UN DESTELLO EN LA NOCHE

 

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CAPITULO I. Una nueva luz

La tarde termina con un hermoso ocaso sobre la ciudad de Tokio, la chica llamada Angela mira el paisaje mientras que miles de pensamientos cruzan su mente, los recuerdos la remontan hasta hace seis meses, lejos, en medio del mar, en la isla donde fue celebrado el último torneo de Rizard, allí, ella adopto el nombre de su padre, Tikal; Peleo buscando una venganza que nunca tuvo razón de ser, siguiendo las enseñanzas de un hombre que sólo estaba interesado en ver destruidos y pisoteados los sentimientos de los demás, el honor que alguna vez tuvo el nombre de su padre se vio perdido por culpa de ese hombre; pero eso no fue lo único que se perdió, también se perdió la vida de un hombre, de un guerrero, de un amigo, y desde ese día Angela no ha podido evitar el sentirse culpable por esa perdida. Sin embargo, los amigos de aquel guerrero le extendieron los brazos, le ofrecieron su casa y su comida, en especial una chica llamada Ukio, le ofreció su casa hasta que encontrara un lugar donde vivir, le permite trabajar en su restauran aún cuando es evidente que ella es la que mas resintió esa perdida.

Ukio, una chica que no merecía perder al hombre que amaba, piensa Angela, ignora cómo sería ella antes de perder a Ryouga, pero es cierto que nunca la ha visto sonreír desde que regresaron de la isla, a veces despierta en las noches oyendo los sollozos de la chica mientras que una sensación extraña y horrible inunda su alma, no puede evitar el pensar que fue ella la que le arrebato a Ryouga, que ella fue la culpable de su dolor, un pensamiento que la atormentara hasta que muera, O al menos eso es lo que ella piensa, por que pronto, muy pronto, tanto ella cómo Ukio y todos los demás se llevaran una sorpresa.

 

En otro lugar, cerca de ahí, el sol termina de ocultarse mientras que la luna surge majestuosa detrás de el, allí, esbozada en contra de la luna llena, una silueta conocida se mueve lentamente, su cuerpo está cansado por el viaje mientras que sus manos se tensan al apoyarse en la vara que usa cómo bastón, una débil sonrisa se advierte en su rostro al percatarse que por fin ha llegado a su destino, el ruido de las calles de Tokio inunda sus oídos, mientras que fragancias ya conocidas llegan hasta su nariz, pero hay algo, sus ojos... aún cuando están cubiertos por una especie de mascara lucen tan fríos, permanecen inmóviles, perdidos, sin vida.

Pero dejemos un momento a este extraño para voltear a otra parte, el Dojo Tendo, donde las manos de una chica llamada Akane encienden una vela en honor de un guerrero caído, a su lado, su prometido, de nombre Ranma, alza una oración por el alma de un buen amigó; por un momento el silenció reina entre los dos jóvenes, sólo por un momento, ya que Akane no puede evitar el que una lágrima recorra su mejilla, Ranma voltea a ver a su prometida al momento que esta, apenada, se lleva las manos a la cara y sale de ahí, Ranma la sigue hasta el patio para consolarla.

 

—Akane... ¿estas bien?—

—Yo... lo siento Ranma, pero no puedo evitar el pensar en Ryouga, y en Ukio, no la he visto sonreír desde que...—

—Desde que Ryouga murió, puedes decirlo Akane, tu no tuviste la culpa, nadie la tuvo, fue decisión de Ryouga, solo suya—

—Lo se, pero a veces pienso que si lo hubiéramos ayudado, el no...—

—No Akane, tanto el cómo Rizard eran demasiado fuertes, no hubiéramos podido hacer nada, ni siquiera Cologne ni Happoussai, nadie—

—¡¡Ranma por dios!! Cómo puedes ser tan frío—

—¡¿Frió?!, cómo crees que me siento, si pudiera regresar el tiempo para ayudar a Ryouga lo haría, él era mi mejor amigo—

 

Akane no puede evitar el sentirse mal por lo que dijo a Ranma, lentamente voltea su mirada hacía el chico al momento que se disculpa:

—Perdóname Ranma, no sabía lo que decía, es solo que... no puedo evitar el pensar en la pobre de Ukio, y en Ryouga, ni siquiera he visto a P-chan desde que...—

 

Ranma escucha las palabras de Akane mientras que su mente toma una decisión,—Akane, tengo que confesarte algo, no creó que vuelvas a ver a P-chan por que...—

Un sudor frío recorre las manos del muchacho, la idea de compartir el secreto de Ryouga con Akane siempre le pareció muy lejana, pero sabe que si no ha de hacer sufrir a la chica tendrá que decírselo.

