LAS BASES DE LA FE POSTRIBULACIONAL

Por Adolfo Ricardo Ybarra

 

Copyright 2005, A. R. Y. y  J. J. Y.

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APÉNDICE 12.

 

LA CONFUSIÓN PRETRIBULACIONISTA ENTRE TENER MORADA CELESTIAL Y ESTAR EN EL CIELO SIN CONTACTO CON LA TIERRA

 

 

 

Ap12.1. EL GLORIOSO PASAJE DE  JUAN 14:1-3:

En el siguiente pasaje, Cristo nos hablará de las moradas que él preparará para que vivamos siempre en la presencia del Padre:

 

Juan 14.1-6

1  No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

2  En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

3  Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

4  Y sabéis a dónde yo voy; y sabéis el camino.

5  Dícele Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

6  Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.

 

 

Ap12.2. EL SEÑOR ESTABA HABLANDO DE SU PARTIDA AL CIELO Y SU REGRESO FUTURO:

En primer lugar debemos decir que Cristo dijo a los discípulos que se iría: " voy, pues, a preparar lugar para vosotros" (v. 2). Algunos interpretan que se refería a su próximo sacrificio mediante el cual habilitaría a los discípulos a tener acceso a la vida eterna; pero esa interpretación es inaceptable ya que Cristo dice luego: "Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (v. 3); lo cual claramente se refiere a la segunda venida de Cristo cuando el volverá y nos tomará consigo y así estaremos siempre con el Señor (1 Tesalonicenses 4:17). De manera que cuando Cristo dijo a los discípulos que se iría, al decir  "voy, pues, a preparar lugar para vosotros" (v. 2), él estaba hablando de su partida a la presencia del Padre luego de su resurrección.

 

Verdaderamente él estaba hablando de su partida a la presencia del Padre, pues se dice "Y sabéis a dónde yo voy; y sabéis el camino. Dícele Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas: ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí" (vs. 4-6). El Señor dice a sus discípulos que ellos sabían a donde él iba y que sabían el camino. Tomás no sabe decir qué son ambas cosas y Jesús responde que él es el camino, y que el destino final del camino es EL PADRE. Como también está escrito:

 

Juan 16:28 

Salí del Padre, y he venido al mundo: otra vez dejo el mundo, y voy al Padre.

 

Así que Cristo hablaba a sus discípulos de su partida al Padre, luego de su resurrección, y habló de su futuro regreso.

 

Ap12.3. ¿QUÉ SON ESAS MORADAS QUE ÉL PREPARARÁ?

El Señor nos dice que preparará para los suyos moradas en la casa de su Padre: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, a preparar lugar para vosotros" (v. 2). A primera vista cabría pensar que el Señor se está refiriendo a edificios celestiales, y yo creo que es así ya que habla de "lugar" para los suyos. No obstante debemos estar prevenidos de que el Señor no desea que creamos que lo principal son las moradas en el cielo, lo principal es LA PRESENCIA DEL PADRE con quien habremos de estar entonces en perfecta comunión. La idea más importante no es que habrá moradas, sino que son moradas en la casa del Padre (v. 2). La idea más importante no es que se accederá a un lugar celestial, sino que se accederá a la presencia del Padre (v. 6). Y eso nos lleva al importante asunto del estado glorificado de los creyentes como condición indispensable para tener perfecto acceso al Padre en la gloria; es por eso que Cristo nos habla de la vida, él es la vida; sólo por él estaremos frente al Padre en gloria.

 

 

Ap12.4. ¿PARA CUÁNTO TIEMPO SON ESAS MORADAS QUE ÉL PREPARARÁ?

Puesto que Cristo nos habla en realidad de llegar al Padre para siempre, esas moradas que él preparará son PARA SIEMPRE. Esas moradas abarcan el tiempo que va desde nuestra glorificación, pasando por el reinado milenial de Cristo sobre la tierra, y continuando con el reinado eterno desde la nueva Jerusalén hasta la eternidad.

 

 

Ap12.5. ¿SEREMOS INMEDIATAMENTE SACADOS DE LA TIERRA LUEGO DEL ARREBATAMIENTO?

