EL BEISBOL EN EL ECUADOR
"El Pelotero" On Line

Los años 30'

En los años treinta la pelota estuvo mejor organizada; se jugaba en al antiguo Hipódromo (hoy Coliseo Huancavilca). Cuatro novenas: Barcelona, Emelec, Oriente y Maldonado disputaban el campeonato; técnicamente aceptables para la época, sobre todo dada la calidad del terreno. Los "ricos" del juego eran los comandados por Capwel, con cuyos bates y bolas se accionaba en el diamante. Los guantes eran desechos de lona y paja, que "sobrevivían" gracias al tejido con alambre y piola que cada pelotero realizaba en su "manilla", con los cuales se hacían malabares para atrapar la pelota.

-George Capwel-

Capwell fue un gran deportista, pero también un "terrible ganador"; si el partido apuraba en su contra, comenzaba el berrinche. Recogía bates y bolas de su propiedad, dando por finalizada la contienda.

Poco tiempo después todo iba cambiando; se podían admirar juegos completos. Choques formidables entre los "Elefantes Blancos" de Oriente y "Osos" del Barcelona. Se habían adquirido implementos suficientes por parte de cada novena para no ser "desnudados" en el terreno. Surgían figuras explosivas en la popularidad como "el patucho" Morla o "el flaco" Avilés, guardianes de la primera almohadilla. El "viejo" Barrera en el campo corto, era clase; igual "veneno" Navarro o el formidable Manuel Casinelli, que metía pelotas por las ventanas de la calle Francisco de Marcos, ante la sorpresa de las amas de casa que tenían un domingo de sobresaltos. Todo esto llevaba más fanáticos al terreno.

-Juvenal Sáenz-

Jugador polifacético, incursionó exitosamente en varios deportes, pero su verdadera pasión fué el béisbol. Benefactor del deporte, a él le debemos la construcción posterior del mejor diamante del Ecuador, el "Yeyo Uraga", fue en 1964 presidente de la comisión de béisbol de la FDG y se mantenía como tesorero de la FIBA.

Diagonal al "diamante de primera" se tizaba el de cuarta categoría, en donde los duelos entre Yanquis y Chicago eran tan interesantes como los anteriores. Chicago era el vencedor, luciendo dos figuras que más tarde fueron primerísimas en la serie "A": Juvenal Sáenz y "El Pibe" Palacios. Ricardo "Don Richard" Chacón actuaba en el Yanqui, manejando la mascota. En la tercera categoría era el Yanqui el que copaba el primer puesto todos los años, con la batería compuesta por "el pato" Jurado y "el gato" López. Le seguían, el Luq Mor de los hermanos Jalón, el Olimpia y el Andes; en el Olimpia actuaba un pintoresco personaje: "Mamagoya" que jugaba sin zapatos y con un guante de lona en la receptoría. Bateaba fuerte. No siguió en la pelota, se arrimó a los barrios bajos y encontró en su camino un puñal que terminó con su vida; bravo y noble, estuvo defendiendo un caso en que se abusaba de un amigo, puso el pecho al frente y encontró la muerte...

Andes tenía una batería muy alegre, con "el maestro" Echeverría como lanzador (que dejaba de cortar el pelo por subirse a la lomita) y "cabeza de bote" Granados detrás del plato. Este fue luego el mejor receptor nacional de aquellas épocas. En el Yanqui comenzaba su carrera "la zamba" Pérez, que jugó después en Oriente, haciendo malabares en la ruta de los "doble play" con Tadao Sato.

En el Astillero de ese barrio surgían algunas novenas en la categoría inferior, pero una se encumbró a la superior, esa fue el Maldonádo, de la que ya hemos hablado en el corto relato de su vida deportiva. Sus primeras alineaciones fueron: Modesto Haro y Ernesto "Gato" Morán en la batería; el "Cuadrado" Orellana, el "Negro" Estupiñañ, "Foca" Díaz, "Veneno" Navarro, el "Moreno, Sandiford, Espinoza y Mosquera en los demás puestos. Sandiford, además de buen pelotero, era un jugador extraordinario de baloncesto que fue seleccionado del Ecuador por muchos años, fue el primer Sandiford de la dinastía de campeones que produjo esa gran familia de a-tletas superiores.

