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Andrea Vanina Figueroa

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¿CÓMO EDUCAR A UN INDIVIDUO DENTRO DE UNA SOCIEDAD DESIGUAL?

Antes de comenzar, es necesario hacer referencia a una concepción filosófica de sujeto educado.

El único ser educable es el hombre. Este ser biológico, psíquico y social, está provisto de una actividad espiritual, a través de la cuál, comprende a la realidad como un todo.

La filosofía, es una ciencia general de los seres, de los principios y de las causas, es una forma de concebir el mundo y la vida, que repercute sobre la conducta. Es decir, intenta explicar la realidad, a través de una reflexión totalizadora, en la que entra lo natural y lo humano. (Diccionario Enciclopédico Larousse (1958))

La educación, según el Diccionario Enciclopédico Larousse (1958), es “la acción de desarrollar las facultades físicas, intelectuales y morales, que incluye el conocimiento de los usos de la sociedad”.

Es decir, es el proceso de formación del hombre, dentro y para una sociedad, el cuál, es continuo. Es necesario recordar, que debido a la cantidad de postulados e ideologías, referidas a la educación, no hay una única definición en la que podamos basarnos para comprender el hecho educativo.

La filosofía da cuenta de la integridad humana, es decir, suministra una “imagen” del hombre a formar; al fundamentar la acción educativa, nos encontramos con una “filosofía de lo humano”.

Podemos afirmar, que un sujeto educado, es aquel que se encuentra dentro del proceso “intencional” educativo, que se propone alcanzar ciertas metas, validadas socialmente. Decimos dentro, porque este proceso de formación es continuo, ya que nunca se deja de adquirir conocimientos.

Consideramos que la Filosofía de la Educación es un saber que tiene por objeto una reflexión radical sobre la educación; estudia a partir de posturas filosóficas, las leyes, las situaciones y fenómenos del mundo, del hombre, de la sociedad y de la cultura, en relación con el proceso de la formación humana.

En este campo de investigación, la Filosofía Educativa, abarca ideologías y políticas, que revelan las acciones y los pensamientos de los hombres, relacionados con la educación escolarizada o no, y se encuentra condicionado por el hecho histórico general.

A mediados del siglo XX, la filosofía de la educación, prefirió enfocar su postura más allá de lo tradicional.

Se sostenía que los istmos(perspectivas filosóficas o religiosas) podían ser el punto de partida para deducir proposiciones sobre educación; en Estados Unidos, y en otras partes del mundo, en los años ´50, tuvo gran aceptación, entre los filósofos que participaban en la formación de maestros. Con el tiempo, se encontraron graves errores filosóficos. No se puede decir qué “istmos” filosóficos acepta una persona, sólo por su comportamiento, es decir, no hay correspondencia directa entre los compromisos filosóficos profundos de cada persona con sus creencias y acciones diarias.

Durante el siglo XVII, Locke, uno de los grandes pedagogos, investigó la forma en que la mente humana, adquiere el conocimiento y el principio de la razón, y cómo se abastece de ideas. Para lo cuál, sostenía que al poseer las ideas, una base segura, las conclusiones alcanzadas por la razón serían más acertadas. Aceptaba la idea que al nacer, la mente era una tábula rasa.

Uno de sus grandes seguidores, fue Jean Jacques Rousseau, más conocido como el “liberador de los niños”, y el “padre” de la educación progresista moderna. Nace en Ginebra, Suiza, en el año 1712; su vida transcurre en el siglo de las Luces (el de la Ilustración).

Durante este siglo, el XVIII, la razón fue considerada como la principal fuerza capaz de asegurar el progreso de la sociedad. La educación era la principal preocupación de reyes, pensadores y políticos, manifestándose en este siglo pedagógico; donde se privilegia la instrucción sensorialista y racionalista, y la educación individual.

La ilustración europea, se caracterizó por la revisión de la concepción de mundo y de hombre, “a la luz de la razón y de la experiencia”. Fue fundamento intelectual que transformó el modo de pensar social, político y económico del siglo XVIII.

