ARCHIVO PÚBLICO DEL COMANDANTE CLOMRO
Informe Clomro-1  EL CONOCIMIENTO CÓSMICO Y EL DIVULGADOR
Sección I  EL MENSAJE
Capítulo II
LINEAMIENTOS GENERALES

Parte I
LA RAZÓN DE MI PRESENCIA EN LA TIERRA

EL CONTEXTO CÓSMICO DE MI MANIFESTACIÓN

Contactos y grupos

    Hace milenios que hay en la Tierra seres que viven como personas normales, pero cuyas esencias proceden de diversos planos del Universo. Sus semejantes que se mantienen observando y controlando el planeta desde el cosmos, están contactándolos, a veces por separado, y a veces reuniéndolos. Es natural, por eso, que personas con un origen cósmico en común, se estén reuniendo, no tanto por saber de ese origen (pues la mayoría no lo recuerda), sino por afinidades, simpatías o sintonías, pero también por inducciones que son manejadas desde arriba. Muchos grupos de contactados con extraterrestres no surgen, entonces, sólo de la afinidad temática que vincula los caminos de las personas, sino también de un propósito extraterrestre de vincularlos.
    Estas personas son seres cósmicos que deben ser regresados a sus respectivos planos de origen, que son múltiples, y agruparlos es parte de la preparación. El compartir experiencias en grupo, les permite disponer de un microclima donde nutrirse de conocimiento, de energía y de estímulo para desarrollar una conciencia cósmica que individualmente no sería viable.
    Dentro de ese contexto, hay seres en el cosmos que, si tuvieran oportunidad de encarnar en cuerpos humanos, vendrían a complementar la misión de sus semejantes que viven aquí. En general, las misiones no sólo apuntan a prepararse para los tiempos finales de la evacuación, sino también a contribuir con el mejoramiento de la humanidad.
    Pero hay seres cuya procedencia cósmica es tan elevada, que no se encuentran cumpliendo misiones de ayuda en lo que a la sociedad humana se refiere. No les importa el destino del planeta, y si se salva o se destruye todo. Sólo están aquí para experiencias propias, esperando el momento de irse, y siendo contactados desde el cosmos para prepararse. A mí se me envió a un grupo de esas características.  Bajé a ocupar el cuerpo físico de uno de sus integrantes, cuyo ser espiritual desencarnó.
 

Responsabilidades cósmicas

    Pero aunque era un honor, un privilegio, integrar una agrupación de tan elevada jerarquía cósmica, yo había tenido responsabilidades que me ligaban a los destinos de este planeta y, con el tiempo, comprendí que no podía abstraerme de esa realidad. Cooperar con la misión de quienes estaban aquí para cosas ajenas a este mundo, y que correspondían a niveles supragalácticos, me daba la posibilidad de acceder de un salto a planos evolutivos inaccesibles para los que estábamos ocupándonos de gobernar sistemas solares. Pero a mi pequeña función de ser responsable de un pequeño planeta de un pequeño sol, junto con todos los que hace millones de años iniciamos el proceso evolutivo de la Tierra, no podía abandonarla, a pesar de lo que se me había ofrecido en relación con planos cósmicos más altos.
    Por eso fue que, después de mis primeros años aquí, (en que no me importaba nada de lo que pudiera pasar con este mundo, porque yo ya estaba para otra cosa) pasé a integrarme a las misiones de los seres cósmicos que vienen para encaminar a la humanidad hacia su mejoramiento espiritual. Mi participación en los movimientos pro-acuarianos, fue inevitable en ese contexto.
    Pero no tardé en advertir que la doctrina de la Nueva Era omitía ciertas realidades con respecto a lo que verdaderamente había sucedido con la creación y manipulación de este mundo. El mensaje acuariano nada decía sobre aquéllos que habíamos sido los responsables de que este mundo fuera muy distante del paraíso que pudo haber sido. Las enseñanzas de los supuestos maestros cósmicos y comandantes galácticos, señalaban al ser humano como culpable de lo que la humanidad es, sin destacar en absoluto que la humanidad sólo ejecuta un plan preconcebido cósmicamente. Y no tardé en darme cuenta de que en esa omisión había una encubierta complicidad con nosotros, los que regíamos este mundo; aquéllos que luego nos dividimos, manteniéndose unos en el control del planeta, y separándonos otros para reparar los daños causados.
    El plan galáctico y planetario de control operado aquí, suponía el logro del amor, sí, pero por el camino pedregoso y espinoso de la creación de hostilidades ambientales y pérdida de capacidades energéticas y extrasensoriales para conectarse con planos superiores, produciéndose un aislamiento de la fuente lumínica universal, y quedando los seres a la deriva, en un naufragio en el que no hundirse en la corrupción, era casi imposible. El proyecto de lograr seres que amaran a pesar de todo, resultó catastrófico ante tantos antagonismos.
    Todo había comenzado cuando estábamos controlando planetas de la manera normal dentro de las Leyes Cósmicas, esto es, sin colocar adversidad alguna que provoque dolor o destrucción, y encarnando a los seres en cuerpos físicos con aptitudes mentales para conectarse con planos superiores, siendo concientes de sus orígenes y misiones, en absoluta paz y amor. Pero llegaron a nuestro ámbito de acción, seres de elevadísima jerarquía, que trajeron directivas para encarar un proyecto distinto; el referido proyecto de crear mundos de dualidad (luz-oscuridad, amor-dolor, paz-inestabilidad), ante lo cual no pudimos rehusarnos a participar, porque éramos de rango inferior y debíamos acatar las directivas que, supuestamente, venían de lo más alto del Universo.
    Como nunca habíamos desplegado un sistema de evolución según esas pautas desconocidas para nosotros, ignorábamos que el producto final sería tan terrible como el que logramos. Ignorábamos lo que era el sufrimiento, la enfermedad, el odio; nunca habíamos aprendido de nuestros maestros ni enseñado a nuestros dirigidos, nada de todo eso. Ignorábamos la existencia del Mal.
 

