Aunque el mensaje básico de mi discurso
es el de los conocimientos cósmicos que me fueron revelados, hablar
de "mi" mensaje, supone una amplitud que no se limita a esos conocimientos.
Como tengo ciertas diferencias con algunos aspectos del mensaje que las
entidades cósmicas transmitieron, y que el canal humano que emplearon
pudo alterar en diversos contenidos, cuando expreso mis puntos de vista
personales estoy dando un mensaje distinto del que me fue dado. Para mantener
separadas las cosas, es necesario definir que el mensaje que doy comprende
unos conocimientos que no son míos, y unos pensamientos que sí
lo son. Ambas cosas son dos mensajes bien diferenciados, dentro de lo que
puede entenderse como "el mensaje de Clomro", en un sentido amplio.
Incluso forman parte de mi mensaje, fuentes históricas,
filosóficas, literarias, cinematográficas, estudiosos del
tema de los extraterrestres, y el trabajo y pensamiento de diversas otras
clases de personas que hayan hecho un aporte a la comprensión de
qué tipo de fuerzas, mentes o entidades han tenido que ver con la
creación y funcionamiento de este mundo. Por lo que, siendo cada
una de esas fuentes, divulgadora de su propio mensaje, el hecho de que
yo retransmita esa diversidad de mensajes, junto con el mensaje cósmico
que me fue enseñado, a la vez que también cito mensajes extraterrestres
tales como el de los pleyadianos a una contactada y, finalmente, mis propios
pensamientos que son mi propio mensaje, esta heterogeneidad hace que el
mensaje que doy sea un conjunto de mensajes, donde lo propio y lo ajeno
son reunidos, de modo que calificarlo como "mío", más que
una manera de definir fielmente cómo son las cosas, es una forma
de decir.
Misión
He venido a este mundo para cumplir un papel muy
concreto y circunscripto a una misión muy particular a la cual debía
integrarme. Mi subordinación a los mandos cósmicos que así
lo determinaron, me limitaba a ser un ejecutor de directivas aceptando,
sin cuestionar, los conocimientos cósmicos a cuya divulgación
debía yo contribuir, retransmitiéndolos sin quitar, ni agregar,
ni modificar conceptos.
Esos conocimientos fueron transmitidos por entidades
cósmicas a los contactados a quienes debía yo asistir en
su misión divulgadora. Como fueron dados en carácter de "Verdades
Universales", no dejaban el más mínimo margen al pensamiento
cuestionador: un aprendizaje al pie de la letra y una retransmisión
textual de sus contenidos, no sólo no requería poner en juego
ideas personales, sino que dejarlas de lado era toda una exigencia. No
había nada que filosofar acerca de la inconsistencia o contradicciones
en ciertos aspectos de la cosmovisión que esa información
ofrecía: o se aceptaba tal como se transmitió, o no se aceptaba.
Estar en esa misión exigía una aceptación sin cuestionamientos
ni puesta en duda a esas "Verdades".
Discrepancias
Tuve tal grado de aceptación y subordinación,
mientras me fue necesario a ciertos fines. No fue el caso de la mayoría:
la gente solía no tener paciencia para estar tolerando un autoritarismo
intolerante a críticas, con el cual era divulgado y defendido de
ellas el conocimiento cósmico por parte de sus retransmisores, en
especial los contactados líderes de la agrupación. Esto generaba
el rechazo de mucha gente a la cual no se la podía convencer cuando
ciertas incoherencias hacían dudosa la veracidad del mensaje. Porque
la gente suele creer que si existe una verdad cósmica, ella debe
venir pura, sin errores de conceptos o de formas de explicarla y, por sobre
todo, sin errores humanos en sus retransmisores. Porque un contactado que
no sea un ejemplo de virtud, con sus defectos hace no creíble que
pueda ser verdad lo que enseña.
Decepcionados por la pérdida de algunas virtudes
-reales o aparentadas- y el progresivo aumento de defectos y desaciertos
en la conducción por parte de los contactados que lideraban el grupo,
hasta de los que eran sus más fieles seguidores, casi todos se fueron
yendo y, en muchos de los casos, dejando de creer en el mensaje, salvo
algunos que lo han mantenido separado del factor humano por cuyos errores
se alejaron.
Estas deserciones no dificultaron, en principio,
(luego sí ante la creciente difamación pública por
la prensa) el constante ingreso de nuevos adeptos. Los cuales se daban
cuenta de que habían entrado en un grupo dictatorialmente dirigido,
recién cuando iban conociendo a fondo la realidad de la vida interna
de la agrupación, que al principio les era mantenida en reserva
para no ahuyentarlos. La suavidad en el trato hacia los nuevos adeptos
iba cambiando por dureza en las exigencias a medida que asumían
y demostraban mayor compromiso, entrega y participación. Primero
eran atónitos observadores del rigor con que eran tratados los de
más antigüedad, y luego iban siendo convertidos en objeto de
la rigurosidad a medida que pasaba el tiempo y perdían el privilegio
de la permisibilidad "comprensiva" con que en todo lugar es tratada la
gente que recién llega. De ahí en más, el grado de
tolerancia a la humillación y disposición a continuar a pesar
de todo, mientras sea por la causa de "la Verdad", dependía de los
valores de cada uno.
Obediencia
Cuando un contactado que supuestamente representa
a jerarquías cósmicas, se convierte en un dictador en el
grupo que lo sigue, es porque sabe que sus adeptos están dispuestos
a obedecerle, debido a que para ellos es preferible la humillación
en el plano humano, a la pérdida de la vida eterna. Porque los grupos
contactistas de carácter salvífico-apocalíptico, son
armados bajo el fantasma del castigo a los no creyentes y a los creyentes
que no obedezcan a la autoridad del grupo; castigo consistente en la pérdida
de la oportunidad ("única" y "última") de ser salvados (evacuados,
rescatados en naves) y no ser destruidos y quedar inmovilizados, con conciencia
de existir en estado de sufrimiento, por tiempos sin fin.
