Roberto Clemente Walker "El Angel Pirata"

Se ha cumplido un año mas de la muerte del "Astro Boricua" Roberto Clemente Walker. Para la humanidad que empieza a vivir es inprescindible que conozcan la trayectoria de este ser humano y su aporte dentro del marco humanitario.

Su aportación dentro y fuera del terreno de juego vive aún en los corazones de los que lo recordamos. Sin lugar a dudas Clemente es un símbolo del deporte latinoamericano y un ejemplo de agnegación postuma.

Gran jugador de las Grandes Ligas en la década de los sesenta,estableció varios récord como pelotero que le aseguraron su viaje al salón de la Fama.

Su muerte ocurrida en diciembre de 1972,mientras llevaba auxilios a los damnificados del terremoto de Nicaragua,enlutó al continente americano y lo convirtió en una leyenda inmortal.

Al hacer una retrospección,recuerdo claramente este asunto. Dormía profundamente aquella noche navideña del 1972,noche de fin de año,cuando mi padre un fiel seguidor del béisbol,me levantó súbitamente para decirme que Clemente había fallecido en un accidente de avión. Toda la navidad acabó en aquel momento. Fue algo automatico como si todos los corazones de Puerto Rico sufrieran al unísono.

Cayó sobre el país la melancolía, el llanto y el luto. Como lo había visto jugar tantas veces, tenía forjada en mi imaginación de adolecente una figura que era invencible. Su espíritu ganador era determinante desde que comenzó a jugar béisbol en su pueblo natal de Carolina, tuvo a Babe Ruth y Joe Dimaggio por modelos,y se propuso demostrarle al mundo que los jugadores latinoamericanos, podían conquistar las Grandes Ligas.

Clemente siempre fue un ser humano de una personalidad singular, sin dejar atrás aquel tiempo díficil cuando el racismo era el pan nuestro de cada día.

Sin lugar a dudas, fue un ídolo de ídolos que aprendió a no darse por vencido y de llegar al sitial del éxito, como lo conocemos hoy en día. "Momen", creció en una comunidad pobre del pueblo de Carolina en Puerto Rico, sus primeros años tuvo en Don Miguel París un gran amigo y maestro.

Junto a su familia hizo todo lo indecible para salir adelante. Su padre don Melchor era capataz de la Central Victoria, su madre doña Luisa Walker, era una ama de casa al cuidado de los siete hijos que componían la familia Clemente Walker.

Clemente primero el ser humano y luego el pelotero, absorbió todo lo positivo de sus padres, llegando a ser un ejemplo para todos los que le conocieron. Dios le había dotado de un don natural que lo llevó a establecerse como un superdotado en el campo del béisbol, que además le serviría para llevar la paz a muchas partes.

A través de su vida evidenció un campo de belleza espiritual dentro de un matiz de esperanza y claridad. Aquellos duros años cuando comenzó, le sirvieron para incrementar un sueño latente en su corazón, un lugar donde los niños de escasos recursos pudieran desarrollarse dentro del campo del béisbol.

Hoy se conoce como la Ciudad Roberto Clemente. Desde principio, Clemente se encargó de poco a poco ir dejando claro cuán valioso era en el deporte del béisbol. El tejía su sueño dentro y fuera del ambiente deportivo. El despertaba entre los críticos la mayor fuerza carísmatica destácandose en todos los departamentos y dando a conocer el nombre de nuestro país.

Muchos pensaban que Puerto Rico, la"Isla del Encanto" era un lugar recóndito del planeta. No conocían de nuestras hermosura, de la bondad de nuestra gente, de la riqueza de nuestra cultura, de la grandeza de nuestros próceres, ni de la belleza de nuestras playas.

El 1955 era una época difícil, pero Clemente había nacido para decifrar aquel rompecabezas. El cambio de clima , la lejanía de la familia y el racismo por partida doble (unos por razones étnicas y el otro por el color de la piel), hacían de aquel momento uno bien cuesta arriba, pero él estaba dispuesto a abrir la brecha para que aquellos que le siguieran fueran tratados con mayor justicia.

La muralla se iba derrumbando pero quedaban trozos, los cuales había que disipar para poder enclarecer el camino. Los dueños de equipo eran vehementes a la nacionalidad y al Tío Sam. Los equipos estructuraban de acuerdo al material existente de Estados Unidos, dando al latino una mínima oportunidad para demostrar su valía.

Roberto Clemente iba a su graduación. Sin embargo, no todo fue rosas y gardenias, al llegar a Estados Unidos encontró que el equipo Dodgers de Brooklyn tenían muchos guardabosques experimentados por lo que fue enviado al Montreal una surcursal de clasificación Triple A.

Aunque jugar en las mayores le favorecía para su desarrollo, todos los expectadores y seguidores del deporte sabían que el pelotero de Carolina estaba listo para jugar al más alto nivel profesional, que era las Grandes ligas.

En las ligas menores fue usado esporádicamente, lo que a Roberto empezó a molestarle. Lo inreíble era que cuando jugaba demostraba a cabalidad la clase de estrella que se perfilaba. Por ende todos sus competidores trataban de obviarlo.

Pero la suerte ya estaba echada. El muchacho de Puerto Rico rompió toda esa mediocridad y empezó a madurar observando como ellos manipulaban el negocio. Clemente cambió su forma de pensar y de ser fabricando una personalidad hambrienta de justicia e igualdad.

Dios le había regalado un don. Aquel ángel empezaba su peregrinación en el deporte del béisbol, no sin saber que pronto se pasearía por el ancho camino por donde sólo los grandes transitan, construyendo así, con paciencia y sacrificio, dedicación y con toda el alma el nombre de quien hoy conocemos como Roberto Clemente Walker, el "Gran Astro Boricua". "ROBERTO QUE EN PAZ DESCANSES".

EDWIN KAKO VAZQUEZ

Ver también: Roberto Clemente (Biografía)
                          Roberto Clemente, su vida (Reportaje especial)
                          Puerto Rico Perfil: Roberto Clemente
                   Roberto Clemente, un pirata especial
                   Béisbol en Puerto Rico

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