Alienígenas negativos y agentes de intervención

    Luego fue demasiado tarde para operar cambios, porque no sólo nosotros nos habíamos corrompido, sino que casi todos los seres que venían de otros sistemas planetarios, habían sufrido procesos de corrupción semejantes a los de aquí, transportando sus alterados principios existenciales a este sistema, a este mundo. Los bandos de alienígenas no se dividían tan simplistamente como muchos suponen, en buenos por un lado, malos por el otro, sino en muchísimos bandos de corruptos, luchando entre sí por el control de situaciones en la Tierra. Esto tiene que ver con divisiones raciales y religiosas, procedentes de la acción genética y de transmisiones doctrinarias, efectuadas por aquellos dioses que en la antigüedad originaron diversos pueblos ante los que se manifestaron llegando en sus "carros celestiales", "serpientes voladoras", "vimaanas", y otras denominaciones.
    En los últimos tiempos, hubo intervención de seres que no traían los principios de evolución que imperaban en esta y casi todas las galaxias, sino que representaban a las verdaderas Leyes Universales (aquéllas que obedecíamos en los inicios), y vinieron con el propósito de restablecer el Plan Universal en la Tierra; el Plan de creación y gobierno de mundos en los que la negatividad no tenga lugar, y no sea necesaria la confrontación con ella para que la evolución sea por superación de adversidades provocadas. Jesús fue uno de estos agentes de intervención, y sus conceptos enseñados muestran una evidente valoración del universalismo por sobre la división de los pueblos y preferencias por un "pueblo elegido" que el dios Jehová había creado y conducido, como lo hacían los otros dioses de los otros pueblos. Bajo la trama que armamos los que teníamos este mundo en nuestras manos, el agente Jesús tuvo que ser neutralizado. Debíamos lograr que sus enseñanzas no fueran entendidas; he ahí que no se entendió lo que quiso decir sobre lo que estaba pasando con este mundo, al que calificaba como no perteneciente al Padre, sino al demonio; demonio cuyos ángeles, éramos todos los que ejecutábamos el plan alternativo que se nos había dado en segunda instancia, y que pasara a ser el definitivo.
    Con los recientes refuerzos a la intervención a esta galaxia, a este mundo, para restaurar el orden inicial, fui uno de los tantos que decidimos reintegrarnos al plan original, y combatir a nuestros ex compañeros, ahora enemigos, que permanecen bajo el imperio de las fuerzas oscuras, que para hablar en un lenguaje fílmico que a muchos de ustedes les resultará conocido, fue denominado "el lado oscuro de la Fuerza" en La Guerra de las Galaxias.
    Pero bajo los conceptos que llegan como mensajes cósmicos transmitidos a contactados telepáticos y abducidos, por alienígenas de la Confederación Galáctica (a los que George Lucas llamaría "el Imperio") toda esta trama oculta no aparece en claro. No se dice que mundos como éste no deberían haber sido creados, sino que se los justifica, y hasta se induce a que, en futuros tiempos y espacios, sean reproducidos. He ahí mi revelación de lo que vine a decir y combatir; he ahí el por qué de haberme apartado un tanto de las líneas pro-acuarianas que establecen un continuismo para la actual propuesta evolutiva.
 

El origen de todos los conflictos cósmicos

    Los representantes de este plan galáctico que vienen a traer mensajes e instrucciones, si bien en este momento hablan de luz y de amor, lo hacen luego de haber permitido procesos de oscuridad y dolor, y planean futuras etapas del ciclo, donde estos procesos se repitan y la luz deje de brillar, para una nueva experiencia de "aprendizaje" en un medio hostil. Y, como consecuencia,  el plan se propone que los alumnos de tal "escuela" (que lo único que conocerán como método evolutivo será lo así aprendido), transporten expansivamente esta forma de creación y manipulación de mundos de dualidad, para que esto siga propagándose por el Universo.
     Esto responde al propósito de aquella legendaria "caída" de la que habla el cristianismo (la separación del llamado "Diablo" y sus ángeles), que no consistía en querer destruírle al Padre su Universo; el propósito de la entidad cósmica rebelde y de sus secuaces, era construir una forma distinta de evolución, en la que los seres no obraran en conexión con la Fuente, sino autónomamente, desconectados de ella. La "maldad" del "diablo" no consistía en una enemistad con el Padre, sino en la rebelde actitud de querer demostrar que el libre albedrío podía ser llevado al extremo con resultado positivo. Y el extremo sería la libertad total, en desconexión y aislamiento total de los altos planos de comando universal, de modo que los seres no pudieran ser controlados, pudiendo así obrar absolutamente independientes de leyes y directivas supremas.
    El plan se operaría colocando a los seres en mundos densos donde las limitaciones físicas y mentales de sus cuerpos, les impidieran tanto la conciencia de sus orígenes, como conectarse extrasensorialmente con planos superiores. Abandonados a su suerte y sin ninguna presencia divina que pudieran percibir, en lugar de recurrir a la fuente, recurrirían a energías de planos bajos o a entidades cósmicas planetarias. En mundos donde el desequilibrio no reflejaría ninguna presencia divina y providente, esta aparente "ausencia de Dios" llevaría a los seres a valerse por sí mismos. Cada uno sería un pequeño "dios", autodeterminado. Pero como esto supondría la pérdida de noción de la unidad cósmica de todos los seres entre sí y con el Supremo, la división resultante llevaría a la lucha entre hermanos, empleando la destrucción.
    Luego se les proveería a estos seres la luz y el amor que en principio se les quitara, de modo que al ingresar en procesos de armonía y paz, consideraran todo lo antes vivido como un útil aprendizaje de una experiencia "necesaria" de ser vivida. Los, desde entonces, ex-alumnos de tal experiencia, convertidos en "graduados" y en condiciones de ser maestros, podrían dar testimonio al Padre Universal, de que aquella oscuridad por la que pasaron fue necesaria para tener conciencia y valoración de lo que es la Luz (valdría decir que, por no haber sido creador e instaurador de la oscuridad, el Padre no sería capaz de lograr una experiencia tan valiosa como la del Diablo).
    Cumplido, así, el propósito de expandir por el Universo esta mecánica de creación de mundos de dualidad, las Fuerzas fieles a las originales Leyes Universales irían perdiendo terreno, y aquel rebelde que quería demostrar que él podía hacer las cosas a su manera, se saldría con la suya. La creencia de la gente, en cuanto a que este mundo, con todas sus falencias, es necesario, demuestra el éxito del propósito de quien lo manipuló. Y si a esa gente viniera un Maestro Cósmico a decirle que este mundo no es del Padre, sino del Diablo, pocos entenderían el significado de tal revelación. Como ya hace veinte siglos sucedió cuando alguien estuvo para revelar esto. Y como nos sucede a todos los que en este momento estamos diciendo lo mismo.
    Debe tenerse en cuenta que, cuando aquel rebelde cósmico que se apartó de los superiores lineamientos universales, buscó una experiencia distinta, lo hizo con miras a construir, y no a destruir el Universo. Pero esta construcción alternativa suponía un control dominante de su parte. Las libertades que concedería a los seres (cuyo extremo lo conocemos sobre la Tierra, donde alguien es libre de arrojar una bomba nuclear sobre una ciudad) serían libertades que estarían, sin embargo, dentro de la limitación de responder a este control dominante. Porque uno era el Libre Albedrío bajo observación de las Jerarquías Superiores Universales, de modo que los límites de las acciones estaban bien asegurados; pero otro es este libre albedrío bajo observación pasiva de jerarquías cósmicas inferiores, que no intervienen cuando los seres en los planetas sobrepasan límites universalmente inadmisibles. De ahí que las guerras y la destrucción de una civilización entera no sean evitadas, bajo el falso pretexto del "libre albedrío", que se dice concedido por Dios para nuestra posibilidad de asumir la responsabilidad de nuestros actos, pero que en realidad, fue concedido por el Otro "Dios", permisivo ante los actos de irresponsabilidad. Porque permitir a los seres la extrema acción individual fuera de toda Ley, es la manera de desarticular el Universo del Libre Albedrío que evita extremismos, y que por eso es libre y no libertino. Y esta desarticulación del orden universal, le permitió al hacedor de esta propuesta alternativa de universo, utilizar el poder anárquico de los seres bajo este dominio, constituyéndolo en un poder organizado para invadir expansivamente los mundos todavía en Luz.
 

