El Romanismo En Su Relación Con La Segunda Venida De Cristo
Rev. Robert Bickersteth

La idolatría es dar a cualquier criatura alguna porción del homenaje, el culto, o la adoración, que corresponden solamente a Dios. Los límites de esta Disertación no me permitirán mostrar extensamente que el Romanismo hace esto con respecto a la hostia consagrada en el así llamado sacrificio de la misa, y también con respecto a las reliquias. Me limitaré a sólo un punto. Ahora Roma, por el decreto del Concilio de Trento, afirma "que los santos que reinan junto a Cristo ofrecen sus oraciones a Dios a favor de los hombres; que es bueno y útil invocarlos suplicantemente, y recurrir a sus oraciones, ayuda, y asistencia, para obtener los beneficios otorgados por Dios a través de su Hijo Jesucristo nuestro Señor, quien es nuestro único Salvador y Redentor; y que son hombres de sentimientos impíos quienes niegan que deba invocarse a los santos que gozan de felicidad eterna en el cielo o quienes afirman que los santos no oran por los hombres; o que rogarles para que oren por nosotros es idolatría; o que esto es contrario a la palabra de Dios, y opuesto al honor de Jesucristo, el único Mediador entre Dios y el hombre; o que es necio suplicar verbal o mentalmente a quienes reinan en el cielo."