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NOMBRE
DEL PROYECTO
Introducción
Frente a la
encrucijada en que la violencia ha puesto a toda la comunidad social
y en particular a la comunidad escolar, hemos elaborado desde el análisis
teórico y la experiencia un programa de prevención de la violencia con educación,
que si bien se desarrolla dentro del contexto del aprendizaje escolar, al
producir cambios de hábitos o de respuesta buscan extenderse a las formas de
convivencia externas a su ámbito.
Este programa está
diagramado comenzando desde el jardín de infantes hasta los grados superiores y
está dividido en dos etapas por edades. A su vez cada etapa comprende básicamente
tres módulos: el primero de detección de las causas de la violencia, el
segundo plan de concientización de todos los actores del proceso
escolar, el tercero entrenamiento
en sistemas de resolución de conflictos escolares (alumnos mediadores – 4to.
grado en adelante) y construcción de una convivencia pacífica (entrenamiento
docente en herramientas de mediación – los duendes de la mediación).
Los dos primeros módulos
son comunes a ambas etapas. A su vez la tercera etapa del programa prevista para
el nivel inicial puede incorporarse con carácter optativo dentro del plan de
concientización contemplado para los grados superiores, lo cual lo optimiza
incorporando más herramientas en los docentes.
Detección
de las causas de la violencia.
Creemos que para
elaborar un plan eficaz de prevención no pueden establecerse fórmulas únicas
ni exclusivas, pues es imprescindible un análisis particular de las causas que
generan la violencia en un establecimiento o comunidad dada. Cuanto más
circunscripto se encuentre este análisis geográficamente mejor y más
eficiente será el programa a desarrollar.
Más allá del planteo
general respecto de las posibles causas, lo cual puede inducirse con una
investigación global, debemos centrarnos en la investigación particular que
podremos analizar a través de encuestas, interrogatorios y charlas con
directivos, docentes, padres y alumnos para que cada uno de ellos dé su propia
visión del problema.
Estas encuestas deben
ser comprensivas en primer lugar del análisis de los conflictos que se susciten
dentro y fuera de la escuela. Lo mejor o más práctico podrá será comenzar
con preguntas o consignas orientadoras para dar luego opciones de incluir otros
puntos no mencionados específicamente.
También será
conveniente analizar separadamente cada establecimiento escolar individualmente
y dentro del él los distintos niveles educativos (desde el jardín de infantes
o nivel inicial, hasta el nivel secundario o polimodal) pues tampoco es
conveniente elaborar un plan único pues las causas y consecuencias de las
conductas violentas pueden no tener relación entre ellos lo que nos impedirá
en definitiva elaborar eficazmente un plan preventivo.
Estas encuestas deben
luego ser analizadas en forma teórica y gráfica para tener un panorama más
claro de las causas que son necesarias atacar. Se trata de un proceso de
evaluación y diagnóstico.
Luego de un minucioso
plan para una aproximación a la determinación de las causas que originan
violencia, debe comenzarse un trabajo planificado y sistemático para
concientizar a la comunidad escolar en
su conjunto (directivos, padres, alumnos, etcl) de la necesidad de utilizar los
conflictos con fines constructivos de modo tal que la violencia sea reemplazada
progresivamente por la paz pues los episodios de violencia influyen
negativamente no sólo en la convivencia escolar sino también y
fundamentalmente en el proceso de aprendizaje.
Los autores están de
acuerdo en que ¨los conflictos destructivos pueden hacer trizas la eficacia,
destruir relaciones, sabotear el trabajo, posponer y reducir los esfuerzos de
enseñanza y aprendizaje y devastar el compromiso individual con las metas de la
organización¨ (Janz y Tjosvold, 1985)
Debe desarrollarse la
conciencia positiva de considerar que el propósito del plan preventivo no
consiste en la negación de los conflictos ni tampoco su eliminación, pues los
conflictos pueden considerarse desde el punto de vista constructivo como
potenciadores de un cambio de conducta o de actitud, pues ¨los conflictos dan
la oportunidad de ver con más claridad un problema, generan nuevas ideas y
motivan el cambio para mejor¨ (Johnson y Johnson, ob. Citada pág. 32).
Tal como ya lo han
expuesto distintos autores¨... para eliminar la violencia y resolver los
conflictos destructivos las escuelas deben comenzar por admitir que tales
conflictos están fuera de control... el paso siguiente consiste en poner en
marcha un programa de prevención de la violencia ...que no sólo incluya
medidas para prevenir la violencia sino también modos de desarrollar y sostener
patrones constructivos de conducta¨ (Johnson y Johnson- Cómo reducir la
violencia en las escuelas, pág. 21).
