Breves antologías poéticas /
de Carlos López Dzur / Yo soy la muerte
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De «Yo soy la muerte»

No morirás jamás

No morirás jamás.
Existe el infinito. Una oportunidad,
escena ctónica, una tras otra, réplica
de libertad para que extiendas al hombre
y que el ser primordial se plurifique.

El se levantará del hueso y la molécula,
del gen y el cofre de Perseo,
el Pegaso volador y las huídas de la Tierra Madre
que vigila lo siniestro y su avanzada una vez
ya venció con el espejo de la sabiduría.

No morirás tú.
Quien observa la piedra, el polvo abstracto inicial
de la serpiente, la casa-contra-piel del Golem,
la mar oceánica del monstruo, dijo: No morirás,
pequeño de Dánae, ancestro de A-Cristo,
esclavo del Tirano. No morirás.

Prevalecieron los mensajes hormonales
en zurrón guardado, en el amor posible.
Los pescadores de Sérifos quedaron con sus rayos,
humanos y divinos, y has visto el Arca, el rollo
de la Cábala, el Ojo Mío, y los pueblos cortados
y barridos de la Gloria, nada son. Prevalecieron
allende la mar monstruosa de Occidente.

5-2-1989

*

Piedra de unción

Urjo una piedra ungida para mi honra.
Una piedra que me conozca
porque sabe la apetencia de mi tacto.

La voz del agua me gusta, por igual.
Y siendo mujer el agua me ha rodeado.
Me acarició. Supo los nombres
que tuve antes del lenguaje.

En el olvido, la fe con su memoria química
se acuesta sobre rocas y peñascos y dice:
... Prevalece, susténtate, evade
a los adversarios del camino.

Las aguas son más valientes, única certeza
de señales recibidas y enviadas.
Ellas nos enamoran si nos comunicamos.
Son el maná caído, a la mano.
Las aguas hablan.

Necesito una piedra.
Piedra con flores tenues como piel
estremecida y blanca, fluídas palabras,
curso de peces vibrantes en rumbos de promesa.

Más allá del fuego y el caos,
hasta el amor que invoca, cimbra
mi cuerpo y el suyo en el espacio.

Que la piedra sea mi pez fehaciente
y que en el seno de las aguas
me construya otra vez más sólido que el olvido
y más vibrante que el fuego.

*

Antes del Olvido

a Perseo, en el vientre de Dánae

Hay recuerdos tuyos que persisten en el viento
dando voces. Entonces te sigo como hormiga,
fiel a tus raíces. Entro en las cuevas que compartes.

Bebo tu savia como elíxir. No habrá destierro
ni sepelio ni adiós con triste despedida.
Te alcanzaré vida tras vida para bendecirte.

¡Ojalá en otras madrugadas también me ames
con los cortes agridulces del cuchillo
que escribe su memoria con nostalgia!

¡Ojalá me leas en mecanismos perdidos,
sólo aparentemente, ilusorios.
Son expansivos infinitos,o en hibiscos rojos
de otros patios del tiempo!

¡Ojalá en la sadhana de lo Eterno crezcamos juntos,
abrazados como serpientes, en pos de vida
infinitamente continuada en cimas de lo Absoluto!

12-07-1999

*

Un pescador te espera

A Dánae, presa de angustia y lanzada
por su padre al naufragio y la muerte

Al ángel que fulmina los fantasmas de la muerte
y ciega los temores en las cuevas, lo llamarás
el Pescador, constructor de senderos de la oxitocina.

Es el más amoroso vigía, Séfiros isleño, sefirot
por bondad de la Mañana, vigilante de los décimos días.
Endorfina del Ser, contigo navega en el cofre de la huída.

¿No es hermoso? En cueva de tinieblas
no estarás por siempre.
Toma la promesa, hija es de las aguas,
héroe es y eco de Tu Vida.
Hija de la Torre, espera con paciencia.
No desmayes.Un pescador te espera.
El cofre se abrirá en la mágica Presencia.

*

Sumergidos en olvido

Unicamente una vez estuvimos
sin la impronta residual del Ser.
Nos sumergimos en Olvido y dijimos:
La muerte existe, pero la copa
de la Vida se quedó sobre la mesa vacía
y los deseos manifestados del Sustento.

