Una
crisis de ansiedad.
INTRODUCCIÓN
AL CASO:
Esta noticia ocurrió
en octubre del 2001. Iván Campo, jugador de la primera plantilla
del Real Madrid de fútbol, no pudo aguantar más y antes del último partido, reconoció
que no se encontraba bien. Habló con el médico (Del Corral),
con el entrenador (Del Bosque) y todos coincidieron en que
lo mejor era que no jugara ante el Athletic, que quedara apartado
del equipo y que comenzara cuanto antes a realizarse pruebas
para empezar un tratamiento.
ASÍ LO NARRABA UN PERIÓDICO:
Iván Campo sufre una crisis de ansiedad.
No es algo que le pasara de repente el sábado. El jugador
lleva semanas padeciendo los síntomas del que padece trastornos
de ansiedad. El más importante, el que ha salido a la luz
pública, es el insomnio. Desde hace semanas Campo no descansaba
lo que le producía, como es lógico, un gran cansancio que
le impedía rendir con normalidad. Las circunstancias propiciaron
que Iván Campo tuviera que jugar contra Las Palmas el pasado
miércoles y, a partir de ese momento, la crisis se agudizó
hasta el punto en el que el jugador no pudo seguir y el sábado
así lo reconocía.
El jugador comenzará hoy a realizarse lo que en el club han
denominado como chequeos’. Lo cierto es que el club ha cerrado
filas en torno al jugador y, como es lógico, no se quieren
dar demasiadas explicaciones de las pruebas a las que será
sometido el jugador. El tema es delicado y se quiere proteger
a un jugador, a una persona, que está atravesando por un momento
muy delicado. Cualquier tipo de información que se sacara
de contexto podría hacer daño a Campo justo en un momento
en el que lo que necesita es tranquilidad y comprensión por
parte de todos.
Por ese motivo, los servicios médicos del club se limitan
a informar que Iván Campo sufre una crisis de ansiedad. Y
punto. No se sabe cuándo regresará a los entrenamientos, ni
donde se le realizarán los chequeos. El club quiere proteger
al jugador y no hacer de su problema un espectáculo.
Cuando el sábado se conoció la noticia surgieron enseguida
las primeras explicaciones, los motivos que le pueden haber
llevado a Campo a tener una crisis de ansiedad. Es cierto
que nunca llegó a calar entre la afición, y que recibió críticas
tras los partidos ante el Betis y Las Palmas, pero, por ahora,
son especulaciones. El jugador deberá ponerse en manos de
los especialistas -psiquiatras, psicólogos- para saber cuáles
son las raíces del problema que padece y comenzar un tratamiento
que le permita ‘trabajar’ y vivir con normalidad.
IVÁN HABLA CON LA PRENSA:
Y esta era la entrevista que le
hacía José Ramón de la Morena, en su exitoso programa “el
larguero”.
José Ramón: me
han dicho que estabas un poco estresado...
Iván: bueno, más que nada ese es
el diagnóstico que me han dado los doctores, ¿no? Pero de
momento, yo creo que con un poquito de tratamiento, pues bueno,
en quince, veinte días más o menos estaré bien.
José Ramón: ¿ha
podido ser culpa nuestra también?
Iván: ¿culpa de?
J.R.: pues no
sé, de la prensa, de nosotros...
I: nooo, yo creo que no, yo creo
que no es ni por la prensa, ni por el fútbol, ni nada, yo
creo que es un poco de todo. Que se me han juntado a lo mejor
demasiadas cosas, y bueno, pues a lo mejor dentro de lo que
cabe lo he tenido que soltar de alguna manera, y
cuando un cuerpo no aguanta, hay que soltar las cosas que
te ocurren, pues hay que explotar de alguna manera.
J.R.:
buenas noches, yo supongo que ya sabréis que el sábado, Iván
Campo le pidió al entrenador del Real Madrid que no lo alineara,
que se encontraba mal, y que era algo psicológico, porque
no le dolía nada, porque doler, no te dolía nada, ¿no Iván?
I: no, no, no, dolerme no me dolía
nada.
J.R.:
en estos casos, quizá, lo que más duele es el alma, ¿duele
más el alma que las piernas? ¿es una especie de dolor del
alma?
