la iniciaci�n con la Eucarist�a.

bautizo.jpg (52368 bytes)La fuente bautismal es una amplia piscina de m�rmol excavada como una verdadera fosa en el suelo: es tumba y madre. Tumba, porque nuestro hombre viejo muere con Cristo en el agua del Bautismo; madre, porque nos recrea a una vida nueva a imagen de Cristo. La Cruz est� inscrita en un oct�gono: "ocho" es el n�mero de la Resurrecci�n de Cristo, hace referencia al octavo d�a de la semana, es decir al Domingo Pascual, el primer d�a, despu�s del s�ptimo, el "Sabbath hebreo", y primero de la nueva creaci�n. El que se ha sumergido en el oct�gono corre hacia la Resurrecci�n y hacia el Cielo. El pavimento de la piscina es una piedra negra de basalto, signo de Cristo piedra angular. De �l brota el agua bautismal, como brot� de la roca en el desierto por mano de Mois�s. La fuente tiene siete escalones a cada lado del eje de la Cruz, para bajar a sumergirse y volver a subir. Sumergirse en la muerte de Cristo, nacer a la vida nueva subiendo hacia la gloria de la Resurrecci�n: "O es que ignor�is que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jes�s, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con �l sepultados por el Bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la Gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos una vida nueva. Porque si nos hemos echo una misma cosa con �l por una muerte semejante a la suya, tambi�n lo seremos por una Resurrecci�n semejante" (Rm 6,3-5). En los cuatro �ngulos formados por la Cruz est�n los mosaicos de los cuatro Evangelistas, anunciadores de la Buena Noticia: "Id, pues, y haced disc�pulos a todas las gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu Santo" (Mt 28,19).

LAS PINTURAS DE LA IGLESIA

La alta faja octogonal, que circunda en la parte superior toda la gran aula de la Iglesia, representa el Cielo. Est� pintada con im�genes inspiradas en la iconograf�a de la Iglesia Oriental y parece coronar a la Asamblea uniendo el Cielo y la Tierra. Dios est� presente en medio de su pueblo. Las pinturas representan los varios momentos del Misterio Pascual. El Concilio propone reforzar el papel de las kiko1.jpg (5132 bytes)figuras simb�lico-sacramentales en la Liturgia. "Las im�genes sagradas, presentes en nuestras Iglesias y en nuestras casas, est�n destinadas a defender y alimentar nuestra fe en el Misterio de Cristo. A trav�s del icono de Cristo y de sus obras de salvaci�n. es a �l. a quien adoramos" (Catecismo de la Iglesia Cat�lica, n. 1192). El pintor de iconos (im�genes sagradas) no imita, no representa. sino que esencialmente quita el velo. Echa abajo el muro de separaci�n, pone en comunicaci�n "este y el otro mundo". El icono capta la Presencia de Dios. Se puede decir que es teolog�a visible, ayuda a la oraci�n y a la contemplaci�n. La iconograf�a nace con Cristo icono del Padre invisible, y est� centrada en la Encarnaci�n de Cristo. Cristo restablece en el hombre la imagen de Dios que el pecado hab�a ofuscado, de modo que el hombre transformado a su imagen se hace el m�s conmovedor icono de Dios. El arte sagrado del icono no ha sido inventado por los artistas, sino que es una instituci�n que viene de los santos Padres y de la tradici�n de la Iglesia (11 Concilio de Nicea). Expresa la visi�n de la Iglesia, como la Iglesia contempla el Misterio de Dios y su Encarnaci�n. Las figuras tienen una aparente rigidez que por otro lado subrayan la potencia interior. La perspectiva es "inversa", es el icono el que nos mira. Sobre los iconos no hay nunca una fuente de luz, porque la luz, Dios, es su sujeto.

"El icono describe el desconcertante amor rec�proco, el amor loco de Dios por el hombre y como respuesta la pasi�n del hombre por su Dios. 'Tu que mi alma ama'. Es el deseo pre-eterno de Dios de hacerse hombre para que el hombre se haga Dios. El icono nos ofrece de este modo la contemplaci�n del Misterio de Dios" (P. Evdokimov).

Los Obispos italianos se�alan "la necesidad de que las comunidades cristianas Se transformen cada vez m�s y mejor en permanentes escuelas de fe" (La Iglesia italiana y las perspectivas del Pa�s, n 19). Para esta transformaci�n nuestro Obispo indica la v�a de los '.'peque�os grupos", de la articulaci�n de la Parroquia en comunidades eclesiales menores para poder ser cada vez m�s "comuni�n de comunidades" (Carta pastoral 1995). El Papa Juan Pablo 11 (Catechesi Tradendae, n. 24) habla, siempre a prop�sito de las comunidades cristianas, de la responsabilidad de proveer a la formaci�n de sus propios miembros y de acogerlos en un ambiente en el que puedan vivir en el modo m�s pleno lo que reciben. La experiencia nos ha ense�ado que la vida de la comunidad eclesial, sobre todo cuando se manifiesta en peque�as comunidades o grupos, es un instrumento important�simo para la reconstrucci�n del tejido social.

tabern.jpg (34216 bytes)En ella la pareja encuentra el soporte necesario para superar las crisis que se le presentan; la familia recupera la capacidad de abrirse a la vida. de sostener la educaci�n de los hijos y, ayudada por los miembros de la comunidad parroquial, de afrontar las enfermedades, el sost�n necesario a los j�venes en crisis y a los ancianos, sin necesidad de delegar en la sociedad. Este es el �mbito al cual se refiere nuestro "CENTRO SOCIAL DE DESAROLLO COMUNITARIO" (Catecumenion o Centro Parroquial), que traduce en espacios arquitect�nicos las exigencias de una comunidad parroquial que quiere vivir como centro de formaci�n e irradiaci�n del fermento cristiano en nuestra �poca. Este centro se compone de espacios lit�rgicos (Iglesia, Santuario de la Palabra, etc.), catequ�ticos (sal�n, salas para la vida de los grupos y de las peque�as comunidades eclesiales, etc.), espacios m�s~ espec�ficamente dedicados al testimonio (peque�as habitaciones para hospedaje, comedor, centro Caritas, etc.), todos armoniosamente ensamblados en un proyecto que se presenta a la vanguardia de la exigencia, sentida por todos, de hacer crecer la calidad de la vida urbana en Scandicci. Este centro se presenta tambi�n como sitio de la PROVIDENCIA DIVINA que muestra su benevolencia en esta generaci�n.

Para contribuir a la realizaci�n del centro pueden efectuarse giros postales a la cuenta N� 11108503, dirigidos a la Parroquia di San Bartolomeo in Tuto- Scandicci,

 

3� Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Merced (Burriana - Castell�n - Espa�a)

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