Habrá quien piense cómo es posible
que haya gente que pueda creer en tales amenazas, pero la realidad es que
son miles de millones los adeptos a religiones (y esto incluye al cristianismo)
que temen a la amenaza de un "infierno" eterno para los pecadores. Por
lo tanto, no es raro que contactados con inclinaciones fascistas recurran
al imaginario popular tradicional para manipular gente en pro de una nueva
creencia, donde en la salvación, la nave y el extraterrestre reemplazan
a la nube y al ángel, y donde en la condena, la desintegración
energética en "polvo cósmico" reemplaza al fuego eterno y
al lloro y crujir de dientes. Pero al final es más de lo mismo:
infundir miedo para lograr la obediencia del creyente.
Soportar
Como fui destinado a integrarme a una luminosa misión
que, contradictoriamente, estaba viciada de todos estos manejos oscuros,
tenía que soportar las espinas si quería llegar a la flor.
Y la flor era participar de la constante recepción de conocimientos
cósmicos que eran transmitidos a los contactados, la posibilidad
de ser un activista en la divulgación, y la oportunidad del merecimiento
de la salvación, premio a lograr con esfuerzo y fidelidad a la causa.
¿Qué importaba, ante todo eso, tener que soportar los caprichos,
necedades y demás defectos de un sistema autoritario de gente sin
aptitud para hacer las cosas mejor, si era de ella de donde uno se nutría
de información cósmica que era un privilegio recibir de primera
mano?
Pero obtenida la información, pasados los
años, soportado lo soportado, y difuso el fantasma del apocalipsis
que al final no llegó (al igual que la nave de rescate) en los tiempos
anunciados, ¿qué necesidad había de seguir sometido
a ese régimen? O cambiaba el régimen autocrático por
uno de concesión de iniciativas y libertades, o conmigo ya no se
contaría. Tal fue la advertencia que les hice cuando (habiéndome,
meses atrás, distanciado por un tiempo, pero no definitivamente)
les hice saber mis condiciones para reintegrarme. Las cuales no fueron
aceptadas, lo que terminó por conducirlos a las páginas policiales
de la prensa, quedando definitivamente inhibidos de continuar su actividad
pública, de conferencias, programas y toda vía de difusión.
Mientras que yo quedé definitivamente liberado para obrar por mi
cuenta, sin más fantasmas ni presiones, y sin necesidad de estar
de acuerdo y no expresar mis discrepancias con respecto a cuestiones dudosas
o inaceptables del mensaje cósmico y de los líderes de la
organización.
Pensar
Antes de eso, sabiéndome incapaz de llegar
a ciertas conclusiones por mis propios medios, dependía de la incorporación
de conocimiento de elaboración ajena para tener puntos de vista.
En ese escalón -en el cual se encuentra la mayor parte de la humanidad-
permanecí sin necesidad de pensar, hasta que se me acabó
la comodidad de disponer del "conocimiento de la verdad" (similar a la
comodidad de quienes, ignorando la verdad, tampoco piensan lo suficiente
para ir en su busca). Cuando empezaron mis dudas sobre la veracidad de
ciertas cosas (a lo cual los contactados de la misión contribuyeron
con todas sus incoherencias que les quitaron credibilidad), me vi obligado
a reflexionar. Lo cual no hubiera querido hacer, como tampoco desea hacerlo
la mayoría de la gente, para la cual ser no pensante e ignorante
tiene sus ventajas. Pero tuve que hacerlo, por pertenecer a una minoría
para la cual ser no pensante e ignorante tiene sus desventajas. Porque
dentro de toda la "verdad cósmica" recibida, las dudas que se me
presentaron me situaron en una posición de ignorancia de cómo
eran, verdaderamente, muchas cosas.
Retransmitir y no opinar
Hubo, sí, ciertos conceptos que a la fecha
no dudo que hayan sido ciertos, y de los cuales sigo siendo un retransmisor,
alguien que no opina al respecto de ellos, sino que reproduce lo que le
fue transmitido. No hay nada que opinar sobre lo evidente, lo incuestionable,
lo que no admite discrepancias. Por lo tanto, cuando se me pide opinión
sobre cosas comprendidas entre tales conceptos, respondo que no opino,
sino que "sé" o "conozco" cómo es que son las cosas. Que
no se trata de suposiciones, teorías, hipótesis, especulaciones
subjetivas mías o de alguien, sino de lo que objetivamente me limito
a retransmitir.
La opinión emerge de la ignorancia y no del
conocimiento, porque se opina sobre lo que no se sabe, pues si se supiera,
no sería opinión, sino conocimiento. Donde hay información,
está de más la opinión. Inversamente, dentro del mensaje
cósmico que retransmito, los puntos oscuros en que falta información,
se prestan para opinar. Pero como la opinión no es más que
una formulación subjetiva que no garantiza nada, procuro no darla.
En lugar de opiniones, prefiero dar elementos de análisis que puedan
determinar conclusiones lo más objetivas posibles.
Por ejemplo, en vez de opinar que es injusto, por
ser arbitrario y facilista, un plan de salvación de "elegidos" y
destrucción de "pecadores", prefiero admitir que eso pueda ser "justo"
para los conceptos de quienes ejecuten el plan, pero que para quienes vemos
las cosas desde acá abajo, "justo" sería llegar a una solución
sin tener que operar ningún exterminio. Que, por lo tanto, los conceptos
de justicia no son los mismos para nosotros que para los otros. Entonces
se me pedirá opinión, sobre cuál de los dos es correcto
y cuál incorrecto. Opinión que puedo eludir contestando que
no sé qué es o no es correcto, pero sea como fuere no estoy
dispuesto a someterme a la voluntad de jerarquías cósmicas
que no tengan otra solución que el exterminio de quienes -según
arguyen- son corruptos irremediables. Que no puedo concebir que sea tan
irremediable la situación de tales seres, y que lo que parece es
que las jerarquías superiores del cosmos se los piensan sacar de
encima como si se tratara de simples e insignificantes hormigas para un
humano. Que no es eso una opinión mía, sino que es lo que
me limito a observar y describir que están haciendo. Y que ante
ello, cuando digo que no estoy dispuesto a someterme a los designios exterminadores
de nadie de allá arriba, no es opinión lo que manifiesto,
sino una posición basada en conocimiento. El conocimiento de que
deben ser agotadas las instancias para corregir errores, el conocimiento
de que -según el mensaje cósmico- galaxias enteras fueron
destruidas sin agotar ninguna instancia reparadora, y el conocimiento de
que, desde el momento en que seres que se creía irrecuperables,
se rectificaron antes de que recibieran condena, quedó la duda de
qué habría pasado si se les daba oportunidad a muchos de
los que fueron destruidos.
