La artesanía de incrustación de concha de abulón que ha dado fama al pueblo del Nith, es ampliamente conocida en Ixmiquilpan, en el estado de hidalgo y reconocida en todo el país, sin embargo lo que es menos conocido es que este arte tiene mas de 150 años de tradición entre los otomíes del valle del mezquital. su origen se dio en el pueblo de san Andrés Orizabita, al norte del municipio de Ixmiquilpan; en este poblado hubo varias familias que labraban la madera y el hueso pero que fueron perdiendo interés por el oficio y únicamente la familia Pedraza atreves de, Gregorio se preservo, incorporaron el uso de la concha de abulón para darle un toque mas estético, originando el arte que hoy se conoce como incrustación de concha de abulón heredando a su hijo cesáreo y este a los suyos: victoriano y Catarino Pedraza tepetate. Estos últimos junto con sus familias fueron quienes migraron en los años 20 del siglo pasado a Tix´batha (actualmente col. felpea ángeles) manzana del pueblo de el Nith ubicada en la parte norte de esta comunidad, y fueron ellos quienes preservaron esa herencia y como consecuencia responsables de que este arte se asentara en esta población. Durante años con la ayuda de sus hijos mayores alternaban la artesanía con la agricultura elaborando bellas piezas que por las tardes enviaban a los niños Santiago y Florencio a vender, quienes bajaban al centro de Ixmiquilpan a ofrecer los instrumentos en miniatura a 2 pesos. Las jornadas de arduo trabajo, comenzaban a la luz de las velas antes del amanecer con herramientas rudimentarias y procurando terminar antes de la puesta del sol siendo mucho el esfuerzo repartiendo el trabajo con el resto de la familia Lorenza, la mama, moliendo la “pasta y las hermanas margarita, maría, lucia y Juana además de quintín el menor de los hombres haciendo las figuritas de concha. Esto motivo a que con el paso de los años al crecer Santiago y Florencio Pedraza rosquero con su primo Nicolás y Agustín Pedraza corona hijos de Catarino al conocer que en el centro del Nith distante a 2 kms. De su hogar, ¡había llegado por fin! la energía eléctrica se aventuraron a migrar nuevamente en el año de 1960 al centro del pueblo para poder utilizar el gran adelanto tecnológico que les represento un esmeril con motor y dejar atrás aquel que victoriano Pedraza invento fijando una manivela a un árbol haciendo girar un rin de bicicleta mediante un lazo. Esta decisión y el adelanto tecnológico permitió a los hermanos Pedraza destinar menos tiempo al trabajo manual dejando libre su imaginación, siendo este periodo de 1960 a 1970 cuando se da la creación de la mayor variedad de modelos sin dejar de producir los tradicionales, también es cuando al vivir mexica la etapa del desarrollo estabilizador o “milagro mexicano” a estos artistas les permitió alcanzar cierta bonanza que hizo necesaria la aceptación de varios muchachos de la comunidad como aprendices en el taller que se instalo en lo que hoy es la calle lázaro cárdenas del centro del Nith. Estos aprendices junto con los hijos de los hermanos Pedraza aprendieron y conservaron hasta la fecha este arte que sin saberlo, ellos los maestros, a alcanzado un gran reconocimiento en el mundo actual, ese esfuerzo, empuje y afán de desarrollo que les permitió vivir completamente de la artesanía y dejar el campo para ofrecer a sus hijos un presente mejor al suyo y a la comunidad un reconocimiento que ayudo a su crecimiento. Hoy, los descendientes de la familia Pedraza rinden un homenaje en vida a los hermanos Santiago, Florencio y francisco Pedraza rosquero herederos directos de esta tradición artesanal grandes maestros cuya aportación ha sido esencial y determinante para que la incrustación de concha de abulón pueda subsistir gracias a su generosidad en la enseñanza e inventiva permitiendo a todas las actuales familias artesanas del Nith, gozar de los frutos de este arte teniendo en el un medio de sustento familiar. Por toda esa vida de trabajo, esfuerzo, dedicación y enseñanza que ha dado a la sociedad mexicana un patrimonio cultural de incalculable valor y que sus descendientes asumen la responsabilidad de preservar y difundir para el futuro.
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