STAR WARS

 

Kurenai

El hijo del dolor

 

Capítulo 1:

Espada verde &  espada roja

 

 

Hace mucho tiempo

en una galaxia muy lejana

La batalla entre Los Sith y los

Jedis duraba más de lo previsto.

Sangrientas luchas entre el bien

y el mal dividían la galaxia. Todo

ser debía apoyar a uno de los dos

bandos. Pero existió un hombre

que, con conocimientos de la

fuerza, no se unió a ningún equipo.

Por mucho que se le pedía su

participación, el se negaba en rotundo.

Por eso, tanto los Sith, como los

Jedis llegaron a verlo como una amenaza.

Esta es la historia que narra las

acciones de este ser, ni Jedi ni Sith,

vivía junto a la fuerza. El llamaban,

Kurenai, El Hijo del Dolor...

 

            La compuerta se abre, dado a conocer quien es el ser que hay detrás. Una joven, con uniforme jedi, ojos marrones y pelo largo, entra a la sala. Era de suponer que era una padawan, por su trenza detrás de la oreja derecha. Su pelo, rojo como el fuego, se hacia distinguir entre las ropas. Tenia prisa, y casi de un salto se sentó en la silla, para después ir a accionar un ordenador. El ordenador por su parte, con acciones rápidas, se detuvo por causa de una pregunta que debía hacer a su dueño.

- “Diga el nombre del sujeto a explorar” - El ordenador, con voz femenina, pregunta el objetivo de su funcionamiento.

- Kurenai - responde la joven padawan. Por su parte, El ordenador enciende el visor de hologramas, sin ninguna imagen a la vista.

- “Informaciones registradas

Nombre: Kurenai, El Hijo del Dolor. (No se conoce nombre verdadero)

Sensei: “No se conoce”

Nivel miricloidianos: “No se conoce”

Características: “no se conoce”

Lugar de nacimiento: “no se conoce”

Algo destacable: “no se conoce

(Holograma no encontrado o no registrado)” - Al oír esto, la muchacha se desploma encima de la silla, mientras oye entrar a su maestro. Este, sin prisa pero sin pausa, llega a donde esta la muchacha. Los dos se miran a los ojos.

- La paciencia es la base de todo objetivo, si no hay paciencia, no conseguirás tu objetivo - Después de esto, el jedi apaga el ordenador.

- Pero Sensei, llevamos dos meses con esta misión, y no se consigue ni una información. Esto ya es aburrido - La chica se vuelve a quejar, como hace todos los días - Deberíamos estar enfrentándonos contra los Sith, y no siguiendo la pista de un chiquillo. 

- Para empezar, ese chiquillo tiene la misma edad que tu Dhalia - El maestro se sienta - Además dicen que su destreza con el sable es impresionante, igual que el numero de miricloidianos. No se como y cuando aprendió las artes jedi, pero debemos hacer todo lo posible para encontrarlo, y guiarlo por el camino del jedi, porque si se llegara a unir al lado oscuro, la guerra estaría perdida - Con la mano, el jedi se tapa la cara, mientras que con cara de preocupación, suspira.

- Pero sensei Akiwa, dicen los que lo han visto, que siente tanto odio contra los sith, como contra los jedis, y nadie sabe el motivo.

- Por eso hay que encontrarlo antes de que ese odio le lleve al sufrimiento - Antes de pronunciar otra palabra, por la entrada entra un soldado corriendo, y mientras sudaba, se apoyaba en la pared.

- Un mensajero del planeta Kameu ha dicho que ha visto a un muchacho encapuchado, y que después de enfrentarse a un Sith con una espada verde, se enfrento a un Jedi con espada roja. -

Maestro y padawan se leyeron el pensamiento, mientras que se levantaban, y la joven Dhalia salía corriendo, El maestro informaba a el soldado.

- Preparen una nave hacia el planeta Kameu, partiremos enseguida - Dijo mientras salía corriendo detrás de su pupila.

            El planeta Kameu es un planeta del sistema solar de Huertbo, una estrella azul casi muerta. Lleno de praderas, muy pocos arboles se encuentran, y los que hay, son venerados como milagros de la naturaleza. Cabe destacar que solo existe una ciudad en el planeta, donde vive casi todo los habitantes. Pero los pequeño pueblos son también un buen lugar de residencia, por su nivel de vida fácil. Los cabaret también son numerosos, como la gente que transita en ellos. Todo tipo de seres se pueden encontrar. Pero por el momento, solo hay un que se cubriera todo el cuerpo con ropas. Silo se podían distinguir sus ojos, uno rojo y otro verde, y otros rastros de la cara, que hacían ver que era de la especie humana. Además de su traje, que es completamente negro. El muchacho se sienta en una mesa, y espera a que le atiendan.

- ¿Que desea? - La camarera ya empezaba a tomar nota.