En el Cuerpo de la Realidad quedó la Mañana
porque fue su rayo cósmico lo primero que hicíste:
la vida, el punto de Ser en la alborada,
como estrella distante en perspectiva oscura
de infinito. Al derecho de mostrarse esencialmente,
en lo tangible, Kav-jut, el hilo que cose
lo real, lo hicíste sutil, en pervivencia, casi líneas
mas con deseo, casi incógnita de luz,
mas intensa, paradójica, divina.

1-23-2000

Reshimu

Reshimu: sovev kol almin: el que abarca todos los mundos

Es mentira que olvidé; yo ví la muerte diluída
y el hueso madrugarse en los osarios
y salir como un residuo tuyo que te busca
y te llama por tu nombre, VIDA.

Es mentira que seas débil, cuasi invisible,
gris en las negreces, amorfa en las tumbas.
Es mentira que se muera del todo y para siempre.
Se engaña quien no sepa tu nombre, Reshimu.

El hueso se levanta; lo he vísto en (h)ondas theta
de vigilia; porfía por lo que se le ha perdido.
Adivina que cantas, a oscuras y escondidas.
Sabe que oye Tu nombre y eterna melodía.

«¿Por qué la Vida canta?», me pregunto
cuando va la Muerte diluída... Claro,
porque Reshimu plurifica y la tumba no es
el recipiente necesario ni la materia se agota
tontamente ni el Ser pertenece al polvo de la Tierra.

Recipiente originario

Memele kol almin: luz inmanente

Soplaste mi nariz, me escupíste, para que se fundara
la mañana que no me abandona, la noche
en que puedo amarte y reestructurar el olvido.

Echaste ese escupitajo de tu Aliento
y lo recibí como luz inmanente en el makom
de mi espacio y en la atmósfera de Avir Kadmon.
Abríste mi boca, inventaste el ala y el viento.

En la dimensión interior de la Mañana,
me llamaste Vasija, recipiente originario.
Hoy despierta mi deseo, mi biología.
Por tu bondad, Jesed, desaparece el Olvido.

*

La mañana y la brisa

De sándalo y musgo hicíste mi noche.
Tu mañana, sin embargo, se llenó de jazmines
y tuve ya tus rosas en mi olfato.

Fue que tu Aliento organizó la brisa
y me entregaste las alas con 5 millones
de minúsculos ángeles y los escondíste
en órganos que tengo. Duermen
como feromonas, tus olores sagrados.

No en balde te olfateo, no en balde
la afrodisia de tu Nombre, tus ondas en la brisa.
¡Cómo vibras vida cuando me levanto,
cómo excitas mi ser, cuando sueño y descanso!

3-15-1998

*

El Arbol de la Vida

Grabé tu nombre en el árbol de piel dura.
Me enamoré de tí, cuchillo en mano,
como el leñador que limpia el monte
y selecciona la salud y fortaleza del madero.

A tu aparición quise llamarla: Fruto.
Jamás volverán a diluirse los recuerdos.
Nos reencontramos, Arbol de Vida.

Ahora de tus sámagos más húmedos
conozco los llantos y alegrías.
Te oigo por la savia que fluye.

Te huelo en las flores que sueltas
con el viento, te percibo en los trinares
de los pájaros que se esconden en tus ramas.

*

Contracción / Tzimtzum

Unicamente una vez estuvimos muertos.
Forjaste la Contracción en el Vacío.
Sin embargo, nos díste con el útero,
memoria recobrada, realidad física.
Al varón del mono pre-sapiente heredaste
el sexo, pero también la presencia
que habría de llenar lo finito dialécticamente.

Aquí-abajo donde dijíste el Glorioso Verbo,
hágase la Tzimtzum, la síntesis, hágase
el Tambor de Nataraja, el tránsito de luna,
el Tiempo, la shekinah de mujer, la heterogamia,
hágase la Danza de la Vida y la Muerte,
desprendíste esperma y lluvia de oro,
te perseáste en los círculos eternos.

Dejaste la impronta del monolito fálico
y el Rayo que le moja los techos cavernosos
a Dánae, los ríos de su edad en la niebla
humana de la Torre, en el dolor de una muerte
que se espera, pero, a la que has prometido
redenciones, para que se cumpla la senda
de los libres albedríos y el parto del Ser.
A pesar a todo lo oculto y lo conspiratorio,
lo aberrante, nunca te vas. Sólo te contraes.

