Envianos tu poema a: [email protected]

 

 

Agradecemos la colaboración de los siguientes poetas:

Mariano Schuster-Daniel Alarcón Osorio- Aldo Luis Novelli- Diego Radío- Robert Gurney- Carmen Dolores Escudero- Lady López Zepeda- Marcelo Valenti- Carolina Ramognino- Gustavo Weisberger-Silvia Spinazzola-Ocar Perdigón-  Betty Badaui- Marcelo Vertua-  Sergio Gustavo Sassi- John López Morales -Leo Torres-
 

Doña Rosa

Todos  saben que Jesús multiplicaba
pan duro
y pescado podrido
para el pueblo

Por eso el pueblo estuvo
intoxicado desde el principio

Y he ahí la opinión pública

No puedo decir algunas cosas
frente a Doña Rosa,
ama y señora de las verdades asumidas

Todos quieren decir:
Soy un calibrador de ilusiones perdidas
Soy el apaleador de monjas
Soy el derrotado jefe intestinal
del hospital de la ebriedad manifiesta

Y surge la pregunta por el ser.
Y decimos:
A la mierda con Nietzsche
A la mierda con Heidegger
A la mierda con Buda
A la mierda con Freud
A la mierda con el Tae Bo
A la mierda con Osho

Pero nunca: A la mierda con Doña Rosa

Ella está siempre ahí,
baldeando la vereda
barriendo hojas que no hay
mirándolo todo
con su ojo torcido

Y nadie se atreve a decir:
quiero agujerear el cartón del cielo con mi Winchester
quiero acostarme con el verdulero de la esquina
quiero festejar mi cumpleaños con el Presidente del Club del Progreso

Doña Rosa me condena a escribir
en colillas
de cigarros fumados
 

¿Que puedo hacer por su aceptación?
Tarde o temprano
descubrirá que soy quien soy
y nada
de lo que digo ser

Su felicidad esta allí
Somos sólo tema de conversación
en su horario de peluquería.

 

Mariano Schuster

Poema perteneciente al libro Música para buenos salvajes. Ediciones El Mono Armado. 2008.

 


Pedagogía de la pregunta*

 

  1. Papi, qué es la calle para ti: es el lugar en el cual lo cotidiano se construye.

 

  1. Papi, qué es el gobierno: los que luego de haberlos elegido no tienen que robar ni darle a sus familiares las empresas estatales ni en concesiones como hasta ahora lo siguen haciendo.

 

  1. Papi, qué es el sector privado: el que no evade los impuestos no se aprovecha del Estado y paga salarios dignos.

 

  1. Papi, qué son los políticos: son los que nos representan sin robarse hasta las mentiras que nos dicen.

 

  1. Papi, qué es la iglesia: con ellos ya no me meto porque soy laico, hijo.

 

  1. Papi, qué son los medios de comunicación: son los que no están al servicio de grupos poderosos, sino de la sociedad aunque sean empresas.

 

  1. Papi, qué son los policías: son la confianza de sí mismos sin tener que vender hasta su uniforme a grupos interesados en que exista inseguridad y tener a la sociedad de rodillas.

 

  1. Papi, qué son los narcotraficantes: son hijos de su señora madre que no fueron a la escuela.

 

  1. Papi, qué son los militares: ¿los del pasado o los del presente, hijo?

 

  1. Papi, qué es la Ley: es el cumplimiento ético de nuestros principios y valores.

 

  1. Papi, quiénes son los migrantes: son nuestros héroes porque sostienen las economías de nuestros países y que han tenido que irse porque en sus países hace falta conciencia social de los empresarios y de los partidos políticos que dirigen el Estado.

 

  1. Papi, qué son las escuelas: el lugar a donde el presente de un país asiste y el futuro sea menos incierto del que tenemos, en la medida que la sociedad cumple desde el Estado con la inversión necesaria para ello.

 

No conforme el hijo vuelve a preguntarle, y el trabajo qué es entonces: ahorita, hijo, estoy buscando porque la falta de identidad nacional de los empresarios hacen que me contraten sin tener prestaciones para mi vejez y no ser una carga para ti cuando seas adulto.

Daniel Alarcón Osorio

* Pedagogía de la pregunta forma parte del libro De quién es el cielo, entonces. Daniel Alarcón Osorio, Guatemala (1962). Ha publicado El demonio de la ira, El ángel de la ira, Pensamientos del demonio y del ángel de la ira. Fundador de Clubes de Lectores en bibliotecas públicas y privadas. Organizador de Encuentros de Lectores.

