INTERIOR
DE LA IGLESIA DE SAN BARTOLOM� EN TUTO![salap.jpg (7698 bytes)](sala.jpg) La estructura
interna de la Iglesia de S. Bartolom� en Tuto favorece la
participaci�n de los fieles en la vida lit�rgica. En efecto, con
el Concilio Vaticano II en la Constituci�n lit�rgica "Sacrosanctum
Concilium', los Padres Conciliares han puesto en evidencia que la
renovaci�n lit�rgica presupone una verdadera renovaci�n interior,
sin la cual toda reforma de tiros, s�mbolos y espacios ser�a una
iniciativa muerta. Este nuevo esp�ritu se centra en una palabra
"participaci�n consciente, activa y total... de un pueblo jer�rquicamente
ordenado" (Principios y normas para el uso del Misal Romano,
IGMR, cap. 1 y 5). No por casualidad la reforma lit�rgica, deseada
y promovida por el Concilio Vaticano II, ha querido renovar la fe
celebrada en y por la Iglesia, volviendo a poner el Misterio Pascual
de Cristo en el centro de toda celebraci�n (SC n. 5). "Padre,
que sean uno come nosotros somos uno: yo en ellos y t� en m�, para
que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que t� me has
enviado y que yo les he amado a ellos como t� me has amado a
mi"(Jn 17,22-23). La Asamblea
cristiana se re�ne para experimentar el amor de Dios manifestado en
Cristo Jes�s. Un amor que da la vida por los hombres incapaces de
amar porque son esclavos del miedo a la muerte. "Por tanto, as�
como los Hijos participan de la sangre y de la carne, as� tambi�n
particip� el de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al se�or
de la muerte,- es decir al diablo, y libertar a cuantos por temor a
la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud" (Hb 2,
14-15). Cristo con su
Muerte y su Resurrecci�n ha destruido la muerte, la esclavitud al
pecado y al ego�smo y ha abierto un camino para cada uno de
nosotros hacia Dios y hacia los dem�s. Cristo resucitado anuncia el
perd�n de los pecados y regala el Esp�ritu Santo, el amor mismo de
Dios en nuestros corazones. El paso de la muerte a la vida es el
Misterio Pascual de Cristo. La irrupci�n del amor de Dios en la
vida hace posible un amor humanamente imposible: el amor a los
propios enemigos, el perd�n rec�proco y la paz. Cuanto m�s se
participa en la Liturgia, mas se experimenta la victoria de Cristo
sobre nuestra muerte y nuestro sufrimiento: La Liturgia no es
ya un rito exterior o un deber, sino una experiencia real e hist�rica
de Dios capaz de transformar la vida. Nace la comuni�n y la Iglesia
aparece como el Cuerpo de Cristo formado por muchos miembros. La
Iglesia de San Bartolom� en Tuto ha empezado ya desde 1970 una obra
de re-evangelizaci�n de adultos a trav�s de un itinerario
catecumenal de formaci�n cristiana para llevar a la Parroquia los
frutos de la renovaci�n del Concilio Vaticano II, y posteriormente
tambi�n a trav�s de una catequesis permanente para adultos. La Parroquia
manifiesta as� una nueva imagen de si misma: una estructura de
"comunidad de comunidades", para usar una expresi�n
familiar del Papa Pablo VI. La nueva realidad se hace visible en el
edificio de la Iglesia: desde sus comienzos provisorios en el garaje
de V�a Turri hasta la estructura actual seg�n la renovaci�n
conciliar. Toda la estructura arquitect�nica y los signos lit�rgicos
puestos en evidencia son una ayuda para que se pueda realizar en la
Liturgia una real experiencia del Misterio: el encuentro con Dios y
la comuni�n con los hermanos, ARQUITECTURA
Y ESPACIOS LITURGICOS
La Iglesia es de
forma octogonal y circular. El oct�gono tiene un significado simb�lico
en la tradici�n de la Iglesia primitiva: es el n�mero de la
Resurrecci�n de Cristo. La forma circular favorece la participaci�n
en la Liturgia y evidencia la Asamblea reunida como el Cuerpo de
Cristo. San Roberto Bellarmino escribe: "El presidente como
cabeza, la cabeza del cuerpo; la Palabra de Dios como la boca; la
Eucarist�a como el coraz�n del cual se nutre y sacia su sed la
Iglesia; la Asamblea como los brazos. las piernas del Cuerpo di
Cristo..." y, podr�amos a�adir, la fuente bautismal, como el
�tero donde nacen los nuevos hijos de la Iglesia. La c�pula sobre.
el altar es imagen de los Cielos abiertos, lugar al cual Cristo ha
subido y del que retornar� un d�a. La Iglesia manifiesta de este
modo su espera escatol�gica: el retorno glorioso del Se�or en el
�ltimo d�a, d�a de la definitiva victoria de Cristo sobre el mal
y sobre la muerte. "Maranatha! Ven Se�or Jes�s!",
exclama la Iglesia. LA SEDE
PRESIDENCIAL La sede del
Presidente de la Asamblea, en forma de c�tedra o trono, rodeada de
asientos para los concelebrantes, est� en el lugar m�s alto de la
Iglesia y en el centro del �bside para subrayar la imagen de
Cristo-Cabeza del .Cuerpo. La zona elevada permite al Presidente el
estar bien visible para presidir mejor la acci�n lit�rgica. EL
AMB�N
El Concilio
Vaticano II ha remarcado la importancia de la Palabra en la Liturgia
eucar�stica. La Liturgia ha vuelto ha estar basada en dos mesas: el
amb�n, Cristo Palabra de Dios, y el altar, Cristo Alimento eucar�stico.