1-24-2000

*

La co-responsabilidad

a Dánae, hija de Acrisio, rey de Argos

Cuando ella nació, él tenía miedo.
No eran iguales. Tan diversa fue que se vistió
de luto, contrariada, y él petrificado de amenaza
no se atrevió a matarla. La encerró
entera y subterráneamente.
Ella era una imagen encendida,
su Espada de Damocles.

También fue un sexo pisoteado. Ella fue la primera
materia biológica de olvido, la primera víctima del mundo.
Conoció el jardín de flores venenosas, la lengua
que se quema con el caldo caliente de las cosas
en la casa del lenguaje. Bajo su falda estuvo
el monstruo de las olas, sin tranquila sapiencia
de cimiento profundo. A sus ojos se asomó la vergüenza,
la que él justifica, la que él nutre desde las superficies.

Un tambor de engaño le dio tiempos históricos.
Un silencio murió tras inventarse las sílabas.
Hubo que cegar a las Gorgonas.
A Medusa tendría que cortarse la cabeza.
Ese varón que dijo
en teatro de conspiraciones es que habitas.
En cavernas no quiso el hijo de sus ríos.
En gritos de gibón no halló su memoria.

El temió la señal de su silencio;
se aterró con el misterio de su parto,
con la autoridad de su camino.

Utero adentro se descubrió como demonio de su noche.
Urdid de teje-maneje es el oscuro germen
de sus precariedades. Si eres diosa, mujer,
¿por qué te mueres y me llevas contigo?

Y se hizo su escorpión. Simbionte. Sus nociones
de procesos hormonales, química son de muerte,
su razón para las iras varoniles.
Determinismo de parásitos dentro de los féretros,
su esfinge adusta de vejez humana
y su leyenda viboril, sus suegreríos.

¡Temible eres, mujer! Eres la muerte.
Y tu esfinge juvenil, sólo farandulería.
Y tu sexo, demónico, gracia de una cama,
sortilegio de la noche.

*

2.

¡Ay, co-responsabilidad! No te encontré
cuando en ámbitos de sufragio, quisíste el voto.
Te detuve. No te escuché. Tú no eras voz
que yo anhelara. Yo sí inventé el silencio
aún cuando supe las mil formas en que se habla.

Sí. Yo te dí la muerte del silencio.

3.

Hoy hablas demasiado y me ensordeces.
Sexo eres que me vendes el auto,
el perfume del cuerpo, la canción, los licores.
Sin tí no creo en la ropa que uso
ni el detergente que me lava los trastes.
Estás en todo lo que compro
y en todo lo que vendes.

Hoy eres la empresaria,
un calzón de poder viripotente, codueña
más que secretaria, planificadora, ejecutiva,
más que coadyuvante. En el tránsito
de yegua, me cabalgas. El olvido del polvo
y los desiertos, ya negó tu serpiente
y la metamorfosis de la mar, te transformó
en copilota de muchos navegantes.

Reestructuras el Arión. Te sales de los bosques
y su profundo arraigo en tierra misteriosa.
En superficies vives. En claros publicitarios
tu desnudez es visible, coparticipas
en las viles obviedades, en el rumbo externado.
Hoy eres Démeter Erinis.

*

La voz

Kudsha Brij Hu uShjintei: Santo Bendito seas

Mi voz no es más que un eco mal oído,
desespero por causa del vacío,
pero Tu Verbo fue perfecto
cuando emergió la finitud de lo infinito.

¿Cuál fue exactamente el primer verbo,
con qué intención agregaste bendito
si te separaste y tu presencia se hizo
más sutil, cerrada, abstracta, absoluta?

Me quedé con Tu Eco, una voz que es silencio
y se revienta en sílabas, sonidos, ¡ay, Santo!
con nombres indecibles, yo desespero
por causa del vacío y amanezco en el útero
de polvo, en las cuevas gorgóneas,
vigilado, sombrío, cejijunto y temblando.

Aún así, reflexiono. Me dijíste bendito.
Me miráste en la corola de las flores,
me entregaste un cristal en los ojos,
házlo tu escudo, Perseo, y ésta
es mi Espada, el verbo mensajero, tu Espíritu,
mi soplo, mi lluvia de oro, mi kavanot
en tu angustia, mi presencia eterna en tí.

*

Oir

tititulo poema

cita

En las palabras y los símbolo, en el lenguaje, buscarás Mi Nombre, Yo soy la Vida-la Muerte.

Del libro inédito Yo soy la muerte

*


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