Pero para el eficiente
funcionamiento del programa de prevención de la violencia necesitamos
prioritariamente lograr un verdadero compromiso de todos los actores de la
comunidad escolar pues cualquier intento que se pretenda sin una participación
efectiva de todos ellos está condenado al fracaso.
Es necesario que las
autoridades se comprometan con la realización de los programas brindando no sólo
su cooperación sino su participación efectiva en el proceso, que los docentes
comprendan la necesidad de incluir dentro de los esquemas curriculares distintos
aspectos que tienen que ver con la aplicación de los sistemas de resolución de
conflictos, herramientas efectivas de comunicación, inversión de perspectivas,
propuestas constructivas y análisis positivos de conductas,
ya
que ¨la capacidad para el liderazgo, la toma de decisiones, la generación de
confianza, la comunicación, y el manejo de conflictos deben enseñarse tan
deliberada y detalladamente como las aptitudes académicas¨ (D. W. Johnson,
1972/93, 1078/91) que los padres ayuden a sus hijos a incorporar dentro del ámbito
familiar los cambios de hábito y aceptación de conductas constructivas que han
desarrollado dentro del proceso de aprendizaje, y por último que los alumnos se
involucren en este cambio constructivo, tomando conciencia que su partipación
implica un proceso pacificador con vistas al futuro mediante el desarrollo de
una verdadera conciencia solidaria.
Los alumnos deben asumir que la violencia no es la única respuesta a los problemas y si bien ¨tienen distintas ideas sobre cómo se resuelven los conflictos... algunos se basan en el dominio físico por medio de las amenazas y violencia...otros emplean el ataque verbal, la indiferencia, ceden o replican al otro en sus mismos términos¨(Johnson y Johnson, pág. 34) debemos fomentar que existen otras formas no agresivas.
Debe asumirse que todas
las formas violentas producen más y más caos en el aula de modo tal que se
impone un cambio necesario si se quiere optimizar el aprendizaje y recuperar la
convivencia pacífica.
Otro de los puntos a
asumir desde la perspectiva institucional-escolar (autoridades, docentes) está
dada por el hecho que la implementación de procedimientos de resolución de
conflictos por parte de los mismos alumnos no vulnera en modo alguno el sentido
de autoridad desarrollado a nivel escolar, sino que promueve en ellos una
sensación de confianza en sí mismos y de compromiso con los otros.
El principio
verticalista de autoridad no se encuentra eliminado ni tampoco vulnerado, en
todo caso su participación en la resolución de los conflictos reaparecerá
cuando haya fracasado el proceso de mediación y deba arbitrarse sobre ellos
pues no existe conflicto escolar que pueda quedar sin resolver.
Construcción
de una convivencia pacífica (a partir del nivel inicial
- optativo para 4to. grado en adelante)
Esta etapa mereció el premio al aporte a la construcción de una convivencia pacífica otorgado por el Foro Mundial de Mediación durante su IV Conferencia llevada a cabo en Buenos Aires (Hotel Sheraton 8 y 9/5/03).
A través de haber
incorporado aspectos psicológicos relativos a la enseñanza y a la educación,
todo nos persuadía de la importancia de empezar cuanto antes en la incorporación
de esta filosofía de vida.
Comenzamos pues, nuestra
investigación de campo, y advertimos la escasez de bibliografía sobre mediación
en el nivel inicial, cuanto más en español, situación que se agravaba aún más
al no leer inglés.
Sin embargo, el tema de
cómo incorporar en los más pequeños bases conceptuales acerca de la mediación,
se mantuvo como asignatura pendiente.
También en congresos
y jornadas, a través del contacto con otros mediadores de la misma
especialidad, pudimos comprobar que algunos trabajos que se estaban dando en ese
nivel (jardín de infantes) fundamentalmente hacían hincapié en los conceptos
de negociación.
Sin embargo, pensamos
que debíamos buscar el modo de comenzar a incorporar en los más chiquitos,
algo más cercano a la mediación.