El Dios inventado y el Dios verdadero

    En mundos como éste en la actual etapa, la pérdida de la conexión con el Creador Universal, se produce ante la inconciencia del origen cósmico y de la pertenencia a la gran familia universal. El individualismo resultante supone un Dios distante para unos, presente pero pasivo para otros, que justifica la actitud de sentirse autónomo en el obrar. La desventaja es la sensación de soledad, pero la ventaja, es sentirse un "dios" dentro de la realidad del mundo, con "libertad" de decidir no sólo sobre la propia vida, sino sobre la de todo ser viviente; ya como cazador, ya como juez, como verdugo, como asesino serial, o como militar en combate.
    Esta idea del Dios Trascendente, ajeno a la individualidad de los seres, ha sido útil también, para el "Dios" Amo del mundo, dentro del judeo-cristianismo, como un "cuco" juzgador y castigador de los pecados, generador de culpa y de temor. Estos sentimientos, al inducir al respeto y a las buenas acciones para evitar represalias divinas o el mismo infierno tras el supuesto Juicio Final, dificultan un obrar positivo que se base en el amor y no en estos miedos. Es decir, que la creencia en ese Dios de Justicia conduce a obrar por obligación y no por necesidad; a la oscuridad, y no a la Luz. Todo, conforme al plan de desconexión de los seres de su Origen.
    Y en mundos en una etapa como la que Acuario propone, en cuanto al concepto del "Dios interior" que "está en cada uno", la estrategia de desconexión con el Dios Verdadero, por parte del Dios impostor, consiste, paradójicamente, en mentalizar a los seres para que crean estar conectados con Aquél. Esta conexión que propone el Dios de este mundo (a través de la New Age y las transmisiones de sus mensajeros galácticos), consiste en un monismo panteísta, por el cual "Dios y el Universo son una sola cosa", es decir, no hay distinción entre el todo y sus partes, porque las partes, que son emanación de Dios, tienen divinidad, presencia de Dios. Un Dios inmanente, que está en cada partícula emanada, y no un Dios Trascendente, distinto de sus creaturas, como el que proponen el judaísmo y el cristianismo. Este Dios confundido con el cosmos, presente en cada creatura, no podría juzgarse a sí mismo y castigarse, por lo que para la New Age no hay ni culpa, ni pecado; ni condena, ni castigo; ni infierno, ni purgatorio, ni paraíso. Sólo hay inconciencia de la divinidad interior, y una vez que de ésta se logra adquirir conciencia, se establece la conexión con el todo; se percibe que sentirse individuo es una ilusión, un engaño a los sentidos, que todo es Uno. Esta divinidad interior se expresa en el "Yo Soy" de la metafísica de Conny Méndez, de modo que la invocación de la presencia divina no se hace hacia un Dios Trascendente, como en las oraciones del judaísmo y del cristianismo católico y protestante, sino hacia adentro: la fuerza está en uno mismo.
    Esta cosmovisión monista - panteísta, es otra de las grandes estrategias del "Diablo"-"Dios" de este mundo, para separar a los seres de su Creador, al cual los hace creerse unidos. Porque esta autoinvocación del -inexistente- Dios interior que es el -inexistente- Todo expresándose en una de sus partes, lleva a la idea de una conexión, que es ilusoria y no real. El individuo asume como propia una supuesta identidad divina que nunca podría poseer, desde el momento en que su Creador lo ha emanado como una energía individualizada en una entidad distinta de Él, y no identificada con Él. Y esta separación supone que el Universo no forma un Todo con el Creador, así como las partes del Universo no dejan de ser partes, y la supuesta "ilusión" de la individualidad de cada una de ellas, no es ilusión, sino realidad: cada parte es ella misma en su individualidad por su Creador concedida, o la existencia, si fuera un Todo en el Creador, no sería más que una ilusión de Él, un pensamiento, y no una realidad. La única realidad posible de las cosas, es la individualidad de las cosas. Una rama en una planta, es una rama y no una planta. Sólo al ser individualizada la rama, desprendiéndola de la planta, y plantándola, es que pasa a ser planta, a tener existencia propia, no ya conformando el todo anterior, sino separadamente. Pero el falseamiento y alteración de esta realidad, ha hecho escuela en los niveles galácticos, de modo que los seres "evolucionan" bajo el adoctrinamiento de ser cada uno "Dios" manifestándose. Y la confusión se produce cuando, en lugar de limitarse a que cada uno es una parte salida de su Creador, el individuo pretende creerse una parte de Él. Lo cual, visto en forma inversa, equivaldría a que el Creador sea parte de ese individuo.
    La omnipotencia a la que conduce esta cosmovisión, tiene que ver con el supuesto Libre Albedrío, ya que no es de dudarse que uno lo tenga, si uno es Dios y, como tal, no cabe no ser libre. Según la visión panteísta acuariana, el mundo mismo es también Dios, por lo que no se trata de que haya un Dios Trascendente que se introduzca en el devenir mundial, sino que, por ser un Dios Inmanente, Él es ese devenir. Y queda, así, justificada y hecha escuela, la fraudulenta concepción de que esta clase de mundos son parte de un Dios presente en esta obra. Otra vez la omnipresencia como garantía de que "si el mundo es como es, Dios sabrá por qué". Consecuencias: resignación, y posibilidad de rebelión, sofocada.
    Si se supiera que Dios no es inmanente, sino Trascendente, y que esa trascendencia no implica omnipresencia, y que el circuito de conexión con los Planos Superiores del Universo, está interferido, y que la fuerza necesaria para nuestras acciones, está en nosotros, no como presencia de Dios, sino como esencia de Él, viviente en cada creatura; si recurriéramos no al -inventado-  Dios interior y Uno con el Todo, sino a la Fuerza con que nuestro Creador nos concibió, para ser cada uno-en el Todo, no nos creeríamos "Dios" actuante, sino "dioses" de Él distantes, y no creeríamos a Dios responsable de lo que nos pasa. Comprenderíamos en qué manos estamos, y ya que no daría resultado invocar al Creador (dado el bloqueo impuesto al circuito de conexión con Él), porque a duras penas sus mensajeros están tratando de intervenir aquí, rompiendo el cerco, al menos podemos evocarlo, pues llevamos dentro la memoria de nuestro origen en Él. Allí está depositada nuestra Fuerza de Él recibida. La costumbre es recurrir a la Fuerza de Dios como si fuera un combustible agotable que debe recargarse constantemente con pedidos. Pero tuvimos un Creador que nos hizo con esa Fuerza como si fuera una batería inagotable, que podemos encender toda vez que la evocamos. Ahí está la "ayuda" que nuestro Creador ya nos dio en un principio, y que vale para siempre.
     Si no nos hubiera hecho autosuficientes, no seríamos seres individuales, sino ramas necesitadas de la savia de una planta, y no plantas. Esto no significa negar a nuestro Creador, como situándolo fuera de nuestra vida individual, sino que esta Fuerza individual está destinada a mantenernos en unidad con Él. Unidad que, interrumpida por la acción interferente del cerebro cósmico de todo este plan alternativo, puede ser restablecida desde el momento en que se toma conciencia de la realidad. Al salirse del engañoso concepto del Dios Omnipresente del cristianismo y del ilusorio panteísmo New Age, nuestra mente pasa a proyectarse más allá de este bloqueo. Pasa a concebir una idea de Universo y de su Creador, más real, de modo que se termina esto de involucrar al Padre Universal en la historia del mundo, de responsabilizarlo y culparlo por lo que no nos parece justo. O, de lo contrario, habría que creer lógico que se hayan tirado las bombas nucleares en Japón o que Hitler haya exterminado a los judíos, pues "karmas habría", y el Padre en esto estaría.
    Superado el bloqueo mental, focalizaríamos la mente y el sentir hacia un concepto de evolución sin necesidad de negatividad, con mundos buscando la Luz en la Luz, y no confrontándola con la oscuridad. Y, de ese modo, estaríamos restableciendo el circuito de conexión con esos planos que así funcionan, bajo control del Creador Universal, del cual, proyectando nosotros Luz con una conciencia así esclarecida, podremos, entonces sí, recibir Luz directa alguna vez. Por ahora, cada palabra revelada por los mensajeros que han transmitido estos conocimientos, es Luz del Universo de Amor, y de su Creador. Cada pensador, cada poeta que ha sentido que las cosas son así, ha echado Luz Divina sobre la oscuridad del mundo. Por eso el presente mensaje, en parte propio, en parte transmitido, en parte con el pensamiento de otras personas que han tenido claridad en sus mentes, es una proyección que desde los más altos planos del Universo, ha conseguido corporizarse en lenguaje escrito, para propagarse como una Fuerza, capaz de activar esa evocación que cada uno debe hacer, para encender su "batería", y desplegar su Fuerza almacenada.
    Por supuesto que esto difiere también de la metafísica de las religiones cristianas, que no hablan de la Creación como una emanación de lo que, hasta allí, era Energía integrante del Creador, sino que sostienen que el Universo fue creado por Él "de la nada". Y por supuesto que, si es en la Biblia en lo que los teólogos se basan para caer en este ilógico engaño de creer que, en vez de ser partes salidas de un Creador, somos salidos de la nada... sería cuestión de consultar en el Informe Clomro-3 lo necesario para desenmascarar al Dios bíblico cuya trama condujo a tales creencias. Que por tener por materia a algo tan intangible como es Dios, no pasan, claro está, de ser eso: creencias. Y acá no es cuestión de creer, sino de movilizar la mente; que con inquisiciones y con sistemas inhibidores del pensamiento, ya la religión tuvo bastante tiempo y espacio para imponer lo suyo, pero se le acaba... ¡el control del mundo occidental se le acaba!...
 

