Resumen:
Por fin a llegado la hora de festejar la Noche Buena.
Después de vanos intentos,
Guru Clef parece darse por vencido: nunca encontrará un antídoto éticamente
correcto al encamiento de Caldina.
Lucy y Látiz parecen pasarlo bien
y Anaís termina de llenar el presipio de angustia que la separaba de
Paris.
¿Y ahora qué? La noche es joven
aún... ¿Qué les sucederá a nuestras protagonistas?
¡¡FELIZ NAVIDAD!!
"Ya estoy aquí otra vez,
ensayando una nueva despedida.
Aquí, animandomé a dar el
primer paso de mi huida. (...)
Pero eres mía, tan fuertemente
mía,
Que hasta me siento un ser
injusto y egoísta.
(...)."
"Eres mía" --- Alejandro Sanz (3)
Capítulo séptimo: Víspera (segunda parte)
Autora: Umi
Una luz cegadora iluminó, por un segundo, el oscuro
pasillo que iba hacia la habitación del gurú Clef.
- ¡¡Está muy oscuro!! - gritó Marina manoteando
desesperadamente.
- Shhhh... tranquilízate... déjam¡Ouch! ¡Quédate
quieta, Marina!
- Ups.. perdóname.. no fue mi intención.
Se escuchó el leve ruidito de la llave al
girar dentro de la cerradura.
Y (shiiiiiiiiiiii) la puerta de abrió.
- Puedes pasar... - la invitó el mago
- ...Pero es que no veo nada...AAAAY!
En las manos del mago apareció una bola de luz... que
iluminó a la pobre Marina quién yacía toda despatarrada sobre el suelo. Se había
tropezado con la larguísima túnica de Clef.
- Estas niñas... - suspiró el mago alzando una mirada
al cielo, como implorando misericordia...
La guerrera mágica de paró, se sacudió la falda e
intentó arreglarse un poco la coleta que le sujetaba el pelo.
Clef fue el primero en entrar a la habitación. Apenas
tocó el suelo, unas pequeñas bolitas de luz iluminaron toda la recámara
desde distintos lugares.
- Uauuu!! Qué hermoso...
A los pies de la cama de dos plazas con acolchado
gris reposaba, profundamente dormida, Mokona.
- Shhh... no hagas mucho ruido o se
despertará...
- Descuida. Estoy acostumbrada a caminar como un gato -
mientras hablaba la chica recordó la incontable cantidad de veces que había
llegado de madrugada a su casa después de ir a bailar...
Guru Clef, entonces, hizo unos movimientos estratégicos
con su mano derecha... y (POF!) Marina apareció vestida con su camisón. Luego
hizo lo mismo con él.
- ¿He? ¿Qué?
- Así estarás más cómoda.
- ¿Y dónde está mi ropa?
El mago señaló una silla al fondo de la
habitación.
- Muchas gracias, Guru Clef - sonrió
Las orejas de Mokona empezaron a
moverse...
- ¿¿Así que ya estás despierto, huevo de peluche??
- Marina apoyó sus manos en la cadera y sonrió maliciosa.
El animalito mágico saltó sobre ella, quién se apresuró
a sostenerla entre sus brazos.
- Pupupupupupupuuuu!!!!
El mago se acercó a acariciarla.
- ¿Te gustan los animales, Marina?
- Si, aunque no convivo con ninguno. Mami es alérgica a
los pelos del gato y no soporta a los perros...
- Ya veo...
- Le dan asco las tortugas, le asustan las hormigas,
tiene miedo de las arañas, víboras, hámsters... Y dice que los conejos
en cautiverio le dan lástima. En cambio a mi papá le da lo
mismo.
- Yo disfruto mucho de la compañía de estos amiguitos -
Mokona saltó a sus brazos - Son las criaturas más fieles que conozco...
¿Vamos a dormir?
- Si...
- Del otro lado de la habitación tengo la pócima para
dormir - el mago se encaminó hacia allá bordeando la cama y, en consecuencia,
llevandosé a Marina con él. Abrió un cajón y se puso a buscar el frasquito en
cuestión...
Mokona, por su parte, saltó de sus brazos hacia donde
estaba Marina tomandolá por sorpresa y haciendolá caer sentada sobre la cama...
El tirón hizo que la mano de Guru Clef se corriera bruscamente...haciendo volar
la poción...y en consecuencia ésta cayó al suelo
haciendosé añicos.