Topábamos con la
principal dificultad, confirmada por los textos y las experiencias concretas,
que en la pequeña edad, la noción de tercero neutral resulta de dificultosa
comprensión, tanto como otros conceptos como la confidencialidad, el ceder, el
interés, la posición, etc,
Debíamos entonces
buscar otras forma para que los más pequeños pudieran entender: ¨ lo que
escucho, repito. Lo que que veo, reconozco. Lo que comprendo, hago¨ es una
formulación didáctica que nos fue muy útil a estos fines.
Concluimos entonces que
probablemente iniciarlos en el conocimiento de las ¨herramientas¨ de la
mediación, o sea con qué elementos contamos para desarrollarla, esto es la
formulación de preguntas, el buen humor, el orden , la observación, etc.,
pudieran resultar conceptos comprensibles y asimilables.
La siguiente dificultad
era cómo enseñar a los niños esto de un modo que ellos pudieran incorporar el
aprendizaje de un modo real y duradero.
Con esta etapa se
proporcionan elementos para que
quienes trabajen en mediación escolar, puedan transmitir más fácilmente esas
nociones. Son 30 horas de capacitación para los docentes (se presentará en el
mes de setiembre para reconocimiento de puntaje docente).
Hay suficiente doctrina
psicopedagógica respecto de la importancia de los cuentos (versiones infantiles
de historias que fascinan incluso a los adultos) para brindar conocimientos. Los
cuentos se constituyen, entonces, es invalorables herramientas para la docencia:
¨Una buena historia desarrolla la imaginación, potencia los sentidos,
enriquece el lenguaje, fomenta el crecimiento espiritual¨.. al narrar una
historia les está dando oídos para oir, sentimientos para sentir, curiosidad
para aprender¨.. ¨si hay algo en la historia que Ud. está leyendo que no lo
satisface del todo siéntase libre para cambiarlo¨ (¨Contar cuentos¨ Liliana
Woloschin de Glaser y Antonio Ungar. Ed. Océano. Pag. 7 y 74) y ¨...los
cuentos son siempre vigentes pese al paso de los años porque acompañan al
hombre desde niño en sus problemas de crecimiento, en su adaptación al medio
social y en la adquisición de su visión del mundo¨ (Contar cuentos - desde la
práctica hacia la teoría. Ana Padovani. Ed. Paidós, pag. 46)
Con un cuento, además,
se logra también otro de los aspectos con los cuales ya se está trabajando en
el jardín de infantes que es todo el tema de los sentimientos. Es decir como
hacer que los niños pequeños, cuya visión siempre es en primera persona,
comprendan que los demás también sienten, quieren y sufren como ellos. En este
sentido, ¨los cuentos, por su variedad temática de ambientes, situaciones,
personajes, abren al niño un amplio abanico de posibilidades que en su pequeña
experiencia cotidiana posiblemente no hubieran imaginado nunca. A partir del
cuento conocerá la bondad de unos, las dificultades... y como se pueden ver las
cosas a través de otros ojos y otras circunstancias... ¨(Cuentacuentos, Nuria
Ventura, Teresa Duran. Ed. Siglo XXI de España Editores).
Partiendo de esta
premisa consensuada entre psicólogos y educadores, arribamos a la conclusión
que si pudiésemos incorporar en una especie de cuento las herramientas de la
mediación, podríamos comenzar a transmitirlas mejor y a muy corta edad.
Fueron así elaborados
“los duendes de la mediación”, que son doce y cada uno de ellos tiene un
“don” que es en realidad una de las herramientas de la mediación. Cada uno
de estos personajes tiene una representación gráfica para trabajar los
aspectos visuales, un muñeco para que los niños puedan manipularlos y por
supuesto la versión para lectura.
Con los docentes se
trabaja, como en otras historias, con una versión para adultos, de modo que
como un guionista, cada uno elabore su propia versión al contárselo a los niños
que deseen formar en la cultura de la convivencia pacífica.
Entrenamiento
en resolución de conflictos escolares (a partir de 4to. grado)
¨La prevención de la
violencia y la resolución de conflictos están interrelacionadas... El
entrenamiento de los estudiantes en la resolución de conflictos no sólo ayuda
a la escuela a convertirse en un lugar ordenado y
pacífico con educación de alta calidad , sino también mejora la enseñanza¨
(Johnson y Johnson, ob. Citada pág. 18).
El programa contempla en
esta fase tres estadios diferentes. El primero la capacitación en herramientas
de comunicación, que a su vez comprende seis módulos donde se alterna la
herramienta en sí misma con la aplicación de una regla de negociación
concreta.