Justicia exterminadora
Precisamente en este punto es donde radica mi principal
discrepancia con relación al mensaje en cuestión. Dejando
muy en segundo plano conceptos dudosos acerca de las explicaciones dadas
a temas tales como si el famoso túnel del momento de la muerte es
redondo o triangular, o si el universo tiene o no 50.000 millones de años
luz de diámetro, no puedo considerar como un tema más y nada
más al hecho de que estos seres tengan pensado desintegrar la galaxia
por considerar que la negatividad en ella es una amenaza al resto del Universo.
Hasta donde supe, no tenían pensado dar marcha atrás en los
planes de exterminio. Si los mantienen, allá ellos (lástima
nosotros, ¿no?), y si nos dan la oportunidad de rectificarnos a
los "corruptos incorregibles", quizá les demostremos que se les
estaba yendo la mano con tantas ejecuciones prematuras. Por lo pronto,
sea lo que fuere que quieran hacer con nosotros y con el resto de los habitantes
de ésta y de otras galaxias, sigo sin tener una respuesta concluyente
sobre el asunto, y sin asegurarle ni prometerle a la gente, que va a haber
o no tal destrucción, y si va a haber o no salvación para
unos cuántos, ni cuándo.
Cuando oficio de retransmisor del mensaje que me
fue dado, me limito a informar lo que esas entidades cósmicas dijeron
que sería hecho para poner fin a la negatividad en el universo.
Y cuando fijo postura discrepante frente a tal planificación exterminadora,
me salgo del papel de retransmisor, para actuar a título personal
con mi propia visión de la realidad. Ésa es la dualidad con
la que me conduzco en este asunto, y que es necesario que la gente tenga
en claro, para que no confunda lo que es el mensaje cósmico que
recibí, con "el mensaje de Clomro". Porque mi mensaje incluye al
otro, pero también cuestiones que se le oponen, y otras que no tienen
nada que ver con él.
Lo aceptable
Lo que, en resumen, considero verdadero del mensaje
cósmico, es que el proceso supuestamente evolutivo que otros mensajes
cósmicos y doctrinas humanas dicen que estamos cumpliendo, es en
realidad un proceso retrógrado. Mediante el cual, la clase de mente
cósmica que lo ideó, sabía que se expandiría
inevitablemente la corrupción por el Universo, pese a todos los
mecanismos que los gobiernos galácticos pudieran emplear para mantener
bajo control una experiencia que terminaría por írseles de
las manos.
También considero aceptable en el mensaje,
la idea de que ese proceso involutivo interferente en el orden universal
establecido, se cumplió sin que pudiera ser evitado a altos niveles
jerárquicos del Universo (me refiero al denominado "Padre Universal"),
ya que es comprensible que no exista el Todopoderoso de las religiones,
teologías y metafísicas, sino un Creador con imperfecciones,
dificultades, y limitaciones para evitar que se presenten graves conflictos
cósmicos, a los cuales no tenga posibilidad de resolverlos. Debilidad
ésta que el falseamiento de la realidad ha encubierto con la idea
de un Dios que "permitió" que los males ocurrieran, pese a que tenía
el poder de impedirlos (omnipotencia que, por ser tan falta de realismo,
hasta fue negada por algunos pensadores desde los primeros tiempos del
debate cristiano, y seguirá negándola tanta gente como la
que hoy la cuestiona).
Diferentes mensajes
Se deduce de esto, que la falla en el sistema, que
desconectó a las jerarquías galácticas de las superiores
universales, ocasionó en los actuales transmisores de los otros
mensajes extraterrestres, la pérdida de los conceptos de lo que
realmente es evolutivo y determinado por el Padre Creador. Por lo cual,
están transmitiendo mensajes con los que enseñan que lo que
les pasa a mundos alterados como el nuestro es "por voluntad de Dios",
pues ellos también han sido víctimas unos, cómplices
otros, de procesos existenciales desviados de los normales carriles evolutivos,
creyendo obedecer a divinos designios. Sin embargo, algunos pocos mensajes
de fuentes extraterrestres distintas de la que conocí, también
hacen referencia a una conspiración operada por agentes corruptos
que no representaban a ninguna voluntad divina, y que alteraron los procesos
de evolución llevando a mundos como la Tierra a la actual situación
o hasta a catástrofes globales. Por lo visto, no todos los extraterrestres
nos quieren hacer creer que el Mal es agente del Bien para realizar experiencias
de dualidad.
Sin embargo, abundan los mensajes de los extraterrestres
que sí pretenden que creamos eso, ocultándonos que ambas
fuerzas no son "socias" o complementarias para cumplir un mismo fin dentro
de un mismo plan, sino antagónicas y con planes y fines distintos
entre sí. Así como, en el cristianismo, se dice que la mejor
estrategia del diablo consiste en hacer creer que no existe, la estrategia
de quienes plantean esto de la dualidad "necesaria" para la evolución,
consiste en hacernos creer que "el Mal no existe", que es parte de la "ilusión",
que no hay oposición de la oscuridad a la luz, sino "complemento",
porque todo es "bueno", hasta lo que llamamos "malo". Todavía estoy
tratando de entender qué podrá tener de bueno ir a escuchar
a Marilyn Manson, soportar al nada "eminente" "cantante" (si eso es cantar…)
Eminem, o adorar a Hitler por sobre todas las cosas.