 

 

 

Antes del final

 

Estoy solo.

 

Quiero escribir todas las páginas del mundo

leer la cifra secreta oculta en el agua primordial

cantar el canto nuevo de la nueva humanidad/

cantar sin tiempo un canto de lluvia y empaparme la cara

y la sangre de agua fresca/ del agua clara que baja de la cima.

 

Y me pregunto: ¿por eso estoy aquí?

en medio del desierto rodeado de gente que no conozco.

¿Conozco esta gente? ¿me rodea y me habla a mí? ¿a quiénes hablan?.

 

Quiero decir estos poemas con la voz de un pájaro y el zarpazo de un tigre.

¿Qué son estos poemas? ¿qué es eso que llaman poesía?

Clasificar el mundo y sus objetos

y ponerle número a cada cosa es la religión de los tiempos.

Una legión de fanáticos caminan detrás de los objetos.

 

El arte es el opio de los pueblos dicen los nuevos pastores

¿existe el arte? ¿el pueblo?

¿dónde están los pastores de este inmenso rebaño de ovejas?.

 

¿Por qué estoy aquí? ¿porqué aquí y no allá?

allá donde el sol broncea el cuerpo de felinas mujeres

o más allá/ donde el hombre inventa distintas muertes cada día/ todos los días.

 

Estoy solo/ busco amor.

Quiero ser el amado.

¿Me alcanzará?

¿Me alcanza esta soledad para escribir el poema total?/

ese aleph/ ese inalcanzable.

¿O el amor y el deseo de una dulce obrera del mercado

es el fin de todas mis utopías?

naranjas papas y manzanas en sus manos sucias y sus jugos en mi cuerpo

y sus ojos admirando mi palabra/ mis sombras/ mis castillos de humo.

 

¿Para qué nacer amar desamar y morir?. ¿para qué Dios de los vencidos?

dime Dios ¿para qué?

 

Quiero ser el amado/ el bienamado/ el más amado.

¿Y el paraíso terrenal/ la revolución/ la súper hembra/ el gran polvo?

y buscarte en lo alto/ más alto que los fatuos cielos

 

¿dónde estás padre?.

 

¿Y los hombres/ la libertad/ los ideales supremos/ la loca utopía...?.

¿Qué hago acá en este punto infinitesimal del cosmos

intentando trascender con palabras demasiado gastadas?

 

¿Y los hijos? ¿y esta sangre que me sucede como revolución ansiada?

 

Hombre que inventa religiones/ mecanismos/ discursos/ fantasmagorías

¿porqué y para qué el poema? ¿dónde la poesía?

¿ese arco tensado entre dos estrellas ilusorias?

¿dónde la flecha que atraviesa esta eternidad de instantes?

 

la poesía: esa oscuridad/ luz/ pensamiento/ genio encerrado en una botella/ todo y nada.

 

¿Detendrá mi palabra algún día la bala del suicida o el asesino?

¿es necesario el poema/ el poeta/ el inventado/ para detener esa bala?

¿justificará ese instante el poema?

¿la miseria del mundo/ el hambre/ la muerte sin sentido?.

 

Estoy solo/ sin padres/ sin hijos/ sin amada en medio de la noche cósmica.

 

Estoy temblando.

Voy a morir.

 

¡Pero antes voy a salvarme!.

 

¡Antes escribiré el poema que frenará la bala

de la infinita tristeza del hombre!.-

 

Aldo Luis Novelli

 

http://www.elortiba.org/aldonov.html

http://aldonovelli.lalupe.com/

http://lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com/2007/12/aldo-novelli.html

    

      a mano nos dejan agua,

alguno de los justos detiene labios nerviosos a dedo,

 un corazón pisado con un taco,

                                                   un globo se enfría en el pelo,

                                                  

          muere una frente mas

abajo adoptamos a esas cosas que mueren de amor

                                                               aquí puertas

 

 

Diego Radìo

 



 


Milagros



Conduje a Luton

con un humor

de perros.



¿Por qué escribo

sobre la que llaman

la ciudad más fea

de Inglaterra?



Estaba resuelto

a odiarla

de una vez

por todas.



Al llegar allí

mi enojo

se había calmado.



Vi la Casa Trinidad,

el epicentro de mi novela.



