¿SOBERANOS?

Por: VICTOR VALDIVIESO / JUCO SANTANDER





Viendo el curso que toma las relaciones políticas entre los hermanos países de Suramérica, en mención de la entrega de la soberanía nacional Colombiana, permitiendo la presencia de tropas norteamericanas en nuestro país. Reivindicando y defendiendo el acuerdo a capa y espada, con el pretexto de combatir el narcotráfico y terrorismo; sale orondo al debate en Unasur, el jefe del cartel de las 3 letras “D.A.S”, como si oficiara en uno de sus consejos comunales, en donde quien refute a su discurso solo podrá ser el mismo, por ser él, de inteligencia desbordada y poseedor de la verdad absoluta, y porque entre otras cosas los participantes al culto solo les interesa hacer mochilazo. Allí en Unasur, creo taco burro, pues los presentes no iban por el cheque de familias en acción.

Hablar de esto, sería trillar más, algo nefasto para el pueblo, pero valido y necesario para quien saca tajada de nuestra casa, Colombia. No intentare referirme a ello, difícil es, pues tan saturado esta este tema, que hasta los chismorreos de vecinos se aproximan a ecos de iluminados congresistas, quienes por esos apuntes replicados de los medios de comunicación, podrán a su gusto formar parte de la coalición del gobierno.

Por ser este el tema de la semana, del mes y para algunos hasta del año, no he presenciado charla “inteligente” omitiendo este tema, siempre alienados ya se escucha el clamor de propender guerra contra “el gorila rojo”-así refiere despectivo periodista digital a Hugo Chávez-; siempre retumba en las tertulias, la injerencia del loco dictador, que no respeta la soberanía y la autodeterminación de cada nación, sino que ahora aspira gobernar a todo el continente creyéndose Simón Bolívar o enviado por él. Siempre se escucha eso, ahora todos los colombianos pretenden opinar en política- con su debido derecho-, olvidando o desconociendo los intereses que están detrás de los muñecos.

Como quien escucha un debate así sea vano y pueril debe participar, se me pidió intervenir con mi opinión -ni periodista ni académico soy-, en el momento en que todos chapoteaban soberanía Colombiana. Para no salir mal librado de perros furiosos, opte por recordar una pugna entre vecinos, que preocupados, querían echar a escobazos a unos señores que detrás del dinero rápido y fácil, montaron una casa de citas de donde explotaban sexualmente a menores de edad –eso cuentan de allí-. Pues a sabiendas de esto, se armó la grande y los vecinos en aras del bienestar de toda la comunidad, no permitiría mas ese punto de lujurioso descaro; el dueño del negocio argumentaba soberanía, en los términos que en mi casa o predio hago lo que sea, así perjudique a las señoras (por acabar matrimonios), y de mal ejemplo a los niños quienes hacen fila para fisgonear la recocha. ¡Entupida analogía!, pues la verdad ese relato jamás ocurrió, y una casa o finca no se compara con un país o se maneja de tal manera, como pretende el dueño del Ubérrimo. Un silencio acompaño el final de la historia; que solo sirvió para aducir entre los presentes el término de soberanía, pues mi pizca no debe incomodar a los demás, así sea mía y yo la huela con orgullo.

Luego de ver, oír y hasta participar en alegatos con carga ladrillos de satélite, me rió nostálgico. Como sí esta elite de para-corruptos pensase acaso en el destino del pueblo quien por su analfabetismo histórico -aunque con cartón-, esperan encontrar el redentor en los tribunos de los poseídos.

Solo me queda algo por decirle a mi Colombia, mas autodeterminación tiene un periodista de RCN- quien anda con libreto como desodorante-, y aún así reeligiremos; por lo que sé, Colombia en política……… ¡muchos pingos!.

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