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farolito

COMUNICACIÓN ACADÉMICA Nº 1558

Acerca del término


OUTLET


Señores Académicos, Amigos, Protectores, Patrocinantes y Benefactores:

En su sesión del 6 de abril de 2002, la Academia consideró el término outlet.


Dijo el Académico de Número don Eduardo Rubén Bernal:

El término en estudio no está registrado por el Diccionario de la Real Academia Española y, curiosamente, de acuerdo con la investigación realizada a través del banco de datos que desarrolló esa institución, sólo es utilizado en dos países de habla española: Chile y la Argentina. Es voz proveniente del inglés, de gran difusión en nuestro país en estos tiempos; al menos, en Buenos Aires, donde, precisamente en estos días, una intensa campaña publicitaria ha empapelado sus paredes con frases como “Outlet. Todo indumentaria. Vestite a bajo costo”.

Desde hace bastante tiempo, junto con el desarrollo industrial en nuestro país, sobre todo en la producción de mercaderías de consumo popular y masivo, surgieron los productos de segunda calidad. Creo recordar que fue en el sector de los materiales destinados a la construcción donde se utilizó por primera vez la denominación. Así, aparecieron a la venta, por ejemplo, revestimientos, griferías, artefactos sanitarios, con la denominación “mercadería de segunda”. Se trataba de productos con pequeños defectos que no invalidaban su utilización y que a un precio menor se intentaba introducir en el mercado. Cuando esta modalidad pasó a otro tipo de mercaderías, de naturaleza más sofisticada, como, por ejemplo, la indumentaria, la denominación se atemperó un poco y se la llamó “segunda selección”.

La utilización del término outlet en la Argentina está asociada a la venta de artículos provenientes de la industria de la indumentaria en general, de primeras marcas, con leves deficiencias en su fabricación o que han dejado de producirse a menor precio.

Outlet, según el Collins Contemporary Dictionary (1959) significa: “Pasaje, camino afuera, salida; respiradero, desahogo; abertura, paso”. El Diccionario Atlantic (1977) da definiciones técnicas vinculadas con la electricidad y la minería y una definición general: “Boca, orificio, conducto de salida, desaguadero, desagüe, derrame, caño, arbollón”.

Luego, el significado inglés del término justifica su utilización para nombrar este recurso de venta que busca una “salida o camino hacia afuera” es decir, al mercado para productos de calidad disminuida o no, a modo de un “desahogo” para niveles de stock inconvenientes. Más tarde, como sucede habitualmente, la denominación de lo que era un simple recurso de venta pasó a designar a los comercios que lo utilizan.

El empleo del término parece tener su origen, como veremos, en la denominación outlet mall, dada en los Estados Unidos a los paseos de compras, grandes almacenes o depósitos de ropa destinada a la venta.

El artículo aparecido en el diario Clarín de Buenos Aires el 3 de marzo de 1997 con el título de “El fenómeno de los factory outlets” es suficientemente ilustrativo. Dice:

La fórmula habitual es ropa de primera marca con leves descuentos, casi siempre rodeada de canastos con ofertas de precio bajo que justifican el mote de “segunda selección”.

De los aproximadamente 1900 locales sumados por los shoppings de Buenos Aires y el conurbano, 260 están ubicados en factory malls. A ellos se suman los outlets dispersos por la ciudad, incluidos algunos en barrios prestigiosos, como el de Belgrano.

Expertos de la industria admiten que lo que se está desarrollando es un nuevo canal (*) para la venta minorista de ropa. Los outlets, igual que las liquidaciones de temporada cada vez más precoces, han dejado de ser un recurso ocasional para evacuar las cantidades o calidades que salen mal. Ahora son un negocio con reglas propias.

La combinación entre un formato norteamericano el “outlet mall”, inventado en los 80 y el recortado poder de compra del público medio contribuye a la multiplicación del fenómeno. Algunas compañías admiten que venden hasta el 30% de su volumen en redes de outlets (…).

El primer grupo de outlets a cielo abierto surgió en Munro, cuando cientos de negocios de ropa aprovecharon la brecha abierta por las compañías de jeans. Hoy esa zona se resiente por la competencia de por lo menos cuatro “factory malls” que tientan a la clientela con otros servicios, desde patios de comida hasta shows. (1)

La evolución de este tipo de comercios ha sido más que importante, y su crecimiento, vertiginoso. Así parece deducirse del artículo publicado en el diario La Razón de Buenos Aires el 8 de abril de 2002, en el que ya la dinámica del habla ha creado un nuevo término derivado: los megaoutlets. A continuación se transcribe parte de la nota:

Los megaoutlets son el boom comercial en medio de la crisis. Desde enero, en Capital Federal abrieron cinco. Venden productos de marca hasta un 50% más barato (…).

Hasta este año, el concepto outlet tenía dos versiones: centros comerciales en el Gran Buenos Aires o barrios apartados de la Capital, o negocios que venden productos de segunda selección agrupados en una determinada calle (avenida Córdoba al 5000, por ejemplo). Ahora apareció esta nueva modalidad: la de montar el outlet como si fuera una exposición, que tiene fecha de inicio y finalización, en lugares clásicos (y clave) de Buenos Aires.

[Fabricantes y mayoristas] han elegido este canal (*) de venta para liquidar sus productos entre un 20 y un 50% más barato que en los shoppings y comercios tradicionales.

En estos comercios gigantescos, la gente puede elegir de todo como en botica: desde artículos discontinuos y de segunda selección hasta los últimos modelos de la temporada otoño-invierno 2002.