I: bueno, yo creo que a cualquier
jugador, o a cualquier futbolista, le apetece jugar en cualquier
estado. Yo en mi caso, pues ha habido muchas veces que he
tenido que jugar lesionado, sin que nadie lo sepa, con problemas
físicos,... y en este caso, pues bueno, yo le dije al entrenador
que a ver cómo iba a pasar la noche del viernes, y la verdad,
que bueno, la pasé fatal, y decidí decirle al entrenador la
verdad, que no me encontraba bien, que no estaba para jugar,
y optamos entre los médicos, y jugador y cuerpo técnico, que
bueno, que creo que no estaba para jugar, y buen, pues así
se decidió, y así se tomó la decisión de no poder alinear
a Iván Campo en el partido del sábado.
J.R.: ¿se siente
uno ahí muy solo?
I: hombre, yo creo que no, ¿no?.
Más que nada porque, dentro de lo que cabe, el vestuario conmigo,
el vestuario con Iván Campo, se ha portado fenomenal, o sea
que gracias al apoyo de mis compañeros también he podido tomar
esta decisión. Me han apoyado, me han ayudado y creo que eso
también, pues, no sé, desde mi punto de vista, pues les tengo
que dar las gracias.
J.R.:
se suele dar esto en los futbolistas, ¿no?, vamos, en las
estrellas, no solo del fútbol, ¿no? si no también de otros
oficios, pero, lo difícil es confesarlo, ¿no? decir, no me
ponga usted, que no puedo, o no salgo al escenario, porque
no puedo.
I: hombre, yo creo que en mi caso,
desde luego que nunca me he escondido de nada, para lo bueno,
y para lo malo. Lo que está claro que en mi caso, yo cuando
tengo un problema, pues lo saco a la luz, ¿no? cuando he cometido
un fallo, he pedido perdón, cuando he estado mal he pedido
perdón, cuando a lo mejor he hecho un gran partido, he salido
también en rueda de prensa,... o sea que yo creo que hay que
estar para lo bueno y para lo malo, ¿no? y en este caso, pues
bueno, Iván Campo no se encontraba bien, ¿eh?, no estaba bien,
y yo creo que lo mejor para mi salud, era decirle al entrenador
que no me encontraba para jugar el partido del sábado contra
el Athletic de Bilbao, y desde luego que no me he tenido ni
que esconder ni nada. He dicho la verdad, y nada, lo único
que me queda es recuperarme lo antes posible.
J.R.:
me estás hablando, fíjate, en tercera persona, me estás hablando
de Iván Campo, ¿no? ¿es como si pensaras que eso no te puede
pasar a ti?
I: hombre, lo que está claro es
que nadie piensa que le va a dar eso, ¿no?, un estado de estrés,
de una u otra cosa. En este caso me ha tocado a mi, la verdad
es que no sabía lo que era eso, y desde luego que, bueno,
que si no tienes gente que esté cerca de ti, pues la verdad
es que se pasa mal.
J.R.:
Iván, y eso se ve venir, o aparece, como dice Perico Delgado,
el tío del mazo y te da, detrás de una curva y no le ves venir.
I: no, es un estado en el cual,
pues bueno te vas sintiendo un poco incómodo, con dolores
de cabeza, con malestar general, y bueno, pues te va viniendo,
te va viniendo, hasta que bueno, si no lo paras, y si no lo
curas, pues pudiera ser que bueno, pues que dentro de lo que
cabe, pues te fuera un poquito a más, y creo que eso, pues
no sería una buena decisión.
J.R.:
¿cómo es ese estado de soledad?, ¿no? ¿se siente uno maltratado?
¿se siente incomprendido? Y a lo mejor, algunas veces de forma
injustificada, ¿no?
I: bueno, yo creo, que sabes que
yo llevo aquí cuatro años, y nunca me he sentido solo, ¿no?,
es más, yo, dentro de lo que cabe, pues tengo un círculo de
gente que me quiere, mi familia, mi novia, mis amigos,...
y la verdad es que nunca me he sentido solo, ¿no? tanto para
lo bueno como para lo malo. O sea, que en este caso si a lo
mejor ha habido alguien que me haya querido hacer daño, pues
no sé el por qué, y si ha habido gente que me ha hecho bien,
pues oye, yo le he dado la gracias. O sea, que en este caso,
yo creo que nunca he estado solo aquí, en Madrid.
J.R.: ¿esta noche
estás solo en casa?
I: no, no, no, que va...
J.R.: ah...
I: no.
