23. Teo. sacramentos iniciación. La Eucaristía en la Iglesia medieval.
23. Teo. sacramentos iniciación  

LA EUCARISTÍA EN LA IGLESIA MEDIEVAL.

La Eucaristía, al igual que la práctica de los sacramentos en la Iglesia, tiende a cosificarse, entrando en una dinámica de estatismo. Las elaboraciones teológicas de Occidente y de Oriente van a caminar por derroteros bien diferentes. El pueblo llano se va a ir alejando de la celebración eucarística, convirtiéndose en un sacramento muy clericalizado, celebrado en latín y poco asambleario. La teología tenderá a valorar la consagración frente a la palabra, importa menos la historia de salvación y el memorial de la muerte que la reflexión ontológica sobre las causas del sacramento. Al final, en el periodo escolástico asistimos a la elaboración sistemática del sacramento, pero a costa de perder otros valores más dinámicos y simbólicos de la celebración.

La teología Medieval separa la concepción agustina en dos líneas diferentes, por un lado aparecerán las teorías que explican la Eucaristía desde el simbolismo, y por otro desde el realismo. En el realismo la explicación a la Eucaristía hay que buscarla en una plena identidad entre el cuerpo y la sangre con el pan y el vino consagrados. Este radicalismo tiende a convertir la Santa Misa en la identificación con el Cristo histórico. La tesis contraria indica que el cuerpo histórico no es idéntico que el cuerpo eucarístico, los dones del cuerpo y la sangre son cuerpo y sangre de Cristo pero en un sentido espiritual.

Santo Tomás de Aquino emplea para explicar la presencia real de Cristo en la Eucaristía la doctrina de la transustanciación, terminología ya empleada por otros teólogos. El pan y el vino, lo son en su sustancia y forma, tras las palabras del sacerdote, esas especies transforman su sustancia creatural, siendo elevados a la categoría reservada por Cristo. Los dones pasan a subsistir no por sí mismos, sino en el mismo Jesús. Cambian de sustancia en una más excelsa. Santo Tomás afirma que la Eucaristía es signo de salvación y medio para la vía espiritual, es signo de conmemoración, anámnesis de la pasión de Cristo. Es también signo de la comunión de la Iglesia y es signo prefigurativo, es decir, es el camino que nos conduce a Dios. La Eucaristía es símbolo real del cuerpo y la sangre de Cristo. En la transustanciación el pan y el vino se transforman en el cuerpo y la sangre del señor, no cambian físicamente, sino que desde la fe, subsisten en Cristo.

Afirma también el Aquinate que la Eucaristía es sacramento de gracia y sus efectos, personales y eclesiales, son eficaces para la preservación del mal. Emplea las palabras: "sustentat", "auget", "reparat", y "delectat", es decir: sujeta, eleva, repara y deleita. La Eucaristía también es en Santo Tomás verdadero sacrificio, está en continuidad con el sacrificio de Jesús, la Misa es así sacrificio rememorativo y representativo de la pasión del Señor. Cristo se ha ofrecido por nosotros de una vez para siempre, la Eucaristía representa ese sacrificio en la separación del cuerpo y la sangre de Cristo. Es Cristo el que verdaderamente preside y consagra, siendo el ministro un mero instrumento.

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