La farsa de los dioses
Puedo decir, entonces, que el mensaje cósmico
que me fue transmitido y que retransmito en lo que respecta a los referidos
conceptos sobre lo que ocurrió con la distorsión de los parámetros
evolutivos, es la base de mi planteamientos de una rebelión contra
toda la falsedad de las enseñanzas ancestrales y actuales de origen
extraterrestre, que mantienen a la humanidad en el engaño. Desde
que eran considerados "dioses" en la antigüedad, han venido determinando
las creencias de los humanos. De ahí que Frederik Beynon publicara
el libro "Los dioses creadores de religiones". Y de ahí que Salvador
Freixedo publicara libros tales como "Extraterrestres y religión"
y "¡Defendámonos de los dioses!", y que Juan Atienza publicara
"La gran manipulación cósmica". Libros y autores que me fueron
dando la pauta de que no es tan necesario recibir un mensaje cósmico
como el que conocí, para darse cuenta de la realidad. Si los referidos
autores y otros pudieron hacerlo sin necesidad de ser "contactados", es
porque cualquier cosa que se nos venga a transmitir desde afuera de la
Tierra, no podrá hacer otra cosa que confirmar lo que hay indicios
de sobra en toda la historia humana, para descubrir con sólo atar
cabos usando la razón.
Por eso considero tan importante como la divulgación
del mensaje cósmico que conocí, el trabajo intelectual de
los autores que se han ocupado de aportar información y puntos de
vista personales sobre el papel de entidades cósmicas con oscuros
propósitos, en la historia del mundo. Mientras tanto, una buena
parte del contactismo se comporta como si tales entidades oscuras "no existieran",
como si todos los extraterrestres fueran unos santitos en cuyas manos podemos
quedarnos tranquilos, haciendo lo que nos dicen y creyendo lo que les cuentan
a los contactados. Una versión más de la "inexistencia" del
diablo y del Mal, para que la estrategia de dominación se cumpla
sin resistencia.
Equivocados de mala escuela
Si la cuestión de los bandos cósmicos
se resumiera tan sólo en extraterrestres reveladores y ocultadores
de la realidad, mi papel sería muy sencillo. Sin embargo, como hay
muchos matices intermedios entre ambos bandos, con extraterrestres que
no es que quieran engañarnos, sino ayudarnos, pero que nos confunden
por ser ellos los engañados, la cosa se complica. No es sencillo
tener que calificar como farsantes o como engañados a seres que
no estamos en condiciones de saber si han sido cómplices concientes,
cómplices inconcientes, o víctimas de la distorsión
de los conceptos evolutivos. Seres que no hacen otra cosa que enseñarnos
lo que aprendieron y que creen que es lo correcto, porque nunca tuvieron
la oportunidad de conocer qué es lo correcto en realidad: un sistema
de evolución que no necesite ni permita el uso del dolor para hacer
que los seres se sometan a él con fines de aprendizaje.
Aunque muy de buena fe esos seres vengan a decirnos
que el dolor es necesario, que nosotros lo elegimos y por eso estamos aquí,
y que por lo tanto no somos víctimas, la falla del sistema está
muy por encima de lo que ellos pueden conocer, fuera del alcance de estos
seres de tan baja evolución y jerarquía como lo es un plano
galáctico. Porque no fue una falla local, producida y detectable
en estos planos, sino que ocurrió mucho más arriba, demasiado
para que pudiera ser detectada en los niveles galácticos. Porque
recién cuando trascendieran las galaxias ascendiendo a planos superiores
del Universo, estarían en condiciones de encontrarse con que allá
arriba fueron burladas las defensas que debían evitar la infiltración
de negatividad foránea a este Universo (hay otros) y que alcanzó
las galaxias sin ser detectada. Recién ascendiendo a planos superiores
del Universo, se les diría allí que lo que conocieron como
evolución, fue retrógrado y clandestino. Que fue falso que
obedeciera a la voluntad del Creador y a sus Leyes Universales.
Pero para llegar a tal ascensión no sólo
deberían pasar millones y millones de años, sino que ella
sólo les sería permitida en tanto y en cuanto esos seres
no partieran de los planos galácticos con conceptos evolutivos erróneos
que pudieran transportar a otras dimensiones. Y justamente aquí
se presenta el problema de que, para que tal cosa no ocurra -según
los transmisores del mensaje cósmico que retransmito- fue determinada
la destrucción de las galaxias -millones- donde el aprendizaje fue
incorrecto y donde los aprendices de la experiencia alterada irían
a ser una amenaza de propagación de esa escuela. Por lo cual, sin
previo aviso y sin mediar ningún "juicio universal" para nadie,
de pronto cómplices y víctimas de las experiencias de dolor,
oscuridad, egoísmo, violencia, fueron sorprendidos, aplastados y
desintegrados por ondas de energía proyectadas por los "Abadones"
de la "Justicia Universal".
Es decir, que no hubo, no hay y tal vez nunca habrá
un plan universal de envío de miles de millones de mensajeros a
todo mundo alterado de toda galaxia corrompida, para enseñar que
todo lo aprendido allí ha sido incorrecto, fuera de Ley, condenable.
Y aunque hubiera tales enviados, ¿estarían los gobernantes
planetarios, los maestros y aprendices de esa experiencia incorrecta, dispuestos
a aceptar que todo fue un error, y a rectificarse? Sin ir más lejos:
¿han demostrado los extraterrestres que vienen a hablar de que este
mundo obedece al "Plan Divino", estar dispuestos a aceptar lo que enseñan
los otros extraterrestres que han revelado que nada de divino hubo en el
plan del mundo, sino una conspiración contra el Universo, violando
las más elementales Leyes del Amor Universal? No, no se observa
en ellos ninguna disposición a rever todos los conceptos que tienen
por ciertos o por útiles a sus fines, y a reemplazarlos por los
otros.