J.R.: ¿cuándo
empiezas tú a encontrarte mal?
I: bueno, la verdad es que, llevaba
ya unos quince, veinte días que no me encontraba pues muy
bien, ¿no?. Entonces, pues bueno, dentro de lo que cabe, como
nunca he dicho que no al mister para lo bueno y para lo malo,
incluso estando lesionado, o estando mal, o no se qué, pues
yo creo que a cualquier persona le gusta practicar deporte
aunque estés mal, ¿no? pero bueno, llega un momento en que
tu cuerpo dice que no, ¿no? a parte en esos diez, quince días
he dormido muy poquito, mi cuerpo la verdad es que no se encontraba
bien, y lo que he dicho antes, ¿no? pues cuando no me encuentro
bien, en este caso, el viernes por la noche, dentro de lo
que cabe, me tuve que acostar a las seis de la mañana, le
dije al mister la verdad, ni le engañé, ni tomé una decisión
de decir, pues puedo sufrir algo más, ¿no?. Entonces, optamos
por decir, pues Iván Campo no está para jugar, sacamos una
rueda de prensa, por los doctores del Real Madrid, y bueno,
pues no pasa nada.
J.R.:
y a parte de ese insomnio, de dar vueltas en la cama, de darle
vueltas a las cosas, ¿qué más síntomas se tienen?
I: hombre, yo creo que le das vueltas
a las cosas sin razón, ¿no? empiezas a pensar, a pensar, a
pensar, a pensar, y hay veces que encuentras soluciones, y
otras veces que no encuentras soluciones, ¿no?
J.R.: ¿se llega
a perder la confianza, Iván? ¿y la autoestima?
I: no, no porque más que nada yo
creo que cuando te ocurren ciertas cosas, que en este caso
es un estado de estrés, de ansiedad,... pues yo creo que es
cuando verdaderamente, la gente, notas que más te quiere.
Yo llevo aquí ya dos o tres días que, bueno, pues tengo todo
el rato los teléfonos sonando. Y verdaderamente es cuando
notas que hay gente detrás de ti, que te apoya, que te quiere,
que te llama, que te pregunta cómo estás,... O sea que en
este caso, yo creo que todo es, como tiene que ser, ¿no? yo
creo que tener gente a tu lado que te llama, que está detrás
de tuyo, que te da ánimos,... y luego pues eso, el vestuario,
mis compañeros que están ahí, que me han apoyado, que me han
ayudado,... y creo que eso para mi es una de las cosas más
importantes, ¿no? tener unos compañeros que están ahí, y que
tanto para lo bueno como para lo malo, en este caso, a Iván
Campo le han ayudado, le han sacado la cara, y bueno, pues
me han llamado, me han dicho que ánimo, y me han animado.
J.R.: Iván, la
fama, la gloria... esa responsabilidad, ¿produce ese vértigo?
I: hombre, no lo sé. En ese caso,
yo no me considero, nada, me considero un jugador de fútbol...
J.R.:
sí, ya, pero un jugador de fútbol que está en un equipo grande,
que ha sido campeón de liga, que ha sido campeón de Europa,...
y todo eso te sube, ¿no? te sube a una nube, te sube a una
pompa de jabón, que de repente a lo mejor, se puede romper,
y lo ves todo negro, ¿no?
I: hombre, eso también es cierto,
¿no? La verdad es que cuando se ha ganado la liga, se ha ganado
la copa de Europa, estás en lo más alto, ¿no? y ahora mismo,
pues por unos u otros motivos, el equipo ha pasado dos o tres
semanas, en las cual, ha pasado apuros, las cosas no salían
como estábamos esperando en liga,... pero creo que el otro
día se demostró que el Real Madrid tiene equipo para jugar
cien, doscientos, trescientos partidos con el jugador que
sea.
J.R.:
¿tú te has sentido más vigilado que los demás?, ¿te has sentido
como más observado?, cada vez que tú recibías el balón, ¿sentías
como ese uuyy del público, no?, ¿quizá es lo que te ha hecho
bajar un poco?
I: nooo, más que nada porque mi
forma de ser, en ese aspecto, pues no me entra. O sea, yo
se lo que es sufrir en el Bernabeu, y se lo que es disfrutar
en el Bernabeu,...
J.R.:
pero, por ejemplo, ¿por qué te complicabas tú mismo la vida
algunas veces? Porque parecía, bueno, pues por qué no la ha
despeja al voleón, y sin embargo, salir, o haciendo un regate,
o haciendo un recorte, salir con ella jugándola...