Invocación y evocación

    Con ese postulado religioso acerca de Dios, la única coincidencia que señalaré, es ese carácter trascendente y no inmanente de Él. No está en todas las cosas, en todos los seres. Ha individualizado a cada partícula de su Creación, la ha puesto fuera de Él, y Él está fuera de cada partícula creada. La unidad del Todo no es en Dios, sino con Dios. Pero, también a diferencia de lo sostenido por la teología cristiana, no es un Dios presente y participante en estos planos galácticos. Por más invocación que le hagamos, no recibiremos nada de Él; a lo sumo, se puede llegar a recibir algo de las Jerarquías Universales que lo representan, con toda la dificultad que eso supone, dado el bloqueo impuesto a este mundo y a la intervención que esas jerarquías desplegan. Pero esta posibilidad de recepción de fuerzas de los representantes de la Luz, será en tanto esté bien direccionado nuestro pensamiento: si invocamos a "Dios" y pensamos en el "Dios" actuante en el mundo, automáticamente estableceremos contacto con el "Dios" actuante en el mundo, o por lo menos con las jerarquías cósmicas o espirituales que lo representan. Si  ponemos en claro que nuestro pensamiento debe trascender este plano y los seres que aquí actúan ejerciendo el control, desde el más bajo "ángel" hasta dicho "Dios" de este mundo... y si focalizamos el pensamiento hacia el Creador Universal y desconectado de esta realidad (afortunadamente desconectado y ajeno a toda responsabilidad de lo que le pasa a la humanidad) será feliz saber que no era Él quien estaba detrás de esta oscura obra, y será feliz esperar que Él intervenga, tal como siempre todo ser humano lo imaginó por lo menos alguna vez en su vida, cuando no le cabían la idea y la aceptación de un Padre Universal pasivo ante el dolor y activo mandando diluvios y catástrofes.
    Cuando hablo, cuando actúo, cuando necesito fuerzas, no las pido: las busco en mi memoria. Pero no porque sean mías, sino porque son fuerzas que me fueron transmitidas. Si ya tuve ayuda, si se me dio esta fuerza, no fue como un combustible agotable y necesario de ser renovado, sino como una batería, recargable, que me fue puesta. Y la recarga no tiene por qué venir a hacérmela nadie: es personal. El conocimiento que me fue transmitido, posee una fuerza que viene de lo que ustedes entienden como "Dios", pero que no es el creador de este mundo, sino el Creador del Universo. Si ese conocimiento me moviliza, no necesito invocar fuerzas externas, porque en el conocimiento, en mí almacenado, está la fuerza, está la ayuda, y para qué voy a querer más que eso, si por conocerlo ya soy un privilegiado, ya dispongo de un arma como ninguna otra para enfrentar esta farsa cósmicamente montada ante la indefensión de la inconciencia. Y yo no estoy indefenso, porque tengo la fuerza que me da la conciencia de todo esto. Tal es la fuerza en transmisión, en esta revelación ofrecida, que no tardaré en observar los cambios favorables que ella operará en muchos receptores de este mensaje por mí retransmitido.
    La evocación no consiste en recibir fuerzas, sino en potenciar las que tenemos. Esto no es autosuficiencia, porque sin evocar a nuestra Fuente Creadora, no nos podemos dar la fuerza necesaria. Y en mi evocación del Ser Superior cuya Fuerza guardo, no preciso invocarlo, porque asumo y admito la situación de no conexión con Él en que estamos, así como tampoco me creo presencia suya como los creyentes en el "Yo Soy". Pero sí sé (no creo, ) que tengo una partícula de la Fuerza de Él, de la cual mi Creador se desprendió cuando me emanó como energía cósmica individualizada. Y lo que "yo soy", no es presencia divina, pero sí esencia divina; y no tengo el poder de "Dios", sino el poder de "un dios", lo cual no es poco. Y lo cual no es de ser despreciado y desaprovechado a tal punto, que deba tener que recurrir a la invocación de fuerzas externas, queriendo llenar una vaciedad que no condice con la idea de un ser de individualidad cósmica; pues la individualidad con que fuimos proyectados al cosmos, supone riqueza interior a la cual recurrir en todo momento, y no vacío a ser llenado con invocaciones y pedidos.
     En cambio, la invocación del panteísta "new ager", es efectuada con su sentido monista (unidad en el Todo), que le hace creer que ese Todo, le provee Fuerza divina-extra, pues ese Todo es Dios, y el sujeto cree estar integrado. Y en esta creencia, el sujeto se mantiene irrigado por fuerzas que no vienen de tan alto como él cree; pues son, en gran medida, fuerzas ilusorias autoproyectadas por su propia mente que concibe un universo panteísta, inexistente fuera de su imaginación. En sus meditaciones bajo tal concepción, el sujeto puede ser canalizado por entidades ligadas a la trama oculta en que él se encuentra envuelto, las cuales persistirán en mantenerlo en esa ilusoria visión de lo que es Dios y de lo que es el Universo. Entidades que, pese a que puedan tener grados maestros en la evolución galáctica, participan de la misma ilusión que él. Porque haber constituído un sistema anormal de evolución, donde el uso de la negatividad ha sido aceptado por quienes fueran alumnos y ahora son maestros, supone que ha sido igualmente viable falsear la verdad sobre la Trascendencia y la no presencia de Dios en esta obra aberrante.
 

