Ilda Delgado
 

 

 



Ella tiene en su mano un poema nuevo
Cobijada en la otra, una rosa de vientos.
Le ciñe el talle una constelación recién creada.

Abrazada a su amante
danza...
Ella danza.



- Cuídame del devorador de sueños,
dice la crisálida.

Un destello alunado sobre su frágil cuerpo.
Y en círculo perfecto, ese Alguien invocado
enciende el anillo de fuego que la guarda.

Afuera la vida juega su partida a todo y nada.
En extremos perversos, los lagos y la tortura *
se amalgaman.

- Cuídame del devorador de sueños, insiste la elegida,
que en capullo de seda, muere de sed.

* Título del libro de Cristina Berbari.

 

 

 

SER POETA

El poeta sabe que es parte de la Trama Magnífica que lo hace Obrador de Belleza. Entonces, enciende la lámpara y escribe.
Porque sabe de la llama antes del fuego es que aviva las brasas del incendio futuro.
Toma la lanza del Quijote y ensarta su corazón en ella.
Y desnudo se sitúa al este del Edén. Se solaza con la palabra amorosa que lo elige cantor de cantos altos.
Y desnudo, se desuella y en carne viva de adioses se suicida en un sola línea.
Y desnudo muere y se recrea como el Fénix, cada día, cada noche, y cada vez que enciende la lámpara y escribe Poesía.

 

Ilda Delgado. Nació en Córdoba y vive en Buenos Aires, Argentina. Ha publicado: Presencias, cuentos; Cuatro Mujeres, cuentos. De soles y soledades, poemas; Murmullos del jardín (plaqueta); participó en numerosas antologías: Grupo Presencias, Veinte voces de Buenos Aires, El grillo cuenta, Metáfora Plural, Grupo Sábados, entre otras. Forma parte del Grupo Presencias, coordinando junto a ellos el Café Literario del mismo nombre, desde hace doce años. Recibió premios en narrativa y poesía.

 

 

 

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