La tradición que vinculaba a los outlets con la comercialización de indumentaria se ha modificado, al orientarse su sistema de venta a otros productos, cuya variedad parece no tener límites. En este sentido, en los últimos días se han inaugurado dos de estas ferias en Buenos Aires: “Outlet. Todo para tu casa en la Rural. Alfombras, electrodomésticos, bazar, blanco, muebles, etc.”, dice el anuncio callejero de una de ellas; la otra se presenta como “Outlet de jardinería en la Rural”.

A modo de conclusión, se puede decir que el término outlet, que tiene su origen en el ramo de la indumentaria, en un principio sólo se refería a una manera de resolver problemas de ventas; posteriormente, por extensión, pasó a designar a los lugares destinados a la venta de artículos de segunda calidad de grandes marcas. Actualmente, se ha extendido a otros productos y es utilizado como un elemento publicitario que trata de inducir en los consumidores la idea de que en esos locales se puede obtener por distintas razones: pequeños defectos de calidad, falta de talles, finalización de temporada, etc. precios más convenientes.

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(*) El subrayado es mío.

(1) Tomado del CORDE (Corpus Diacrónico del Español de la Real Academia Española).


Dijo el Académico de Número don Aníbal O. Claisse:

Cuando era chico hace ya tanto, mi madre me llevaba a un vasto edificio en la avenida Gaona, cerca de la plaza Irlanda, donde funcionaba una fábrica de calzado. Allí existía un ascético local de venta, donde el público podía adquirir los zapatos a un precio más conveniente que el de los demás comercios. Mi madre, como era buena administradora, naturalmente me compraba allí los zapatos. Como en aquel entonces la Argentina era un país atrasado que aún no había accedido a los beneficios de la globalización, aquello se llamaba “De la fábrica al consumidor”. Pero hoy hemos accedido a un nivel superior de cultura y holgura económica y sabemos que eso se llama outlet; lo que lo hace más fino y demuestra nuestro ingreso irrevocable en el Primer Mundo.

El diccionario Velázquez, de 1943, registra el término outlet con la acepción de ‘desagüe, salida’ y también ‘tomacorriente’. Otro tanto sucede con el diccionario Langescheidt, de 1988. En cambio, el Oxford Pocket, de 1997, registra también el significado de ‘punto de venta’. Por lo tanto, podemos fijar la aparición del término en inglés, con el sentido que lo utilizamos en la actualidad en la Argentina, hacia finales de la década del 80 o principios de la del 90.

La formación del término en inglés es clara: out, por un lado, significa ‘afuera’; let tiene como sinónimos, entre otros, allow, rent, lease, permit: términos todos que implican la idea de dejar, entregar, a veces a cambio de algo, a veces graciosamente, tal como está en la raíz indoeuropea led, que también da origen a nuestra lasitud.


Dijo el Académico de Número don Ricardo Ostuni:

Outlet es vocablo del habla inglesa cuyo significado es equivalente a ‘salir, encontrar salida’. Se lo usa en la composición de locuciones. Por ejemplo, outlet water ‘salida de agua, desagüe, alcantarilla’, o bien outlet emotions ‘válvula de escape de las emociones, desahogo’. También aparece la forma outlet shop como ‘concesión, sucursal’. Y, finalmente, outlet market, locución que se emplea en el ámbito comercial para designar un lugar específico un mercado para determinado producto.

En nuestro medio se ha impuesto la acepción abreviada outlet con este último sentido. Son comercios que se dedican a la concentración y venta de productos de un mismo ramo con precios más reducidos que los comunes de plaza. Habitualmente, se trata de productos de segunda selección o de producción discontinuada de marcas reconocidas.

En el idioma español no existe un término similar que designe, por sí solo, este tipo de actividad. El inglés es más dúctil en tal sentido y permite la creación de palabras que expresan ideas complejas, como living room, por ejemplo, cuya traducción aproximada a nuestro idioma sería ‘sala de estar’.

Liquidación ‘venta al por menor, con gran rebaja de precios, que hace una casa de comercio por cesación, quiebra, reforma o traslado del establecimiento, etc.’, según el DRAE, se acerca bastante, pero carece de connotaciones referidas a las particularidades de los locales y al tipo de organización del negocio.

En Buenos Aires se llamaba outlet a cada uno de los locales, casi siempre concentrados por zonas, en los que cada marca vendía sus productos fundamentalmente, ropa de segunda selección o de producción discontinuada a menor precio. Los outlets que están surgiendo actualmente consisten en un gran salón acondicionado especialmente, en el que fabricantes, mayoristas e importadores venden sus productos en sus correspondientes stands durante un tiempo previamente establecido (entre un fin de semana y 1 ó 2 meses). En estos casos, no sólo se vende ropa, sino que hay outlets de artículos de computación, de jardinería, discos, ropa deportiva, e incluso surgen los outlets multirrubro.

Generalmente, se da el nombre de outlet a los dos tipos de negocio de modo indistinto. Pero al profundizar se advierte una diferencia entre outlet y megaoutlet. Los outlets son los negocios descriptos en primer término, aún vigentes; los megaoutlets, en cambio, son los del segundo tipo. Sin embargo, esta distinción parece limitarse al uso periodístico.

Algún remoto antecedente de los outlets podría encontrarse en las llamadas “ferias americanas” (de muebles, de ropas, de enseres), que estuvieron muy en boga hace unos años. La diferencia radica en que estas ferias comercializan mercadería de segunda mano, y los outlet, cuanto más, productos con algún defecto de fabricación.


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