Marina miró al mago al tiempo que su rostro comenzaba a
ponerse del color de un tomate...
Guru Clef les dirigió una mirada de pocos amigos... ya
estaba perdiendo la paciencia... esa semana había sido todo un desastre para él,
todo había ido a la inversa de sus deseos personales...
- ¡¡¡MOKONAAA!!! ¡¡TODO ESTO ES POR TU CULPA!! - gritó,
furiosa, la chica de pelo azul mientras se subía a la cama dando fieros
manotazos intentando agarrar, inútilmente, al animalito.
El huevo blanco con orejas empezó a dar saltos por toda
la habitación.
- Cálmate Marina... - suplicó el mago intentado
mantenerse sereno mientras su brazo era sacudido violentamente.
- ¡¡VENÍ ACÁ!!
- Pupupupuuuuuuuuuuu
- GRRRRR!! ME LAS VAS A PAGAR!!
- ...
- ¡¡MOKONAAAAAAA!! - Marina sacudió los brazos con
violencia, estaba histérica. Por culpa de ese animalito toda la responsabilidad
del incidente recaía sobre ella!! Y si no hacía algo Guru Clef nunca la
perdonaría!! Y para colmo tampoco podía salir a perseguirla estando atada a
él...
- Puuuuuuuuuuuuu!
- ¡Ya basta! - gruñó el mago subiendo levemente el tono
mientras asestaba un (PAF!) bastonazo sobre cierta
cabellera azul.
Si las miradas pudieran matar, Clef hubiese muerto
varias veces por la que le lanzó la chica en cuestión luego de recibir
menudo golpe.
- Tengo los materiales para hacer una nueva... -
continuó el mago fingiendo no darse cuenta de la actitud de Marina - Pero
tendremos que bajar hasta mi laboratorio, en el subsuelo.
- ¿¿¡¡HASTA AHÍ ABAJO!!?? - gritó Marina horrorizada
- Pupupupuuuuuuuuu!!!
- ¡Y todo por tu culpa, Mokona! - la guerrera mágica le
arrojó un almohadón al animalito
- Cálmense... Y bien, Marina. Tenemos que bajar...
tendré que cambiarte de nuevo o tomarás frío...- el mago suspiró con
cansancio...
- No! Espera! No es necesario!! Podemos acostarnos
y simplemente dormir... Yo tengo el sueño pesado, ni me daré cuenta de que estás
conmigo!!
- ...
- Pupupuuuuuuuu!!!
Mokona saltó sobre la cabeza de Guru Clef, se había
puesto nerviosa.
- Pupupupuu!! Pu pu pu pu pu puuu!
- De acuerdo, de acuerdo... - el mago la puso sobre la
cama - haremos como Marina desea...
La chica sonrió.
- Puuuuuuuuuuuuuu!!!
- ¡¡Pero Uds. dos deberán dormirse!! ¡¡No quiero que
hagan más travesuras por esta noche!! ¡¡Yo sí quiero dormir!!
Dos pisos más abajo - recordemos que la habitación de
Guru Clef está en el piso más alto del Palacio- dos sombras tomadas de la mano
se deslizan entre la oscuridad...
- Paris, no estoy segura de que esto sea lo correcto...
- susurró Anaís.
- No tienes de qué preocuparte. Yo estoy aquí, cuenta
conmigo.
El sonido de una puerta al abrirse hizo sobresaltar a
la muchacha que estuvo tentada de salir corriendo.
Pero el príncipe la agarró por el brazo con fuerza y la
arrastró hacía el interior de la alcoba.
Como había sucedido antes con Clef, apenas los zapatos
de Paris tocaron el suelo caoba de la habitación, una serie de pequeñas
lamparillas que estaban diseminadas por todos los rincones, se
prendieron.
- Aquí pasaremos la noche... ¿No es hermosa, Anaís? -
el chico respiró satisfecho mientras, espaldas a la puerta, cerraba una de las
amplias ventanas y corría las cortinas - Siéntete como si estubieras en tu
casa...
La aludida ni escuchó esos comentarios. Se había
arrinconado casi contra la puerta con el rostro totalmente colorado. No se atrevía ni a moverse...