El ideal filosófico – pedagógico de Rousseau estaba centrado en la idea de que la civilización era el origen de la corrupción del ser humano, ésto lo condujo a dedicarse a los problemas relacionados con la educación. Una de las cuestiones que se planteó, fue el papel de la educación en la formación de ciudadanos y líderes cívicos.

Rousseau, sostenía que, el origen de todos los males de su época, estaban en la sociedad, y en sus efectos sobre el sujeto; como alternativa, propone la transformación interna de éste, por medio de la educación.

Esta educación, debe tener como primordial finalidad, la conservación de la naturaleza humana, en la cual los educadores, debían procurar el desarrollo físico y espiritual del niño, de forma espontánea, y que cada nuevo conocimiento adquirido fuera “un acto creador”, de tal manera, la educación provendría del propio interior del alumno.

Los principios pedagógicos, estaban fundados en la naturaleza peculiar del niño. Esto lo ubica como eje del proceso educativo, es decir, conocer al niño como tal, no como “hombre” en miniatura, debe ser siempre dueño de sí mismo, hacer las cosas según la voluntad, impidiendo así, que adquiera hábitos negativos que lo conduzcan a la esclavitud. Para ello, señaló las bases de  un nuevo programa de estudios, en el que resalta la importancia de las actividades recreativas, para el desarrollo del niño, desde adentro. Impuso la exigencia de ver en el niño, el “centro y el fin” de la educación.

Sostiene que se debe enseñar por el interés natural del niño, abandonando todo antes de fatigarlo, desgastar su interés; y que a través de una educación activa, se ejercita la razón, y se adquiere cada vez más ingenio para conocer las relaciones de las cosas, conectando las ideas e inventando los instrumentos.

Recomienda, que en el aprendizaje debe irse relacionando las distintas representaciones, surgidas activamente de la conciencia.

Lo criticable de su sistema, es el papel secundario del docente, en la educación, ya que restringía la actividad de éstos. Uno de los aspectos que se dejaba de lado, era su labor como guía. Tampoco se consideraba la importancia de la razón; argumentaba que la razón podía pervertir al hombre, enseñándole hechos inútiles. Esto no significa que haya una división entre la emoción y la razón, sino que, lo que se necesita es un sistema de educación para hacer racionales las emociones e intensificar la razón por medio del desarrollo de las propias tendencias educativas.

En su obra, EMILIO (1762), Rousseau, expresa su ideal pedagógico, en el que se destaca la importancia de la expresión para que el niño sea equilibrado y libre pensador. Justifica la educación, no basándose en la formación libresca e intelectual, sino sobre el respeto de las cualidades naturales, que conducirían al niño, hacia lo verdadero, y hacia el bien.

En el mismo, propone, como solución a los problemas y/o defectos de la sociedad de su época, a la educación, como el mejor camino, a través de una transformación interna del hombre.

Subraya que lo natural, es bueno, por lo cual aconsejaba a los educadores, que debían fijar sus ojos en la naturaleza, y seguir, el camino trazado por ella, sin contradecir las leyes de ésta. “EDUCAR AL NIÑO, COMO NIÑO Y NO COMO HOMBRE DEL MAÑANA”.

En EMILIO, desarrollaba la educación naturalista. Se sacaba a Emilio de la ciudad, para ser criado en el campo, no se le debía enseñar nada hasta que no estuviese listo para aprender, los primeros años debía jugar y pasear por el campo, no debía ser castigado, sino que debía sufrir las consecuencias naturales de sus acciones, conociendo así, el límite, no como algo impuesto por el preceptor.

Como solución proponía, que era necesario volver a una sociedad agraria, primitiva, de vida sencilla, cercana a una naturaleza salvaje, donde no existan los problemas causados por la “vida civilizada”.

Los adultos, deben evitar que el niño se contamine con la corrupción de la civilización, por lo cual sugiere ”... sustraer al niño, durante el mayor tiempo posible, a las nocivas influencias ambientales”.

“Todo está bien al salir de manos del autor de la naturaleza, todo degeneran manos del hombre”.