El amb�n est� colocado en alto en posici�n fija con relaci�n a
la sede. Dice el Catecismo de la Iglesia Cat�lica (n. 1184):
"La dignidad de la Palabra de Dios exige que en la Iglesia haya
un sitio reservado para su anuncio, hacia el que, durante la
Liturgia de la Palabra se vuelva espont�neamente la atenci�n de
los fieles". El amb�n es imagen de la piedra del sepulcro de
Cristo desde la cual el �ngel, es decir el di�cono o el lector o
el cantor, anuncia a las mujeres la Buena Noticia de la Resurrecci�n. LA MESA DEL CUERPO
DE CRISTO La Mesa est� en el
centro de la Asamblea, imagen del Sacrificio de la Cruz de Cristo y
del Banquete de su Pascua; por este motivo es amplia y
suficientemente baja, para representar una mesa a la cual todos
estamos invitados para pasar con Cristo de la muerte a la vida. Es
de forma cuadrangular seg�n la tradici�n, signo de la fuente de
agua viva de la cual brotan los cuatro r�os del Para�so que sacian
la sed de todos los hombres. Se cubre de manteles y flores para
significar la fiesta; se ilumina con cirios y l�mparas para
recordar que Cristo, y con �l la Asamblea reunida, es la luz que
ilumina al mundo. La importancia de la mesa es subrayada por la c�pula
que est� sobre ella, signo de la ep�clesis, o sea del
descendimiento del Esp�ritu Santo sobre el "lugar santo"
por excelencia de la Iglesia. LA FUENTE BAUTISMAL La fuente est�
colocada en el interior de la gran Asamblea, porque el Bautismo
introduce en la comunidad cristiana. Es amplia para administrar el
Bautismo, sea por inmersi�n que por infusi�n, a los ni�os y a los
adultos. Est� en estrecha relaci�n con el altar' y con la sede
presidencial, lugares �stos de los tres Sacramentos de la iniciaci�n
cristiana: Bautismo, Confirmaci�n y Eucarist�a. En la Iglesia
primitiva al bautizado se le envolv�a con una vestidura blanca a la
salida del agua, sucesivamente se le ung�a con aceite, s�mbolo de
la nueva fuerza del Esp�ritu Santo (Confirmaci�n), y, acogido en
la comunidad con el beso de la paz, terminaba la iniciaci�n con la
Eucarist�a. La
fuente bautismal es una amplia piscina de m�rmol excavada como una
verdadera fosa en el suelo: es tumba y madre. Tumba, porque nuestro
hombre viejo muere con Cristo en el agua del Bautismo; madre, porque
nos recrea a una vida nueva a imagen de Cristo. La Cruz est�
inscrita en un oct�gono: "ocho" es el n�mero de la
Resurrecci�n de Cristo, hace referencia al octavo d�a de la
semana, es decir al Domingo Pascual, el primer d�a, despu�s del s�ptimo,
el "Sabbath hebreo", y primero de la nueva creaci�n. El
que se ha sumergido en el oct�gono corre hacia la Resurrecci�n y
hacia el Cielo. El pavimento de la piscina es una piedra negra de
basalto, signo de Cristo piedra angular. De �l brota el agua
bautismal, como brot� de la roca en el desierto por mano de Mois�s.
La fuente tiene siete escalones a cada lado del eje de la Cruz, para
bajar a sumergirse y volver a subir. Sumergirse en la muerte de
Cristo, nacer a la vida nueva subiendo hacia la gloria de la
Resurrecci�n: "O es que ignor�is que cuantos fuimos
bautizados en Cristo Jes�s, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos,
pues, con �l sepultados por el Bautismo en la muerte, a fin de que,
al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de
la Gloria del Padre, as� tambi�n nosotros vivamos una vida nueva.
Porque si nos hemos echo una misma cosa con �l por una muerte
semejante a la suya, tambi�n lo seremos por una Resurrecci�n
semejante" (Rm 6,3-5). En los cuatro �ngulos formados por la
Cruz est�n los mosaicos de los cuatro Evangelistas, anunciadores de
la Buena Noticia: "Id, pues, y haced disc�pulos a todas las
gentes bautiz�ndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp�ritu
Santo" (Mt 28,19).