La segunda rebelión

    Muchos subordinados a quien trazó este plan alternativo, no observaron la importancia de que la experiencia condujera a un futuro reequilibrio de los seres puestos en condiciones adversas. Es decir, que no observaron que la negatividad debía constituir un medio para la finalidad de que la positividad prevaleciera al final. Por eso, tomaron a la negatividad como fin en sí mismo, e hicieron de ella una fuerza destructiva, anárquica, sin encuadrarla dentro de líneas que la condujeran en sentido constructivo. Fueron, así, como "el aprendiz de brujo", al no saber manejar la fuerza que se les estaba enseñando a utilizar. Y en cuanto a maldad, fueron "más diablos que el Diablo", porque éste, al menos, pretendía construir un nuevo concepto de Universo, dentro de un cierto orden y funcionamiento. Los "diablos inferiores" que no atendieron a la finalidad de este plan, fueron los seres cósmicos que terminaron abusando de sus poderes, creando perturbaciones descontroladas en el funcionamiento de los sistemas planetarios. Así, se ha llegado a extremos como el estallido de  planetas y la desaparición total de  civilizaciones, como sucedió con lo que hoy es el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, al permitirse -e inducirse- usos abusivos de la fuerza. Y los "diablillos" de más bajo rango en la escala de los que usan el mal en sí mismo, son muchas de aquellas entidades que se han presentado ante muchas personas, con la mera finalidad de perturbarlas, y de succionar energía de ellas, pues al ser entidades desconectadas de la Fuente, no reciben su luz, y en la necesidad de alimentarse de otro lado, recurren a otros seres para proveerse de energía. Unos se manifiestan como espíritus, otros como extraterrestres, otros como la Virgen (logran multitudes a sus pies), otros fingiendo ser el Diablo.
    Aquel "Diablo", ideólogo de todo el plan de evolución hacia la luz a través de la oscuridad, se vio desafiado por subordinados que quisieron ser como él. Así como él se había apartado de quien gobernaba el Universo, ellos también quisieron autonomía. La rebelión de "Satanás" y sus ángeles fue abortada por el verdadero "Diablo" entendido como tal, y que luego de una lucha en la que los doblegó, concedió a estos insurgentes un ámbito donde instalarlos y ponerlos a trabajar, bajo sus directivas. En uno de los mundos que se poblarían bajo gobierno de aquel "diablo" original, sus habitantes recibirían la versión de que "Satanás había querido igualarse a Dios". Y ese supuesto "Dios", al mantener a los habitantes de ese mundo en la ignorancia de la verdad, sería nuevamente desafiado por "Satanás", cuando éste intentara "vengarse" de aquel, interfiriéndole la obra al revelarle a los habitantes del mundo, el prohibido conocimiento de la ciencia del Bien y del Mal, que los liberaría del "Dios" de este mundo, permitiéndoles ser como él. Ser como él, significaría conocer la verdad que él conocía y ocultaba. Y la verdad libera. Esa humanidad recibiría, luego, la versión de que ella estaba pagando el pecado de dos que quisieron ser como Dios. Porque a la historia la escriben los que ganan, y Satanás no pudo con "Dios"; el dios de este mundo, que nunca habló de tener Alguien más arriba. Y que dijo ser el de Arriba de todo.
 

Otras falsedades y verdades sobre lo que es Dios

    ¿Y qué pasaba "Allá Arriba", que no fue impedido esto? Pasaba que aquel Dios de la filosofía humana, que supuestamente está en todas partes con su omnisapiencia y su omnipotencia, es, en cambio, un ser en evolución que por algo creó lo que creó, en busca de nuevas sabidurías, y, por algo, desde su situación cerebral en el cosmos, ha delegado funciones, y no está para ocuparse in situ de lo que pase en la terminal nerviosa de la punta de un dedo del pie. Eso implica que tampoco esté para saberlo, y que ese famoso supuesto ojo de Dios que todo lo ve, sería una vigilancia que estaría en contradicción con la delegación de autoridad para que otros seres se ocupen de ser quienes pongan ojo en los acontecimientos de cada rincón del Universo. Acontecimientos que, ante alteraciones como las de aquí, demoran en ser informados y corregidos, tiempos cósmicos que planetariamente son tan enormes, que parece incomprensible que "Dios no arregle todo esto de una vez". La filosófica y dogmáticamente impuesta omnipotencia, omnipresencia y omnisapiencia, era una forma más de fabricar un Dios con el que se explicara que las cosas deben estar bien como están, porque Él las conoce y las deja ser como son. Dios tenía que ser involucrado en esta obra para justificarla, y se le inventaron atributos supraespaciales y supratemporales que aseguraran que Él está aquí, para que la gente creyera que Él está detrás de todo esto, y que, por lo tanto, esta forma de existencia es un plan de evolución bajo su control, por lo cual, todo tendrá su explicación; inclusive su pasividad ante los exterminios nucleares en Japón. "Los karmas", ¡claaaro!... los karmas... Y el "libre albedrío" ¡sí...!; el libre albedrío... de Roosvelt y del piloto del avión.
    Las víctimas sólo eran "libres" de "cumplir sus karmas" bajo fuego. Si habrá idioteces que se escuchan...
    Aunque a Jesús se lo trajo y se le permitió revelar lo contrario de todo este engaño del Dios de este mundo, ya se sabía que con su palabra, deformándola durante siglos y milenios, se lograría aumentar la confusión y mantener el engaño. Y así como no hubo ningún "Espíritu Santo" que inspirara el famoso compendio de verdades mezcladas con mentiras y confusiones, tampoco es muy santo el espíritu de quienes vienen ahora en sus naves galácticas invocando el santo nombre de Jesús, para decir que el plan del mundo obedece a directivas universales, y que ese Padre (al cual Jesús desvinculara de toda responsabilidad en esta obra) es el diseñador de todo el plan que aquí se implementó.
     Jesús sabía que en su nombre se engañaría a la gente, por parte de lobos disfrazados de ovejas, por lo que preveía que su mensaje caería en manejos por parte del enemigo. Dijo, aun así, que su palabra "no pasará", dando a entender que, entre toda la farsa que luego se montara, algo quedaría escrito, fiel a lo pronunciado. Y que, "quien tenga ojos para ver, vea". Por lo tanto, la tarea consiste en saber leer, y saber encontrar dónde está la verdad y dónde no, entre todo lo que Jesús reveló y que está escrito, y todo lo que no dijo y que se inventó para confundir.
    Y entre todos los supuestos mensajes de este actual Cristo cósmico versión galáctica con su flota confederada, la cuestión es darse cuenta de si los contactos con estos seres que invocan a Jesús, realmente lo representan, o si usan su nombre con la finalidad de hacerse creíbles y hacer aceptables sus planes, hoy acuarianos, ayer oscuros, más adelante dudosamente luminosos.
 

