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Los títeres... con nosotros desde siempre.
 Elena Santa Cruz


Hablar de títeres implica básicamente, reconocer un inmenso camino
compartido por el hombre y el muñeco, que desde la caverna los une y son
hasta hoy inseparables. Podemos decir que existe una memoria colectiva
relacionada a esta historia vivida desde los comienzos en compañía de los
muñecos y una historia individual anclada en las emociones más profundas de
la infancia; porque es innegable, que aún en la cuna más humilde, un
sencillo muñeco de trapo acompaña al niño. Y es así que el títere ha transitado silenciosamente el paso de los años conmoviendo generación tras
generación... Por eso hoy, en medio de las grandes comunicaciones vía
Internet, nada suplanta este arte milenario que es pura pasión... tracción
a sangre.
Grandes maestros vivieron y promovieron las increíbles posibilidades que da
el títere en los más diversos ámbitos: Mane Bernardo , Sara Bianchi, Javier
Villafañe y Ariel Bufano quien incursionaría junto al doctor Jaime Rojas
Bermúdez realizando títeres en el Hospital Borda, fruto de lo cual surgiría
el libro "Títeres y Psicodrama".
Por todo esto, es imposible hablar del títere como un recurso, como mera
herramienta o motivación para desarrollar otro tema. Si en un punto es
verdad que es así, el títere es mucho más y quizás ése sea el gran desafío,
abrir las alas, crear, estudiar, investigar y como diría Mane
Bernardo:

"que los títeres lleguen a todos los ámbitos y que allí donde entre un
titiritero se abra un nuevo camino"


Títeres y Educación.

"El títere nació el primer amanecer, cuando el primer hombre vio por
primera vez su propia sombra y descubrió que era él y al mismo tiempo no
era él. Por eso el títere, al igual que su sombra vivirá con él y morirá
con él".
                                       
Mucho y valioso se ha escrito sobre Educación por el arte, y sin duda el
trabajo con títeres busca un desarrollo integral del niño.
Los títeres- personajes teatrales- posibilitan a la hora del armado de un
taller, desplegar un abanico inmenso de posibilidades:
literarias: para el armado de los guiones
plásticas: -para escenografías, utilerías, afiches de promoción de la obra,
fabricación de los muñecos.
musical: acompañamiento de la obra, sonorización de las obras (efectos).
Puesta en escena: designar personajes (entradas, salidas), organización de
los titiriteros, pequeños bailes o coreografías, iluminación.

Como se verá, la fabricación de los muñecos es uno de tantos puntos en una
obra.
He observado talleres de títeres que solo se dedican a la construcción de
muñecos. Esto es muy valido, pero ¿cuál es el objetivo final?.
 Mi objetivo como docente- titiritera es que los talleres sean expresivos,
no técnicos: la técnica en función de la expresión. Cuando un nene quiere
decir algo con su muñeco y no puede nace el CONFLICTO EXPRESIVO.
Y a partir de este conflicto buscamos la técnica apropiada para que sea
clara su expresión a los otros. Si yo fabrico muñecos por el placer de la
construcción, tendré un hermoso taller de fabricación de muñecos y no esta
mal que así sea, pero no es taller de títeres. Si yo enseño técnicas es muy
probable que sean muy virtuosos en sus movimientos pero, ¿y lo que deseaba
decir el nene?.
Que nuestros deseos de ver una puesta en escena "linda", no obstruyan el
maravilloso proceso creativo, que solo en el hacer y deshacer, en el probar
y equivocarse puede surgir.
Cuanto aprendizaje para la vida hay en este descubrir y descubrirse que
encierra el manipuleo del niño con el títere, en donde él pone voz, nombre
y "personalidad", con tantas características semiocultas de su propia
historia. Crear, recrear la propia vida en este juego de títeres.
Por otro lado , el personaje títere imprime diálogo, y en este juego me
comunico con los otros miembros de mi comunidad y así me muestro y me
reconozco en este doble juego "interno y externo".
Dice Manuel Pantigoso, en su libro "Educación por el arte":
"La educación entendida como proceso global y permanente que implica
alteraciones sociales, culturales, económicas, políticas, etc., y que va de
acuerdo a las finalidades que cada sociedad le otorga, es un componente de
la cultura entendida ésta a su vez como el "hacer" acumulable, transmisible
y modificable por esa Educación. Quien educa es la vivencia y la
convivencia y la escuela es solamente un lugar donde esto puede suceder.
Ahora bien, si aceptamos que una de las finalidades de la educación es
lograr que los individuos sean capaces de relacionarse de manera
constructiva y sensible con ellos mismos y con el medio ambiente a través
de las diferentes formas del lenguaje, entonces aceptaremos también que el
arte es un medio eficaz para lograrlo, porque coincidentemente ésa es
también - como hemos visto- una de sus finalidades: la relación igualmente
sensible y constructiva con la realidad interna y externa utilizando las
distintas formas de expresión".
En este punto los títeres funcionan como puentes expresivos que permiten
mirar mi mundo interno y compartirlo; dejan así de ser simples muñecos para
transformarse en personajes del arte más antiguo: "el Teatro".
En un mundo lleno de técnicas y grandes soledades, de pocas miradas que se
cruzan, los chicos cuentan y nos hacen dar cuenta, los solos que vivimos.
Un taller de títeres es... una ventana al infinito. Pedazos de paño que se
comunican con la necesidad vital de mirarse a los ojos, de decir que
siento, quien soy y que me pasa, algo tan vital como el pan. Por eso no
podría cerrar este pequeño artículo sin decir  que por sobre todas las
metodologías existe una filosofía de lo que para el docente es su taller,
un objetivo madre, un deseo profundo de comunicación a través del arte que
ira organizándose de distintos modos y siempre atento a los emergentes
vitales del grupo. Que nunca nos falte el arte..., porque sin duda es el
aire con el que el mundo sueña con un mañana mejor.



A modo de despedida:

He recibido con maravilla  este texto que deseo compartir a modo de cierre
por la profundidad de sus palabras y la filosofía que él transparenta:
"Cuando uno va a ver una función de los BREAD & PUPPET Theater (pan y
títeres), Peter Schuman recibe a los espectadores (antes de comenzar la
función), con un pedazo de pan.
PAN que ha sido amasado y cocido por los integrantes de la compañía.
El espectador parte el pan y da el resto a su vecino, quien lo parte y pasa
lo que queda.
Cuando todo el mundo ha probado el pan, comienza la función.
Dice Peter Shumann: "la gente está hambrienta. El trabajo de hacer pan
requiere un buen horneado para la digestión y para que sea accesible a
todos... La guerra y el hambre deben ser abolidas. El agua, el aire y el
suelo deben resucitar... Nuestra alma está hambrienta y el hombre no solo
debe vivir de pan, sino también de títeres.
¿Cuál es el objetivo de un espectáculo de títeres?. Simplificar el mundo,
supongo, para emplear un lenguaje sencillo que todos podamos entender;
captar al espectador, encender sus emociones, compartir. Los titiriteros
creen que su arte debe ser artesanal, como el pan que cuecen. Por tradición
y por elección repudian el arte como negocio, el arte como mercadería
acabada.
Para Schumann, la creatividad no requiere capital. El pan y el arte deben
ser armónicos, artesanales, simples, tiernos y tienen que satisfacer las
necesidades del espíritu. Desde los albores de la humanidad hasta la
actualidad, consciente o no, ésta ha sido y es la "ETICA DE TODO
TITIRITERO".

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