LAS PINTURAS DE LA
IGLESIA La alta faja
octogonal, que circunda en la parte superior toda la gran aula de la
Iglesia, representa el Cielo. Est� pintada con im�genes inspiradas
en la iconograf�a de la Iglesia Oriental y parece coronar a la
Asamblea uniendo el Cielo y la Tierra. Dios est� presente en medio
de su pueblo. Las pinturas representan los varios momentos del
Misterio Pascual. El Concilio propone reforzar el papel de las figuras
simb�lico-sacramentales en la Liturgia. "Las im�genes
sagradas, presentes en nuestras Iglesias y en nuestras casas, est�n
destinadas a defender y alimentar nuestra fe en el Misterio de
Cristo. A trav�s del icono de Cristo y de sus obras de salvaci�n.
es a �l. a quien adoramos" (Catecismo de la Iglesia Cat�lica,
n. 1192). El pintor de iconos (im�genes sagradas) no imita, no
representa. sino que esencialmente quita el velo. Echa abajo el muro
de separaci�n, pone en comunicaci�n "este y el otro
mundo". El icono capta la Presencia de Dios. Se puede decir que
es teolog�a visible, ayuda a la oraci�n y a la contemplaci�n. La
iconograf�a nace con Cristo icono del Padre invisible, y est�
centrada en la Encarnaci�n de Cristo. Cristo restablece en el
hombre la imagen de Dios que el pecado hab�a ofuscado, de modo que
el hombre transformado a su imagen se hace el m�s conmovedor icono
de Dios. El arte sagrado del icono no ha sido inventado por los
artistas, sino que es una instituci�n que viene de los santos
Padres y de la tradici�n de la Iglesia (11 Concilio de Nicea).
Expresa la visi�n de la Iglesia, como la Iglesia contempla el
Misterio de Dios y su Encarnaci�n. Las figuras tienen una aparente
rigidez que por otro lado subrayan la potencia interior. La
perspectiva es "inversa", es el icono el que nos mira.
Sobre los iconos no hay nunca una fuente de luz, porque la luz,
Dios, es su sujeto. "El icono
describe el desconcertante amor rec�proco, el amor loco de Dios por
el hombre y como respuesta la pasi�n del hombre por su Dios. 'Tu
que mi alma ama'. Es el deseo pre-eterno de Dios de hacerse hombre
para que el hombre se haga Dios. El icono nos ofrece de este modo la
contemplaci�n del Misterio de Dios" (P. Evdokimov). Los Obispos
italianos se�alan "la necesidad de que las comunidades
cristianas Se transformen cada vez m�s y mejor en permanentes
escuelas de fe" (La Iglesia italiana y las perspectivas del Pa�s,
n 19). Para esta transformaci�n nuestro Obispo indica la v�a de
los '.'peque�os grupos", de la articulaci�n de la Parroquia
en comunidades eclesiales menores para poder ser cada vez m�s
"comuni�n de comunidades" (Carta pastoral 1995). El Papa
Juan Pablo 11 (Catechesi Tradendae, n. 24) habla, siempre a prop�sito
de las comunidades cristianas, de la responsabilidad de proveer a la
formaci�n de sus propios miembros y de acogerlos en un ambiente en
el que puedan vivir en el modo m�s pleno lo que reciben. La
experiencia nos ha ense�ado que la vida de la comunidad eclesial,
sobre todo cuando se manifiesta en peque�as comunidades o grupos,
es un instrumento important�simo para la reconstrucci�n del tejido
social. En
ella la pareja encuentra el soporte necesario para superar las
crisis que se le presentan; la familia recupera la capacidad de
abrirse a la vida. de sostener la educaci�n de los hijos y, ayudada
por los miembros de la comunidad parroquial, de afrontar las
enfermedades, el sost�n necesario a los j�venes en crisis y a los
ancianos, sin necesidad de delegar en la sociedad. Este es el �mbito
al cual se refiere nuestro "CENTRO SOCIAL DE DESAROLLO
COMUNITARIO" (Catecumenion o Centro Parroquial), que traduce en
espacios arquitect�nicos las exigencias de una comunidad parroquial
que quiere vivir como centro de formaci�n e irradiaci�n del
fermento cristiano en nuestra �poca. Este centro se compone de
espacios lit�rgicos (Iglesia, Santuario de la Palabra, etc.),
catequ�ticos (sal�n, salas para la vida de los grupos y de las
peque�as comunidades eclesiales, etc.), espacios m�s~ espec�ficamente
dedicados al testimonio (peque�as habitaciones para hospedaje,
comedor, centro Caritas, etc.), todos armoniosamente ensamblados en
un proyecto que se presenta a la vanguardia de la exigencia, sentida
por todos, de hacer crecer la calidad de la vida urbana en Scandicci.
Este centro se presenta tambi�n como sitio de la PROVIDENCIA DIVINA
que muestra su benevolencia en esta generaci�n.
Para contribuir a
la realizaci�n del centro pueden efectuarse giros postales a la
cuenta N� 11108503, dirigidos a la Parroquia di San Bartolomeo in
Tuto- Scandicci, |