Lo que se observa es la insistencia de unos en seguir
con sus experimentos genéticos abduciendo gente, sin importarles
los daños que le causen o si acaso el amor existe, pues son insensibles;
pura y meramente inteligentes, y nada de espiritualidad. También
se observa la insistencia de otros en jugar a ser dioses y hacerse adorar,
enloquecer gente y succionarles energía porque con el amor no tienen
nada que ver. Y también se observa que otros insisten en querer
ayudar a la humanidad hablándole de amor, de paz, de cuidar el planeta,
de que pasaremos a la cuarta dimensión, a la Nueva Era, y todo eso.
Si no les da la mente para darse cuenta de que toda esta experiencia en
la que están metidos ha sido una mentira que los ha confundido,
pero al menos tienen la intención de hacer el bien, pues que lo
hagan. Por eso no considero ni que ellos, ni que sus contactados y adeptos
de éstos, sean mis enemigos o yo enemigo de ellos, en lo que se
refiere a hacer algo por la humanidad y por la naturaleza: en eso me pueden
contar como aliado de cuanto quieran hacer. Mi rivalidad con ellos se circunscribe
a lo otro: la concepción de cómo debe ser un mundo hecho
para la evolución de los seres, y si este mundo está dentro
o fuera de tales parámetros.
Coincidencias
Por eso, en vez de que tal rivalidad esté
planteada en términos de intolerancia absoluta de mi parte para
con esos seres que considero equivocados y que me consideran equivocado
a mí, prefiero buscar con ellos puntos de entendimiento con vistas
a las cosas en las que podemos estar de acuerdo, sea que el mundo haya
sido hecho como ellos dicen o como digo yo, para evolución o para
corrupción. Por este motivo, mantengo a través de contactados
intercambio con seres de otros mundos cuyas diferencias con lo que retransmito
y también con lo que yo mismo pienso, serían suficientes
para que yo no quisiera saber nada con ellos.
Sin embargo, como están aquí para
ayudar a la humanidad, incluso muchos de ellos en "kármica" reparación
de daños que ellos mismos han provocado ya desde tiempos anteriores
a esta civilización, pues que cumplan con su deber. Aunque no quieran
hablar de la mentira de las religiones para no causar problemas (que bien
deberían causar pase lo que pase, mientras la verdad acerca de la
mentira sea dicha), aunque sigan pensando que evolución es esto
en lo que estamos y no mundos de pura luz para ir hacia la luz (considerando
tan importante al camino como a la meta), aunque sigan jugando a las escondidas
en vez de mostrarse de una vez como debieran, en vez de tratarnos como
a niños tontos y asustadizos a quienes juzgan "no preparados" para
verlos y escucharlos hablarle al mundo de una vez por todas, y aunque digan
que "no les está permitido" (como si no quisieran decir que con
autoridad por sobre ellos hay quienes necesitan mantener al mundo en la
ignorancia); aunque en todas esas y otras cosas no podré nunca estar
de acuerdo con esos extraterrestres, sí estoy y estaré de
acuerdo con todo lo que puedan hacer para ayudar al mundo, y para corregir
sus errores del pasado que, según han confesado, afectaron a la
Tierra.
Por eso, más allá de las diferencias
que mantengo con los creyentes en sus mensajes, no tengo problema en compartir
con ellos momentos, ideas en común y hasta planes en conjunto que
sean para bien de la humanidad y del planeta. En este sentido, no puedo
comprometerme, ni prometer, ni estar seguro de que vaya a lograrse una
transformación del mundo a niveles de iluminación definitiva
para todos. Sería una utopía poco realista. En un mundo quizá
ya irreparable y con una humanidad de tendencia autodestructiva quizá
irreversible, mi utopía no tan fantasiosa apenas consiste en lograr
algunos cambios mientras la humanidad dure. Cambios que no harán
un paraíso en la Tierra, pero que podrán permitir el afloramiento
de
unos cuantos oasis. En los cuales, representados por individuos aislados,
por grupos, por comunidades y hasta por redes intercomunitarias integradas
por gente de diversas razas, culturas y pueblos, sea posible cierto grado
de conocimiento en lugar de ignorancia, de pensamiento en lugar de dogmatismo,
de arte en lugar de antiestética, de música en lugar de ruido,
de productividad en lugar de consumismo, de colaboración en lugar
de competencia, de unidad en lugar de separación, de servicio solidario
en lugar de trabajo con mera ambición material.
Mientras los extraterrestres "de Luz" cuyo mensaje
acepté y retransmito, puedan estar pensando en exterminar de una
vez la galaxia con este mundo y nosotros adentro, los otros extraterrestres
que dicen ser de Luz, cuyos mensajes no acepto, están pensando parecido
a mí en lo que a hacer algo por este mundo se refiere. Por lo que
me caen más en gracia que los otros, a los cuales su carácter
de seres "de Luz" lo coloco entre comillas, porque no concibo como luminosa
a la destructividad.
Luz apagada
Si las más altas jerarquías del Universo
se encuentran ante el problema de tener que recurrir al exterminio por
no disponer de una fórmula curativa contra la enfermedad de la corrupción
en las galaxias, o bien que se pongan a buscar tal fórmula si dicen
ser de Luz, o bien que se reconozcan como carentes de esa Luz, que no brilla
lo suficiente para ser considerada como tal. Si fue oscura, sin Luz, la
mente cósmica capaz de concebir un plan de falsa evolución,
que causó la expansión de la negatividad por las galaxias,
pero que no obró de manera destructiva, pues su propósito
no era destruir, sino alterar para dominar, ¿qué puede decirse
de la "Luz" de esas mentes justicieras que no tienen problema en emplear
la destructividad, en una aniquilación que, evaluada como daño,
sería mayor que todo lo sufrido por obra de la negatividad?