Mi posición y mi papel

    Sólo puedo tomar de la Confederación y sus enviados que se contactan con humanos, todo lo que propongan para mejorar la sociedad, espiritualizar al hombre, descontaminar el medio físico en estado de polución extrema. En ese sentido, puedo cooperar con ellos. Por lo demás, me mantengo bajo lineamientos que todavía parecen no comprender, porque el sistema evolutivo que prefieren es el que manipulan, y renunciar al poder que ocultamente ejercen, si bien sería un paso adelante, significaría admitir el error y la inutilidad de todos los pasos dados hasta aquí, a través de toda la dolorosa historia de esta galaxia corrompida.
    He venido a actuar para que todo esto se sepa, se me ha efectuado la preparación correspondiente para tal función, pero no la cumplo bajo directivas: se me facultó para tomar decisiones autodeterminadamente, y organizar conjuntos de personas que se identifiquen con este propósito. Estar al comando de esta operación supone riesgos y dificultades, pues conozco las fuerzas con que me estoy enfrentando, aunque también ellas saben a quién se enfrentan cuando me desafían: por algo se me envió. 


COMANDANTE CLOMRO



MENSAJE A LA HUMANIDAD

    El Comandante Clomro es enemigo de la escuela evolutiva que rige a la humanidad. Su sitio en Internet amenaza con propagar por el planeta su rebelión a mi sistema que gobierna el mundo. Su plan amenaza con provocar rebeliones en los mundos bajo mi control.
    Utilizando la mente del propio Clomro, que gentilmente se presta para que, mediante él, yo pueda dar este mensaje, me presentaré: como soy el creador de la vida en este mundo y, por lo tanto, de la muerte, unos me llaman "Naturaleza", otros, "Dios" y otros, "el Dios de este mundo" o, por los males que he creado, "Diablo".
    Ajeno a todo lo que pasó en este mundo, sobre mí hay Alguien a quien ustedes ignoran, a la vez que me endiosan y me rezan en los templos. Jesús habló sobre Él, llamándolo "Padre", al cual ustedes no han sabido dirigirse en sus oraciones, pues cuando imaginan un Dios, no lo imaginan a Él, Creador del Universo e incapaz de crear un mundo con las imperfecciones del mío, sino que imaginan al creador de todo esto que los rodea, y esa concepción mental establece automáticamente, una conexión conmigo: invoca mi presencia y mi poder en la vida cotidiana de ustedes.
    Así funcionó siempre la comunicación humana con los planos celestiales, sin posibilidad de trascender a los niveles Superiores, pues mi plan consistió en separar a ustedes del Padre, para que pudieran evolucionar con plena independencia de Él, en pleno libre albedrío, así como el que para mí mismo elegí. En ese sentido, quebré el orden universal. Ésa fue mi famosa rebelión: querer ser yo mismo y no un obediente "niño mimado" de un Padre que no permitía mi autonomía, mi independencia, mi poder de decisión y de acción sobre los mundos, sin tener que consultar lo que hacer o no hacer.
    Consideré que yo estaba en condiciones de gobernar como Él lo hacía, pero se negó a mi propósito. Yo tenía la autosuficiencia necesaria como para no resignarme a ser lo que Él dispusiera. Y determiné insistir con mi rebelión a tal obediencia, formando ejércitos cósmicos de mundos enteros apoyando mi propuesta.  Con mi accionar, admito haber pensado más en mí que en el Padre, y que eso es egoísmo, y que el egoísmo implica absorción de energía hacia sí mismo, en lugar de darla. Y admito que esa absorción es oscuridad, así como la transmisión es luz, y que esa rebelión fue causante de la oscuridad en el Universo de Luz. Y admito que, desde entonces, conocí en mí que puedo ser tan oscuro como lo luminoso que hasta entonces era. Y experimenté con mi propia oscuridad, hasta dónde ella puede llegar en todos los seres. Experimenté activando en ellos los mecanismos conducentes a la búsqueda del bien propio, en desmedro del bien común. Hice escuela separando lo que estaba unido: poniendo a unos contra otros, divididos. Expando por el Universo mi escuela de evolución: crear mundos de dolor, violencia, oscuridad, para que los seres lleguen a la paz, la luz, el conocimiento de la dualidad, la doble realidad del existir.
    El Padre Cósmico condena éste mi propósito desafiante. Quiere que sea restaurado el orden que alteré. Que la evolución vuelva a ser sólo en la Luz, sin mundos como éste y todos los similares por mí creados. Se niega a aceptar la utilidad de la escuela que propongo. Me niego a su escuela de inexistencia del Mal, inconciencia de la dualidad, imposibilidad de oscuridad y dolor.
    Tú, habitante de mi mundo, obediente a mi fin, continúa llevando adelante mi plan, que te necesita. Y muéstrale al Padre que, así como yo, que supe ser Dios al autodeterminarme, tú puedes ser un dios también. Continúa lográndolo: sigue siendo libre de desviarte de la luz hacia la oscuridad, para conocerla, en vez de vivir bajo determinación del Padre, que te preferiría siempre en el camino recto, en la inconciencia de lo negativo, en la semiconciencia de la realidad del Universo, que es dual; en la imposibilidad de la plena experiencia y el pleno conocimiento de lo que es el Universo en su ambigüedad.
    Mi rebeldía fue liberarme y liberar mundos enteros, de esa obediencia que imposibilitaba el progreso, bajo el imperio del orden. Y por esa rebelión, he sido llamado al orden, pues se temió por las consecuencias del progreso que posibilité. Han estallado mundos por mi culpa, ya lo sé, pero son los riesgos del libre albedrío que he concedido, permitiendo guerras y armas poderosas. Pero prefiero mundos libres estallando, que la paz de aquel orden, que impedía ciertas libertades bajo la obediencia a las Leyes Cósmicas. Prefiero eso, así como tú dices: "Si todos fuéramos buenos, el mundo no sería mundo", por lo cual admites y justificas un genocidio como el de Hiroshima y dices "Dios sabrá por qué lo permite". Y ese Dios que sabe por qué lo permite, soy yo, y ya te dije la razón.
    Pero el Padre no lo acepta, así como no lo acepta todo humano que sueña con "un mundo que no sea mundo", donde todos sean buenos, y hablan de la "Nueva Tierra" que vendrá o de otros planetas mejores adonde se los lleven a vivir los extraterrestres. Pero lo de la "Nueva Era" es parte de un plan mío, pues la escuela que he creado, conduce a la pacificación e iluminación de mundos que aprendieron la lección de la oscuridad. Por eso hay muchos seres que vienen de otros mundos, que hablan de haber pasado por guerras y maldad, y ser ahora pacíficos y mensajeros del amor; ellos son el testimonio del éxito de mi propuesta evolutiva.
    Ya sé que hay otros seres, que no aprendieron la lección, que siguen siendo destructivos, y que descalifican mi propuesta ante los ojos del Padre, que no está dispuesto a tolerar que hayan experiencias fallidas, por más que en otros mundos se logren buenos resultados. Pero son los riesgos, yo los acepto, y muchos humanos los aceptan: si tuvieran que hacer un mundo, lo harían como yo hice con la Tierra. Y tú, ¿lo harías como el mundo que tienes, o lo harías como el Comandante Clomro, en su página en Internet, dice que debería ser, según el Padre Universal establece? Sé buen alumno mío, y haz la elección que te he enseñado.