ORIENTE, conocido ya como "Los Elefantes Blancos", también ponía en juego sus estrellas en el diamante de la calle Chimborazo y Francisco de Marcos, aunque el "home" estaba en la diagonal de Calicuchima y Coronel, pero "la entrada" se daba por Chimborazo, sin puertas y con ventanas y balcones de casas que sábado y domingo se dedicaban a observar este juego. Alguna vez tenían que esquivar la pelota que, impulsada por el jonronero de entonces, Manuel Casinelli, entraba sin permiso a la sala o al dormitorio.

Se jugaba con gran coraje en campos que eran para deportistas bien bragados. Los orientales formaban con Barrera y Sierra (Hidalgo también actuaba de lanzador), Carrillo o en el campo corto Murrieta, Parker, Morán, Reinoso, Avilés, "el flaco" era el inicialista; Guerrero era su escuadra superior de combate, frente a Barcelona, Emelec y Maldonado.
El año de 1933 Barcelona ganó la Copa Municipal a Maldonado, y Oriente fue campeón al ganar a Barcelona. Formó con Ernesto Ycaza y Alfonso Sierra en la batería; Jorge Marengo en la inicial, Julián Pérez en segunda, César Carrillo en las paradas cortas y Reynaldo Murrieta en tercera; en los jard ínes, Alberto Jurado, Stanley Parker y William Guerrero.

El Vicecampe6n fue Liga Deportiva Estudiantil, que tenía de lanzador a Ely Barreiro y de receptor a Gorostiola; Roberto Nevárez, Pío Cupelo, Pepe Reinhart y "Cocada" Moreira era su infield, y en los bosques contaba con Falquez, Navarrete y Santos.
Esta es la alineación 1930 de Barcelona cuando se coronó campeón al vencer a Oriente, formando con Otón Plata y Arturo Calderón en la batería; Tito Nugué, Rigoberto "Pan de Dulce" Aguirre, "el Mocho" Brand, en las almohadillas y Pedro Pablo Peláez, Pedro Pombar y Benedicto Guerrero en los bosques.

Oriente se enfrentó con Adolfo Jurado y Enrique Sierra; Barrera, Guerrero, Murrieta, Costa, Paredes, Avilés e Ycaza.

EN LA CONCORDIA

Había béisbol en la Plaza de la Concordia, en donde también se jugaba fútbol de primera categoría. En 1930 se desafían Oriente y Nacional. En esas épocas no habían torneos oficiales ni campeonatos; parece que representaciones barriales o agrupaciones y determinados grupos que formaban los llamados clubes eran quienes concertaban encuentros, uno de ellos protagonizado por Oriente y Nacional, es este último regentado por Luis Felipe Salazar que al mismo tiempo era manager y promotor de boxeo.

ORIENTE jugó con César Ricardi y Ernesto Ycaza como lanzadores; Fernando Avilés como catcher; León Barrera, William Guerrero, Martín Costa y Efrén Avilés en las bases; W. Barrera, Jorge Gayangos, Paredes, Reynaldo Murrieta, como jardineros y un pelotero de apellido Castro.

NACIONAL tenía a Lotuffo con Sierra en la batería; José Morla, Sierra II, León, Tomalá, Quinteros y León en los jardines y las bases.

Otros equipos como Barcelona y 10 de Agosto se presentaban en los improvisados campos de pelota; Barcelona contaba con Tito Nugué, Arturo Calderón, Pepe MorLa, Pedro Peláez, Rigoberto Aguirre, Benedicto Guerrero, Bolívar Guzmán, Ottón Plata, Humberto Brand, Manuel Casinelli y Jaramillo.

-Ricardo Chacón-

Otro personaje a quien el deporte de la pelota chica le debe mucho, fué posteriormente periodista y escribió un libro con datos y estadísticas exactas, esta recopilación esta hecha en su mayoría basada en su trabajo.

En la Superior, "el indio" Plata y Capwel figuraban en Emelec, igual César Carrillo, autor de una memorable "cogida" que los viejos todavía recuerdan. Barcelona se daba el lujo de jugar con un zurdo, "el mocho" Brand, en el puesto de paracortos. Uno de los buenos lanzadores de ese entonces era "pajarito" Ycaza, comandando a Oriente; jugador de buen control a pesar de ser zurdo. Lotuffo era el monticulista más curvero, con un sólo problema: que ninguna de sus serpentinas pasaba sobre el plato. Llegó un lanzador cubano, todo un espectáculo; manejaba la pelota con gran destreza. De manos maestras, tanto que, al mismo tiempo la enviaba a los bolsillos y desvalijaba. Una mañana, trabajando en ambas modalidades dejó "ponchado" y sin ropa a todo el equipo.