Allí estaban el Banco de Irlanda

y Espacio

el club nocturno.



Hombres vestidos de negro

charlaban

delante de una capilla metodista.



Estacioné mi coche

en el Mundo de la Oficina.



De reojo

vi las chaquetas amarrillas

de los que creían ser

policías.



¿Fue una manifestación

donde El Rincón de los Oradores

solía estar?



Oí megáfonos.



¿Se trataba de "Respeto"

el partido de los musulmanes

que acababa de separarse

del Partido de los laboristas

con pretexto de la Guerra?



En el aire,

algo olía mal.

La curiosidad

fue más fuerte que yo.



Luego, lo vi,

vestido de verde

de pies a cabeza.

Llevaba una mitra de oro

y un cayado

alrededor del cual

se enroscaban serpientes.



Tenía la barba gris

y la cara lívida.



San Patricio.



Estaba en el centro

de un círculo

de caras bondadosas.



Un estandarte

anunciaba

el Foro Irlandés Lutonese.



Vendían recuerdos

en los puestos

de una feria.



Vi una petaca celta.



La Calle George

se extendía delante mío

vacía, aparte

de memorias reprimidas.



La música triste

de las gaitas

comenzó a oírse,

hombres con faldas

se pusieron en marcha

hacia el Cabildo.



Busqué una cara familiar

en la muchedumbre.

Había una de una persona

cuyo nombre había olvidado.



"¿Tienes ganas de tomar una pinta?"

un hombre preguntó

a otro.

Creía que me estaba hablando

a mí.



Luego otra banda de gaiteros,

escoceses esta vez,

apareció de la nada

y llenaron el aire

con un sonido melancólico.



No llevaba abrigo

y el frío comenzó

a molestarme.



Volví al coche

y conduje

por Castle Street,

la Calle del Castillo.



Un cura joven

con una barba elegante

salió de un pasadizo

al fondo del cual

observé a los feligreses

de la Iglesia Ortodoxa Griega.



Vi que la oficina de mi padre

había sido arrasada.



Y los pubs tenían anuncios

en las vitrinas

"17 de marzo,

el Día de San Patricio

Guinness barata."



En la radio

alguien dijo

que Tolstoi creía

que Dios no es

el ser de los milagros,

es la pequeña chispa

que tenemos adentro.


Robert Gurney
de: "El cuarto oscuro y otros poemas", 2007, inédito
[email protected]


 


 
 

Si me voy es porque vuelvo

 
Fue un placer haberme conocido/
pero hablé más cuando
no estaba que cuando me iba/
ahora me estaba esperando/
pero se hacía tarde para buscarme/
la hora fue pasando y me fui
repitiendo /y el reloj ya era otro/
y yo que todavía no llegaba
para encontrarme/
  
 
 

 
Raya

 
los hombres
que entran por una bragueta/
los dolores
que dan moretones en la cabeza/
maples de huevos
que traen a la memoria
un amor karateka
 

Leo Torres
 

  

Samarita
 

Verte en la orilla de mi sed,
para mi sed cántaro, arroyo
desde mis labios a mi lengua
y la garganta, para mi sed.
Medio litro de agua de love,
amor, para mi sed.
Samarita
para mi sed.

 

C. Dolores Escudero
Revista Adamar
www.adamar.org

 

 

Ciudades

(diario de una atrocidad)
 
“A ti Oaxaca
                                 por tus duelos y porque me dueles.”
 

 

I

Hay ciudades como ángeles caídos en derrota,
de muros y pájaros de arena,
con paisajes urbanos que callan al vuelo que perdura,
de ojos sangrantes y sombras de cenizas.
Ciudades con voces que se confrontan y gritan melancólicas,
con hombres de carne morena que se buscan en los muros del silencio.
Sí, son ciudades de palacios como ofrendas al olvido
y cuando el horizonte se diluye en el asfalto
sus niños lloran de hambre en las trincheras.
Son ciudades de fuego y de guerra
que la noche acecha, vigilante, como un ojo en exterminio.
 


II

Oaxaca de palomas negras y barro luminoso,
la esfinge se levanta sobre tus voces masacradas
en la triste noche de artificios.
Muro de aire que enarbola tempestades,
tu ciudad duerme cercada por el fuego
mientras Dios suspira desde su lecho
y te mira con espinas.
Ojos de alebrije destinados al olvido,
dueles porque eres la ciudad de las nieblas
y todo es silencio en tu sonrisa.
Tehuana, eres de luz y de claridad serena
cuando vistes una bandera de piel en llamas,
                                           encrespada.