I: no sé, yo creo que siempre he
jugado de la misma manera. Yo creo que en todos los equipos
que he estado, he jugado de la misma manera, y seguiré jugando.
Y seguro que tendré problemas, que seguiré a lo mejor arriesgando
balones que no tengo que arriesgar, pero es mi forma de jugar.
O sea, yo sé lo que es ganar la copa de Europa con el Madrid,
y que todo el mundo te aplauda. Y eres considerado un Dios.
Y sé lo que es cometer un fallo, y que la gente te eche las
culpas. Cosa que es normal, porque aquí, en el Madrid lo que
se necesita es ganar, y estar siempre los primeros, y dar
buena imagen, y sobre todo eso, no, dar seguridad en un sitio
donde no se pueden cometer fallos. Pero yo creo que, bueno,
cada uno tiene su forma de ser, su personalidad en el campo,
su forma de jugar, y yo ya llevo bastantes años jugando de
la misma manera. Yo creo que he estado en muchos equipos,
he disfrutado, no se, es mi forma de ser y mi forma de jugar,
o sea que dentro de lo que cabe, nadie me ha cambiado, ni
nadie me va a cambiar ahora.
J.R.:
Los resultados pueden hacer, los resultados, el que un equipo
esté así, ¿pueden hacer tanto daño a una persona, como te
puede haber hecho a ti esto, como decir, bueno, no puedo?
I: hombre, yo creo que no, ¿no?
J.R.:
o a lo mejor sí que lo han hecho, lo que pasa es que nadie
ha tenido narices a decírselo al entrenador, y han salido,
y se han tapado. Igual ha habido muchos casos parecidos al
tuyo, lo que pasa que no han dicho nada, y han seguido jugando,
y hemos dicho ¿qué le pasa? ¿qué le pasa a Fulano?... nadie
ha tenido narices a decirlo.
I: hombre, yo me imagino que dentro
del fútbol habrá muchos casos de gente que bueno, que por
uno u otro motivo, esté bien o esté mal, quiere jugar, ¿no?
yo en este caso, me he creído necesitado de decir que no estaba
para jugar, y ningún problema, se lo he dicho al entrenador,
al cuerpo médico del Real Madrid, y no tengo ningún problema
en decir, que bueno, no estaba bien, y punto, y esa es la
verdad, y ya te digo, no me escondo, ni me he escondido nunca
en el Real Madrid.
J.R.:
no, a mi me parece que esto es un gesto de valentía y solidaridad,
¿no? pero, ¿se lo dices primero a Del Bosque, o se lo dices
primero a algún compañero tuyo?
I: no, no, no... yo creo que primero
hay que decírselo a los doctores, ¿no? Los doctores son los
que te ayudan si tienes algún malestar, o tienes algún problema...
pues el doctor es el que te va a apoyar, te va a ayudar, y
te va decir cómo te tienes que medicar, y luego el doctor
es el que se lo comenta al cuerpo técnico para decirle cómo
está el jugador.
J.R.:
se armaría revuelo en el vestuario, ¿no? Vendrían todos, oye,
¿qué te pasa?
I: hombre, pues más que nada, fue
una cosa rara, ¿no? porque más o menos, sabíamos el equipo
titular que se iba a jugar, y entonces cuando la gente vio
que no estaba Iván Campo, se preguntó el por qué estaba fuera
de la lista, ¿no? y luego, pues bueno, más que nada se lo
fui comentando a los compañeros, y bueno, la verdad es que
la gente se portó fenomenal, me han ayudado, me han llamado,
y estaba todo el mundo un poco preocupado por eso, ¿no? por
lo que me había pasado.
J.R.: ¿viste el
partido del Bernabeu?
I: sí, sí, estuve en el partido,
y luego felicité a mis compañeros que creo que hicieron un
gran partido......... el único que sabe la verdad soy yo,
y yo se cómo me encuentro, cómo estoy, y se que bueno, que
con la ayuda de mi gente, y con la ayuda de los doctores,
y la mía misma, voy a salir para adelante, y en quince veinte
días intentaré estar ahí, para ayudar a mis compañeros.
J.R.: ¿quince
días, tanto tiempo?
I: bueno, más o menos es lo que
me han dicho los doctores, ¿no?
