Viernes,
12 de diciembre de 2003
El Mar Muerto, víctima del hombre
Jana Beris, BBC Mundo, Israel
Ir al
Mar Muerto y cubrirse del "barro" o lodo negro se considera
sano para la salud y la belleza.
El Mar Muerto, digno sin duda de su nombre ya que la alta concentración
de sales en sus aguas hace imposible todo tipo de vida, es uno de los
principales sitios de atracción turística de Israel y la
vecina Jordania, que lo comparten de forma igualitaria. A ambos lados
de la frontera, existen hoy motivos de preocupación: el Mar Muerto,
se está secando.
Su altura va bajando aproximadamente un metro por año y ha perdido
en el último medio siglo una cantidad tal de agua que su superficie
se ha reducido de 1.025 kilómetros cuadrados a tan solo 625 en
la actualidad.
Todos los expertos tienen claro que no hay aquí fórmulas
rápidas y mágicas para frenar el deterioro, sino que cualquier
proceso llevará por lo menos 20 ó 30 años hasta que
se pueda ver un cambio.
El remedio vendrá del hombre, pero también la enfermedad
se debe indefectiblemente a la intervención humana.
Como nos lo dijo el doctor Amos Bein, Director del Instituto Geológico
de Israel.
"El Mar Muerto jamás se secará del todo, debido a ciertos
procesos físicos que ocurren en la zona, pero puede seguir reduciéndose
mucho". "Y nada de ésto es obra impuesta por la naturaleza,
sino resultado directo de políticas adoptadas por el hombre".
Nunca desaparecerá pues pero tampoco volverá jamás
a sus antiguas dimensiones.
DATOS CURIOSOS
El Mar Muerto no es otro simple punto de paseo. Las características
de sus aguas y las condiciones naturales de la región en la que se
halla, en general, lo convierten en foco de atracción por razones terapéuticas.
Hay a su alrededor numerosos manantiales de agua mineral. Pero sin duda, uno
de sus "sellos", es el lodo negro, formado por una mezcla de minerales
del propio Mar Muerto, una combinación tanto de elementos orgánicos
de la costa misma como de la tierra del lugar.
En el área
del Mar Muerto, debido la presión atmosférica, hay un 8% más
de oxígeno.
La concentración
de sales en las aguas del Mar Muerto es diez veces mayor que el promedio conocido
en otras aguas. Se puede leer el diario tranquilamente, sin hacer "la
plancha" para flotar, ya que el peso del agua, por sus sales y minerales,
es tal, que sostiene a cualquier visitante.
Los ojos,
claro está, deben quedar siempre fuera del agua y que a nadie se le
ocurra mandarse un buen salto que lo sumerja en el Mar Muerto. No es recomendable.
Antes de 1945
-cuando el Mar Muerto era mucho más grande que hoy, un 40% mayor- se
evaporaba entre 1,6 y 1,8 metros por año, mientras que hoy el ritmo
es de entre 1,2 y 1,4 anual debido a la menor cantidad de agua.
La concentración
de sales es de unos 350 gramos por litro. En un mar normal esta cifra
es de sólo 35 gramos por litro.
Hay en sus aguas 21 minerales diversos, 12 de ellos desconocidos en otros
sitios. Compañías israelíes y jordanas instaladas
en la parte sur del Mar Muerto, a ambos lados de la frontera, aprovechan
dichos minerales, lo cual es una importante actividad económica,
pero que también tiene efectos negativos. Para llevar a cabo el
trabajo, es necesario evaporar artificialmente agua del Mar Muerto y ese
proceso contribuye a la merma de sus aguas.
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Una
fascinante vista del Mar Muerto
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La reducción
del Mar Muerto no es un mero proceso físico que se capta analizando
la zona, sino un hecho evidente para todo aquel que visita el lugar.
La costa se
ha alejado y quien puede comparar entre la situación actual y lo que
vió hace unos pocos años -más todavía quien tiene
la perspectiva de 20 años hacia atrás- sale totalmente sorprendido.
La retirada
del mar se puede apreciar a simple vista en muchas zonas.
En el pasado, entraba al Mar Muerto la misma cantidad de agua que se evaporaba,
pero ahora si bien se evapora menos dado que el Mar se está comprimiendo
y el agua que queda tiene mayor concentración de sales -lo cual influye
en la evaporación- , sale tanta agua que se crea un gran desequilibrio.
Los paseantes
cuentan que hay zonas en las que la costa se ha alejado tanto que tienen dificultades
para llegar al mar.
La reducción
del Mar Muerto y la merma de sus aguas, tiene efectos negativos inmediatos
con los que ya se intenta lidiar. Además de la creación de áreas
secas debidas al retroceso del mar, que se convierten a veces en zonas de
barro imposibles de cruzar, hay fenómenos que resultan ya no sólo
desagradables, sino también peligrosos.
Los derrumbes
causan estragos económicos en la zona.
El agua que corre en dirección al Mar desde las montañas, debido
al descenso del nivel del mar, cava más profundo, crea así cañones
y hace peligrar las infraestructuras sobre los mismos. Esta problemática
ya provocó el desmoronamiento del puente de Ein Guedi.
Además,
se crean grandes hoyos conocidos en inglés como sink-holes y en hebreo
bolaním, que traducida libremente sería "tragadores".
Son pozos de un diámetro y profundidad de 8 a 10 metros.
Notas
relacionadas
>>
Un ancla que pudo ser de Herodes, enero de 2004
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