Con esta frase, inicia su libro; de la misma, podemos deducir que el niño nace perfecto, por lo cual debe hacer su parecer. Al nacer sensibles, los objetos que rodean al hombre, motivan sus impresiones, le “enseñan a vivir” y a conocer su condición humana, aceptando con esto, que desde el nacimiento comienza la instrucción.

“A las plantas las endereza el cultivo, y a los hombres la educación”; esto significa que todo lo que no tenemos al nacer, y que necesitamos en la adultez, es dado por la educación.

Con este principio, hace una comparación entre la naturaleza y la educación del hombre, sosteniendo que la fuerza necesaria, es ofrecida por la inteligencia y la educación misma. Ésta última es efecto de la naturaleza, de los hombres y de las cosas.

Ø      La educación de la naturaleza es el desarrollo interno de nuestras facultades y nuestros órganos.

Ø      La educación de los hombres, es el uso que aprendemos a hacer de este desenvolvimiento o desarrollo por medio de sus enseñanzas.

Ø      La educación de las cosas, es la adquirida por nuestra propia experiencia sobre los objetos que nos rodean.

De estos tipos de educación, Rousseau, considera como primordial el primero, y que los dos restantes se realicen a partir de éste.

“El hombre de la naturaleza, lo es todo para sí”, el verdadero estudio, es el de la condición humana. En el estado natural, todos los hombres son iguales, “sólo son hombres”.

Dentro de una sociedad, se obra en contraposición a las tendencias naturales del hombre, ya que se impone formar un ciudadano, un hombre civilizado, que es una unidad fraccionaria, cuyo valor expresa su relación con el cuerpo social. Cada sujeto en particular, ya no es un entero, sino que es parte de la unidad.

La primera agrupación social que es vivida por el hombre, es la familia; los hijos permanecen vinculados a sus padres, el tiempo necesario para su preservación, para ser protegidos, cuando desaparece esa necesidad, ese lazo natural también desaparece. Ahora, ya debe velar por su propia conservación. Los primeros cuidados del hombre, son “los que se debe a sí mismo”, al alcanzar los principios de la razón, debe juzgar cuáles son los medios más apropiados para ello.

En el estado irracional, de naturaleza, no se ve sometido a las voluntades de los hombres, sino a sus propias necesidades, por eso es visto como un hombre salvaje. La gran ventaja de este estado, es la igualdad moral o política.

El desarrollo mismo de la naturaleza humana, en el que la perfectibilidad del hombre es un factor importante, lo llevó a éste a la necesidad gradual de establecer vínculos sociales, saliendo así del estado natural. Al establecerse la propiedad privada, se quiebra el estado natural, es decir, surge la desigualdad moral y la sociedad, mediante el contrato social, con sus leyes, sanciona y perpetúa, la propiedad privada, y en consecuencia, la desigualdad social.

El hombre es el único ser que tiene la facultad de perfeccionarse, la cual con ayuda de las circunstancias, desenvuelve sucesivamente a las restantes y reside en nosotros, en la especie y en el individuo. En cambio, el animal dentro de unos meses, será lo mismo, que dentro de unos años.

Las leyes establecidas en una sociedad, siempre defienden al rico y poderoso. Por este derecho de propiedad, se ha creado un abismo, entre clases jerarquizadas.

Con la propiedad privada, se quebranta la “paz y la armonía” de la humanidad. Los seres humanos, de común acuerdo, celebran un contrato, donde cada uno acepta ceder parte de su libertad, para formar un organismo de control superior a los individuos, considerados por separado, o sea, un gobierno. Este pacto, se denomina contrato social, mediante el cuál, la sociedad se ha establecido, pero en él se anula la libertad del Estado de Naturaleza.

Casi nunca hay unanimidad de las voluntades individuales, pero lo que importa, es la “volonté genérale”, de la mayoría, que es la del Estado, la de la comunidad, y por lo tanto, la de los discrepantes, no como individuos, sino como miembros del Estado. Al someterse a esta “voluntad general”, es posible ceder toda la libertad y derechos personales a los demás y, recibir a cambio, los derechos y la libertad de los demás. El resultado de esta “entrega total de todos a todos”, es el pueblo soberano, el conjunto de ciudadanos, que constituyen el poder o Estado. La aceptación del interés común, solo es posible desde una perspectiva de moralidad, es decir, a través de la educación, para entender lo que es justo.