J.R.: ¿pero vas
a seguir yendo a entrenar?
I: no, de momento no. Es más que
nada como que tienes que dejar un poquito de lado lo que tienes.
Estar relajado, estar en casa, intentar cambiar un poquito
lo que es la forma habitual de vivir,...
J.R.:
seguramente te estará escuchando alguien que a lo mejor está
mucho más deprimido que tú. Y seguramente le estará sirviendo
esto un montón. Dile algo, a alguien que esté mucho peor que
tú, algo que a ti te haya ayudado, algo que a ti te haya servido.
I: hombre, yo me imagino que no
soy la única persona que tiene este tipo de cosas, un estado
de ansiedad, de stress, yo creo que más que nada, lo más bonito
de todo es el apoyo de la gente, ¿no? de la gente que verdaderamente
te quiere, que te llama, y te pregunta cómo estás, que te
da ánimos, y sobre todo, que te dice cómo intentar corregir
esa pequeña enfermedad que tienes, ¿no? Yo creo es lo más
bonito del mundo, que la gente se preocupe un poquito de ti,
te llame, y te diga que ánimo, que no es nada, que no tienes
nada, y que dentro de unos días vas a estar otra vez ahí.
J.R.:
a mi me da un poco de remordimiento de conciencia, que quizá,
tanto hablar de la defensa del Real Madrid, tanto hablar de
Iván Campo, no solo en este caso, si no a cuánta gente nosotros
habremos destruido así, al mismo tiempo que anteriormente
lo hayamos encumbrado,... pero posiblemente así, hayamos destrozado
a mucha gente, estoy seguro que sin querer, y estoy seguro
que con la intención de contar las cosas lo más objetivamente
posible, si es que existe la objetividad, que yo no lo creo.
Y por eso, quería hablar contigo esta noche, y de alguna manera
pedirte disculpas si en algo yo he contribuido a ello... Iván
que te vaya muy bien, ¿eh?
I: vale, muchísimas gracias.
J.R.:
buenas noches.
I: buenas noches.
AL HABLA CON UN DOCTOR:
Durante esa misma noche, José Ramón,
habla con el doctor Francisco Fuentes. Fuentes es psicólogo,
es profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, de la asignatura
control de stress, incluida en el Máster de la Autónoma.
J.R.:
doctor, ¿qué síntomas presenta una enfermedad de estas características?
F: pues un poco las que ha manifestado
Iván Campo: miedo, dificultades de pensar, y sentir que puedes
jugar como tú sabes, de confianza en tus habilidades, y luego
síntomas de tipo físico, como pueden ser insomnio, problemas
digestivos, irregularidades en los hábitos de descanso cotidaneo,
de descanso, de ocio,... ese tipo de síntomas, ¿no? que es
un poco alteración de todos los patrones normales de conducta.
J.R.: ¿es un caso
raro?
F: No, no, no... es un caso frecuente...
y muy habitual, ¿eh? en deporte, y en cualquier profesión
que esté sometida a una gran exigencia, a una gran presión.
J.R.:
¿la valentía está en reconocerlo? Porque habrá muchísimos
que lo que hacen es taparse...
F: sí, la valentía está en reconocerlo,
porque llega un momento que el propio sujeto no puede con
ello. Normalmente lo que se hace en ese tipo de síntomas es
combatirlos uno mismo ¿no? Pensando, que bueno, que no pasa
nada, que hoy no has dormido, pero que es un día, y mañana
vas a dormir. Así, hasta que ya se acumula una serie de días,
una serie de síntomas, o una intensidad que ya dices, esto
no es algo pequeño, esto empieza a ser más grave. Y claro,
reconocerlo es empezar a afrontarlo, claro.
J.R.:
¿la primera tentación es esa?...
F: es negarlo. De hecho, Iván también
un poco lo niega, ¿no?. En la conversación que acabáis de
tener él niega de que le pase algo más allá de una pequeña
crisis, o más allá de una cuestión temporal. Niega que tenga
que ver con su juego... tiene que ver con su juego. Porque
digamos, que el origen quizás de esta crisis, es que su juego
no va bien, que su juego no está saliendo como debería, o
como le gustaría, o como se le pide que salga.
J.R.: ¿y existe
un tiempo de recuperación más o menos aproximado?
F: no, no existe. Puede ser diez
días, puede ser una semana, o puede ser tres meses.
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