—¿Qué tienes que decirme Ranma?—

—Yo... es sobre P-chan y Ryouga, él... —

—¿Qué? ¿Qué tiene que ver P-chan con lo que paso con Ryouga—

—Es que... yo... yo creo que... yo creo que necesitas distraerte, escuche que hay una feria a las afueras de la ciudad, por que no vamos—

—Pero... que me ibas a decir, dijiste algo sobre Ryouga y P-chan, y además...—

—No importa, anda vamos de una vez, te hará bien el divertirte un poco—

 

Akane mira confundida a Ranma, pero sonríe pensando lo preocupado que debe estar por ella cómo para invitarla a pasear; mientras, Ranma se recrimina el no tener valor para decir la verdadera identidad de P-chan.

"En fin, a mi también me hará bien el divertirme un poco" piensa Ranma, así que ambos jóvenes echan a caminar rumbo a su destino, ambos van callados, saben que si comienzan a hablar, de una forma u otra terminaran recordando a Ryouga, y ambos ya han sufrido bastante cómo para arruinar otra noche por ese recuerdo.

Las luces se vuelven más intensas al momento que van avanzando, el bullicio de las personas divirtiéndose contagia a la joven pareja mientras que los ojos de Akane brillan al mirar la feria, Ranma no puede evitar el sonreír al ver a la chica, el también lamenta la perdida de su compañero, pero sabe que no pueden llorar para siempre y el ver la felicidad de Akane lo hace feliz a él.

Las luces y la música hacen que ambos olviden sus penas al menos un instante, las risas de los niños hacen eco en sus oídos invitándolos a gozar de la noche, de repente una voz conocida los llama.

—Ranma, Akane por aquí—

Ranma es el primero en voltear la mirada para encontrar la figura de Shampoo llamándolo desde un local.

—Ranma, que gusto verte, pero pasa, come lo que quieras, es cortesía de la casa, ah, y tu también Akane—

—Vaya, Hace tiempo que no nos veíamos, no es así Shampoo—

—Sí, desde el tor... —

Los tres amigos bajan la mirada ante el recuerdo, pero Shampoo vuelve a sonreír al momento que trata de animar a sus amigos.

—Vamos, esta es una noche demasiado hermosa para estar tristes, mejor díganme que van a comer—

—Unos tallarines por favor—

—Yo una sopa China—

—En un momento estará lista, Mousse, unos tallarines y una sopa por favor—

Mousse quien se encuentra en la cocina voltea para saludar a sus amigos mientras que pide la orden a Cologne.

—Vaya, Akane y Ranma, es un gusto volver a verlos—

—También nos agrada verte Mousse—Responde amablemente Akane—¿Cómo has estado?—

—Bien, gracias por preguntar, he estado entrenando mucho con la abuela, y estoy seguro que ahora si podría vencer a Ranma—

Ranma ríe ante el comentario de Mousse quién luce enfadado ante esta risa.

—No te rías Ranma, es enserio—

—Bien Mousse, cuando quieras—

Los cuatro chicos ríen divertidos, por un momento olvidan el pasado y su corazón encuentra una paz que creían perdida, sí, por un momento.

—Es una lastima que Ukio no esté con nosotros, a ella también le haría bien el divertirse un poco— Comenta Akane.

—Sí, tienes razón, ha estado muy triste desde el torneo—Contesta Shampoo—Creo que tiene un local de Okonomiyaki detrás de la montaña rusa, ella y esa chica llamada Angela lo están atendiendo, por que no va alguien por ella—

Akane se ofrece a ir por ella mientras que preparan sus tallarines, sabe que ella fue la mas afectada por perder a Ryouga, pero es su amiga y no quiere verla así eternamente.