En Emilio, Rousseau, expresa que un niño, alejado de la sociedad, debe ser asistido por un educador, el cuál intentará que surjan libremente “del fondo de su alma”, los buenos criterios morales, no corrompidos aún, por la sociedad. De esta atención individualizada, se desprende otro de sus principios pedagógicos: “El niño no es un adulto en miniatura, sino, un ser humano que atraviesa sus propias fases de desarrollo. El juicio moral, surgirá de la sensibilidad educada, y de la conciencia surgirá la razón.

Sostiene que el estado “natural” del hombre, antes de que surgiera la vida en sociedad, era “bueno, feliz y libre”. En ese estado salvaje, vivía independiente, guiado por el amor así mismo. Este es “un estado que no existe ya, que acaso no ha existido nunca, que probablemente no existirá jamás, y del que es necesario tener conceptos adecuados para juzgar con justicia nuestro estado presente”; con esto, se puede analizar el estado social actual, en el cual, el hombre se aparta de la naturaleza para vivir en comunidad, y donde predomina la injusticia, el egoísmo, y las ansias de riqueza (derecho de propiedad).

Rousseau, afirma, que esta situación puede ser atenuada a través de una sana vuelta a la naturaleza y una educación que desarrolle el individualismo y la independencia del hombre; transformando el orden social, desde le interior mismo, y sin violencia.

Los hombres deben establecer un nuevo contrato social que los acerque a su estado natural. Este nuevo pacto, debe ser de la comunidad con el individuo, y del individuo con la comunidad, desde el que se forme una “voluntad general”, diferente a la suma de voluntades individuales, y que se constituya en fundamento del poder político. La libertad individual, debe constituirse a través de la voluntad general, en libertad civil y en igualdad.

La desigualdad en la manera de vivir, el exceso de ociosidad en unos, de trabajo en otros, la buena y la mala alimentación, las carencias, tristezas, son entre otras, algunas de las causas que prueban que la mayor parte de los males del ser humano, son producto de la sociedad misma. Estos, podrían haber sido evitados si se hubiera conservado la manera de vivir sencilla, uniforme y solitaria prescrita por la naturaleza.

La diferencia entre los hombres es aún mayor, que la existente entre “salvajes”, ya que al proporcionarse comodidades, algunas sobre la base de los animales que “amansa”, lo hacen degenerar más sensiblemente.

La búsqueda de perfectibilidad, es el origen de todas las desgracias del hombre; ésta, saca al hombre de su condición originaria, en la cual, pasaría los días de su vida tranquilos. Esta facultad, con sus vicios y virtudes, lo hace tirano de sí mismo y de la naturaleza.

La causa principal del perfeccionamiento de nuestra razón, se halla en la actividad de las pasiones humanas. El intento de conocer, se debe a que el ser humano desea gozar, lo cual implica razonar. A su vez, las pasiones, tienen su origen en las necesidades y el progreso de ellas en el conocimiento; porque no se puede desear o temer las cosas, más que por las ideas que de ella se pueda tener o por el impulso de la naturaleza.

Sólo con el instinto, tenía lo que necesitaba para vivir en el estado de naturaleza, con la razón cultivada, tiene lo necesario para vivir en sociedad. En esta última, surgió la necesidad de la palabra.

Conclusiones

Rousseau, consideraba que el mundo que se estaba configurando, debía desechar, el papel de los hombres como ”siervos”, para convertirse en ciudadanos libres, dueños de sí mismo, y conservadores de la soberanía. Consideraba la educación como el mejor camino para formar ciudadanos libres, conscientes de sus derechos y deberes pero, a su vez se dio cuenta que el sistema educativo dominante, no podía llevar a cabo esta tarea.

En su obra pedagógica, EMILIO, define los nuevos fundamentos, para una pedagogía acorde a los tiempos que corrían. Allí establece las características de la educación para una sociedad formada por ciudadanos libres, participativos, y que deliberan sobre la organización de la comunidad y los asuntos públicos, es decir, formar un nuevo hombre para una nueva sociedad.