*¡Qué vergüenza!¡Si Marina o Lucy se enteran...! Es una
suerte que mi hermana no esté aquí...*
- ¿Por qué estás tan tensa? ¿Qué te pasa? - Paris se
acercó a su compañera y apoyó sus manos sobre los hombros de ésta.
* Paris...Paris... ¿¿No me entiendes??... No es que no
quiera, es que... no estoy lista para...*
- ...¿Anaís?
- ¿Q- qué?
- Estás roja como una grinpolia... No me digas que
estás nerviosa porque vas a dormir conmigo...
- ¿Algunas vez dormiste con una
chica?
- Jamás.
- ¿Y entonces cómo es posible estés tan tranquilo? -
preguntó dirigendolé una mirada de desconfianza.
- ¿Y por qué tengo que tener miedo?. Estoy con la chica
más maravillosa del universo... No tengo nada de qué preocuparme.
Anaís se tapó la cara con las manos... Estaba más roja
que antes... y más nerviosa también.
Las palabras del príncipe eran reconfortantes y ella
sabía que él tenía razón. No tenía de qué preocuparse...
Pero entonces... ¿Por qué se sentía tan inquieta?? Solo
iba a dormir con él...
- Toma esta camisola, te servirá por esta noche.- le
dijo el muchacho mientras se la tendía - Yo iré a cambiarme a la otra
habitación, en un minuto estaré contigo.
- B- bi- bien...
- Y quita esa cara, no voy a comerte - le dijo
pícaramente guiñandolé un ojo.
Se cerró la puerta del baño - Anaís imaginó que sería
eso - y la chica calló sentada sobre la cama.
Tenía los ojos agrandados, sus rodillas le temblaban...
Miró la puerta un segundo.. ¡¡qué tentación la de irse de ahí corriendo!!...
Pero no. Enfrentaría esta situación...
Mientras se cambiaba de ropa decidió lo que iba a
hacer: En cuanto Paris saliera se le plantaría en frente y le diría con todas
las letras que no se sentía lista para dormir a su lado por el momento. Que lo
consideraba impropio, muy apresurado, bla, bla, bla... Le daría una buena charla
sobre los deberes del hombre para con la mujer, el respeto, la tolerancia, el
TIEMPO de la pareja, la filosofía del amor... con un poco de suerte para
cuando terminasen de hablar ya habría salido el sol y... A todo esto, el
príncipe entró nuevamente a la habitación luciendo un pijama color verde
pantano...que borró de una todos los pensamientos fríamente calculados de la
cabecita rizada de Anaís.
El chico sonrió.
- ¿No vas a quitarte esa cosa que tenés para ver bien?
- ¿El qué...?
- Esto... - y Paris le señaló los
anteojos.
Anaís enrojeció aún más y se apresuró a quitárselos...
Pero mientras lo hacía todos sus pensamientos volvieron a bullir en su cerebro.
Miró decidida al chico mientras se volvía a poner las gafas.
- Paris, considero que esto es un grave error... No
creo estar preparada para semejante compromiso contigo, considero que aún soy
muy joven y no creo que por estar lejos de mi mundo deba olvidar los
principios que mi familia con tanto amor y paciencia me han inculcado desde
que era pequeña...
- Bueno... como quieras, Anaís... es tu decisión,
yo no me opondré.
La cara del príncipe no mostraba ni una sola pizca de
preocupación...
Anaís frunció el ceño y inflamó
levemente sus mejillas....¿¿por qué no se oponía?? ¿¿Le había estado
intentando convencer toda la noche y ahora aceptaba su decisión así nada
más??
- ¿Por qué pones esa cara?
- ... Y para colmo preguntás... Sos un
desconsiderado.
- ¿¡Desconsiderado!? ¿¡Y qué puedo hacer yo si tu
no te sientes lista!?
- ... no se trata de eso...
- ¿¡No!? ¿¡Entonces!? Si quieres dormir con ese
extraño aparato sobre la cara hacelo, pero no sé como vas a hacer. A mi me
incomodaría.
El príncipe se rascó la nuca poniendo cara de no
entender... ¿¿Por qué Anaís estaba así?? En solo media hora su estado de ánimo
había cambiado como seis veces...
Decididamente: jamás podría entender a las
mujeres.
- ¿Mis anteojos? ¿¡Hablabas de mis anteojos!?
- ¿Y por qué más te parece? Pero basta de plática por
esta noche...¡Nos vamos a dormir!