Mientras tanto, en otro lado de la feria, Ukio prepara lentamente un plato de Okonomiyaki, la chica llamada Angela quien ya ha regresado de contemplar el paisaje la mira moverse con tanta exactitud y con tanta tristeza, aun cuando sólo la conoce hace unos meses, la lastima que sentía por ella se ha convertido en cariño, la quiere cómo si fuera la hermana que nunca tuvo, quiere decírselo, decirle que ella también extraña a Ryouga, que tan culpable se siente, quiere decirle muchas cosas, pero tiene miedo, así que se limita a seguir observando cómo cocina, mientras que sus ojos miran tristemente el fulgor rojizo de la parrilla.

—Ya está listo Angela, quieres llevarlo a aquella mesa—

—...He, que... —

—El Okonomiyaki, ya está listo, quieres llevarlo a la mesa tres—

—Yo... sí lo haré, perdón estaba distraída—

—Sí, te entiendo, debes tener muchas cosas en que pensar, verdad—

—Sí, así es, mas de lo que te imaginas—

Angela camina rumbo a donde le indico Ukio, está mira alejarse rápidamente a su amiga mientras que sus ojos miran satisfechos el trabajo de la chica —Angela es muy buena, estoy segura que ella también quería mucho a Ryouga— Dice quedamente Ukio

—Pero no lo merecía tanto cómo tu— Interrumpe la voz de Akane

—¿Qué? Akane, tiempo de no verte—

—Hola Ukio—

—¿Qué haces aquí?—

—Vine con Ranma—

—Con Ranma he... su relación ha mejorado mucho desde el torneo no es así—

Akane se sonroja al momento que asiente con la cabeza.—Si, así es, pero la verdad es que venía a invitarte a venir con Ranma y los demás, están en el local de Shampoo.—

—Yo... lo siento tengo que trabajar, no puedo dejar el negocio—

—Vamos Ukio, te hará bien el distraerte un poco, además, por que no se lo encargas a esa chica, ¿Cómo se llama?—

—Angela—

—Sí, ella—

—No te agrada mucho que digamos no es así Akane—

—¿Qué es tan evidente?—

—Bastante, pero no entiendo por que, ella no te ha hecho nada malo—

—Casi te mata, y también a Kodachi, y además siempre he pensado que ella tiene la culpa de lo que le paso a Ryouga—

Ukio baja la mirada al momento que una lagrima se escapa de sus ojos.

—Ukio... lo siento, yo no quise hacerte sentir mal, perdóname—

—No, no hay problema, pero creo que no deberías juzgar así a Angela, ella tampoco tuvo la culpa—

—Tratare, pero a decir verdad no me simpatiza para nada—

—Mira, de hecho ahí viene ella—

Y es cierto, Angela se dirige corriendo con su amiga al momento que pide otra orden de Okonomiyaki...

—¡Ukio, otra orden para la mesa... ¡Hey! ¡¿Qué le pasa?—

Y es que una mano traviesa pellizca a la chica en un lugar muy inapropiado, y una voz gruesa perteneciente a un hombre gordo y de apariencia muy poco amigable dice...

—A donde vas con tanta prisa preciosa, por que no me acompañas un momento—

Angela ignora las palabras de ese hombre y trata de seguir su camino cuando un brazo fuerte y tosco la toma de la cintura.

—A donde vas niña, nadie me deja plantado—

Angela deja de contenerse y suelta un golpe directo a la cara del hombre, quién sale volando de su lugar, lentamente se levanta con una sonrisa en el rostro...

—Vaya niña, si que eres fuerte, pero si quieres pelear eso es lo que haremos—

Akane y Ukio advierten lo que pasa y se disponen a ayudar a la chica, pero está les indica que esperen donde están.

El hombre que inició esto se dirige corriendo hacía la chica quién lo espera tranquila, sabe que por más fuerte que este sea no podrá vencerla. Pero antes de que la chica tenga la oportunidad de comenzar a pelear, un pie se atraviesa en el camino del tipo gordo obligándolo a caer

—¿Qué... ¿ ¿Quién fue el...?—

—Esa no es forma de tratar a una dama ¿No crees?— La voz del nuevo contendiente resuena en los oídos de las tres chicas, una voz conocida pero extraña, ¿Por qué?

