Tu Sueño es mi Sueño
Una Visión Astrológica de la Evolución de la humanidad
en la Nueva Era
Balthazar de Susa
Tu Sueño es mi SueñoUna Visión Astrológica de la Evolución de la humanidad en la Nueva Era Balthazar de Susa
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TODO
ESTA RELACIONADO CON TODO “La
humanidad ya ha comprendido que todo lo que nos rodea es energía, no sólo lo
invisible sino también lo visible,
así como también de que lo que nos rodea es vida. En ese sentido y por una ley
de interpenetración hemos comprendido que además de estar dentro del universo,
el universo también se encuentra dentro de nosotros mismos” ENCUENTRO
CON LOS SEÑORES DE LA CREACIÓN En
un momento una increíble fuerza me arrebató llevándome en muy poco tiempo a
un lugar en el espacio muy lejano, siento que viajo a gran velocidad por el
espacio y recuerdo haberme asomado por una especie de ventana. No sé si la
ventana existía o era una creación de mi mente. Por ella pude ver allá a lo
lejos y muy pequeña la espiral de nuestra galaxia, la Vía Láctea girando en
la inmensidad. La pude ver de arriba y de perfil luego. La sensación de ver el
lugar donde uno vive, tan pequeño y a una distancia tan grande en el espacio,
no tiene palabras para explicarla, y ello me embargó de tal manera que el vértigo
se apodero de mí e inmediatamente sentí como una fuerte sensación de vacío.
Pensaba yo en tanta inmensidad, en las variables que conocía como el espacio y
el tiempo. Sentí de pronto que alguien invisible estaba al lado mío. Yo podía
hablar con ese ser, al cual no podía ver. Él
me dijo que pertenecía a la legión de creadores y que el conocimiento de la
formación de los sistemas y mundos estaba a su alcance. Había decidido
dedicarse por propio deseo al estudio de la formación del Universo. A
mi pensamiento se agolpaba la idea del origen primero de todas estas energías
astrológicas, y al instante este Ser me explicó así. _
Siento dentro de ti la inquietud sobre el origen de todo. Te contaré que en el
momento de formación de la nebulosa que dio origen a nuestro sistema solar
todos los elementos giraban en torno de un punto o vórtice de energía, ese
rodar de átomos, materia visible e invisible duró por millones de años.
Posteriormente surgieron nuevos vórtices dentro de esa materia, que son los
puntos donde luego se formaron los planetas. Alrededor
del centro de uno de ellos donde luego se formaría el planeta Tierra, comenzó
a girar la energía elemental. Por las fuerzas concurrentes, dichas energías se
ubicaron en el plano ecuatorial. Tanto la materia visible como invisible de los
4 niveles de energías fenomenales giraban en torno de ese punto. Con el pasar
del tiempo la parte más densa comenzó a aglutinarse en el globo principal,
dejando los elementos más sutiles alrededor de la tierra. Un principio triple
comenzó a actuar produciendo en los cuatro elementos la partición de tres en
cada uno de ellos, formando la serie de doce energías zodiacales. En esta etapa
de gestación comienza a actuar una ley de periodicidad, semejante a la que
forma la tabla periódica de los elementos químicos de la Tierra, ubicando doce
centros o puntos energéticos, alrededor de los cuales comienza una reubicación
a lo largo de la faja zodiacal de cada una de esas energías de acuerdo a una
alternancia que debe su lógica a una secuencia cronológica de crecimiento del
alma. El
punto inicial de ubicación de las mismas es el llamado punto Vernal, que
corresponde a la intersección entre el plano horizontal del Sol (de la eclíptica
o plano ecuatorial del Sol) y el plano ecuatorial de la tierra. En esa época de
formación dicho punto, junto con su opuesto y todo el eje que los contiene, se
encontraba en un continuo estado crítico de choques de átomos y producción de
energía. Tal situación era provocada por la fricción de la materia que giraba
en torno del Sol central en formación, y la materia que giraba en torno del vórtice
Tierra. El punto Vernal es el punto de enlace entre el sistema solar y la
Tierra, por él entra la energía solar o de sustentación de las Eras astrológicas,
y los signos astrológicos son el puente con el mundo, actuando como
transformador del potencial de la vibración producida por el sistema solar, al
nivel del mundo. No hay que
confundir los planos astrales concéntricos y sobrepuestos de la Tierra con los
depósitos originales de la materia elemental que conforma el anillo astrológico.