¡Abajo Clomro!
¡Arriba los que me siguen!
El Dios de este mundo



ACLARACIÓN NECESARIA SOBRE LA PRONUNCIACIÓN DE LA PALABRA "DIOS"

    La sonoridad del vocablo "Dios" sintoniza con el falso y no con el verdadero, por lo que cuando me refiero al verdadero como "Dios", es a los fines de no complicar el entendimiento de la gente, y no porque el Ser Supremo se llame "Dios" o porque haya que invocarlo pronunciando esa palabra. Como toda palabra-llave, abre aquello que está sintonizado con el pensamiento colectivo, y éste ha definido que "Dios es el creador del mundo". Por lo tanto, si se quiere invocar al Creador Supremo, no se logra pronunciando esa palabra, porque ella  invoca al creador inferior, autor del mundo, que ha sido endiosado adjudicándole el término "Dios". Palabra derivada del latín deus que, según Erich von Däniken, viene del plural "deuses" = "los que andan por las nubes". El Creador Supremo está mucho más allá, no anda por las nubes como los dioses inferiores de los mundos galácticos, caso Yahvé. Debido a esta naturaleza plural de la palabra, comparable con el hebreo "elohim", que también es palabra plural ("los dioses", y no Dios) Considero posible que la invocación que una persona haga pensando en el autor de este mundo, sumada a la vibración producida por la pronunciación del vocablo en cuestión, no efectúe una sintonización tan sólo con el dios de este mundo, sino también con cualquier entidad cósmica o espiritual subordinada a él, llámense ángeles, demonios o extraterrestres en cumplimiento del programa asignado a la Tierra y la humanidad, fuera del Orden Universal. Si en la fuerza vibracional de la palabra Dios está comprendida toda entidad obediente al amo del mundo, pues "Dios" deriva de "dioses", y dioses han sido siempre los cómplices celestiales del jefe de la manipulación mundial, decir "Dios" o decir "dioses, vengan a mí", no es esencialmente distinto.
    Como el amo del mundo capitalizó el endiosamiento humano por el canal de comunicación accesible mediante la pronunciación del "ábrete sésamo" religioso: la password vox populi "Dios", no es de extrañar que Jesús evitara usar esa palabra sino, en cambio, dirigirse a alguien Superior al que con ella se hace destinatario de las oraciones, diciendo "Mi Padre", y elevando su mente en sus invocaciones mucho más arriba de estos planos galácticos bajos. Por algo el Padrenuestro, única oración atribuida a Jesús en el Nuevo Testamento, no se llama "Diosnuestro", ni menciona a Dios. Al igual que lo hago en este estudio, o en mis charlas y mensajes personales a quienes me preguntan cuestiones religiosas, no es de extrañar tampoco que Cristo, al margen de sus invocaciones, empleara la palabra Dios con fines explicativos en sus discursos y conversaciones, para evitarse complicaciones terminológicas, que yo también suelo evitar al simplificar el tema diciendo Dios cuando podría decir "Creador", "Ser Supremo" u otras cosas, que a veces, sin embargo, utilizo para no incurrir tanto en abuso del término inadecuado.


 Parte II
MISIONES Y FUNCIONES
 

EL HABER VENIDO, EL DESCUBRIRSE, EL ESTAR AQUÍ








La engañosa idea de creer tener una "misión"

    Mucha gente cree tener una misión, un propósito celestial asignado por Dios. Hay quienes creen haber pasado antes por otros mundos y estar aquí para una misión divina. Y hay quienes creen nunca haber estado en otro planeta, y ser ésta su primera experiencia en una esfera física. Cualquiera fuese el caso, el estar aquí parece obedecer a designios celestiales elevados.
    Una de mis más lamentables revelaciones es que, salvo agentes de intervención que han venido voluntariamente a ayudar, y en buen número, pero que son una minoría, la mayor parte de la humanidad es víctima de propósitos nada nobles. Hay una esclavitud de la cual ya se habló hace dos milenios, pero quien lo dijo y a quien se adora en todo Occidente, no fue entendido en este punto. Por lo tanto no estoy revelando nada nuevo en realidad; sólo lo estoy recordando. Pero seré más explícito por si queda alguna duda: la mayor parte de la humanidad sólo cumple, a ciegas, el papel de hacer que el mundo siga siendo mundo, y no permitir que sea lo que debió ser. Si quieren llamarle a ese mísero rol "misión" y, peor aún, "misión divina", pueden hacerlo. Pero quien tenga el grado suficiente de sentido común para llamar a las cosas por su nombre, se dará cuenta de qué es en realidad lo que está haciendo sobre la Tierra.
 