- Quiero el menú de carne, pero que las verduras no lleven condimentos -

- ¿Y para beber? -

- Y simple vaso de agua - Dijo finalmente el chico, que se apoyaba en un brazo  y con el otro, jugaba con lo cubiertos. Después de esperar varios minutos, le sirven lo deseado. Y este empieza a comer con moderación. Pero en ese instante, una persona entra, mientras gritaba desesperadamente.

-¡¡Los Sith!! ¡¡Los sith vienen a conquistar el pueblo!! - Solo el pronunciar estas palabra, toda la muchedumbre del cabaret se espanta, dejando a el muchacho encapuchado comiendo solo. La cara de despreocupación era notable en el chico, pero seguía comiendo. Al terminar dejo unas monedas en la mesa, y se preparó a salir. Pero en la puerta encontró un pequeño grupo de soldados negros, y destacablemente, dos encapuchados frente de él. Los dos se quitan sus trajes, mientras que dejan ver a sus caras. Eran gemelos, pero uno con el pelo azul, y otro con el pelo verde. Son del planeta Culrtie, cosa que se averigua fácilmente por la trompa que tienen, y sus grandes cuernos.

- ¿Que queréis? - El chico encapuchado no dejaba de mirar a los dos gemelos.

- Somos Dark Ertil y Dark Irtel, los gemelos de Culrtie, Sith de gran nivel - El silencio se apoderó del momento - Por lo menos deberías tener la educaciión de presentarte, Jedi -

- No hace falta. Si me dejáis pasar sin molestarme, probablemente no me veáis nunca más en vuestra vida; pero si me atacáis, moriréis en el acto, y no tiene sentido decirle el nombre a alguien que va a morir - El chico se quita la capucha. Los pelos negros caían por su cara, y una coleta se le presentaba atrás. Sus ojos de diferente color era lo destacable, por lo demás, era de la especie humana - Además no soy un jedi - Mientras decía estas palabras, encendía una sable de luz roja, ante la sorpresa de los sith. Era más corto de lo normal, pero era rojo, señal de identidad de los sith.

- Si llevas un sable rojo... Eso quiere decir que eres de los nuestro. ¿Por que entonces atacaste a un sith hace unas horas? - Dark Ertil no podía creer lo que veía, al igual que su hermano. Un traidor en el lado oscuro. Eso era imposible, nadie que entra en el camino oscuro puede salir. Pero en ese instante, en muchacho con la otra mano, encendía un sable de luz verde, también más corto de lo normal. Eso confundió más a sus contrincantes.

- Pero tampoco soy un sith - Los hermanos de Culrtie estaban extremadamente confundidos, Pero encendieron sus sables, por precaución.

- No soy ni jedi ni sith. No tengo ley ni orden. Lucho con mis sables por una razón, no por una causa. Y me llaman Kurenai, El Hijo del Dolor - Kurenai se puso en posición de combate, al igual que sus contrincantes - atacad si queréis atacarme, acabareis muertos de todas formas - Los sith mandan apartar a sus tropas, mientras ellos mismos se separan el uno de el otro.

- Aunque tengas dos espadas, no podrás con dos contrincantes - Dijo Dark Ertil con el sable sobre la cabeza.

- Si, no podrás contra dos objetivos - Añade Dark Irtel, con el sable en posición baja.

- Dejad vuestro estúpido monologo y atacan de una vez, tengo cosas más importantes que hacer - Kurenai adopto una pose con las espadas cruzadas, mientras esperaba el ataque.

- ¡¡Repítelo cuando estés muerto!! - Los hermanos Culrtie se lanzan a la vez contra Kurenai, mientras este bloquea los golpes. La rapidez con que manejaba los sables era impresionante, haciendo que ningún sith le alcanzara. Los sith paran un momento, y después de descansar un poco, vuelven a la posición inicial -

- Eres bueno chico, pero si sigues así llegarás a cansarte -

- Vamos a pelear o no, odio los calentamientos - Se quejo Kurenai.

            Mientras, no muy lejos de ahí. Maestro y padawan caminan mientras intenta ubicarse. Dhalia, ya aburrida de este trabajo sin resultados, se queja sin parar, mientras, Akiwa hace oídos sordos. Pero se detienen estrepitosamente, para guardar un minuto de silencio. Akiwa rompió el hielo.

- ¿Has sentido eso? - El maestro pregunta a su pupila

- Claro, es muy difícil no sentirlo - Dhalia espero otro momento, y volvieron a sentir esa variación en la fuerza.

- ¡¡Es por el norte!! ¡¡Vamos!! - Akiwa corre junto a su alumna, y se pierden entre el horizonte.

            La pelea seguía, con una clara ventaja de Kurenai, que solo silbaba mientras esperaba la recuperación de sus contrincantes

- ¿Eso es todo lo que pueden hacer unos sith?, sois decepcionantes - Kurenai miraba como Dark Ertil estaba empotrado en una roca, mientras que Dark Irtel, tumbado en el suelo, intentaba levantarse.