III


Pájaros de fuego sobrevuelan tus canteras,
mostaza para los hombres que denuncian
y lapidan tu cuerpo a contraolvido.
Sabes del caos que vive tu territorio,
sabes de la miseria, de los cantos de medianoche
y de la dulce esperanza por salvar a la bestia.
Las mujeres visten el cielo con sus textiles
y bordan estrellas mientras otros mueren.
Canto a tus duelos,
a tus dioses que duermen en Mitla
y a tus bosques que abrigan mi llanto.
                             Todo acontece.
 
 

Lady López
http://ladylopez954.blogspot.com

 

 

 

Como el silencio


Como un leve sonido
nacido de la boca que nos envuelve
llega esa esperanza de  morder el viento
con las manos empapadas de llanto.

Hoja que roza un vidrio,
agua que chamuscan los sueños,
agua que acaricia lágrimas, 
lluvia que besa una frente juvenil
sobre la humedad rota de nuestros ojos ficticios.

Como rápida caricia: 
-pie desnudo sobre la ronda-, 
dedos que contrastan el primer amor, 
sábanas tibias sobre el cuerpo solitario; 
vienen aquellos pensamientos a

colgarse de nuestros susurros inconexos,
como esta vida que no es mía 
y sin embargo es la mía, 
como este afán sin nombre 
que no me pertenece y sin embargo soy yo.


Como una vela sobre el mar del odio
que va rozando al cielo
resume ese azulado afán que se levanta 
hasta las estrellas futuras, 
hecho escala de olas 
por donde pies divinos descienden al abismo, 
su forma misma,  resumiendo en mí
ese afán que en otro tiempo levantaba hasta las nubes
sus olas melancólicas del amor. 


John López Morales



Virgo
 
El reclamo de los ángeles
permite la disolución
de la fantasía.
Misterio infranqueable
                     sutil.
Canta la espiga de la doncella
brin di van
             brin di van...
Te brindo el culto
             de la alegría
             el de la pena también.
Reniego de las ofrendas
que conllevaban temor
te ofrezco el brindis de las burbujas
el ángel, ya bebió el alcohol
 
Betty Badaui

  

 

Tatuado

 
Aquella vez, cuando el día hacía promesas,

caminábamos por la playa de noche

mirando las estrellas.

Pensábamos en los calendarios

como cartulinas interminables,

y no había hojas para arrancar con rabia.

La costa era un camino que retrasábamos a paso ebrio,

era un beso que se detenía en los labios

para primero salvarse, y luego salir volando.

 

Se sabe,

en todo esto lo mejor y lo peor,

siempre es recordar.

 

Por eso aquella vez, cuando el día prometía,

y el verano era una bandera

que el sol tatuaba en nuestras almas,

el tiempo se enroscaba

liviano como un cabo atado a nuestros tobillos.

No lo imaginábamos,

pero jugaba sin transcurrir.
 

Marcelo Vertua
 


N
iños


Mientras

el capullo

mordía

furioso

el vacío

azul

del cuerpo,

alejado,

enviado,

al

deterioro

de la

pequeña podredumbre,

los pasos

de la casa

atormentaban

como helicópteros.

NIÑOS:

unos sobrinos

de alguna

especie humana,

huíamos

hacia imprecisos

cuartos

estrechados de

oscuridad,

y anidábamos

en hoyos

acuosos

que chupaban

las

lágrimas

perdidas

sin

consuelo.

LECHE

HIRIENTE

que moraba

en los vestidos

y las plumas

compareciendo

como un

alimento de condena

y exterminio.

La parra,

misteriosa y errabunda,

compartía

la belleza

con un cielo

de cuchillos blancos,

hasta que el

rayo

descendió en el

patio

y nos

cambió

los

ojos.

SE MURIÓ,

la madera

que atraía

la lluvia,

se murió,

la fuerza

que torcía

la escalera

de nuevo

hacia sus

pies en un

sin fin,

murieron

otras

calamidades

detrás de las

puertas,

y sin embargo

siempre

vivimos

deslumbrados

por el odio.

Sergio Gustavo Sassi



Bienvenida al lecho de tus padres.
Ninguna diferencia
entre orgasmo y espada.
Dadora de sentido,
la muerte está de tu lado
en el acierto del puñal.


