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COMUNICACIÓN ACADÉMICA N° 1564
Del Académico de Número
don Ricardo Ostuni acerca de
EL CAFÉ TORTONI
Señor Presidente:
Mucho se ha escrito sobre la historia del Café Tortoni y, prácticamente, no quedan dudas acerca de su fundador (Monsieur Touan) ni del año de su establecimiento en Buenos Aires (1858).
Tampoco pareciera existir ninguna incertidumbre sobre el origen de su nombre, ya que si bien algún autor lo hace derivar de un inexistente primer propietario llamado Oreste Tortoni, la mayoría de los investigadores acepta que Monsieur Touan lo tomó de un antiguo café parisino ubicado desde 1798 en la esquina de Bulevar de los Italianos y la calle Taibout, aunque sin aportar mayores referencias sobre él.
En 1998 el Institut Mémoires de l’Édition Contemporaine (IMEC) y Édition Éric Koehler publicaron Teoría de los Cafés, bajo la coordinación del curador general Gérard-Georges Lemaire.
La obra se divide en tres partes: Reminiscencias, Los pintores en el café y Reinvención de los cafés literarios. En la primera, el citado Lemaire publica un trabajo de su autoría bajo el título de En los bulevares: del Café Weber al Bar de la Paix, dentro del cual cita las memorias de distintos viajeros y escritores: Víctor Alabine, Guy de Maupassant y Jules Vallés.
Copio textualmente los párrafos que corresponden.
Los viajeros que descubren París se sienten deslumbrados y no pueden evitar fascinarse con sus cafés principescos, como Víctor Balbine, que en agosto de 1843 escribía en su diario: "Nada más animado que el aspecto del Bulevar (de los Italianos), la noche es hermosa, es domingo, todo París está afuera… frente a mí está el Tortoni, que destella con mil velas…” .
A fines del siglo pasado el Bulevar se convirtió en la arteria femoral del París remodelado por el barón Haussman. En 1884, Guy de Maupassant no puede evitar hacer un elogio exagerado sobre ellos: "Todos los días, en los mismos lugares, se encuentran los mismos hombres. ¡Qué importa que nunca se lleguen a saber sus nombres! Uno está seguro que verá a éste frente al Tortoni, a aquél frente al Bignon y a aquel frente al Américain".
Jules Vallés no puede escapar a la fascinación general ante el espectáculo único e impresionante de este cordón umbilical de París que avanza frenético hacia un nuevo siglo: "Al desembarcar en París, cuántos ambiciosos e ingenuos deshicieron precipitadamente sus valijas, se metieron en sus trajes de domingo y se fueron a frotar la suela de sus botines en las baldosas del Tortoni".
Las transcripciones acreditan de modo fehaciente la existencia y el prestigio del Tortoni de París en fecha muy anterior a la fundación de nuestro café, haciendo aún más creíble la teoría, generalmente aceptada, sobre el origen de su nombre.
Buenos Aires, 29 de julio de 2002
RICARDO OSTUNI
Académico de Número
Titular del sillón “Luis Contreras Villamayor”
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