Por lo tanto, no creo en ninguna Luz absoluta que
no esté rebajada por cierto grado de oscuridad. Más aun,
considerando que toda esencia de todo ser tiene su dualidad. ¿Por
qué no pensar que, en el momento en que la Justicia Universal se
vale de medidas extremas como el aniquilamiento de una galaxia, se esté
manifestando lo oscuro y no lo luminoso de esa dualidad? Cuando alguien
de allá arriba baje con la cabeza gacha y no -como lo hacían-
con altanería y prepotencia, y reconozca que el empleo de la destrucción
es debido a la pérdida del poder de la Luz-Amor (incapaz de destruir),
por imperio de circunstancias que les exigen el uso de metodologías
propias de la oscuridad para resolver los problemas (justificación
de los medios por el fin), y que por tal razón se reconozcan como
seres duales y no como seres de Luz, entonces allí estaré
en disposición de no juzgarlos tan severamente como lo merecen por
recurrir insensiblemente al juzgamiento severo.
El origen de los conflictos
Como les falló el Universo con el que jugaron
a ser creadores, es muy fácil romper los juguetes para no dejar
evidencia del error cometido, de haber creado algo que se tornaría
ingobernable, en lugar de ser responsables de una creación menos
ambiciosamente extensa en espacio y dimensiones, a la que pudieran supervisar
eficientemente y que no se les fuera de las manos como la que hicieron.
Dicen que la falla no se les produjo a ellos, sino que la causó
un agente externo al Universo, que logró infiltrarse y corromper
cuanto pudo. Lo cual puede haber quien suponga que en realidad no se trata
más que de un chivo expiatorio inventado, para justificar cómo
diablos fue que apareció la corrupción en el Universo de
ellos, haciéndola figurar como exógena y no como generada
aquí mismo por ineficacia en los controles que se debía efectuar
para impedir que surgiera. No olvidemos que, hasta la llegada de este mensaje
cósmico, siempre que se habló del origen de la negatividad,
en toda religión o mensaje extraterrestre de otra fuente, siempre
se dijo que se produjo dentro y no fuera del Universo. Pero debe tenerse
en cuenta que en los niveles galácticos en que estamos, no hay forma
de saber de la existencia de algo más allá del Universo,
ni de saber si los conflictos que sufrimos se originaron más allá
del espacio universal, el único que conocemos.
Por lo tanto, no tiene que parecer tan increíble
el hecho de que vengan seres de los más altos niveles universales
a revelar lo que hay más allá de ellos, y a decir que la
negatividad no se generó aquí, sino que procede de afuera,
de un proceso evolutivo anterior a los actuales Universos. De los cuales
el nuestro es sólo uno entre millones, cada uno con sus creadores,
y éstos con su Creador Principal, conocido como "Padre Universal",
siendo que ninguno de los Creadores Principales o Padres Universales son
"el" Creador Absoluto, el Ser Supremo, el Increado. Todos fueron creados,
con sus limitaciones, y por eso es falso lo de la perfección, omnisciencia,
omnipresencia y omnipotencia de nuestro Creador, así como no existen
tales virtudes en el Ser Supremo: había que inventárselas
para que el ser humano se sintiera a resguardo y a la vez bajo la vigilancia
amenazadora, de un Dios que todo lo ve, lo sabe, lo puede, lo ocupa, y
lo dirige. Cuando en realidad, el Ser Supremo -como ya lo decía
Aristóteles- ni está vinculado a lo que pase en este mundo,
ni lo creó. Y tiene sus limitaciones, y su propia búsqueda
de perfeccionamiento, de ampliación de su sabiduría y corrección
de experiencias fallidas.
Línea directa con Dios
Los transmisores del mensaje que divulgo, pese a
ser de elevadísima jerarquía cósmica, nunca dijeron
obedecer al Ser Supremo, ni siquiera conocerlo (porque es demasiado trascendente
como para acceder siquiera a la mínima comunicación con Él).
Mientras que simples extraterrestres procedentes de míseros planetas
-y no pocos humanos comunes y corrientes- dicen obedecer a Dios y hablar
con él, como quien tiene línea directa con la verdad absoluta.
Ni siquiera con el Creador de este Universo hay tales condiciones de comunicación,
porque aun dentro de la pequeñez del Universo en comparación
con la inmensidad de los espacios pluriuniversales, los espacios, tiempos
y dimensiones que nos separan del plano en que se encuentra el Padre Universal,
son enormes. Insuperables para seres apenas galácticos, y no conductores
de ninguna presencia del "Altísimo" Universal descendiendo hacia
nosotros. Porque para eso están las cadenas jerárquicas responsables
de niveles y sectores concretos, y no la omnipresencia de un Creador, facultad
inventada para involucrarlo de algún modo en nuestra existencia
y en la desgraciada obra de un mundo tan imperfecto.
Sin falsas expectativas y en rebeldía
Si lo que la gente pretendía que le dijera,
es que estamos en un Universo gobernado por corazones providentes que nos
sacarán de nuestros problemas, lamento decepcionarla. Ni tienen
soluciones para nosotros, ni les importa buscarlas. Tal vez no les corresponda
hacerlo. Tienen su propio problema de tiempos y plazos, en los cuales están
comprometidos a arrasar con toda partícula de negatividad, que les
contamine un Universo cuyo ciclo (a finalizar pronto) pretenden que cierre
inmaculadamente, caigan cuantos caigan en el camino y deban ser barridos.
Podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con que
esto sea así. Yo, ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario…
Considerando que lo contrario de los extremos no sea, al menos en este
caso, un punto intermedio -no veo cuál pueda ser- sino una posición
al margen: la neutralidad. Porque, repitiendo lo que dije casi al principio,
los conceptos de justicia no son los mismos para nosotros que para los
otros, no sé qué es o no es correcto, pero sea como fuere
y, pese a esa neutralidad, no estoy dispuesto a someterme a la voluntad
de jerarquías cósmicas que no tengan otra solución
que el exterminio. Así que si pensaran ajusticiarme a su manera,
no va a ser con mi aceptación, ni mi reconocimiento de culpa y cargos,
sino contra mi voluntad. Porque no les admito esa forma de hacer las cosas.