El príncipe la alzó en sus brazos y la recostó sobre la
blanda cama de dos plazas de su habitación.
Anaís, por octava vez en la noche, había caído en
uno de sus "shock's".
Paris se recostó a su lado y le plantó un beso en la
mejilla al tiempo que la cubría con la colcha negra.
- Gracias por estar conmigo... - le susurró - esta es
la noche más importante de mi vida...
Inmediatamente le rodeó con ambos brazos la
cintura...
Pasaron así algunos segundos sin que ninguno de los dos
se moviera.
Las luces se apagaron misteriosamente...
Anaís volteó su rostro para ver qué estaba haciendo
Paris, puesto que había quedado en silencio... Estaba confundida, ¿¿Qué era lo
que este chico se proponía hacer??
Al volver su cara sobre su hombro y girar levemente su
cuerpo pudo observar al príncipe... quién yacía profundamente dormido a su
lado...
La chica no pudo evitar sonreir...
* Creo que me apresuré a juzgar al libro por la
portada...mmm... qué tierno... cuando duerme parece un bebé... *
Media hora más tarde... también ella estaba
dormida...
Marina dio su tercera media vuelta en la cama del
mago.
La habitación estaba a oscuras y no se podía ver ni la
punta de la nariz.
- Clef...¿¿Estás despierto?? - susurró
tímidamente.
- ...si...
- ¿Estás despierto?
- Si, Marina. ¿No puedes dormir?
- No... en realidad... nunca duermo la primera noche
que paso en una cama en extraña... no me adapto tan rápido...
*Lo sabía, tendríamos que haber ido a buscar los
materiales para la poción*
- Procura cerrar los ojos - el mago ahogó un bostezo,
él si estaba cansado y con sueño - ya verás como te duermes...
- Eso no funciona... No te preocupes... vos sí
estás cansado... será mejor que te duermas...
- ...
- ...(media vuelta hacia la izquierda)
- ...
- ...(media vuelta hacia la derecha)
- Bueno, bueno... - el mago se sentó en la cama
intentando no demostrar su malhumor - ¿Qué quieres
hacer?
Dio dos palmadas y las luces se
prendieron.
- No es necesario que te preocupes por mi... será mejor
que te duermas...
* No puedo dormir si das tantas vueltas y mueves toda
la cama*
- No importa, no tengo sueño...
- ¿Seguro?
- Mientras no despertemos a Mokona estará
bien.
- ¿Estás muy enojado con lo que hizo Caldina? - la
chica señaló la pulsera que los unía.
- No es muy hermoso que te encadenen a
alguien.
- Pero...tal vez... si hubiera sido otra persona... tu
te sentirías más feliz, ¿no?
- ¿De qué hablas?
- Presea por ejemplo...
- Me molestaría lo mismo fuese quién
fuese.
- Clef... cuando hablamos en la fuente, Caldina no me
dejó terminar de decirte algo importante. Yo en realidad no vine hasta
Céfiro para verlos a todos... vine para verte solo a ti... - el rostro de Marina
se puso color tomate. Sin embargo, cuando terminó de hablar se sintió
reconfortada, libre.. como si le hubieran quitado un enorme peso de encima.
Se sentó en la cama a la par del mago.
- Si... ya lo sabía...
- ¿¡QUÉ!?
- No en balde tengo 747 años, Marina. Ahora que estamos
para confidencias, yo también tengo que confesar que me he portado muy mal
contigo desde que llegaste. Pero era solo porque sabía lo que te
proponías...
- ..¿lo sabías?...
- Siempre lo supe aunque solo fueron sospechas... que
confirmé cuando te pusiste ese traje tan parecido al mío.
- Tienes razón. Yo te lo dije indirectamente todo este
tiempo...
- PUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!!
Mokona se despertó de pronto y se lanzó sobre el
mago.
- ¿¡Mokona!?
- grrr... ¡¡Veo que ya te despertaste!! ¿¿por qué
siempre tienes que interrumpirnos?? - gritó Marina
El huevo peludo con orejas empezó a saltar en la cama,
rebotando en un mismo lugar.
El mago miró hacia el techo frunciendo el
ceño.
- Pu pu pu pu pu!!
- ¿¿Qué te pasa?? - gritó la chica sacudiendo su puño
frente al animalito de manera amenzante- ¡Deja de decir tanto Pu pu!!
¡¡No entiendo nada!!
