El domingo después de Pascua celebramos la
fiesta de la Divina
Misericordia, según las revelaciones de Jesús a Santa Faustina.
Era
la devoción preferida de S.S.
Juan Pablo II, junto con la de Fátima,
por la que se sentía protegido. C.f.
Secretos de Fátima.
La
novena
de la Misericordia es muy poderosa, concediéndose
numerosas gracias: «Durante
este novenario concederé a las almas
toda clase de gracias», (Diario 796),
reveló Jesús a Santa Faustina.
«Aquéllos que proclamen mi gran Misericordia, Yo mismo les
defenderé en la hora de la muerte como mi Gloria, aunque los
pecados de las almas fuesen negros como la noche.» -Nº 378.
«Esta es la hora de la gran Misericordia para el
mundo entero.
...En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los
méritos de mi Pasión.» -Diario, Nº
1320.
INDULGENCIAS
En
semana Santa, se concede indulgencia el
Jueves Santo,
Viernes
Santo,
Sabado Santo,
y en la Vigilia Pascual. También el domingo
después de Pascua, llamado de la
Misericordia Divina.
Decreto:
"Se concede indulgencia
plenaria, con las condiciones habituales
(confesión sacramental, comunión eucarística, y oración etc.),
al fiel que, en el domingo segundo de Pascua, llamado Domingo
de la Misericordia Divina, en cualquier iglesia u oratorio, con
espíritu totalmente alejado del afecto a todo pecado, incluso
venial,
participe en actos de piedad realizados en honor de la
Misericordia
Divina. O al menos rece, en presencia del Santísimo Sacramento de
la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario,
el
Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor
Jesús misericordioso."
(Ej.: "Jesús
misericordioso, en tí confío".)
Indulgencia parcial:
"Se concede indulgencia
parcial al fiel que, al menos con corazón
contrito, eleve al Señor Jesús misericordioso una de las
invocaciones
piadosas legítimamente aprobadas.
("Jesús
misericordioso... ...")
(Escrito cortado,
léanlo entero en "indulgencias".)
REVELACIONES DE JESUS
Las revelaciones de Jesucristo a Santa
Faustina Kowalska están
aprobadas,
reconocidas y muy
recomendadas por la Iglesia:
«Mi corazón
sufre porque hasta las almas consagradas ignoran mi
Misericordia y me tratan con indiferencia. ¡Cómo me lastiman! Si
no
creen en mis palabras, crean al menos en mis llagas.» -Diario,
699 (?)
Por ellas se
instituyó la fiesta de la
Misericordia,
concediéndose
indulgencia
plenaria
en su día, el domingo después de Pascua:
«Que la fiesta
de la Misericordia sea refugio y amparo para todas
las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese
día están
abiertas las entrañas de mi Misericordia.» -Diario,
Nº 699.
«Que los sacerdotes anuncien mi gran misericordia por las almas
pecadoras; que no tema el pecador de acercarse a Mí.» -Nº
1396.
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