En contraposición al método de enseñanza de la época, de que “el niño es un hombre en miniatura”, aceptando con ello que comparten intereses, necesidades, habilidades y capacidades, uno de sus principales aportes fue indicar que, el niño es un ser totalmente diferente del adulto, sujeto a sus propias leyes y evolución.

El proceso educativo debe partir de la comprensión de la naturaleza del niño, del conocimiento de sus intereses y características distintivas. Conoce el mundo exterior, de forma natural, utilizando sus sentidos, es decir, por medio de las sensaciones, conoce el mundo que lo rodea, por lo tanto, la observación y la experimentación, constituyen la vía que permite al niño aprehender el mundo que lo rodea.

En EMILIO, expone que, al niño, se le debe dar la más amplia libertad, que “juegue y corra en el campo, sin restricciones”, lejos de las costumbres enviciadas de la ciudad, que “perder” el tiempo, genera educación, ya que no enseña la virtud ni la verdad, sino a preservar el corazón de los vicios y, el ánimo de los errores.

Al seguir el camino de la naturaleza, tiene gran libertad, lo que le permite que se mueva más por sí mismo y pida menos de los que lo atienden. Al depender de las cosas, de la naturaleza, no tiene vicios.

“Todo está bien al salir de las manos del autor de la naturaleza, pero todo degenera al contacto con el hombre”

En la formación del hombre de la naturaleza, sostiene que el aislamiento, no permite que se deje arrastrar por las pasiones ni por las opiniones de los hombres, sino que siente con su corazón, y sólo hace caso a la autoridad de su propia razón. Luego al ser inserto en una sociedad, no se deja corromper por ella. Mantiene que el mal moral es obra de los hombres.

Sostiene que la educación debe adecuarse a las etapas de desarrollo del niño, los objetivos deben partir de los intereses y motivaciones de los alumnos. Debe ser estimulado en su deseo de aprender, pero sólo cuando éste sienta la necesidad de aprender, de adquirir conocimientos.

Debido a la facultad de perfeccionarse, surge en el ser humano, la necesidad de aprender.

Rousseau, afirma que el hombre viene al mundo sin posibilidades para enfrentarse al medio, y que en la sociedad, existe una pugna entre el hombre natural y el civil. Por esta razón, el educador, debe colocar al niño en conformidad con el medio y luego, formar al hombre social sobre la base del natural.

A través del contrato social, explicita que “... en lugar de destruir la igualdad natural, el pacto social fundamental sustituye,... con una igualdad moral y legítima lo que la naturaleza le había podido poner de desigualdad física entre los hombres, y que pudiendo ser desiguales en fuerza o en talento, se convierten en iguales por convención y derecho”.

En esta obra, señala que todos los hombres son iguales, y que en ellos se encuentra la soberanía para gobernar, aunque la confían a sus representantes, sosteniendo que la verdadera libertad es la obediencia a las leyes procedentes de la voluntad general, de los ciudadanos.

Este contrato se encuentra validado por la sociedad, son implícitamente admitidas y reconocidas; cuando no cumple con él, cada hombre vuelve a sus primeros deberes y recobra la libertad natural.

Al “cumplir” con este pacto social, cada uno pone su persona y su poder bajo la dirección de la voluntad general, y el cuerpo (nosotros) recibe a cada miembro como parte del todo.

La educación del hombre, debe adecuarse al hombre por lo que es, y no a lo que él no es. Para ello es necesario tener muy en cuenta el estado de naturaleza.


Bibliografía

Ø      Diccionario Enciclopédico Larousse (1958)

Ø                 Palacios, J. (1978) “La cuestión Escolar” .Laia.

Ø                 Hernández Rojas, G. (1998) “Paradigmas en Psicología de la Educación”. Paidós.

Ø                 Rousseau, J. J. “Del Contrato Social”. Alianza.

Ø                 Rousseau, J. J. (1996) “El Contrato Social”. Altaya.

Ø                 Rousseau, J. J. (1991) “Emilio y otras páginas”. Centro Editor de América Latina.

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