La vibración producida por el desplazamiento de los planetas sobre la energía
de los signos astrológicos afecta por similitud todo lo que está abajo en el
mundo fenomenal. De
esta manera quedó localizada a lo largo de una franja ecuatorial, y en otro
plano las doce concentraciones de energía elemental del zodíaco, que son doce
lugares ubicados a partir del mencionado punto. En
época muy antigua, la de la formulación y recepción de los conocimientos
astrológicos, los astrólogos al elegir sus nombres adoptaron para ellas las de
las constelaciones que en ese momento se encontraban por proyección detrás de
ellos sobre la esfera celeste, las que actualmente y por el movimiento de
precesión quedaron desplazadas, no coincidiendo hoy dichas constelaciones con
la de los signos. La influencia no viene de las constelaciones sino de las
diferentes vibraciones a que son sometidos los elementos por los ciclos
planetarios. Cuando tú dices por ejemplo, la vibración de Virgo, no es la
energía proveniente de la constelación de Virgo, la que, además, actualmente
no está en el lugar correspondiente al signo, sino que es la vibración de la
energía elemental denominada Tierra actuando con la modalidad neutra junto con
todas las analogías que le corresponde. O sea es la fuerza que hace ver la
realidad material de la vida en su faz niveladora correspondiente a la actividad
y trabajo. La percepción
del tiempo y el espacio: Al
abrir mis ojos vi a la Tierra con su curvatura proyectada en el firmamento, su
atmósfera azulada brillando, y a nuestro Sol allá a lo lejos, exactamente
frente a mí. Yo estaba en posición de loto suspendido en el espacio, todo era
silencio a mí alrededor, y mientras su luz me deslumbraba, mi mente o
conciencia se expandió hasta formar parte de ese espacio y ese universo. Yo era
parte de ese Yo Universal, mi vida era sólo una ilusión parcial de ese Todo,
entonces toda la creación era yo mismo. En
este momento mi mente podía recibir todas las respuestas que formulara, me sentí
como el único ser del Universo. Al sentirme de esa manera, pude por un momento
comprender la necesidad de Dios de crear y multiplicar la proyección de su
imagen. Quería
saber por qué Dios creo todo. Y así lo pregunté. Una
idea pensamiento se diseñó dentro de mí. La creación vino a mi mente como el
resultado del ímpetu de expansión hacia un ideal cada vez más perfecto. Noté
que la esencia de mi ser, pura energía divina, estaba en la infinidad de partículas,
que al igual que yo brillaban como diminutas luces palpitantes que formando
luego parte del universo visible, comenzaríamos a crecer y evolucionar
siguiendo una premisa pautada, la del amor. Siempre
me intrigó el espacio y el tiempo, como si ellos escondieran un gran secreto. Con
ese interrogante pregunte: _ ¿Cuál es el secreto del espacio y el tiempo? Al
instante siento que dicha expansión crea tres variables. Una de ellas
dependientes de las otras dos. Es
así que el espíritu o emanación directa de Dios crea una proyección o espejo
llamada alma, la cual necesita de un espacio y tiempo para manifestar la premisa
pautada a través del amor. Luego
a medida que pasa el correr de los siglos, esta alma individualizada genera su
propio “patrón energético”, el cual será el hilo conductor en cada una de
las manifestaciones de este largo proceso. De
esta manera, no sólo crecerá de sus propias experiencias, sino que también
las compartirá con otros, que están surcando junto con él, social y
culturalmente un patrón energético más amplio. Así se irá delineando el
camino de evolución de la humanidad a la cual pertenece. Entonces
entiendo porqué el camino trazado por un maestro, a través de sus acciones
realizadas en el espacio-tiempo de su vida, deja claro un mensaje. Esto
claramente se ve en el Cristo. En su última vida como Jesús fue: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida”, siendo Él el
Dios vivo en todas sus manifestaciones de amor, dejando grabado a través de su
ejemplo el patrón energético para ésta humanidad que al final será la guía
que conducirá a la humanidad a un destino de felicidad, amor y bien. _ Entonces ¿los limites del Universo no son sólo físicos sino también espacios tiempos distintos? Y en este momento siento como un diálogo interno que me dice: _
Sí. Acaso podríamos asegurar que el espacio-tiempo de nuestro cuerpo mental
está dentro de nuestro cerebro, o en realidad es un instrumento por el cual él
se expresa. _
Bueno si tomo en cuenta esto deberá haber un cuerpo o vehículo distinto para
desplazarse hacia ese espacio-tiempo. _
Así es, en efecto. _
¿En qué lugar no existe ni el tiempo ni el espacio? _ El espíritu es luz, en la luz no existe tiempo ni espacio. Cuando la conciencia puede vibrar como la luz entra en el Siempre Hoy, o conocido como eternidad, cuando las almas debido a su estado de vibración o evolución pueden librarse de la influencia de la dualidad del espacio tiempo, pueden penetrar en la zona atemporal. _
¿Cómo surgen las profecías o premoniciones en los seres humanos? _
Al entrar en la zona atemporal, se encuentra el plan divino, para cada
alma, grupo o nación. Claro,
pensé yo, si los seres humanos, diminutas células del universo, realizan sus
planes personales para emprender cualquier acción, asimismo la conciencia
universal ha planeado el suyo con rigurosa minuciosidad. Durante
nuestras vidas, podemos penetrar en la zona temporal y no temporal simultáneamente.
