La
Educación en el Nivel Inicial.
En
búsqueda de una praxis docente significativa...
Dossier sobre POS
TÍTULO en Jardín maternal
Partimos de la premisa de
que día a día continuamos constituyéndonos en “sujetos de aprendizaje”,
intentando aprender, no tanto desde el perfeccionamiento (ya que esto viene a
dar cuenta de una ardua búsqueda de la perfección, por demás imposible) sino
que nuestro encuentro de hoy pretende generar un espacio de construcción basado
en la incertidumbre.......en las preguntas........en la capacidad de repensar y
revisar nuestra práctica docente desde la curiosidad y la crítica para así
poder hacer de nuestra labor educativa una verdadera PRAXIS.
Es por ello, que creemos
que el Nivel Inicial (Jardín Maternal y Jardín de Infantes), necesita
imperiosamente fomentar estos espacios de reflexión y criticismo para así
poder desterrar prejuicios que el
propio nivel muchas veces promueve: al jardín se va únicamente a adquirir hábitos,
en el jardín únicamente se juega (descontextualizando el juego y restándole
intencionalidad pedagógica),es necesario que los niños asistan al jardín para
que únicamente se socialicen, etc. etc.etc.
Como habrán notado puse especial acento en el ÚNICAMENTE, ya
que si bien lo comentado recientemente se constituye en parte de la oferta
educativa del Nivel Inicial.....no podemos dejar de reconocer y comprender que
el Nivel Inicial, nuestros Jardines Maternales y Jardines de Infantes son parte
del sistema educativo, son ESCUELA y allí ............se va a APRENDER. Pero
aprender ¿cómo? Nuestro nivel es especial porque la comunidad educativa toda
de estas instituciones........ es especial.
Por esto, es que nuestra
tarea de enseñar a niños de 45 días a 6 años resulta ser tan compleja...pero
tan rica, satisfactoria, desafiante....Es aquí donde podemos afirmar con total
seguridad que enseñar en el nivel inicial implica una toma de posición.......el
reconocer al otro no como un humano en miniatura sino un sujeto capaz de
aprender y construir la realidad con el acompañamiento facilitador y guía del
docente. Intentando convertirnos en un “negociador de la educación” según
Bruner, en un “mediador” según Vigotsky o en “el promotor de una
participación guiada” según Rogoff.
Es entonces que se pone en
juego en cada proyecto áulico, en cada unidad didáctica, en cada clase, en
cada experimento, en cada canción y en cada cuento nuestra TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA,
y aquí no hablamos de “bajada”, la cual supone alguien (el adulto) por
encima del alumno sino que distintamente, nos invita a pensar en un docente que
toma el contenido, el objeto de conocimiento así sea la cocina, los
dinosaurios, la biblioteca, la evolución humana, la filosofía o el 12 de
octubre.....y los transforma. Adecúa gradualmente este conocimiento, realiza
los ajustes necesarios para que pueda ser enseñado y aprendido
“significativamente” por sus alumnos. Y qué queremos decir con
“significativamente”.........que este docente procura que el contenido a
trabajar se conecte con los saberes previos de los niños, que despierte interés,
que pueda relacionarse con la realidad del grupo, pero que además no se
distorsione. Ya que en nuestro afán de enseñar un tema y realizar los ajustes
necesarios para que sea un conocimiento enseñable, corremos el riesgo de
promover una versión de dicho conocimiento completamente desdibujada, carente
de significación y contexto............
Todo lo dicho hasta aquí
nos habla de una labor docente compleja, prometedora de desafíos, de sortear
obstáculos porque como dice Bruner (un gran pedagogo) “Se puede enseñar
cualquier conocimiento a cualquier niño de cualquier edad siempre que el
docente lo haga de forma honesta”......y esta honestidad remite a una
transposición didáctica comprometida, a una docente que se interese por su
labor educativa pero no desde la obligatoriedad e imposición sino desde la
curiosidad, el empuje y el placer que solamente podemos vivir los que
compartimos momentos de enseñanza – aprendizaje con niños de 45 días a 6 años..........donde
dejar el chupete, comenzar a gatear, caminar con seguridad, decir las primeras
palabras, hacer la ronda, escuchar a un amigo, recrear un cuento, participar de
juegos de asistencia, reconocer el nombre propio y el de los demás.........se
convierte en una gran empresa, y digo empresa por lo ambicioso, por lo
emocionante, por las huellas que deja en ellos y en nosotros.
Me gustaría poder
sistematizar el recorrido que venimos realizando a partir de una alegoría que
seguramente todos conocen, la Alegoría de la Caverna del filósofo Platón pero
con la entusiasta y seria propuesta de cambiarle algunas cuestiones para que
este tránsito por dicha caverna resulte ser EDUCATIVO.