—Vaya, un chico que quiere jugar al héroe no es así, bien, te daré tu merecido antes de ir con la niña—

La pelea es rápida, certera e inútil, en cosa de segundos, el nuevo peleador acaba con el fortachón, Akane y Angela se muestran indiferentes ante la pelea, saben que cualquiera de las dos pude haber vencido a ese hombre en la mitad de tiempo, pero Ukio mira extrañada al peleador, su imagen aunque diferente le es familiar, cubierto completamente por una especie de capa, y con unas gafas que cubren la mitad de su cara, es entonces cuando Ukio se percata de un detalle familiar, aun cuando su cabello esta cubierto por la misma capa, se puede vislumbrar un pedazo de tela amarilla sujetándolo.

—No puede ser... es... —

Ukio se dirige corriendo hacía él, tal vez sólo sea su imaginación, pero ese hombre le recuerda a...

—¡Ryouga!—grita Ukio llena de jubilo, mientras que el chico de la capa voltea lentamente, y accidentalmente tropieza con la mesa junto a el, provocando que una jarra de agua se le venga encima, su silueta se pierde en la obscuridad, de una forma tan rápida que hace dudar a Ukio sobre lo que vio, Angela y Akane se acercan lentamente a su amiga mientras preguntan que fue lo que paso, Ukio deja de sonreír mientras que contesta que sólo ha sido su imaginación,

—¿De que hablan?— Pregunta la voz de Ranma, quien se acerca por entre la gente.

—Ranma, que haces aquí—Pregunta Akane

—Tardabas mucho, así que vine a ver que era lo que pasaba—

—Nada, no pasa nada, sólo un problemita, pero ya paso—

—Bien, ah pero mira quién está aquí, Ukio y Angela, me da gusto verlas—

Ambas chicas responden el saludo mientras que Ranma nota la actitud de Ukio

—¿Pasa algo malo Ukio?—

—No... no, no pasa nada—

—Supongo que Akane ya te invito a venir con nosotros y a ti también Angela, no es así—

—Sí, así es, sólo que Angela estaba ocupada y no podía venir, pero en verdad tenemos mucho trabajo, pero gracias por invitarnos—

—Vaya, es una lastima, pero que le vamos a hacer, en fin, si cambias de idea no dudes en venir, tu también Angela—

—Sí, si tenemos tiempo iremos— Contesta Ukio

—Bien, los estaremos esperando— agrega Akane

Los cuatro chicos se despiden, y Akane y su pareja comienzan a caminar hacía el local de Shampoo.

—Vaya, pense que vendría— Comenta Ranma, pero Akane no contesta, fija su atención en el premio que se ofrece en un concurso.

—¡Mira Ranma, que lindo cerdito de peluche! Anda, gánatelo para mí—

El chico voltea a mirar el premio —Tres aros por treinta yenes, vamos, ¿quién dice yo? Tú, el que va con la chica, no quieres ganarte algo para tu novia—

—Ya viste Ranma, cree que somos novios— Dice apenada Akane

Ranma sonríe al momento que paga los treinta yenes —Ese cerdito de peluche será tuyo— Dice confiado mientras que lanza los aros.

—Ya tenemos un ganador— grita el que atiende el local, mientras que le entrega a Akane el cerdito de peluche que se gano

—Ya viste Ranma, se parece a ...

 

—¡P-chan!—

—¿qué pasa Ukio, por que gritas así,? ¿Quién es P-chan?—Pregunta Angela a Ukio, quien dejo de cocinar para lanzar un grito

—Él es... Por eso desapareció de esa forma, la jarra de agua le cayo encima—

—De que estas hablando Ukio? ¿Qué jarra de agua?—

—Yo... rápido, tenemos que buscar a P-chan—

—Pero... quien es P-chan—

—Es Ryouga—

—Ryouga, ¿De que Hablas?—

—No importa, sólo ayúdame a buscar un cerdito negro—

—¿Un cer...? De que hablas—

—No importa, ve a buscar a Ranma, dile que P-chan esta aquí—

—Pero...—

—¡¡Sólo Haz lo que te digo!!—

 

Angela luce sorprendida ante la actitud de Ukio, en todo el tiempo que lleva viviendo en Tokio nunca la había visto tan impaciente por algo, no sabe de que está hablando, pero de seguro ha de ser algo importante.

Sin detenerse a pensar mas, la chica se pierde entre la gente para buscar a Ranma, mientras que Ukio se dedica a buscar a la mascota de Akane.