Podemos pasar de uno a otro estado, ya sea consciente o inconscientemente
durante el sueño. La percepción de tales experiencias depende de la vibración
más o menos elevada de nuestro ser. Es sólo un proceso de densidad. Circular
en cada espacio-tiempo de la creación requiere de un vehículo o cuerpo
construido con la misma sustancia del plano para poder movernos en el. Para el
hombre común ello sólo puede ser realizado con ayuda de otros seres
espirituales. En cada plano la variable del espacio–tiempo se detecta por una
percepción distinta del mismo que nos permite distinguir uno del otro. El
destino final de nuestra excursión en la manifestación de la vida es llegar
nuevamente, sin lugar a dudas a la zona atemporal, de donde salimos, y luego al
absoluto eterno adonde pertenecemos. Allí
nosotros mismos, como parte de la energía primera, elaboramos este plan
que hoy estamos recorriendo, tratando de cumplir con la premisa impuesta a todo
el Universo creado, es decir crecer en amor, que es la energía más fuerte que
nos unirá nuevamente en nosotros mismos, para luego forjar un nuevo plan divino
más elevado, cuyo fin escapa ya a mi entendimiento racional. _
¿Cómo se manifiesta en este espacio-tiempo el cambio de Eras? _
La humanidad esta dentro de la transición de vibración de dos Eras,
encontrándose al final de la Era de Piscis y entrando en la Era de Acuario. En
los periodos de transición, se produce un aumento de la vibración de todas las
sustancias en todos los planos del ser humano, como consecuencia de esto se
produce una permeabilidad del plano mental y del emocional, diluyéndose los límites
de los mismos. Al igual que en la química, al calentarse una sustancia aumenta
la vibración de los átomos y la cualidad de disolución de sus componentes, así
pues cuando aumenta la vibración de por ejemplo la sustancia mental, que está
compuesta por “átomos-idea”, en los campos individuales de las mentes de
los seres humanos aumenta su capacidad de disolución, es decir, pueden percibir
las ideas del otro con mayor claridad. Como
resultado de esto, una primera consecuencia en la humanidad ha sido una tenue
captación de la verdad, que en lo más cercano es percibir la veracidad de las
palabras de otros seres humanos y una última será el desarrollo de la intuición
que conllevará en un futuro a la telepatía. _¿Cómo
es la estructura del Universo? _
Todas las manifestaciones en el Universo son circulares o curvas, por ejemplo
las trayectorias de planetas, satélites, sistemas, galaxias y cúmulos de
galaxias. En la forma y descripción de los movimientos se percibe que ellos
siguen un patrón curvo. En el espacio, hay una manifestación dual, qué a través
de un principio de incertidumbre la geometría espacial puede concebirse simultáneamente
por una trama rectilínea o curvada. Si tratamos la curvatura ella no es
constante, se incrementa hacia aquellos lugares donde hay
concentración de energía, ya sea en la forma de materia o invisible.
Cuando se curva el espacio, su resultado puede verse en la descripción
de las órbitas. En cambio la otra variable, el tiempo, sólo puede
percibirse a través de la conciencia del alma. La curvatura del tiempo hace que
siempre volvamos al punto de partida, pero como ese momento experimentó un
incremento vibracional se ubica en otro plano de energía. Ciertas épocas del
pasado, del presente y del futuro pueden encontrarse muy cercas, sólo separadas
por un distinto plano de energía. Esto se denomina CICLO. De hecho todo el
proceso de vida de un alma desde su nacimiento del seno de Dios, hasta su
vuelta, es un ciclo. Es así que cuando tú quieres acceder a información
futura o pasada solamente debes modificar el estado vibratorio de la percepción.
Cada nuevo comienzo nos encuentra con mayor evolución, lo que significa una
mejor cualificación vibracional que nos va acercando a aquella premisa pautada,
el amor. Lector,
pienso que acaso, ¿no fueron desvirtuadas acaso las escrituras de todos los
Maestros fundadores de nuevas doctrinas? Los primeros astrólogos recibieron el
legado del mecanismo de las fuerzas elementales, su evolución e interpretación.
Posteriormente, como todo en la humanidad, los hombres identificaron las
reacciones de los seres humanos con las influencias de los planetas,
confundiendo y desvirtuando así, al hacer una generalización de esas
reacciones para cada tipo de aspecto, el verdadero sentido y finalidad del
movimiento de los elementos dentro de nosotros. El error provino de identificar
la reacción de los individuos con la naturaleza de las vibraciones.
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