Si les parece comenzaré
haciendo una breve reseña de dicha alegoría, la cual nos cuenta sintéticamente
de la existencia de una caverna en el fondo de la cual se hallan hombres
encadenados, de espaldas a la salida del lugar, presos de la oscuridad, ruidos
extraños y sensaciones diversas. Estos hombres no consiguen distinguir, según
nos cuenta Platón, la realidad de la ficción, ya que dentro de la caverna y
encadenados, solamente consiguen vislumbrar sombras y reconocer algunos ruidos
pero en su condición de “ignorantes” no pueden conocer la realidad, no por
lo menos mientras estén en la caverna. Por ello, es que de forma gradual
estos hombres intentarán librarse de las cadenas, transitar por la caverna y
salir a la luz del “afuera”, de la realidad.........del conocimiento, tal
cual nos diría Platón.
El filósofo ateniense
agrega que este primer hombre que consiguió liberarse del mundo aparente de la
caverna, un día volvió allí dentro, con toda sus sabiduría e intentó
transmitirle toda esta VERDAD a los hombres presos de las sombras......... pero
que esta loable intención fue en vano ya que los encadenados no podía
entenderlo.
Si
nosotros trasladáramos esta alegoría a las escenas de enseñanza
- aprendizaje en el nivel inicial podríamos decir que los hombres
encadenados en la oscura caverna son nuestros alumnos, y que estos niños
necesitan de la escuela para poder liberarse y así abandonar el mundo de las
sombras..y que mejor que un docente dispuesto a guiarlo y acompañarlo en este
camino de “salir ala verdad”, salir de la caverna por medio de
la educación.
Quiero que sepan que yo en
un primer momento lo creí así........pero que volviendo a estos espacios de
recrear el conocimiento, de enriquecer los aprendizajes y generar preguntas es
que pude complejizar mi mirada respecto a la caverna de Platón y su relación
con el nivel inicial y con la educación en general y concluí en lo siguiente:
en realidad, pensar a nuestros alumnos que llegan al Jardín, como sujetos
“simbólicamente” encadenados en una caverna oscura, presos de las sombras y
lo aparente, es afirmar que son tábulas rasas, sujetos sin historias y que si
traen información es FALSA, es decir que nuestros alumnos por ser pequeños no
saben nada y que desde el a priori hay conocimientos a los cuales no pueden
acceder. Puesto que creer que su tránsito por el Jardín y por la escuela les
va a garantizar salir de la caverna, y va a procurar un encuentro con la verdad
también resulta extraño.....sobre todo, comprendiendo que el sujeto de
aprendizaje, tal cual lo comentábamos al comienzo, aprende significativamente,
relacionando los distintos conocimientos, comprendiéndolos de forma relacional,
a partir de su relación con la vida misma, con su realidad, con esa realidad
que se construye subjetiva y socialmente. Pensar en docente mentor, el cual debe
guiar al alumno para salir de la caverna, es colocar al docente en un lugar de
poder y saber absolutista, donde no invita al niño a encontrar el modo de
salir, sino que lo conduce, fomentando en él la repetición y el repoductivismo
así como la sumisión y heteronomía.
Por eso, les propongo
recrear la alegoría de la caverna de Platón, haciendo algunas
modificaciones..........tal cual estuviésemos inventando o trasnformando una
historia con nuestros alumnos, imaginemos no una caverna sino niños de 45 días
a 6 años los cuales llegan al Nivel Inicial con el fin de recorrer un camino,
pero no el que conduce a una salida
unívoca sino el camino de la educación gradual y progresiva, en el cual será
acompañado por docentes dispuestos a aprender de cada experiencia, dispuestos a
facilitarles no las respuestas sino los espacios para que ellos decidan, se
equivoquen, acierten y realmente aprendan. Este recorrido dura toda la vida pero
comienza en un solo lugar........el nivel inicial. Y es allí donde se van
construyendo las experiencias, los aprendizajes comprensivos, los valores, la
autonomía y la reflexión para que cuando este sujeto sea adulto y deba
vincularse con los demás, desde su rol de adulto, lo haga desde la integridad y
la ética y no desde la mirada del hombre libre de Platón que al regresar a la caverna nadie lo comprende ya
que él únicamente posee la verdad.
Quisiera culminar estas
reflexiones convocando a todos los profesionales del nivel inicial a recorrer
este camino juntos, fuera de la caverna y de los encasillamientos que nos
convierten en estereotipos..........intentando construir verdaderos puentes con
nuestros alumnos, volviendo a la narratividad, a los relatos más vinculados con
la vida según nos dice Bruner para así formar a nuestros alumnos no solo en la
excelencia académica sino en la posibilidad de leer críticamente los
metarrelatos de esta posmodernidad que nos habla de expropiación, violencia,
imposibilidad para el diálogo, temor a la diversidad.............promovamos el
andamiaje, comenzando por nosotros mismos, comencemos YA!!!!! El nivel Inicial
nos necesita y hoy aquí estamos....
Prof. Verónica Lamanna - ponencia del Panel de Apertura del Primer Encuentro Provincial de Nivel Inicial – 18/10/2003.
La autora ofrece
información sobre el siguiente postítulo:
Actualización
Académica en Didáctica para los
procesos de enseñanza –aprendizaje en el Jardín Maternal.