Año 1934 En ese año es LIGA Campeón invicto, venciendo a Emelec que logra el vicecampeonato. Es la era de Rubén Barreiro como lanzador inderrotable, haciendo batería con Virgilio Polastri; "Cocoliche" Cucalón, Roberto Nevárez, Ernesto Moreira y Pepe Reinhgart juegan en las bases; y Juan Cupelo, Humberto Santos y Pedro Esparza, en los bosques.

Emelec tiene a "Jijí" Barreiro y George Capwell, formando la batería; Alfredo Dueñas, David Zevallos, Alberto Plata y Lothrop, son quienes defienden el cuadro; John Spiller, Carlos García "Cloruro", Otón Plata, H. Reize, Eduardo Jurado y Walter Jouvín, son jardineros y reservas,

Al año siguiente 1935 es EMELEC el Campeón, contando con los mismos jugadores del año anterior, con la incorporación de César Carrillo y Stanley Parker.

En la disputa del Escudo Municipal, Barcelona Liga Deportiva Estudiantil por 15-13, aunque las notas de los diarios no dan la nómina de los equipos.

En 1937, que es el año que muere Maldonado (a mediados del mismo), queda como recuerdo esta última alineación de los pupilos del Maestro Solá: Ernesto Morán y Manuel Mora en la batería; Cadena, Norero, Ocaña, Medardo Haro, "Foca" Díaz, "Veneno" Navarro y Mosquera; de ahí algunos parten hacia el Piratas que luego se llamó Silver Spray, formado por Benedicto "Empanada" Guerrero, y los nuevos, o los más jóvenes, se alinean en Reed Club, entre ellos Echanique y Ballesteros, formando la gran escuadra criolla.

Barcelona tiene una nueva batería; hay renovación casi total; juegan "El Pibe" Palacios con Jorge Granados en ella; Enrique Dunn, Rigoberto Aquirre, Leandro Briones y Eduardo Dunn, en las bases; Ignacio Wiessner, Ricardo Chacón y Jacinto Ramírez en los bosques.

Emelec incorpora a Mulligan, un tremendo bateador que juega la primera y Butier que también es originario de los Estados Unidos.

En Oriente, Jorge Ayala y Segundo Coello en la batería, son los encargados de resistir los embates de la ofensiva rival, contando con Jorge Marengo, "Tadao" Sato, Pedro Jiménez y "La Zamba" Pérez en las almohadillas; Rafael Guerrero Parker, William Guerrero y Baquerizo, son sus jardineros.

Liga tiene en la batería a Barreiro-Hidalgo y Polastri, Reinhart, Moreira y Sáenz, Valenzuela, Cucalón y Santos.

La definición de ese año, por el título es entre Emelec y Liga, venciendo los eléctricos por marcador de 13 -7.

Sería largo de relatar todos los episodios del "tiempo heroico" La disputa del Escudo Municipal, que terminaba en bronca y por ello se paró para siempre con fanáticos metidos en el terreno. Había que recurrir al cuchillo de "tetilla" o a los puños del "ñato" Suilivan para poner orden.

"El béisbol perdió su hogar, su romántico diamante de sarteneja molida. Estaría algún tiempo condenado a vivir como el caracol, levantando su carpa y a cuestas con ella".

Llegó el progreso por el barrio del Astillero y con ello la construcción deportiva. La década del treinta obligó a la construcción del Coliseo Huancavilca. El béisbol perdió su hogar, su romántico diamante de sarteneja molida. Estaría algún tiempo condenado a vivir como el caracol, levantando su carpa y a cuestas con ella. Siempre tratando de ser arrinconado al olvido por parte de quienes no gustaban del pasatiempo porque no lo entendían.

Felizmente, George Capwel construyó una "chocita" en los antiguos terrenos del Jockey Club y allí se mudó la primera categoría, mientras la tercera pasaba a ocupar los patios de LDE en la hoy fábrica de Pepsi Cola. Pero hasta edificar el diamante se jugó en los alrededores del Estadio Guayaquil (hoy Unamuno y Yeyo Uraga), como tanteando lo que sería más tarde su hogar definitivo.

Mr. Capwel se encariñó definitivamente con el béisbol y nuestra ciudad, y desde ese momento planificó la construcción de un gran estadio para béisbol. Tres temporadas se jugaron en la "chocita": Emelec, Barcelona, Liga, Piratas (luego Silver Spray), se fajaron en ese terreno.

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