El anciano protector
perpetúa su insistencia
en la ventana.
No obstante,
casi sin conciencia,
me traicionan.
Tramo una escamonda de áspides.


Es para pocos el privilegio.
Aunque mires sobre tu hombro
no te transmutarás
en perla exquisita
e incorrupta.
El sueño insiste,
agota la aldaba de la casa.
Atiendo la llamada
con los ojos clausurados.


No gimas,
los trenes pasan lejos
y la noche no perdona.
El dolor se irá con el frío.
Duermen los otros
mecidos por el vaivén del escalón flojo.
No dejes de respirar,
aunque tiembles.
Viene por esta vía la muerte
y la barrera está alzada.


Partenogénesis de las vírgenes.
En las vetas
de la sangre castrada
por el lejano coito de los ángeles,
se acurrucan
peligrosos cuentos de viajeros.
Todo brilla
con inquietud de mercurio
en cajitas de plata.
Depravación del ícono:
la cabellera es una ofrenda perfectible.


Rasgadas.
Desnudas.
Expuestas.
Vergüenza ulterior
que el trono dicta.
La peste suicida
se detiene.

Marcelo Valenti


Percibir al otro
es la voz del azar
que avanza
en la impronta de los pasos
el oido puesto
en el caracol de mar
rondando la superstición
el dolor de la huída
el abandono
la eterna distancia
del mar y la luna que no se tocan.

Órganos de la palabra

Algo se cuela en mi garganta
un vestigio prequirúrgico
adentro
me recorre
me llama

una nena que se muere en mis sueños
me aplasta las amígdalas
hasta no saber qué sentir primero
ni qué material es descartable.

Carolina Ramognino



Décima


Porque mi vaso esta empañado con el aliento de Judas Iscariote
a mi sed la concibo como esquirla lastimándolo todo.
Llamare bendición a esto mientras envejezco debajo de una lluvia insomne
o se me concede abrir una puerta y mirar a mi hija como un poeta chino.
Escrito esta : que parezca que no duele ,que nada duele
(la hoz al flamear macera un agave, un arco de lodo)
y yo sintiendo esa hoja caída no podre untar con nieve los cabellos
de mis muertos y se pudrirán ,difusos, sobre una superficie
atiborrada de zapatos de niños.

Fecundar aquello que luego me partirá en dos, que negara tres veces
haberme conocido.

¿Es que no puedo desnudarme ante el arroz del luto
amar hasta el desierto el pan que me dan?
Mi oración no gime en el deslinde de un cielo atado.

Voy cruzando un puente que nada une.


Gustavo Weisberger



¿Cómo medir esta distancia / sin pedales
por torpes laberintos de la especie?

Armada de siluetas
voy a hacer de tus pasos / caracolas
para guardar murmullos de cemento.

El aire / entre esas rejas /
limpiará las paredes
con pañuelos de nanas
anclados en ombligos

junto a tus flores nuevas

hasta abrir los refugios
de la memoria muda
bajo ese doble fondo
con resabio a justicia.

¿Cómo acercar la piel
hasta tocar la verdad-era huella
de tus huesos?

No sé si pueda
saberme más cobarde.


 Silsh
(Silvia Spinazzola)


¿Qué significan esas sombras
que se proyectan sobre el camino
del hombre que sangra?...
¿Qué significan esos signos
que marcan el rumbo
de los condenados?...
¿Qué misterios encierran,
las noches plagadas de orgías?...
¿Qué nuevos tropiezos tendrán
los que escapan, del dolor
de sus mezquinas existencias,
y la opresión inevitable
de una realidad que los asusta?...
¿Hacia donde van sus sueños,
cuando la muerte apremia ?...
¿Cuántos seres colapsan
en su irremediable orfandad divina?
Y aún así,
no se humillan, ante
los altares de la mentira.
¿Cuanta luz será necesaria
para revelar lo que está oculto a
nuestra ciega condición?...


Quizás por ser luz
la poesía te descubre
Quizás por ser oscura
la poesía te delata
Quizás por ser equívoca
la poesía te desnuda

El río es solo un latido
en el climaterio de la luna
tal vez dirija sus aguas
hacia el amanecer
entre las nauseas
del universo


En la claustrofóbica
libertad
sumida en el silente
bramido de un gusano
distendió
su caótico espectro
un ángel


Oscar Perdigón

 

 
 

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