Reprogramarse el propio destino: ser un libre rebelde

    Si una persona descubriera que no está en el mundo ni por voluntad, ni por misión alguna, sino que fue puesta aquí forzosamente para cumplir funciones que no hacen más que mantener el status quo, lo importante es que, en lugar de sentir deseos de irse de aquí, despreciando esta existencia y creyéndola inútil, piense en qué haría si estuviera viviendo en un planeta paradisíaco, y se enterara de la existencia de un mundo como la Tierra. El sólo hecho de saber que en un mundo como éste hace falta ayuda, movilizaría para ir a llevarla. Y una de las maneras de hacerlo, es yendo a vivir entre la gente de ese mundo, bajando por propia voluntad a someterse a las hostilidades que le esperarán. Por lo tanto, si estar aquí no fue por propia voluntad, sí debe serlo el seguir estando, pero estando bajo un concepto distinto: el de hacer de cuenta que, desde el momento en que uno supo la realidad de lo que aquí sucede, y emprende un nuevo camino de conciencia, es como si se naciera otra vez, como si se viniera de nuevo. La reprogramación del destino que uno aquí cumple (ser uno más en la red mundial de utilizables ignorantes de la trama oculta) al ser hecha en función de un nuevo propósito (participar de otra red: la de libres rebeldes que conocen la trama oculta y luchan contra ella) es como haber muerto como ser inconciente, ignorante (como dejar el cuerpo) para nacer a un estado conciente de la realidad antes ocultada (como retomar el cuerpo, venir de un modo distinto).
    El individuo de cualidades inferiores, ante el develar de tal ocultamiento y el conocimiento de que hay mundos mejores, espera a los extraterrestres salvadores para que se lo lleven. El individuo de cualidades superiores, en cambio, ante su toma de conciencia, pasa a obrar con los pies sobre la tierra, sin ningún deseo de ser llevado, como si él fuera un extraterrestre que vino a ayudar. Esto puede llevarlo a pensar que él es eso en realidad, que él siempre fue un ser de otro mundo, que vino en misión de ayuda a tomar el cuerpo en que está, y que recién ahora se da cuenta. En ciertos casos, es así. En otros, no pasa de una especulación. Pero aunque, en este caso, uno no haya sido ningún misionero o enviado cósmico en ayuda del mundo, sino un simple esclavo más entre tantos millones que fueron usados en perjuicio del mundo, aún así, la toma de conciencia que a uno lo libera de esta servidumbre, al ponerlo al servicio de los verdaderos principios universales, lo convierte a uno en una pieza tan importante como cualquier extraterrestre que haya venido a ayudar.

  La Verdad no es un misterio, porque ella no es algo inaccesible, sino algo que conocen muy bien quienes la han mantenido en secreto. La operación aquí en marcha, consiste en desenmascarar ese ocultamiento sistemático, para que lo verdadero deje de parecer misterioso, deje de ser secreto, y se revele para pasar a ser un conocimiento al alcance de todos.


SOBRE CUERPOS HUMANOS OCUPADOS POR EXTRATERRESTRES








Ocupación de cuerpos adultos

    P: ¿ Es posible que un ser ceda su materia y salga de ella para que otro ser más evolucionado y con una misión determinada lo tome?
    R: Sí, esto es muy usado en medios espirituales de los mundos en evolución, pues el ente o maestro que toma la materia, se hace cargo del karma del ente original y éste al salir de su materia sube un escalón en el plano espiritual
    P: ¿Con qué finalidad un maestro superior toma una materia ajena?
    R: Muy sencillo: porque no pierde tiempo en la infancia y la juventud, va directamente en un cuerpo maduro a cumplir su misión.

Diálogo con Saichis-in, del libro Contacto con seres del planeta Nokire, de Vladimir Burdman.


    Esto contesta en parte a la pregunta sobre los que vinimos a tomar cuerpos humanos con cierta edad y preparación mental para aprovecharlos. Pero también supone la infiltración en la sociedad, de entidades cósmicas de las que dominan el planeta, para actuar en el plano humano en cumplimiento de sus fines manipuladores, llegando unos a niveles gubernamentales, otros a medios de comunicación, otros al terreno científico, religiones, etc., donde serán influyentes o determinantes sobre los pueblos. Claro que las acciones a emprender no serán hechas concientemente en cuanto a la misión con que se viene, porque el proceso de tomar un cuerpo puede ser hecho durante el sueño, siendo que al despertar, el nuevo ocupante no sabe lo que ha sucedido, porque ha recibido una transferencia de memorias del que dejó el cuerpo. Por eso cree que siempre estuvo aquí, porque es una memoria vivencial; sus recuerdos son como una "realidad virtual" que el sujeto cree haber experimentado, de modo que las vivencias del sujeto anterior le son transferidas no como información ajena, sino como si él mismo hubiera vivido todo lo que fue incorporado a su memoria.
    El caso de los que fuimos colocados en cuerpos físicos dentro de la misión para la que vine (éramos tres en principio) fue de esas características en cuanto a la sensación de realidad vivida por uno, con respecto a la memoria ajena recibida. Sólo que por haber sido colocados en estos cuerpos estando despiertos, concientes y de pie, sabemos del cambio efectuado, porque experimentamos el momento y las circunstancias de entrar a tomar la materia; único recuerdo que mantenemos de nuestra llegada, quedando imposibilitados de recordar nuestra partida desde el otro plano y todo lo anterior, porque no se nos envió a ser cósmicos, sino humanos, con las limitaciones parapsíquicas que ello supone. Claro que con una preparación previa de las mentes de los cuerpos que ocupamos, de modo que tuviéramos, eso sí, el conocimiento cósmico necesario para la misión.
    Los agentes cósmicos enemigos que toman cuerpos y que tampoco tienen memoria cósmica conciente, viviendo también como humanos normales, son inducidos desde los niveles de comando planetario a cumplir sus respectivos fines. Estos fines pueden no ser sólo de provocación de guerras o conflictos mundiales, sino también de divulgar la doctrina de la Nueva Era, pregonando el amor y la paz. Porque dentro del plan de control de la humanidad, tal doctrina y sus altos valores, no dejan de mantener a la sociedad en la ignorancia de las verdades de fondo, para poder, así, mantener el dominio de las mentes. Porque una mente que crea que este sistema de eras astrológicas por el cual mañana vendrá la luz de Acuario, y luego habrá, por ley cíclica, nuevamente experiencias de oscuridad; una mente así adoctrinada en aceptar que estos ciclos son un "Plan Divino"; una mente adormecida con promesas de amor y paz, por los mismos que después generarán, como ya lo han hecho, dolor y desequilibrio, será una mente más entre el rebaño mundial. A mí se me puso en el cuerpo en que estoy, porque quien lo ocupaba había sido preparado -y no por los que imperan aquí- para ser una mente menos en ese planetario rebaño. Vine a usar esa mente, porque era apta para no ser conducida, aprender a saber conducirse y no caer en el error de conducir a quienes sólo saben ser conducidos.


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