Pero comprendo que así las hagan por tener su cuota de oscuridad,
aunque no tengan la vergüenza necesaria para reconocerlo.
Yo, dentro de mi cuota de oscuridad, hago uso del
ego necesario para no subordinarme a la voluntad de nadie de allá
arriba que esté procediendo de manera indebida a juicio de los que
estamos acá abajo. No olvidemos que el mismísimo causante
de todos los males, llamémosle el primer corrupto, fue alguien de
más arriba que otros, los cuales no tenían por qué
aceptarle sus errores por el hecho de ser inferiores a él. No tengo
ninguna certeza de que el Universo esté en manos de seres a los
cuales no les quepa cuestionamiento alguno: tal vez vayan a ser juzgados
por cometer "males necesarios" para los cuales, alguna vez, ya no les quepa
tal pretexto. Quizá ese juicio no empiece descendiendo sobre ellos
desde más allá de donde están, sino que surja de debajo
de ellos: de donde estamos los que según ellos somos los juzgables.
Quisiera creer en la Justicia con Amor y Luz, en
un Orden restaurado, en el final feliz para todos, pero no tengo los mejores
indicios de que todo ello vaya a existir. La evidencia diaria y el sentido
común me indican, en cambio, la incertidumbre del futuro lejano.
Por lo tanto, mi mensaje promete u ofrece mucho menos que los mensajes
de vida y felicidad eternas pregonados por las religiones y la mayoría
de los contactados. Sólo sugiere que si acaso alguna vez, ya no
estemos en estos cuerpos ni en este mundo, y nos dieran la oportunidad
de elegir si participar en la creación, gobierno o contribución
al funcionamiento de futuros mundos experimentales que empleen la escuela
del dolor que ya nos es conocida, o si elegir no involucrarnos más
en este tipo de creaciones, y en cambio dedicarnos a formas de evolución
tan sólo de amor, paz y felicidad, hagamos la elección de
la segunda alternativa. Parece una propuesta infantilmente hecha, como
que va a tener respuesta obvia en favor de la segunda opción, pero
la cosa no es tan fácil como parece: a muchos les cuesta (y quizá
llegado ese supuesto momento de la elección les costará)
creer que un mundo como el nuestro, con todas sus imperfecciones, no sea
útil, necesario, imprescindible de existir y hasta de ser reproducido,
tarea a la cual se prestarían gustosos. Por lo tanto, mi función
de preparar mentes como las de ellos para ese futuro lejano quizá
imposible, o quizá posible alguna vez, ni es tan fácil de
cumplir, ni de producir en esas mentes los cambios de conciencia deseados.
Un mensaje que no era para el mundo
Por otra parte, al margen de la luz relativa de las
altas jerarquías universles que han hecho alarde de tener Luz absoluta,
cuando vinieron a este mundo, resta aclarar que esa llegada no fue para
instruir en altas revelaciones cósmicas a simples humanos de un
microplaneta, mientras que en el resto de los mundos no bajaron a efectuar
transmisión alguna. El contacto no fue para privilegio de la humanidad,
sino para establecer comunicación puntualmente con seres de la jerarquía
de ellos, que habían venido a parar aquí como observadores
del proceso evolutivo y de las alteraciones provocadas por la negatividad,
y que quedaron sometidos a la existencia humana, encarnados como personas
comunes y corrientes, inconscientes de sus orígenes cósmicos
a nivel espiritual. Mediante el contacto, les debían restituir parte
de sus poderes y hacerles recuperar la conciencia de quiénes eran.
Mientras esto se iba produciendo, esas personas de tan elevada jerarquía
cósmica y tan remota procedencia, se propusieron compartir con el
mundo los conocimientos recibidos en los contactos. Que de no ser por vía
de ellos, no habrían tenido por qué ser dados a la humanidad.
No correspondería hacer saltar etapas de aprendizaje a habitantes
de galaxias, bajando a revelarles lo que corresponde que ellos vayan conociendo
a medida que cumplan su ascenso evolutivo. Sin embargo, la divulgación
de esos conocimientos, revelándoles a habitantes de la Tierra información
adelantada para ellos, les hizo saltear etapas que deberían pasar
en el futuro para recién entonces conocer cosas de planos desconocidos
a nivel galáctico. Lo cual plantea el interrogante de hasta donde
corresponde, sirve y vale la pena efectuar esa revelación antes
de tiempo y fuera de contexto.
Al principio los contactados fueron manejando con
humildad el hecho de ser quienes eran cósmicamente, pero no tardaron
en inflar su ego cuando tuvieron oportunidad de hacer uso del poder que
su "autoridad cósmica" les confería, sobre las personas que
iban integrando el grupo que habían empezado a formar. Grupo al
cual, en uno de los momentos más críticos, fue limitada la
misión, considerando que el resto de la humanidad quedaría
librado a su suerte y que había que ocuparse exclusivamente de la
"salvación" de los pocos fieles adeptos, porque "los tiempos finales
ya habían llegado" y no había más tiempo para buscar
otra gente.
En realidad, como conocimiento útil a que
su par de destinatarios puntualmente buscados tomaran conciencia de quiénes
eran y fueran preparados para futuros acontecimientos de aquí y
de fuera de este mundo, puede aceptarse que este contacto haya servido
al menos para ellos. De ahí a pretender que lo que les transmitieron
sea de utilidad para preparar a otra gente para la "salvación",
hay tanta distancia, que el hecho de que decidieran dejar de divulgar los
conocimientos cósmicos hasta llega a parecer comprensible. Yo mismo
dejé de hacerlo durante años, por haber comprobado -a juzgar
por la cantidad de gente que creyó en todo lo que le dije y cuya
vida ni se inmutó- que a los fines prácticos esa revelación
quedaba tan fuera de la realidad vivenciable de la gente, que creer en
ella servía para muy poco.