- Si no eres jedi ni sith, como pues ser tan poderoso... - Dark Irtel ya estaba de pié, pero se mantenía a duras penas.

- Eso no es de vuestra incumbencia. No deberías haberme molestado - Kurenai se mostraba frío ante la debilidad de sus adversarios - en fin, es hora de acabar con esto -

- Tu lo has dicho, y para acabar con tu vida, usaré mi mejor técnica. Considéralo un honor -

- Muchas gracias, pero no seré yo el que muera hoy - Los dos adversarios se preparan. Dark Irtel ocupa una postura extravagante, y Kurenai, la misma de siempre. Irtel corre hacia Kurenai, y este se prepara. Pero el sith llevaba apagado su sable, lo que extraño a Kurenai. A mitad de camino, empezó a rodar, esquivando los ataques de Kurenai. Y finalmente, quedo de rodillas ante el chicho. Kurenai, indefenso, apaga uno de sus sables y se tapa la barriga con la mano derecha. Dark Irtel sonríe, mientras ve a Kurenai indefenso. Enciende su sable y hace un corte horizontal.

- ¡¡He ganado Kurenai!! - dice mientras intenta cortar por la mitad a Kurenai. Pero antes de cortar el tronco, el sable se encontró con la mano del muchacho. El sable se detuvo. El miedo se apodero de Dark Irtel, al ver que no podía cortar la mano de Kurenai. La manga del traje de Kurenai cayó al suelo, mostrando lo que ocultaba. Era una especia de guante metálico, con cables y un reloj.

- Ese brazalete esta echo con Plotosau, un metal que ni un láser puede romper. Aquí acaban tus día, Sith - Kurenai corta la cabeza de Irtel, para después darle una patada. El primer sith a sido derrotado, ahora solo queda su hermano. Miró hacia su derecha, y vio a Dark Ertil, que no podía creer que su gemelo estuviera muerto - Te toca reunirte con tu hermano - Kurenai se acerca a Ertil. Este empezaba a temblar. Miro los sables de Kurenai. El verde estaba encendido, pero el rojo no. Esto hizo recapacitar a Ertil.

- No se ha dado cuenta de que tiene un sable apagado, es mi oportunidad - piensa el sith que sale corriendo atacando a Kurenai. Dark Ertil ataca cortando verticalmente, a lo cual Kurenai detiene, y con un rápido movimiento, apunta con el mango de su otra espada a la cabeza de Ertil. El silencio es mutuo.

- Ja ja ja, no te has acordado que su sable está apagado, este será tu fin - Dark Ertil, mueve su espada, mientras que intenta dar una estocada a Kurenai, pero este solo enciende su sable, que acaba atravesando la cabeza de su adversario.

- Yo siempre me acuerdo de todo - Dijo Kurenai después de apagar sus dos sables, y guardarlos. Los demás miembros de la tropa acaban huyendo. Kurenai queda solo en la calle. Suspira. Agarra su capa y la limpia. Pero se detiene un momento y mira hacia atrás.

- ¿Y tu quien eres? -  Kurenai observa como un hombre, vestido de jedi, se acerca a él. Era Akiwa.

- Soy Akiwa, Jedi de primer nivel - Alega el sensei.

- ¿Y que es lo que quiere? -

- Nada solo observaba -

- Pues se a acabado el show, ya puedes irte -

- De acuerdo - Los dos guerreros se miran. Kurenai, con mirada fría, se da cuenta de que el jedi no estaba solo, gracias a que ve a su alumna tomando notas. Pero no les dio importancia. Se dio media vuelta, y empieza a caminar. Pero se detiene un momento. El maestro y su padawan miran extrañados. Kurenai se muerde el dedo, creando una herida sangrienta. La herida, aunque es poca cosa, deja unas gotas de sangre en la tierra. A continuación Kurenai se va. Dhalia, que permanecía escondida, sale al exterior, acercándose a su maestro.

- ¿Tienes las fotos? - Pregunta Akiwa.

- Si ya podemos hacer el holograma. Pero, ¿por que se hirió el mismo? - pregunta Dhalia, mientras ve como su maestro se acerca a la sangre que hay en el suelo. Con un instrumento, absorbe la sangre, y este la analiza.

- Sabia que buscábamos información sobre él, por eso nos dejo este regalo. Pensará que si sabemos lo suficiente, le dejaremos en paz -

- ¿Y que dice el análisis? - Pregunta al ver a su maestro mirar la pequeña pantalla del instrumento. Akiwa se levanta y le da el aparto a Dhalia, mientras esta lo mira.

- “100.000.000 stre” . ¿Que significa el stre? -

- Que faltan más ceros. La pantalla no puede reproducir más -

- Eso quiere decir que el nivel de miricloidianos de ese chico es impresionante - comenta Dhalia, mientras sigue mirando la máquina ...continuará

 

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