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farolito

COMUNICACIÓN ACADÉMICA N° 1569

Del Académico de Número don
Oscar del Priore, acerca de


MIGUEL BONANO


Señor Presidente:

La Academia otorgó el diploma “A la gloria del tango” a Miguel Bonano. Este querido bandoneonista acaba de morir. Al recibir su diploma, el señor Bonano comenzó a formar parte de nuestra comunidad académica. Era, aparentemente, el último autor que vivía de todos aquellos que tuvieron el honor de lograr que una de sus obras fuera cantada por Carlos Gardel.

Bonano había nacido el 9 de mayo de 1907 en Avellaneda. Recibió lecciones de bandoneón de Bartolomé Chapella, que había instalado un conservatorio en esa ciudad, luego de haber tocado tangos en Europa. Chapella había viajado con el conjunto Los de la Raza y un tango suyo era muy exitoso entonces: Fosforerita

A los veinte años, Bonano ya estaba tocando en el cuarteto del cine Select, en la época de las películas mudas. Integró un trío junto al violinista Ángel Fariña y el guitarrista Maximiliano, de habitual presencia en las fiestas que tenían lugar en los comités de Alberto Barceló. Bonano estuvo después en el cuarteto de la pianista Lía Acuña de Andreoni, con actuaciones en la inauguración del cine Mitre de Avellaneda y en diversos bailes en la zona.

El pianista José Márquez lo recomendó para integrar la orquesta del violinista argentino Eduardo Bianco, que estaba en París. Acababa de disolverse el rubro Bianco-Bachicha, siguiendo cada uno su rumbo: Bachicha, afincado en París, y Bianco, iniciando una interminable serie de viajes por el mundo. Esto ocurría en 1928. Los amigos organizaron una gran despedida en el cine Select, y poco después Bonano viajaba a Francia en el buque Sierra Ventana, que lo dejó en Boulogne Sur Mer, de donde fue a París en tren.

Bianco tocaba en el teatro Apolo, y Bonano escuchó por tres días a la orquesta, incorporándose inmediatamente a ella; la integró durante seis meses de gira por España, Italia, Rumania, Grecia, Turquía, Egipto, Alemania y Suiza, actuando ante Maurice Chevallier, Josefina Baker, el Rey de España, la Reina de Rumania, el Rey de Italia y Benito Mussolini, entre famosas personalidades de entonces. Les tocó inaugurar el Palais de la Mediterranée en la Costa Azul.

Bonano grabó discos en París en dúo de bandoneón con Lotito y también con la orquesta de Bianco. Sin embargo, quería volver, y fue así como el 30 de mayo de 1929 se embarcó en Génova en el Conte Rosso hacia Buenos Aires. El barco hizo escala en Barcelona, donde subió Carlos Gardel, que venía de una de sus giras, y compartió el viaje de regreso con Bonano.

En Buenos Aires, encontró trabajo en la flamante orquesta de Edgardo Donato, que había roto su rubro con Roberto Zerrillo. Allí estuvo siete años. Luego participó en el conjunto Los Poetas del Tango, que actuaba en Radio Belgrano y estaba conformado por Bonano y Héctor Artola en bandoneones, Miguel Nijensohn en piano, Antonio Rodio en violín y el cantor Fiorentino. En 1937 tocó con la orquesta de Miguel Nijensohn, inaugurando el dancing Lucerna, de Suipacha 567. Luego integró la agrupación de Lucio Demare, y también la de Roberto Zerrillo. Siete meses con Rodolfo Biagi, para hacer luego una gira por Chile con Alberto De Caro. Eduardo Bianco regresó a Buenos Aires –Europa estaba en guerra–, y Bonano tocó con su orquesta en el teatro Nacional. Después fue con Ángel D’Agostino. Posteriormente lo encontramos en los escenarios del Comedia y el Maipo, acompañando actuaciones de cancionistas como Jovita Luna, Alba Solís y Sofía Bozán. Integró también en diversas ocasiones los acompañamientos de famosos artistas como Mercedes Simone, Charlo, Libertad Lamarque y Hugo del Carril.

Bonano fue durante doce años integrante de la orquesta estable de Radio El Mundo; en 1963 codirigió una notable agrupación junto al también bandoneonista Julio Ahumada, e integró, asimismo, la orquesta del Canal 13 de televisión.

Como compositor, mencionaremos su primer tango, Che, Don Juan, con letra de Manuel A. Meaños, de 1929; Un minuto, La canción de la Ribera, Guardia de honor, Mis últimas cartas y Alas queridas, entre los menos conocidos, y entre los más divulgados La Novena, Déjelo, señora, Esta vuelta pago yo, Por un te quiero, y el único que le cantó Gardel, Mi primer gol, música de Bonano en colaboración con Horacio Petorossi y letra de Alejandro Fattorini.

Recordamos así a un músico de tango de intensa y extensa trayectoria, que ha muerto el pasado 6 de octubre casi en el anonimato. Participó en la epopeya romántica del tango en Europa, fue cantado por Gardel y actuó junto a los grandes. Se llamó Miguel Bonano y tocaba el bandoneón.


Buenos Aires, 1 de diciembre de 2001

OSCAR DEL PRIORE

Académico de Número

Titular del sillón “José Antonio Saldías”


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