- Hum... nos está señalando el techo... - murmuró Clef
- Hay algo ahí arriba..
Tomó su báculo mágico, el cual reposaba parado al lado
de su cama.
- ¡Levitación!
El mago, entonces, empezó a elevarse por el cielo de la
habitación hasta llegar al final del altísimo techo.
- ¿Qué pasa? ¿Qué hay ahí, Clef?
- No veo nada extraño... Solo una de esas
hojitas como las que tenía Lucy en el cabello.
- ¿¡HOJITAS!?
- Exacto.. creo que también las buscaba Paris...
me pregunto qué harán aquí...
- ¡No las arranques!! ¡¡Dejalas ahí!! - gritó Marina
con las mejillas coloradas y haciendo exagerados movimientos con los brazos -
¡Mostrame en donde están exactamente!
Clef obedeció las órdenes. Una bola de luz brotada de
sus manos iluminó todo el techo mostrando las dos hojas... Estaban atadas
muy sospechosamente con hilito, colgando justo encima de las cabezas de
Marina y de Guru Clef...
La chica de pelo azul se mordió el labio inferior...
ella sabía lo que ESO quería decir.
Interiormente agradeció la intervención de Gneis Uh
Rivolusa y de...hum... Nikona.
El mago bajó a tierra nuevamente.
- ¿Que quiere decir eso? ¿Será algún encantamiento
propio de tu mundo? Tal vez una maldición...
- ¡¡¡¡¡No, no, no!!!!!
- ¿Entonces qué? ¿Por qué está eso ahí?
- ... Mokona... dícelo... por favor... - murmuró Marina
retorciendosé las manos nerviosa y coloradísima.
- Pu pu pu pu pu... pu pu pu... pu pu
pu...
- .......
- Puuuuuuuu!!!!
Guru Clef retorció su báculo impaciente. Esa
Gneiss... esa maldita de Gneiss Uh Rivolusa se las pagaría sin falta a la mañana
siguiente.
- Pero si no quieres está bien... - dijo Marina - es
una costumbre de mi mundo, no del tuyo.
El mago se sonrojó levemente y evitó cruzar su
mirada con la suya.
- No. Uds. respetaron las costumbres de Céfiro...
y como actual encargado y representante de este mundo es mi deber retribuirles
el gesto...
- ¡Estás equivocado! ¡esto no funciona así! - lo
regañó - Esto es algo más que protocolo, es amor. Si vas a cumplir con las
reglas solo porque nos debes algo, sería mejor que no lo hicieras... podrías
lastimar a alguien...
El mago tomó las manos de Marina... ésta cerró los ojos
sin pensarlo...y el muchacho le plantó un beso en los labios.. que fue tan
rápido y fugas que la chica apenas sintió el contacto... aunque sus
mejillas se colorearon con la misma intensidad que si hubiera durado
horas.
Luego, Guru Clef dejó su báculo en el mismo rincón del
cual lo había sacado y volvió a sentarse junto a Marina, con la cabeza gacha y
Mokona sobre sus rodillas.
Pasaron algunos segundos de eterno silencio, ninguno de
los dos sabía que decir o qué hacer...
Finalmente, Clef tomó la palabra luego se toser
falsamente dos veces.
- Espero que no me malinterpretes... Yo sabía que era
lo que te proponías al volver a Céfiro... Marina, intenté por todos los medios
evitar que llegara este momento, pero me fue imposible por la intervención de
Gneiss.
-...
- En realidad... este beso fue solo de compromiso, lo
sabes muy bien... No quiero engañarte.
Las mejillas de Marina palidecieron de
pronto.
- No sabes cuánto lamento producirte este dolor tan
innecesario...
- Está bien. No es tu culpa...
Una a una, las lágrimas empezaron a rodar por su
rostro.
El mago le tomó la mano con suavidad.
- Eres muy hermosa y a decir verdad yo te aprecio muchísimo...
- ¡Pero no como yo a ti!
- ¡Déjame terminar! Eres la segunda mujer que queda tan
marcada en mi corazón. Eres muy importante para mi... Pero no quiero volver a
equivocarme, Marina...
- ¿Equivocarte?... yo siempre creí que amabas a
Presea... al menos eso fue lo que me dijeron en el castillo...
- Bueno... no exactamente...
