16. Teo. Trinidad. La Santísima Trinidad en el AT
16. Teología de la Trinidad  

LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN EL AT

La revelación trinitaria no se da, sino de una forma indirecta, en el AT. Hay algún indicio, pero es muy difícil conocer el misterio de la pluralidad de Dios, sin poner a Jesús en el centro del mensaje revelado. Estamos en un camino de preparación hacia la revelación de la Palabra central y directa que es Jesucristo. La esencial diferencia entre la religión cristiana y el judaísmo es que, además de concebir a Jesús de Nazaret como el Mesías, entendemos que Dios es Trinidad, son tres personas y un mismo y verdadero Dios. Dios no es una mónada, sino que es una comunión tripersonal. En el judaísmo y el Islam, también religiones monoteístas, Dios es unidad, no hay atisbo de pluralidad. Por eso en el AT, que compartimos con los Judíos, la Trinidad no es evidente, está oculta esperando la revelación de Cristo. En este velo semitransparente hay ya unas categorías culturales y mentales que son ratificadas por los primeros cristianos en su experiencia con Cristo resucitado.

La primera gran categoría revelada en el AT sobre la Trinidad es la paternidad. La paternidad implica una relación entre un "yo" y un "tu" en el pueblo de Israel. La alianza de amor y ayuda, de defensa de ese pueblo, de reconocimiento del "tu" personal, está expresada en una relación "paterno-filial" entre Dios y su pueblo. Esa vinculación es especialmente significativa en los pobres, humildes y necesitados. Dios Padre se preocupa especialmente de los más pequeños.

Tras la paternidad se vislumbra la idea de Rey y Mesías. Dios es Padre para su pueblo y lo es por amor gratuito. La teología de los profetas ratifica, aún más, esta especial relación y elección del pueblo basada en el amor, y especialmente comprometida con los más desfavorecidos. También en los libros sapienciales está presente la paternidad de Dios, es un tema repetido y constante en el pueblo judío.

La palabra "padre" sale en el AT más de 800 veces, aquí escogemos algunas citas, las que creemos más significativas. Dt 32, 6: "¿Así pagáis a Yahvé, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te fundó?". Is 1, 2: "Oíd, cielos, escucha, tierra, que habla Yahvé; "Hijos crié y saqué adelante y ellos se rebelaron contra mi...". En 1 Cro 17, 13 en el contexto de la edificación del templo para el Señor, se menciona: "Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo, y no apartaré de él mi amor, como le aparté de aquel que fue antes de ti". En el salmo 103, 13: "Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahvé para quienes le temen..."

La preferente paternidad con los pobres y débiles podemos verla en los profetas, destacamos la página preciosa de Oseas 11, 1-9, con una concepción de Dios tierna y maternal, autoritaria y sobria a la vez. Trascribimos el texto en el que se aprecia la relación especial de amor y ternura de Dios para con su pueblo: "Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo, cuanto más los llamaba, más se alejaban de mi: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso. Yo enseñé a Efraim a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer. Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse. Hará estragos la espada en sus ciudades, aniquilará sus cerrojos y devorará, por sus perversos planes. Mi pueblo tiene querencia a su infidelidad, cuando a lo alto se les llama, ni uno hay que se levante. ¿Cómo voy a dejarte como a Admá, y hacerte semejante a Seboyim? Mi corazón en mi está trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas".

También una terminología semejante y profética tenemos a Isaías 49, 1 a 66, 13. Si nos vamos a los libros sapienciales en Sab 14, 1-7 hay una mención de Dios como padre, como Dios universal, Padre de todas las criaturas. Es una constante judía, comprender a Dios como Padre del pueblo.

La categoría de la filiación se mantiene como relacional del padre. No puede haber paternidad sin filiación y viceversa. El AT llama "hijos" con preferencia al pueblo, a los justos y al Rey también. El Rey tenía una trato especial. En 2 S 7, 14, está la terminología de paternidad para el pueblo, hijos para Dios. En el Salmo 89, 27 hay una invocación, "¡Tu mi padre, mi Dios y roca de mi salvación!". Estamos en una categoría de Hijo de Dios. Es verdad que muchas de esas citas se harán acomodaticiamente en el NT por su referencia a la filiación y mesianidad de Jesús. Así vemos el Salmo 110 o Is 7, 14 mencionados en Mateo 22, 41-45 y 1, 23-24.

El término "palabra de Dios", con la idea de logos, es usado por San Juan, pero ya estaba presente en la cultura Judía. La palabra venerada en el AT adquiere ahora una carta de naturaleza propia, la Palabra tiene nombre y apellidos, se encarna. La idea de "ángel de Yahvé", como un Dios protector o enviado con una categoría fuertemente Mesiánica, de nueva alianza, mediador también podemos encontrarla en Jesucristo. La sabiduría, el atributo divino personalizado poéticamente, expresa la acción de Dios en el mundo. Es también identificada con Cristo por los primeros cristianos.

La mención de "Espíritu" aparece numerosas veces en el AT. Espíritu que en hebreo es "ruah", significa el viento como signo de vida. El Génesis, en su primer verso, menciona al viento que aletea sobre las aguas. Es el espíritu del Señor como signo de creador y conservador, es el inicio de la vida, es vivificador. Dios se mueve en ese caos inicial. También en Noe, Gn 8, 1 el viento hace decrecer las aguas; o Job 27, 3; 33, 4; o Salmo 104, 29; en todos ellos ese espíritu es vivificador.

En la cultura Judía, la "ruah" podía significar tanto el aliento del hombre, la respiración, como la brisa suave y leve. La vida de los hombres era la respiración, el hombre enferma cuando le faltaba el aliento, y al morir expiraba, es decir soltaba todo el aire, el espíritu. Dios era ese aire, ese aliento. Cuándo se utiliza la idea de Espíritu de Dios está hablado de la acción de Dios en el mundo, en los justos, en el pueblo y sobre todo en el Mesías futuro. Es la plenitud de la voluntad de Dios, son los siete dones de Is 11, 1-5, Encontramos ese espíritu en Is 28, 5-6; 42, 1-3 y 61, 1-2 con la idea constante de Dios como "Reino en acción" en el mundo.

Estas tres categorías mentales judías: paternidad, filiación y espíritu de Dios nos están hablando analógicamente de Dios, de una revelación que se hará transparente con Jesucristo. Es importante subrayar como el origen de la trinidad tiene ya unas categorías en la cultura semita, no es un pensamiento griego creado por los cristianos del siglo IV, como alguna vez se ha dicho.

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