En otro lugar, Akane abraza feliz a su nuevo muñeco, mientras que Ranma tiene un nudo en la garganta por la comparación que hizo su pareja sobre P-chan y el peluche.

 

—Oye Akane, no puedo seguir mintiéndote—

—¿Qué? ¿De qué hablas Ranma?—

—Tu no volverás a ver a P-chan por que el y Ryouga eran...—

 

Pero una vez mas el recuerdo de su amigo le evita el confesar la verdad, pero no volverá a cometer el mismo error, mira los ojos de la chica, mientras que sus labio tiemblan al momento que tratan de pronunciar una frase...

—Akane... tu no volverás a ver a P-chan por que...—

Pero de repente, Ranma advierte que Akane a dejado de ponerle atención para fijar su mirada en otro punto.

Los ojos de la chica brillan intensamente cómo hace tiempo no lo hacían y en su rostro se advierte una sonrisa ante lo que esta mirando.

Intrigado, Ranma voltea el rostro para saber lo que mira la chica, sus piernas tiemblan mientras que una sensación horrible lo sacude de pies a cabeza, lo que Akane mira, es una pequeña sombra semioculta entre la obscuridad, lo que Akane esta mirando no es otra cosa que...

—¡¡P-chan!!— Grita entusiasmada la chica mientras que se dirige corriendo hacía su mascota. Ranma quién aún no se ha recuperado de la sorpresa corre detrás de Akane siguiendo al cerdito que huye cuando se percata de que lo han visto, corriendo entre las carpas, P-chan se oculta de sus perseguidores quienes lo pierden a dar vuelta frente a un juego.

—Ranma, ¿viste por donde se fue?—

—Yo... no, ni siquiera estoy seguro de haberlo visto, tal vez sólo fue tu imaginación Akane—

—No, estoy segura de que era el, llevaba la misma tela amarilla y negra—

Por un momento, un silenció confuso se apodera del callejón, pero de pronto es interrumpido por una voz conocida.

—Akane no esta imaginando cosas Ranma, yo también lo vi—

Las mentes de ambos chicos recorren sus recuerdos tratando de razonar donde han escuchado antes esa voz. Los ojos de Akane vuelven a temblar de emoción al reconocer el dueño de esa voz, mientras que Ranma no cabe en sí de la sorpresa, el hombre que habló... fue Ryouga.

 

Akane se dirige corriendo hasta su amigo, extiende sus brazos para abrazarlo esperando que el conteste el saludo, pero él permanece inmóvil, sin inmutarse por la actitud de la chica, Akane mira extrañada por un momento a su amigo, pero de inmediato ignora su actitud y termina abrazándolo mientras con una voz débil casi balbuceante dice...

—Ryouga, me da tanto gusto volver a verte, pense que estabas muerto, no puedo creerlo, no puedo creerlo—

Ranma, quien había permanecido inmóvil por la sorpresa, se acerca lentamente a Ryouga, casi con miedo extiende su mano para saludar al que creía muerto, Ryouga no contesta el saludo ante la extrañeza de Ranma quién piensa que debe estar enojado por algo...

—¿Qué pasa Ryouga? ¿No me das la mano? Y ¿Por qué traes puesta esa cosa en la cara?—

Ryouga voltea la cara hacía Ranma, quien advierte la extraña tonalidad de los ojos del muchacho.

Akane también sorprendida mira Ryouga, pero esta tan emocionada que no se percata de los ojos de su amigo, en cambio, es la extraña túnica y una especie de mascara que lleva puesta lo que llama su atención.

—Entonces, ¡Tu fuiste el que defendió a Angela hace un momento! ¿No es así?—

—Sí, me imagino que así fue—

Es hasta entonces cuando la chica se fija en los ojos de su amigo, tan secos, tan fríos, tan muertos.

—Ryouga, tus ojos... por que están tan apagados, pareciera que...—

—Vaya, ya te diste cuenta he Akane... si, estoy... ciego—

 

Akane retrocede por la sorpresa al igual que Ranma, ambos chicos se abrazan al oír las palabras de Ryouga... estoy ciego...

 

 

 

 

 

Con esto concluye el primer capitulo, espero que haya sido de su agrado.

Atte. Caronte

 

 

 

 

 

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