- Amar no es un error aunque es apersona no te
corresponda. Si tu lo amas en suficiente, porque su felicidad se convertirá en a
tuya si eres realmente sincero...
- No me estás entendiendo...
- ¿No?
- Mmm... había jurado no volver a hablar sobre esto..
Uds.. no deberían enterarse de este secreto...
- ¿De qué hablas?
*Lo siento, Marina... no debes escuchar esto y aún
así es mi deber decírtelo...*
- ¡Congelamiento! -
el dedo índice de la mano derecha del mago se posó sobre la frente de Marina...
Había detenido el tiempo...
- Como te decía, la princesa Esmeralda en realidad
no revivió a ninguno de los muertos en la primera pelea, Marina... la Presea que
está ahora ocupando el cargo de armero, no es la misma que les creó las espadas
para pelear... La actual Presea es la hermana gemela
de la que conocen. Fingimos que era la misma para que Uds. y Ascot no
sintieran remordimientos puesto que ninguno de nosotros los consideran culpables
la tragedia y era inútil que cargaran con ese peso...
Como te expliqué antes, para el cargo de gurú nos
separan de nuestras familias a los tres o cuatro años. Lo mismo sucede con los
discípulos del gurú en cuestión. Yo no conocí a la hermana gemela de Presea
hasta que esta se presentó frente al castillo para ocupar el puesto de su
hermana muerta. Para mi ese fue un shock terrible... puesto que estuve enamorado
de Presea... solo que no lo descubrí hasta que noté su ausencia y para ese
entonces ya era demasiado tarde... Ver a su hermana era para mi como verla
a ella... por eso me siento tan apegado a esa mujer... Pero al mismo
tiempo, te conocí a ti. Presea será igual a su hermana gemela en físico.. pero
tu tienes su corazón, Marina... cuando hablo contigo siento como si estuviese de
nuevo con mi alumna... Estoy confundido... No sé si te quiero realmente...
preferí sacrificar mis sentimientos por temor a comprobar, que a la larga, no
son lo que creo... y tu eres tan joven y tienes tanta vida por delante que no
quiero que la desperdicies en mi... Confieso que me siento celoso cuando estás
con Ascot... Yo intenté matar mis sentimientos luego de que te fuiste y a pesar
de mis intentos él se dio cuenta de todo. Se enojó mucho conmigo porque él sí
mantenía vivo su recuerdo y su amor por ti, mientras que yo... Gneis, Mokona y
Presea también se dieron cuenta, por eso la primera insistió tanto para que
estuviéramos tu y yo juntos... pero ya he tomado mi decisión. Marina, nunca vas
a saber esto... dormirás hasta el amanecer en un profundo sueño y despertarás
con los rayos del sol... - un temblor en sus piernas lo hizo estremecer
* Veo que el hechizo empieza romperse... tal vez para
el amanecer ya haya vuelto a mi verdadera forma..*
En efecto, apenas canceló el hechizo todo volvió a la
normalidad... Marina y Mokona cayeron dormidas sobre la cama.
El mago las cobijó como pudo y se recostó a su lado con
la mirada fija en el techo.
Sus pensamientos empezaron a vagar por el pasado...
unos trescientos años hacia atrás...
- ¿Pero por qué tengo que permanecer con la forma
de un niño? ¡Tengo 134 años! ¡Ya soy un adulto!
- Es para no causar problemas innecesarios,
Clef. Debemos evitarle al Pilar la posibilidad de enamorarse de alguno de
nosotros, por eso permanecemos pequeños y el Pilar también. Cuando somos
niños el amor de pareja no existe puesto que solo nos enamoramos a partir de la
adolescencia que es
cuando tenemos la posibilidad de desarrollar un
amor más maduro. Como niños somos seres inocentes en muchos aspectos... La
Princesa Calathea merece nuestro respecto, por eso no podemos convertirnos en
hombres... ¿me entiendes?
- O sea que así la princesa puede concentrarse en
su trabajo y cumplir con su deber.
- Exactamente. El hechizo solo se romperá cuando te
enamores de corazón...
Guru Clef suspiró. Esa plática con su maestro había
transcurrido hacía muchísimos años atrás... Ese maestro que le había enseñado y
le había dado tanto, falleció con su forma de niño... Clef se había hecho
la promesa de morir como él, pero... desgraciadamente... el hechizo se
había roto... pronto se transformaría en un hombre.