Se trabaja sobre los
alumnos en cursos de entrenamiento que abarcan 18 horas de trabajo, y que se
dictan en horarios que no coinciden con la actividad educativa curricular.
El segundo se desarrolló
a través de seguimiento y tutoría de los mediadores docentes y alumnos ya
entrenados, comenzando en esta fase la práctica con mediaciones originadas en
los conflictos que los compañeros accedan a someter al proceso.
La última face, que en
realidad es una etapa única sino continua, consiste en la realización de
talleres de entrenamiento en nuevas herramientas de comunicación, de reglas de
negociación, de perfeccionamiento de los conocimientos ya adquiridos y
realización de talleres, seminarios y encuentros con otros mediadores de modo
que el intercambio de experiencias contribuya eficazmente al proceso de
aprendizaje y capacitación.
Antecedente
EXPERIENCIA
EN LA COSTA ATLANTICA ARGENTINA
En la costa atlántica
argentina se realizó la primera experiencia piloto del programa de prevención
de la violencia escolar
En el relevamiento de la
primera fase del programa del año 2001 o sea la detección de las causas de los
conflictos escolares en el que han participado directivos, docentes y auxiliares
de ocho escuelas, seis de Mar de Ajó, una de San Bernardo y una de La Lucila
del Mar se pudo establecer en qué orden eran visualizados los conflictos infra
y extra escolares quedando configurado el panorama de la siguiente manera:
Conflictos
intraescolares
-nivel socioeconómico
23%
-violencia física
21%
-dificultad de aprender
17%
-ofensas psicológicas
12%
-discriminación
9%
-diferencias de edad
9%
-resistencia a la
autoridad
8,9%
-adicciones
0,1% (solamente mencionado por una escuela)
De ello pudo analizarse
que las variables que tenían que ver con la violencias (física, y psicológica)
ocupaban con el 50% de la conflictividad escolar.
También pudo observarse
al comparar los guarismos individuales de cada establecimiento que en aquellos
donde el nivel socioeconómico del alumnado estaba por encima de los otros los
conflictos motivados en resistencia
a la autoridad eran un 50% mayores que aquellos llegando a ocupar el 25% de la
conflictividad total.
En cuanto a la
conflictividad fuera de la escuela la evaluación también del año 2001 dió
los siguientes resultados:
-falla de trabajo
26%
-escazes de recursos
22%
-violencia familiar
21%
-abandono/separación
18%
-rebeldía
5%
-fanatismos deportivos
4%
-creencias religiosas
4%
Concluimos entonces que
los aspectos relacionados con la problemática económica ocupaban casi el 50%
de la conflictividad escolar.
También aquí la rebeldía
en los niveles socioeconómicos más altos era un 50% mayor que en los otros
establecimientos.
No dejó de
sorprendernos el hecho que resultó del análisis comparativo por separado del
staff docente y directivo de un mismo establecimiento, que arrojó resultados de
diferencia abrumadora. Los directivos consideraron en general de mayor
incidencia los factores socioeconómicos y la dificultad de aprender, en tanto
que los docentes centraban su preocupación en la violencia y la resistencia a
la autoridad; lo que nos orientó también en la necesidad de incluir esta
problemática dentro del plan global.
También se realizó la
segunda fase del programa correspondiente al año 2001 o sea el plan de
concientización a través de charlas con los directivos y los docentes para
explicarles la temática del proyecto y comprometerlos en su desarrollo. Se les
explicó que los docentes a través del trato permanente con los alumnos pueden
apreciar los progresos diarios que el entrenamiento en mediación y los procesos
de mediación propiamente dichos van produciendo en la comunidad escolar. Esto
también es necesario para evaluar el desarrollo de los programas de prevención
de la violencia y la formación de los mediadores.
Para la capacitación de
los alumnos, se siguieron los lineamientos desarrollados en el programa de
entrenamiento incluido en el libro ·”Educar para la Paz “
(Ed. AIAP 2000, pág. 117 y siguientes).
Siguiendo con el programa, fueron capacitados veinte alumnos mediadores de cuatro escuelas públicas en el nivel de 12 a 14 años, incluyendo en el mapa educativo tres localidades del municipio de la costa, localidad balnearia argentina, los que además de su capacitación han asumido un compromiso con la paz.
Actualmente la asociación
ha otorgado dos becas que cubren los costos de de los docentes a cargo de los
cursos y el material de trabajo, una para nivel inicial y otra para 4to. grado
en adelante.
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