Adaptación del mensaje
Cuando decidí volver a transmitir el mensaje,
en momentos en que ya nadie de mis ex compañeros de misión
lo estaban haciendo (ni siquiera vestigios quedaban de actividad pública
de divulgación), fue porque ya tenía estudiado cómo
bajar el mensaje a la realidad del mundo, para que tuviera sentido práctico.
Por un lado, sin hablar de salvados y de condenados, de fechas apocalípticas
y de evacuación en naves: la cuestión sería el estar
aquí y no lo que venga o no venga después. Por otro lado,
si algún papel debía yo instar a cumplir en la guerra cósmica
de fuerzas antagónicas, debía ser resistiéndose a
los brazos de la negatividad operando en la Tierra: religiones, gobiernos,
poderes económicos, como estrategias palpables y visibles de un
enemigo invisible. Un mensaje de rebelión con posibilidad de activismo
en causas sociales, pensando en el mundo, sería más operativo
que un mensaje de salvación que separaba al individuo de la sociedad,
haciéndole perder interés en el mundo.
Por eso el mismo mensaje cósmico, puesto
en función de un fin distinto de aquél por el cual fracasó,
me conduce a una convergencia con gente de creencias y de ideas distintas
de las que expongo, al menos en lo que a causas compartidas por un mundo
mejor se refiere. Cosa imposible para el sectarismo del mensaje cósmico
como se lo manejó en los tiempos de difusión en el grupo,
y que generó el antagonismo de otros grupos y contactados. Con muchos
de los cuales mi relación ha sido buena. Mejor que la de muchos
de ellos entre sí, dadas sus diferencias. Porque no pretendo rivalizar
con gente, y ni siquiera con los extraterrestres que la contactan, cuando
tanto ella como ellos puedan no estar en la verdad en ciertas cosas, pero
tampoco están volcados a la corrupción como quienes sí
pueden considerarme un enemigo declarado: los que en el cosmos y en la
Tierra como humanos, son agentes de la negatividad en sus formas más
claras de manipulación, opresión, esclavización de
los seres. Agentes religiosos, políticos, económicos; narcotraficantes,
fabricantes de armas nucleares y químicas, y muchos otros cómplices
de que el mundo sea lo que es.
Ellos son la vertiente más concreta de las
fuerzas de la oscuridad sobre la Tierra, y el disponer de un mensaje cósmico
con el que puedo mostrarlos como lo que son, me permite desmentir a los
otros mensajes y a las doctrinas en que "el mal no existe" y en que todos
cumplen su "misión" en el plan divino, incluyendo a Saddam Hussein...
o al mismo diablo como "instrumento del Señor" para poner a prueba
a Job y a Jesús. Ningún ser maléfico al extremo puede
ser instrumento de otro "Señor" que no sea el de las Tinieblas.
Y ningún mensaje extraterrestre o doctrina humana que pretenda hacernos
creer lo contrario, puede responder a fines favorables a otro "Señor"
que no sea ese mismo.
Comandancia
Conducir a reflexionar acerca de todo esto, y favorecer
la reformulación de muchos conceptos que equivocadamente se creen
verdaderos, es una parte de mi tarea. Nadie me designó para cumplir
la operación como lo hago, sino que yo mismo decidí hacerlo,
no bajo la comandancia de autoridad cósmica alguna, ni de afuera
de la Tierra ni encarnada en forma humana -comando bajo cuyas órdenes
estuve hasta que ya no se los toleré-, sino que la operación
la llevé adelante por propia comandancia. De ahí salió
lo de mi rango de "Comandante". Y como no se trataba de una operación
destinada a lograr seguidores a quienes liderar, sino a lograr la formación
y conjunción de mentes autodeterminadas, libres y comandantes de
sus propias funciones, hablé de mí como un "comandante de
comandantes y no de comandados". Y que la obediencia de cualquiera de los
comandantes libres y rebeldes que militemos en esta causa, no será
a líderes, sino a principios. Esa fue la base de lo que sería
la idea de la "Red Mundial de Libres Rebeldes" con sus multicomandos.
La causa, las adhesiones y las condiciones requeridas
Lo del pasamontañas para resguardar mi identidad,
y lo del uniforme como símbolo de la resistencia a los poderes opresores,
son cuestión personal mía y no requisitos para que vista
igual quien desee integrarse a esta causa. Quien quiera hacerlo a cara
descubierta y exponerse en televisión, vestir de blanco o de negro,
aquí lo hace sin problema: yo no lidero nada, y cada uno hace lo
que le parece, en tanto y en cuanto no se declare como activista en esta
causa y a la vez sea católico, neonazi, narco o admirador de Rockefeller,
porque eso sería inconsistente con la causa. De la cual siempre
habrán unos que sean más representativos que otros, que no
harán más que desvirtuar los conceptos que la rigen, y que
pretenderán figurar en algo que no es para ellos, haciendo creer
o hasta creyéndose que son "freerebels" (como nos denominamos),
cuando en realidad seguirán siendo esclavos del sistema aunque coincidan
con nosotros en ciertas cosas que les harán creer que son de los
nuestros.
En ese sentido, un tanto harto de recibir adhesiones
de autodenominados "nuevos integrantes de la Red Mundial de Libres Rebeldes",
cada vez que recibo un nuevo mensaje de esos me tomo el tiempo suficiente
para no engañarme creyendo que contamos con quienes el tiempo demostrará
que no se podía contar. Cada tanto alguno que otro pasa el tamiz
y demuestra que es un freerebel realmente, pero eso en la menor parte de
los casos. Porque, como conclusión final, la experiencia me ha demostrado
que ni el mensaje ni los ideales de lucha que propongo, son para cualquiera.
Y gente que quiera salirse del común, de la masa llevada de las
narices, ser distinta y correr los riesgos que eso le ocasionará,
hay tan sólo una pequeña minoría.
Comandante Clomro
2001-marzo 26/28
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