Los hermanos pretribulacionistas dicen que si Cristo preparó morada para nosotros y viene a buscarnos para que estemos en la presencia del Padre, eso implica que necesariamente seremos sacados de la tierra luego del arrebatamiento, y que por eso la Iglesia es arrebatada antes de la Gran Tribulación; para que esté en el cielo mientras aquí abajo sucede la tribulación. Ellos dicen eso porque confunden el tener nuestra morada en el cielo con el vivir en el cielo completamente aislados de la tierra. La conclusión inesperada de la exigencia de estos hermanos es que viviremos en el cielo excluidos de un reinado milenial sobre la tierra. Pues si para estos hermanos usar las moradas celestiales equivale a vivir en el cielo aislados de la tierra, entonces no es posible nuestro reinado milenial aquí en la tierra, (curiosamente, los Adventistas del Séptimo día han partido de la misma falsa premisa pretribulacionista de que tener moradas celestiales equivale a vivir en el cielo aislados de la tierra; y han concluido correctamente, según su premisa, que estarán mil años en el cielo y que no habrá reinado milenial sobre la tierra; su conclusión es correcta según su premisa, pero como la premisa es falsa, su conclusión también es falsa).

 

Los hermanos pretribulacionistas están equivocados puesto que Cristo nos habla en realidad de llegar al Padre para siempre, esas moradas que él preparará son PARA SIEMPRE. Esas moradas abarcan el tiempo que va desde nuestra glorificación, pasando por el reinado milenial de Cristo sobre la tierra, y continuando con el reinado eterno desde la nueva Jerusalén hasta la eternidad. Se trata de que estaremos con el Padre para siempre; y que tengamos acceso a esas moradas NO IMPLICA que habremos de estar aislados de la tierra. Los hermanos pretribulacionistas dicen que nuestra morada celestial equivale a vivir aislados de la tierra; Cristo dice que nuestra morada celestial es para siempre, así que abarca el tiempo del reinado milenial, donde obviamente no estaremos aislados de la tierra.

 

Lo repetimos, a pesar de que el Señor descenderá del cielo, no debemos pensar que él ha quedado separado del cielo, ya que donde el Cristo glorificado esté esa es una extensión del cielo; así que tampoco debemos pensar que la Iglesia glorificada, mientras está con él en las nubes del aire, está separada del cielo, ya que por la resurrección gloriosa de los creyentes dormidos, y por la transformación gloriosa de los creyentes vivos, ellos han alcanzado el estado celestial (1 Corintios 15:35-57) y no están separados del cielo, aun cuando estén en el aire con Cristo; aun flotando en el aire ellos tendrán instantáneo acceso a sus moradas celestiales; porque se dice que cuando los creyentes sean revestidos del cuerpo glorioso ya estarán revestidos de su morada celestial, sin necesidad de estar permanentemente en alguna casa en el cielo (2 Corintios 5:1-2), así que la principal morada celestial de la Iglesia glorificada son los cuerpos glorificados de los creyentes que les permiten estar donde Cristo esté (Juan 14:2) y hasta les permitirá tener acceso instantáneo a otras moradas celestiales, y lo que es más importante, a la presencia del Padre, ya que los creyentes glorificados serán semejante a los ángeles (Mateo 22:30) y aunque sus lugares de servicio en el reino sea aquí abajo en el reinado milenial, sus moradas están en el cielo, a donde ellos subirán y desde donde ellos bajarán constantemente (Juan 1:51, Mateo 18:10) de la presencia del Padre.

 

 

¿Se atreve alguien a sugerir que el Cristo glorificado, mientras reina sobre la tierra en el reinado milenial, no tiene acceso al Padre? ¡De ninguna manera! Cristo glorificado, estuviere donde estuviere, ya está A LA DIESTRA DE DIOS. Pues él está a la diestra de Dios PARA SIEMPRE, como está escrito:

 

Hebreos 10:12 

Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, está sentado a la diestra de Dios

 

Por lo tanto aun en su segunda venida, cuando descienda del cielo, seguirá estando a la diestra de Dios, como está escrito:

 

Marcos 14:62 

Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.

 

De manera que Cristo, estuviere donde estuviere, de ahora en adelante está siempre en la presencia de su Padre, esté donde esté, ya en el aire, ya en el Templo de Jerusalén, en su trono milenial, él está en la presencia Padre. Es más, Cristo es ahora el lugar de la presencia del Padre.

 

Y nosotros seremos como él, estuviéremos donde estuviéremos, ya en las nubes en el aire (1 Tesalonicenses 4:17), ya en el reinado milenial sobre la tierra gobernando la porción del reino que nos haya tocado (Mateo 19:28, Lucas 22:30), si estamos glorificados con él, también tendremos a la vez comunión ante el Padre y lugar en su presencia celestial, porque Cristo es ahora el lugar de la presencia del Padre; y estando glorificados tendremos inmediato e instantáneo acceso a nuestras moradas celestiales en cualquier tiempo de la eternidad, sin que eso implique estar aislados de la tierra; más bien eso implica nuestra futura potencia de reinar sobre la tierra.

 

Mateo 19:28 

Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

 

 

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