Miró a Marina, que dormía a pata larga abrazada a
Mokona.
Luego se miró las muñecas... el brazalete había
desaparecido... ¿¿Acaso el beso...?? Clef sacudió la
cabeza intentando no llenarse la cabeza de tantas preguntas.
No sabía si estaba haciendo lo correcto. ¿Era amor
realmente? ¿O sería solo que Marina era igual a su querida Presea? tal vez fuera
eso... quizás solo buscaba un reemplazo, una persona igual a su primer amor...
pero sería injusto para la niña que él le dijera que la amaba cuando en
realidad pensaba en la armero...
Con todo esto, el mago se durmió muy avanzada la
noche.
Y llegó el amanecer... y con él, su transformación
física.
El grito de Marina al despertar y encontrarse a un
hombre tendido a su lado retumbó por todo el castillo.
La chica, en su desesperación, empezó a pegarle
almohadazos al pobre Clef semidormido... No lo había reconocido.
Mokona corrió en su defensa y saltó sobre ella
haciendolá caer de cola al suelo.
- ¡¡Mokonaaa!! ¿¿Dónde está Clef?? - Marina estaba
realmente asustada.
- Pu pu pu pu pu!!!
- Tranquilízate... yo soy Clef... - murmuró el
muchacho sin despertarse del todo
- ¡¡TU NO ERES CLEF!! ¬¬ ¡¡ÉL ES CHIQUITO Y TU MIDES
MÁS QUE YO!!
- Soy Guru Clef, Marina... durante la noche, mi cuerpo
cambió...
- ...
- ¡No me mires así! -
gruñó el mago subiendo levemente el tono mientras asestaba un (PAF!) bastonazo
sobre una desarreglada cabellera azul.
- AYY!!! - Marina se sujetó la cabeza
al tiempo que sus ojos brillaban - Eres él sin duda...
- ¿Lo vez?
La chica lo miró un momento... vaya...
el mago de rostro de niño ahora parecía un hombre.
- Pero, ¿por qué cambiaste? - le
preguntó intentando mantener la cordura. No todos los días hablaba frente al
dueño de su corazón teniendo éste un cuerpo tan... tan... tan desarrollado y
adulto... (ejem)
El mago suspiró...
En dos segundos le contó la historia de
su maestro y de la costumbre cefiriana que tenían los súbditos más
allegados al Pilar... omitiendo la parte sobre la rotura del
hechizo...
- ¿Pero entonces por qué Zagato no
parecía un niño si estaba enamorado de Esmeralda?
- Él elegió permanecer como un
hombre...
Esa era una mentira piadosa... Zagato
era uno de los discípulos más importantes de Guru Clef por ese tiempo y
cuando fue llamado para ser el guardián principal de la princesa Esmeralda ya
estaba enamorado de ella puesto que la había visto en el pueblo y por los
ventanales del palacio. Por eso, cuando Clef intentó administrarle el hechizo,
no consiguió transformarlo en un niño.
- ¿Y Látiz? ¿También eligió seguir como
hombre?
- No, no. El cargo de Látiz era el de
comandante del ejército. Solo es muy raras ocasiones se encontró cara a cara con
la princesa.
- Mmm... ya veo...¡Cierto!
- ¿Qué pasa?
- ¡Feliz Navidad, Guru
Clef!
- ...Feliz Navidad, Marina
Cuatro campanadas anunciaron la hora
del desayuno.
A fin de cuentas, la noche no había
sido tan terrible. Marina sentía un poco pesada la cabeza, pero a pesar del
rechazo de Guru Clef .Nada había sucedido, pero en su corazón se sentía
extrañamente feliz, reconfortada... Como si él realmente le hubiese dicho todo
lo que ella había soñado escuchar por dos años...
Continuará...
Notas de la
autora:
AAAHH!! QUÉ EMOCIÓN!! SIEMPRE QUISE ESCRIBIR ESTE
CAPÍTULO!!
Bueno, en realidad, la historia se formó en mi cabeza
en torno a esta situación...
Estoy muy contenta por haberla podido escribir!! Tuve
que cambiarle algunas cosas, pero lo que sucedió entre Paris y Anaís está tal
cual lo planee desde el principio ^^
Y respecto a que Lucy no aparezca en este
capítulo...
Ya se enterarán por qué.
¡Nos vemos!
Umi
P.D: ¿¿Se desilusionaron mucho??